Capitulo #10: Bienvenida a New Orleans


Hola amiga, soy un vampiro...

Soy un vampiro...

Vampiro...

Esas palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez, al parecer mi cerebro no quería procesar esa información.

Espera, ¿Es un vampiro? ¡¡ Un vampiro!!

No se que fue lo que mas me dejo en show, si la manera tan delicada en la que me lo dijo- nótese mi sarcasmo- o haber compartido lo que de tengo de vida con ella y nunca haberme enterado.

Decidí caminar hasta donde ella estaba.

—Espera un momento que acabas de decir—creo que mi cerebro se a puesto mas lento para procesar todo después de esta declaración.

—Oh vamos María, se bien que me escuchaste.

—Si, si lo hice, pero creo que lo hice mal, ¿acabas de decir que eres un vampiro?.

Si... Confirmado, mi cerebro comenzó ha trabajar más lento.

—Si —Suspira.

Asiento.

—Bien, creo que necesito un poco de aire.— Lo necesito porque sino respiro un poco de aire puro creo que me desmayaré aquí mismo.

Fui caminando despacio hacia la puerta en donde había entrado Victoria -que imagine que me llevaría a la salida-.

—Maria...—Susurro mi papá agarrándome del brazo.

_Papá necesito estar sola ¿si? solo un momento—Le dedique una mirada de "voy ha estar bien" y eso fue suficiente para que me libere su agarre.

Salí por la primera puerta que vi, llegue a la acera y decidí sentarme.

Ya en la calle, respire profundo. No sabia si reírme por lo estúpida que se ha vuelto mi vida o llorar por lo mismo. Ya no se que esperar. Mi mejor amiga en la persona que siempre confié y considere más que mi hermana, también me mintió y ahora realmente cada vez que hable con ella- si es que vuelvo a hablarle- sentiré que hablo con una completa extraña.

—¿Estas bien?—Pregunta una voz aterciopelada.

Voltee mi cabeza para encontrarme con él.

—Klaus—Susurre sorprendida.

—¿A quien mas esperadas, amor?.— Decidió sentarse a mi lado.

Bueno a este hombre se le va ser costumbre llamarme así, aunque de sus labios no suena nada mal pero me hace sentir del montón.

—A cualquiera menos a ti—Puso una cara de ofendido muy adorable. Sonreí por eso.

—Osea que mi presencia te incomoda.

—No, no es eso, me siento bien contigo pero...

—Pero pensaste que era tu amiga que venia a disculparse— me interrumpió

Asentí.

—Por lo menos un lo siento.

—Te voy a dar un consejo; en esta vida nadie es sincero, ni la propia familia, así que no esperes nada de nadie— sus palabras eran como si las hubiese aprendido a la fuerza en su vida.— Te lo dice una persona que a estado muchos años en este mundo.

— Gracias, tomare tu consejo.

Klaus se puso de pie, sacudió su pantalón y estiro de mano hacia mi.

—¿Vamos?— funcí el ceño

—¿a donde?.

—Amor, por si te has da cuenta es de mañana, no has comido y no creo que quieras volver allá dentro.

—Tienes razón.

Acepte su mano para que me ayudara a levantarme, pero fue tanta su fuerza que termine estrellandome con su pecho. Mi mano en temblada encima de él, su respiración era tranquila y relajada.

Levante la mirada y me encontré con sus ojos azules que parecían estar mas claros por el sol que pegada en su rostro, el me mirada de forma divertida como si mi nerviosismo le hiciera gracia.

—¿Incómoda, amor?—media sonrisa apareció en él cuando me separe rápidamente.

—Para nada—Trate de acomodar mi cabello para que no se notara mi evidente sonrojo—Entonces, ¿nos vamos si o no?.

Hizo un ademan para que siguiera, y lo hice.

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He estado con Klaus todo el día, a pesar de que solo tomaríamos un desayuno. Me he reído como nunca, también he conocido Nueva Orleands. Algo que me sorprendió fue conocer el hobby de Klaus. La pintura. Me pareció maravilloso ver como pinta, como muestra su creativa en cada pintura, como saca lo mejor de sí.

Pero también me a contado su vida, sus mejores momentos, sus alegrías, sus tristezas, sus errores, sus aciertos, hasta me contó de sus amores del pasado, y su amor del presente, su hija. Hope, su pequeña princesa, la cual esta con si madre hasta que New Orleands se vuelva completamente segura para ella.

En este momento estamos sentados en una banca de un parque llamado City Park.

—Es hora de volver— Dice Klaus mirando hacia el cielo—Ya esta anocheciendo y seguro ya están preocupados por ti.

—Por favor quedémonos un rato más—Realmente no quería volver, me sentía muy a gusto con Klaus.

