Protégelos

*ADVERTENCIA TEMA SENSIBLE*

- Dios, sé que siempre te lo pido, pero por favor, no lo abandones, yo nunca estuve para él y poder darle el cariño de madre que todo niño merece recibir, pero sea donde esté, sea donde se encuentre si a tu lado o en otro lugar, por favor, tenlo bajo tu regazo, es solo un niño, un niño que perdió su camino, un niño que me necesitaba... Por favor, vigílalo, que siempre tenga paz y sea feliz, Dios mío...

- Inko... Sabía que aquí estarías.

- Ah, Mitsuki, lo siento, ¿Te preocupe?

En una pequeña iglesia, Inko se encontraba parada frente a la gran estatua de Cristo. Mitsuki le sonrió con gentileza y se paró a su lado mirando a la estatua.

- ¿Velando por Izuku? – preguntó Mitsuki a lo cual Inko asintió sonriendo.

- Siempre lo hago, antes de ir a trabajar y después de trabajar... Velo por su felicidad.

- Estoy segura que lo es y estoy segura que él también vela por tú bien.

- Sí, Izuku es un buen niño después de todo – rio Inko.

- ¿Vamos? ¡Hoy preparé curry!

- Debiste esperarme, te habría ayudado.

- Esta bien, está bien, eres mi invitada. Además, le encargué a Masaru que preparará el arroz mientras no estoy.

Ambas mayores rieron y se alejaron, caminando hasta la casa de los Bakugo, desde que Izuku desapareció, Mitzuki comenzó a invitarla a cenar, le preocupaba que entrara en depresión al estar totalmente sola y no se cuidase.

Inko había superado la muerte de su hijo, sin embargo... Algo muy dentro de ella le decía que seguía vivo, que Izuku seguía respirando en alguna parte del mundo, era un sentimiento horrible, pensar que podría estar vivo y no poder abrazarlo, no poderle decir cuanto lo quiere y cuanto lo extraña, cuanta falta le hace. Por eso, intentaba ignorar ese sentimiento, como madre deseaba que siguiese vivo, siendo feliz aunque sea en otro lugar, pero como persona debía tenerlo claro, Izuku desapareció por siempre, él estaba muerto.

Mientras tanto en la casa de los Bakugo...

- ¡¿Eres un idiota?! – gritó Katsuki.

- ¡AHHH! ¡¿Dónde está tu mamá?! – gritó Masaru.

- ¡¿Cómo quemaste el arroz?! ¡Tenemos arrocera!

- ¡No lo sé!

- Amm... ¿Necesitan ayuda?

- Yo creo que se la están pasando super.

Detrás de las discusiones y llantos, se encontraban Shinso y Kaminari observando la escena. Los tres habían estado en la habitación de Katsuki realizando la tarea de equipos hasta que escucharon a Masaru gritar y encontrar con que el arroz se había quemado.

Katsuki comenzó a explicarle a su padre paso por paso nuevamente sobre como cocer el arroz en arrocera, hasta que gritos de felicidad y de insultos de hicieron sonar dando por terminado el nuevo arroz, durante todo ese tiempo Shinso y Kaminari habían comenzado a jugar en sus celulares, no estaban dispuestos a seguir con la tarea si un integrante faltaba.

- Sus gritos se escuchan desde hace una cuadra ¿Qué sucede? – Mitsuki había llegado junto a Inko.

- ¡Buenas tardes tía! – saludó Kaminari.

- Buenas tardes – saludó Shinso.

- Ah, Kaminari y... Shinso ¿Verdad? Gusto en verlos – dijo Mitsuki.

- Buenas tardes – saludó Inko sonriendo.

- Buenas tardes – regresaron el saludo, Kaminari y Shinso se preguntaban quien era esa hermosa mujer, no la habían visto antes. Bueno, Kaminari junto a Kirishima, Sero y Ashido habían ido frecuentemente a la casa de los Bakugo, por ello conocían a sus padres, sin embargo, nunca se quedaban tan tarde, Shinso por otro lado las pocas veces que había ido siempre veía a Mitsuki.

- ¡Cariño! – sonrió Masaru con lágrimas en los ojos.

- ... ¡KATSUKI! ¡¿Qué le hiciste a tu padre?! – gritó Mitsuki.

- ¡No le hice nada!

- Vaya, vaya – sonreía Inko, ya estaba más que acostumbrada a las discusiones de esa familia.

- Tía Inko... Bienvenida – dijo Katsuki. - ¿Cómo le fue?

- Bastante bien cariño – respondió Inko con una gran sonrisa. – Gracias por preguntar. ¿Qué tal tu día? ¿Te has divertido?

Kaminari y Shinso miraban con la boca abierta mientras sigilosamente ambos graban la escena, no podían creerse que Katsuki fuese demasiado formal y amable con alguien, no es como que fuese grosero todo el tiempo, pero también no es que fuese don amable... En ese momento querían presionar el botón de enviar y mandarlo a todo su grupo.

