Crecí llena de todos aquellos sueños multicolores, imaginándome los mejores escenarios, siendo la protagonista de las más alocadas historias de amor y aventura, siendo una princesa, reina, doncella, huérfana o increíble y sexy heroína. Se suponía que al ir creciendo todos aquellos juegos creados por mi imaginación irían desapareciendo, ya no habría objetos que hablarían o largas conversaciones en la oscuridad de la noche. Ya las noches no serían el momento especial para poner a volar la imaginación y continuar aquellas historias que se convertían en mi vida real, o al menos así lo veía. Todo aquello desaparecería, pero nunca ocurrió, crecí y aun las noches eran mi parte favorita del día.

            Vivía conforme con mi normal vida, aunque ¡como deseo poder estar dentro de aquellas historias, películas, series que veo!. Estoy enamorada y no de un chico real que vea a diario o que si quiera sea de carne y hueso, en mi vida he tenido muchos amores, unos creados por mi, otros creados por otros seres, lo cierto es que he amado desde personajes de libros heroicos o románticos, hasta a muñecos de grandiosos animes. Soy una loca lo sé, pero cada noche pido con todo mi corazón que mi vida se convierta en una de esas grandiosas series, que aparezca ese chico que vuelva mi mundo de cabeza, que pase por las más peligrosas travesías, quiero vivir, experimentar, quiero poder entrar a mi televisor o a mi libro favorito y marcar mi personaje en él.

            Quiero ser una dama con aquellos hermosos vestidos, quiero ser fuerte, hermosa y divertida, quiero que él me vea y aunque al principio le sea indiferente con el tiempo llegue a amarme, quiero pelear con él a todas horas, odiarlo y amarlo, volverlo a odiar y volverlo a amar, quiero perderme en su mirada y en sus brazos protectores, quiero sentir el calor de sus labios y ese fuego al besarlo, quiero sentir que sin él la vida no tiene sentido, quiero protegerlo, sufrir con él, reír con él y al final tan solo existir un felices por siempre, en más no quiero un final, quiero ser feliz por la eternidad.

            Los finales nunca me gustaron fueran buenos o malos los he detestado, es el fin de mis ilusiones, es quedarme sin que leer, es querer siempre un poco más, es noches y noches imaginándome que seguirá, extendiendo en mi mente una historia que su autor ha culminado y ha dejado atrás, y que yo simplemente no puedo olvidar. Los finales solo me recuerdan que la vida sigue y que yo continuó como al principio, que aunque quiero olvidarlo la juventud se va pasando y mi niñez ya ha quedado y hace mucho atrás. Quiero estar en una historia en donde siempre seré una linda adolescente a la que todos llaman niña, quiero ser una joven que vive como adulto, pero que no lo refleja en su cedula o fecha de nacimiento.

            ¿Algún día algún ser mágico cumplirá mi deseo? ¿Algún ser celestial se compadecerá de mí? No seré realmente feliz nunca, al menos que viva en una de mis propias historias, al menos que pueda ver y tocar a mis grandes amores. Tan solo quiero vivirlo, quiero estar ahí, ¿por que no existe la magia?

            Ni modo, ya para que desear lo imposible, mejor me voy a dormir.