17. Luces
Siempre había querido hacerlo, correr hasta el edificio con el logo del simpático pececillo, entrar sin permiso y buscar a su Hakyeon. Pero nunca tuvo fuerzas por miedo a cometer la locura de raptarlo, y mantenerlo junto a él costara lo que costara.
Las manos le temblaron cuando aparcó el coche en el callejón, y salió con el corazón a mil por hora. La calle estaba solitaria, atardecía, y una luz iluminaba el cartel con la nueva foto del concepto de aquel grupo de música.
Wonsik sabía que había un cincuenta por ciento de posibilidades de que Hakyeon estuviera dentro de la agencia, tal vez ensayando o tal vez preparándose para volver a casa. También podría ser su día libre, y hoy había decidido quedarse en casa a fabricar una de sus velas. Sonrió al imaginárselo con aquella mascarilla facial y una coleta diminuta que le sujetaba el flequillo, mientras colocaba la cera en el recipiente.
Se apoyó en el coche, no entraría en el edificio ya que no sabía que excusa decir para ver al coreógrafo de la agencia, así que decidió esperar, sintiéndose feliz de al menos saber que estaba algo más cerca de él. De todas las ventanas, solo se veían un par con la luz encendida, y fácilmente podría tratarse de una de las salas de práctica, ya que Wonsik pudo distinguir un espejo. No forzó mucho más la vista, era imposible ver mucho más allá de la cortina casi opaca.
Por un momento se olvidó de todo, y se imaginó la situación en la que simplemente lo estaba esperando, igual que las veces que lo iba a buscar a su antiguo estudio de baile. Cuando Hakyeon saliera, lo miraría y como muchas otras veces correría hasta él, lanzándose a sus brazos y regalándole su boca. Sintió un cosquilleo en el estómago, como si esa escena estuviera a punto de ocurrir.
Pero cuanto más tiempo pasaba, menos esperanza tenía si quiera de verlo, así que se dio por vencido. Se giró con los ánimos algo decaídos para encaminarse de nuevo al asiento del conductor, con la clara intención de volver otro día, pues, aunque no fuera lo mismo, le había gustado la sensación de poder haberlo tenido cerca.
- ¿Wonsik? – La voz que escuchó a lo lejos lo paralizó. - ¿Eres tú?
Con el corazón completamente alocado, puso su mirada al lugar de donde procedía. Abrió mucho los ojos, pues lo veía tan claro, que era imposible que se tratara de otro de sus sueños. Tenía el pelo algo más corto, pero los mismos ojos; su cuerpo parecía más tonificado, por mucho que no hubiera cambiado su estilo de vestir, y lo precioso que era únicamente había cambiado a más.
- Yeonnie... - Sonrió sincero, tanto que incluso alguna lágrima quería escapar de uno de sus ojos. También le gustó ver que, a pesar de estar atónito, se le notaba feliz.
- He distinguido el coche desde allí... pero no estaba seguro si...era mi imaginación...de nuev...digo... - Carraspeó. - ¿Qué haces aquí? - Miró para otro lado, por muchi que estubiera oscuro, a Wonsik le encantó verlo ruborizarse.
- Yo... pasaba por aquí.
- Oh, claro.
La situación era extraña, tal vez incómoda o tímida, ninguno de los dos sabía cómo actuar, después de todo, la última vez que se vieron fue para despedirse para siempre tras haber pasado ambos la mejor noche de su vida. Wonsik volvió a repasar su figura, y no pudo evitar detenerse en su mano. Dio un salto interior de alegría al ver el anillo, abriéndosele un pequeño camino para poder pensar que su Hakyeon no lo había olvidado, que sí todo salía como estaba planeado, podría volver a por él y vivir la vida de sus sueños.
- No te lo has quitado. – Dijo mirando la pequeña joya. El moreno pareció no entenderle al principio, pero luego cayó, sonriendo.
- Bueno, me dijiste que no lo hiciera. – Bajó la mirada, uniendo sus manos y tocando el anillo. – Yo...
- ¡Hakyeon, cariño! – Gritó de repente alguien a su espalda. Un chico, no más joven que ellos apareció, pasando uno de sus brazos sobre él. - Me dicen que si queremos ir con los chicos al pub ¿Vamos?
Sus miradas se encontraron rápidamente, y Wonsik sintió que algo se rompía dentro de él. El muchacho se abrazó mucho más, esperando una respuesta por parte del mayor.
- Claro, voy enseguida. – Le sonrió. – Dame un segundo.
Y acto seguido, se separaron a la vez que el chico aplaudía alegre, luego miró a Wonsik y sin preguntar volvió con el grupo de gente que lo esperaba.
- Wonsik.
- Me alegro de verte, Hakyeon. – Habló antes que él, intentado que no pareciera que se estaba muriendo interiormente. – Sé feliz.
Le pareció ver que Hakyeon abría la boca para responderle, incluso creyó escuchar su nombre otra vez, pero no lo dejó seguir, ya que rápidamente se subió en el coche, sin intentar mirarle de nuevo, dando marcha atrás para salir del callejón.
La odiosa lágrima salió al fin de su escondite, aunque ésta no fuera de felicidad como al principio. Tampoco era de rabia, pues ni siquiera estaba enfadado con él, ya que lo único que había hecho Hakyeon era hacerle caso. En su momento le dijo que siguiera con su vida, y así lo estaba haciendo, si alguien tenía la culpa de que ahora su corazón estuviera ocupado, era él mismo y debía alegrarse.
Así debían ser las cosas, Hakyeon con su novio y él intentando conducir con un nuevo ataque de ansiedad. Sabía que lo correcto era pararse como siempre hacía, pero aquella vez no fue así, no le dio tiempo.
Lo último que Wonsik vio fueron luces, muchas luces.
🌟🌟🌟
Ains hoy me ha salido capitulo triste😭 En realidad no iba a ser así😅 veremos que hago ahora😱 Espero que os siga gustando💕
Besitoss😘😘
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