Mitsuki había invitado a Shinso y a Kaminari a cenar, ahora Katsuki no paraba de mirarlos con un claro "Ustedes no vieron nada".

Eran las ocho de la noche, una figura se encontraba caminando por los techos de los edificios portando una sudadera negra con la capucha puesta.

Deku observaba las tranquilas calles, Stain había ido a "trabajar" sin él, diciendo que quería encargarse solo esta vez, Deku en ese momento no tenía un objetivo en mente para ir también a "trabajar" con su traje antihéroe y Shigaraki fue llamado junto a Kurogiri por sensei, estaba completamente aburrido, los demás también no se encontraban, más que Dabi quien estaba igual de aburrido que él, pero solo dijo "si no hay acción, no quiero hacer nada" y procedió a seguir leyendo su manga, Toga también estaba en casa pero huyó de ella al ver que quería jugar con él... A maquillarlo. Y así es como decidió pasear de tejado a tejado.

Momentos así no le molestaban, disfrutaba sentir la tranquilidad, sin embargo... Estar solo por tanto tiempo solo le traía recuerdos, recuerdos que prefería no recordar.

- ... Lo mejor será molestar a Dabi – se dijo Deku harto de tanto caminar y saltar. ¿Qué era lo peor que podría pasarle? Se sabe defender perfectamente, además tenía a dos hombres que lo protegían a muerte por si algo le llegaba a suceder. – Sí, a molestar a Dabi.

- ... y... da...

Susurros débiles, Deku logró escucharlos, miró por el borde del edificio. Podía ver una figura femenina caminar débilmente, bajó del edificio acercándose lentamente. La persona pareció percatarse de su presencia alzando la mirada.

- A-ayuda... - Una chica de unos veinte años de edad caminaba temblorosa, apoyándose de las paredes, sus brazos, piernas y cara mostraban moretones.

Deku no dudó en correr a ella.

- Señorita, ¿Qué pasó? ¿Quieres que te lleve al hospital? – Deku comenzaba a marcar a la ambulancia dando la dirección. Observaba preocupado a la chica, parecía que había escapado de algo.

- E-en la iglesia... - la chica había hablado con voz débil. – M-me llevaron... Varios hombres... Yo... L-logré escapar... P-pero...

Comenzó a llorar, se dejó caer al piso abrazándose a sí misma, una escena lamentable.

Deku se acercó, extendió sus brazos y al no ver rechazo, la abrazó intentando tranquilizarla. A lo lejos se comenzaban a escuchar las sirenas de la ambulancia.

Mientras esperaba en la sala de espera, Deku comenzó a investigar mediante su celular, con lo poco que había dicho esa chica, encontró la información que quería.

En la iglesia más cercana de donde la había encontrado, el sacerdote de ese lugar estaba implicado en cosas ilegales, se ganaba a sus más fieles seguidores invitándolos a pasar la noche y sentirse seguros en "la casa del señor" cuando tenían problemas, pero la verdad era distinta, fuesen mujeres, hombres, adolescentes o niños, eran drogados y llevados al sótano, donde otros "seguidores" abusaban de ellos, después de ello... Sus memorias eran borradas mediante una sustancia desconocida, de esa forma podrían tener a los fieles creyentes en las palmas de sus manos nuevamente.

- Sustancia desconocida... La conozco bien... - susurró Deku, comenzando a formatear su celular y cerrándolo.

- Hey tú, ¿Eres el muchacho que trajo a la paciente con moretones?

Un oficial de policía lo llamaba, rápidamente se acercó a él intentando no hacer contacto visual.

- Sí, soy yo, ella me dijo que...

- Se lo que te dijo, nos habló – paró el oficial. - Gracias chico, pero esta mujer está delirando, consumió droga.

Deku se fastidió ante lo dicho, aguantando sus ganas de no sacar un cuchillo y clavárselo en el pecho. Conocía esa voz de desinterés total.

- ¿Estás diciendo que no tomarás sus palabras? – la voz de Deku era de total molestia. - ¿Cómo explicas sus moretones?

- Sabes muchacho, tengo bastante experiencia como policía y tú solo eres un niño, no lo comprenderías. Ha habido personas que han consumido droga y se han golpeado a sí mismos, hasta que esos yakuzas no sean atrapados, la droga seguirá. Deberías cuidarte no toparte con este tipo de personas.

- No sabes si la drogaron a ella.

- Como dije, no comprenderás muchacho, te faltan años de experiencia para comprender. Vamos, ve a casa o llamaré a tus padres, no hay nada de qué preocuparse, ella está siendo atendida.

Si no fuese porque estaban en el hospital, lo hubiese matado en ese instante ¡¿Era acaso ciego?!

Deku abandonó el hospital casi corriendo, no era buena idea seguir quedándose tanto tiempo. Y sí ellos no hacían nada... Él lo haría, en la oscuridad, haría justicia a esa chica.

