"No dejaré que te haga daño"

Lena se sentó sola en el gran salón. se sentó a la mesa de Ravenclaw desayunando cuando notó que Montague entraba solo. ella dejó de comer cuando notó su rostro magullado. Su rostro estaba casi completamente cubierto de cortes y magulladuras. También tenía un ojo hinchado. Lena mentiría si dijera que no le gustaba verlo tan golpeado. Ella amaba esto.

Miró a Draco, que estaba sentado en la mesa de Slytherin. El le guiñó un ojo mientras mordía su manzana. Ella tenía la sensación de que fue él y no podía evitar amar lo que hizo. Ella quería agradecerle.

Después del desayuno, Lena se dirigió a su primera clase, pociones. Ella se sentó en la parte de atrás como de costumbre. Pasando desapercibida, lo que significaba que Cho y sus amigos no intentarían hablar con ella. Por mucho que ella quisiera que lo hicieran, solo dirían algo sobre lo que pasó o la llamarían puta y ella odiaba eso.

Ella estaba dibujando en su libro cuando escuchó que la silla junto a ella la sacaban, Casi saltó de su asiento. Ella vio a Draco sentado a su lado.

— ¿Quieres compañía hoy? — el preguntó.

— Prefiero sentarme y meditar, pero supongo que no me importa que te sientes a mi lado — ella bromeó.

Él se rió un poco de su comentario — entonces podemos vivir juntos.

Ella se rió mientras volvía a mirar su libro.

— ¿Supongo que tienes la culpa de la cara magullada de montague? — Lena dijo mientras miraba a Draco y luego a sus nudillos lastimados.

— Sí, la tengo — dijo Draco simplemente pero casi con orgullo — No pude evitarlo

— Gracias — dijo Lena — verlo así me alegro el día.

— De nada — sonrió.

Lena volvió a mirarle los nudillos y no pudo evitar tocarlos ligeramente a lo que Draco se tensó por su toque.

— ¿te dolió? — Lena preguntó.

— No. No tenía mucho control cuando lo estaba haciendo. Cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, él ya estaba inconsciente — dijo Draco — No soy bueno para contener mi ira si no lo has notado

— lo he notado — Lena se rió.

Draco notó su sonrisa, algo que era raro. Apenas la veía sonreír, pero cuando lo hacía pensó que se veía aún más hermosa que antes. A el le gustaba verla sonreír, no sabía por qué, pero le daba ganas de sonreír cuando lo hacía.

El resto de la lección, Lena y Draco se la pasaron hablando en voz baja o leyendo su libro de pociones. Todo iba bien hasta que Lena escuchó mencionar su nombre. Ella miró hacia arriba y no era de extrañar que fueran Michael, Lisa y Cho.

Solo ignóralos, se dijo a sí misma.

No podía oír lo que decían, pero se reían y luego la miraban.

— Ignóralos — dijo Draco cuando se dio cuenta — además, si continúan, tendrán una cara igual a montague.

[...]

Después de la clase, Draco y Lena se separaron. Lena fue a DCAO y Draco fue a Encantamientos. El resto del día transcurrió con normalidad hasta que Lena salió de su última lección. Vio a Montague caminando hacia ella a gran velocidad. En el segundo que Lena se dio cuenta de eso dejó de caminar.

Ella lo vio acercarse. Entonces decidió dar la vuelta. El Caminaba rápidamente, era casi como una carrera. Ese mismo latido comenzó en su pecho y sus palmas comenzaron a sudar. Chocó contra la gente mientras luchaba por no tropezar y Tan pronto como dobló una esquina miró hacia atrás y vio que él casi la alcanzaba, estaba muy cerca.

El instinto de Lena le gritó que comenzara a correr y ella lo hizo.

Miró hacia atrás de nuevo mientras doblaba otra esquina, y de repente, se estrelló contra el pecho de alguien, miró hacia arriba y vio que era Draco.

Ella ya no estaba asustada.

Draco colocó sus manos en sus hombros para evitar que cayera. El tenía una mirada llena de rabia cuando notó que Montague caminaba detrás de ella.

La movió ligeramente hacia un lado mientras se ponía frente a ella y tan pronto como Montague estuvo lo suficientemente cerca, Draco lo empujó bruscamente hacia atrás.

— ¿Qué diablos estás haciendo? — Le preguntó Draco.

— cobrando las mentiras que ha dicho tu pequeña novia sobre mí — respondió Montague.

— Tu cara ya está jodida pero no dudaré en romperte la nariz por tercera vez esta semana — gruñó Draco.

— No puedes protegerla todo el tiempo — escupió Montague — recuerda eso — se dio la vuelta y se fue.

Draco se dio la vuelta y vio a Lena mirando a Montague mientras se alejaba.

— No dejaré que te lastime — dijo Draco.

— Lo sé. Simplemente, me asusta — dijo Lena casi como si estuviera avergonzada.

— Sé que puede ser difícil, pero trata de no pensar en él — dijo Draco — Te prometo que haré todo lo posible para que no te moleste.

— No creo que sepas cuánto aprecio eso — Lena dijo mientras se encontraba con los ojos azules de Draco.

Draco sonrió. Algo que rara vez hacía, pero que parecía hacer mucho cuando estaba con Lena.

— Tengo una idea — dijo Draco — qué tal si nos distraemos de todo el sábado, nunca hago nada de todos modos.

— Me gustaría eso — respondió Lena

— Está bien, entonces. Lo esperaré con ansias — dijo Draco.

[...]

Más tarde esa noche, Lena se sentó a cenar. Ella ya había terminado y estaba esperando que Snape anunciara que podían irse. Pero en cambio, caminó hacia el frente del pasillo con los Carrow a su lado.

Esto no puede ser bueno.

— Tengo un anuncio emocionante que hacer — dijo Snape — para poner algo de luz en estos tiempos oscuros. Decidí mover el baile de fin de año al próximo sábado. Se aplican las mismas reglas y espero verlos a todos allí.

Lena por lo general estaría emocionado con esto pero ella estaría allí sola asi que no quería ir, pero es un requisito para el séptimo año, ya que es el último.

Esto debería ser divertido, pensó Lena para sí misma.