12. Seis meses atrás (Parte 4)

Aquella noche, ambos discutieron sobre si el asesino era el mejor amigo del protagonista o su propia madre, Hakyeon lo tenía tan claro que quedó boquiabierto cuando al final ninguno de los dos tenía razón. Las risas inundaron la habitación del hospital, tanto así que una de las enfermeras tuvo que entrar a llamarles la atención.

Mientras los créditos seguían en la pantalla, su conversación se basó en sus películas favoritas, alegrándose de coincidir en varias. Después pasaron a música, y allí Wonsik perdió por goleada, pues los conocimientos de Hakyeon, gracias a sus estudios, iban desde la clásica hasta la más escuchada en todo el mundo. Pero eso no impidió en ningún momento que la charla decayera, sino todo lo contrario, pues desde ese día, enfermo y falso enfermero llevaron su relación al nivel siguiente: la amistad.

Tal vez no fuera el tipo de enlace que Hakyeon esperaba con él, pero no podía negar que era un gran comienzo, así que, a pesar de pasar varios momentos vergonzosos, como cuando le dedicaba alguna mirada furtiva y el contrario lo descubría, cogieron la suficiente confianza como para que fuera el mismo Wonsik el que lo llevaría del hospital a su casa el día de su vuelta.

Sus ojos se abrieron como nunca al ver el precioso carruaje que lo esperaba en la misma puerta, apreciando cada detalle del coche futurista. La escena mejoró en cuanto su propietario salió del asiento conductor, con un traje elegantísimo combinado con unas gafas de sol que le daban el toque informal al atuendo.

- Wonsik. - Susurró sin mirarlo. – Siempre me preguntas como puedes compensarme el haberme atropellado ¿Verdad?

- Eh... Sí. ¿Qué necesitas? – Su tono de preocupación era evidente.

- Recuperarme en seguida para que me dejes conducirlo. - Amó su risa tanto como su deseo por montar en el coche.

Las siguientes semanas fueron bastante duras para Hakyeon, ya que la combinación de vivir solo e ir con muletas no era para nada sencilla. La fisioterapia tampoco ayudaba mucho, pues por mucho que sabía que era por su bien, salía demasiado adolorido. Pero dentro de todo lo malo, el tener a Wonsik prácticamente todos los días en su casa o hablando por teléfono, era lo que hacía que los días se volvieran mucho más amenos, y, por consiguiente, que sus sentimientos fueran siempre in crescendo.

Hakyeon notaba el latir de su corazón cada vez que Wonsik aparecía con comida del restaurante chino que tanto le gustaba; también lo sintió cuando vio como le traía el vaso de agua con sus medicamentos a la hora exacta o aquel día, cuando le salió una vocecilla infantil al tocar a un cachorrito en la calle.

Todo en él era perfecto excepto su trabajo, sabía que presidir una empresa no era un oficio cualquiera, pero no soportaba que lo llamaran de ella a todas horas, e incluso a altas horas de la noche los días que se quedaba a dormir. Tampoco le gustaba que siempre pareciera tan cansado, y aunque Hakyeon le decía que no era necesario que fuera a su casa, Wonsik siempre aparecía.

Y dentro de todo aquello, sus detalles y su manera de comportarse con él, solo hacían que se ilusionara y llegara a pensar que su enamoramiento también era recíproco. Hubo muchas ocasiones en las que quiso realmente preguntar, o dar un paso más, pero algo le decía que no debía, y muchas eran las veces en las que Hakyeon dudó de ello. Y de ese modo, ya habían pasado tres meses, varias semanas de intensas miradas, roces intencionados por parte de los dos, pero en ningún momento un adelanto.

El día que al fin pudo caminar sin la ayuda de las muletas, Wonsik lo acompañó al estudio de baile. Hakyeon estuvo tan emocionado de ver a sus niños, que no pudo evitar soltar alguna que otra lagrimilla. Pasó la tarde con ellos como espectador, y alagó a su suplente por su gran trabajo con ellos, ya que la evolución era visiblemente evidente. También aprovechó para ver a algunos de los padres, y agradecerles por su preocupación.

Al salir del edificio Hakyeon estaba con mucho mejor ánimo, viendo cómo el día de su retorno a las clases era aún lejano pero muy cerca a la vez. A ello debía añadir que su recuperación estaba siendo un éxito, y, por consiguiente, la lucha por sus sueños se juntó con su ilusión por vivir la vida. Tanto así que le pidió a Wonsik que lo acompañara a casa, decidido a dar el paso definitivo con él para completar lo bien que iba a ir su vida a partir de ese momento.

Cerró la puerta a su espalda, vio como se quitaba la chaqueta y la dejaba donde siempre, luego Hakyeon cogió aire y avanzó los pasos necesarios para quedar a su espalda.

- Wonsik. – Suspiró. – Yo... - Pero éste no lo dejó terminar su frase.

Sin esperarlo, sin preverlo, sin ver la jugada primero, sus labios fueron atrapados al instante cuando Wonsik se giró. Fue brusco al principio, pero dulce después, con la cara acunada entre sus manos y el claro latir de ambos corazones. Hakyeon tardó algo en reaccionar, pero correspondió tal y como pedía su cuerpo, siendo aquel beso muchísimo mejor que el de las veces que se lo había imaginado.

🌟🌟🌟

Sí, creo que ha sido un capitulo de relleno, pero tampoco voy a alargarme mucho más, pues la historia principal no es esta😅 Sé que el "presente" es más triste, pero es la trama de todo...Igual aún quedan una o dos partes más, depende lo largo que me quede 😅

Besitos😘😘

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