Eran las nueve de la noche, Dabi leía una revista tranquilamente en la barra del bar, en ese momento solo se encontraban él, Toga y Deku en el edificio. Toga se había encerrado en su habitación tras una larga ducha y Deku... En ese momento venía bajando con su traje de antihéroe.

- Dabi – llamó Deku.

- ¿Mnh?

- ¿Quieres divertirte un rato?

Dabi sonrió al saber a que se refería y asintió.

- ¿Ahora?

- Tengo todo listo.

- Bien, me aburro.

Sin su teletransporte personal, Dabi y Deku tuvieron que llegar a pie... Bueno, durante el trayecto Dabi robó una motocicleta y se fueron juntos en ella. Durante el viaje, Deku le contó lo que debía hacer.

Al llegar al lugar, dejaron abandonada la motocicleta y se colaron en la iglesia, Dabi siguió a Deku quien de antemano había conseguido el mapa del lugar.

En cuanto llegaron al sótano pudieron escuchar voces de cinco hombres rezando.

- Oh señor, ten piedad de nosotros, no es nuestra culpa pecar, como tus más fieles te pedimos perdón, protégenos de todo el mal, limpia nuestras almas...

- Rezando, no lograrás que esa chica no hable.

- Nadie le creerá ¿Drogada por un sacerdote? ¿En la iglesia? Jajaja Un mal chiste.

- Ciertamente, solo dirán que está loca, pero para la otra incrementa la dosis, esto no puede pasar nuevamente.

- ¿A dónde vas?

- No me dejan pensar tranquilamente, voy al otro cuarto, nadie entre.

Un aura oscura rodeaba a Deku, comenzó a seguir a la otra persona y en cuanto entró al cuarto, Deku le pidió que esperase afuera y después entró también a la habitación.

- Ah... Les dije que nadie entrara.

- A juzgar por tu vestimenta... Eres el sacerdote – Deku sonreía ladinamente. – Oh, genial, esta habitación es anti ruidos, al igual que todo el sótano, está hecho perfectamente para ustedes ¿Eh?

- ¡¿Q-QUIÉN ERES?! ¡¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?! ¡ESTA ES LA CASA DEL SEÑOR NO PUEDES HACER NADA AQUÍ!

- ¿Oh? Si no se puede hacer nada aquí... ¿Por qué abusaste de esa chica?

- ¡¿C-Cómo lo sabes?!

- Jaja, así que lo admites.

- ¡¿Un héroe?!

- Oh, no, por favor, yo no caería tan bajo. Solo soy un justiciero.

Un silencio total se formó después de eso, sangre comenzó a gotear cayendo al piso como pequeñas gotas y después gotas más grandes hasta que un cuerpo azotó contra el suelo, Deku le había cortado la garganta.

Salió de la habitación no sin antes limpiarse las manos y su arma, lo que más odiaba de trabajar con cuchillos o cualquier arma blanca era que las probabilidades de mancharse con sangre eran el 90%.

- Ah... Tiene tanta suerte... Es una lástima que Muscular tuviera otro trabajo en este momento y Kurogiri fue llamado por sensei, no había nadie más para torturar... - suspiró Deku decaído.

- Estaba Toga – comentó Dabi.

- Me dijo que no valía la pena, no torturaba a hombres obesos.

- Te dije que lo quemaba vivo.

- No, te llegas a emocionar, tengo pesadillas si te veo reír como desquiciado.

- ... ¿Qué quieres decir con eso?

- En fin... No tardarán en venir aquí, salgamos.

Dabi no dijo nada más, pero ahora le intrigaba eso de "reír como desquiciado" ¿Cuándo había hecho eso?

Al salir del sótano, lo primero que vieron fue la gran estatua de Cristo en el centro.

- ¿Dios? Ah... Si realmente existes solo pido una cosa... Sigue manteniendo a mi madre a salvo, lejos de mí... - Deku susurró con mirada triste. – Ja... Como si fuese... Dabi, cuando gustes.

Una sonrisa ladina se formó en los labios de Dabi. Deku salió de la iglesia, detrás de él, la iglesia comenzó a arder en llamas azules hasta quedar por completo en cenizas incluyendo el sótano donde seguían las otras personas. Gritos de agonía se hicieron escuchar, los héroes y bomberos llegaron demasiado tarde, solo encontraron cenizas de la iglesia y de las personas que se encontraron en esa noche, sin embargo... Nunca supieron que personas murieron ahí más que el sacerdote que nunca apareció, sus cenizas se mezclaron con las de la estructura y el olor se había dispersado.

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¡Yo! ¡Perdon la tardanza y por el cap corto! Ya empezaron mis finales
( ͡ಥ ͜ʖ ͡ಥ)

Y perdón si ofendí a alguien, intenté no indagar tanto por lo mismo (T▽T)

En el próximo cap se vienen nuevos personajes ¿Quienes serán? (͡° ͜ʖ ͡°)

¡Gracias por sus votos y comentarios! <3

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