—Es mejor que nos vayamos, no queremos que un desesperado Elijah venga he intente matarme por tenerte "secuestrada"—al final hizo comillas con sus dedos.

Suspire.

Klaus tenía razón, era hora de irnos, seguro papá esta paranoico después de lo que pasó.

—Esta bien, vayamos.

Nos pusimos de pie, comenzamos a caminar hacia casa.

—Espera un momento— me detuvo- sube a mi espalda.

Funci el ceño.

Oh... Genial, ahora se cree caballo.

—¿Para que quieres que me suba a tu espalda?.

—Para llegar más rápido a casa.

Volví a funcir el ceño.

Ahora entiendo menos.

Suspire.

Acepte, ya que no se como, pero Klaus me inspira seguridad y confianza.

Me acerque hasta su espalda, y él se agacha un poco para tratar de quedar a mi altura, de un salto rápido quede encima de él.

—¿Y ahora que?.

—Cierra los ojos.

—para que...¡¡ah!!—Klaus no espero a que terminará la frase, cuando ya estaba corriendo a una velocidad sobrenatural, lo que me hace soltar un grito, sujetarme mas fuerte de su cuello, y claro esta, cerrar los ojos lo mas fuerte posible.

—Ya llegamos— digo Klaus como una voz burlona. A pesar de que ya habíamos llegado no quería soltarme de su cuello.─ Amor, me estas ahorcando─

abrí los ojos y rápidamente me baje de su espalda.

─Lo siento─ Mi respiración estaba acelerada, parecía que hubiera corrido una maratón.

─¿Estas bien?─ pregunto Klaus con un tono de preocupación.

─Claro, pero creo que debemos volver.

─¿para que?.

─Creo que deje mi estomago allá─ la risa de Klaus hizo presencia rápidamente.

─si quieres volvemos-Digo acercándose a mi.

-¡¡no!!, creo que si lo traje conmigo-una sonora risa se volvió a escuchar de su parte e inconscientemente también Sonreí.-Sabes Klaus, tienes una sonrisa muy linda.

—Lose, me lo han dicho muchas veces.

--O lo siento señor dios griego, no quería ser otra del montón.-Sonrió.

—Créeme, eres única—Me sonroje, y trate de no sonreír pero me fue imposible.

—supongo que gracias.

—ya es hora de entrar, amor— rápidamente se borro mi sonrisa.—se que no quieres entrar, pero yo voy a estar ahí contigo—extendió su mano hacia mi.

Mire su mano con la indecisión de tomarla o no hacerlo.

—¿Porque haces esto Klaus?.

—¿Hacer que?

—Traterme tan bien. Ser tan buena persona conmigo, y se que no eres así con las personas desconocidas.

—Amor, todo es por una simple razón. Ya eres otra Mikaelson. Fuiste criada por mi hermano, que muy de seguro te inculcó valores, y tu jamas traicionarías a tu familia, así que, ¿porque desconfiar?.

Klaus tenia mucha razón, mi papá me inculcó valores, y el valor de la familia fue el principal.

—Entonces, ¿Entramos?— Acepte su mano, y creo que en este momento es lo unico que me da fortaleza para entrar.—relájate—
Guiño su ojo.

Asentí.

Entramos me forma normal como si nada hubieses pasado.
Al llegar al mismo lugar donde había estado en la mañana, las caras de sorpresa no se hicieron esperar.

Rápidamente sentí una ráfaga de viento pasar por mi lado, en ese momento ya no sentí la mano de Klaus sujetándome.

—¿¡Donde la tenias!?— Volteé rápidamente para encontrar a mi papá sujetando por el cuello a Klaus contra la pared.

A Klaus no parecía importarle ya que tenia una sonrisa burlona.

—¡¡Basta papá!!— trate de acercarme a él rápidamente pero el brazo de Rebekah me lo impidió, sabia que con ellos peleando podría salir herida— Gracias a él no estoy hecha pedazos—vi como papá fue soltando su agarre poco a poco.

—si Elijah, la chica estaba destroza, lo único que hice fue ayudarla—digo Klaus, pero su sonrisa no borrada de su rostro.

Rebekah quitó su brazo al ver que todo estaba mas calmado, mi papá había soltado a Klaus.

Me acerque a Elijah y lo sujete por la mejillas.

—Estoy bien, y deja de ser tan paranoico ¿si?.

—Como no quieres que este así, si hace poco te acaban de secuestrar y ahora te desapareces todo el día sin explicación alguna.

—Esta bien, lo siento pero realmente necesitaba despejar mi mente y tomar una decisión respecto a... —no puede mencionar su nombre, ya que no sentía su presencia, voltee a buscarla en el grupo de personas que allí se encontraba, pero no estaba —¿Donde está?.

—Pues... Estuvo ayúdanos a buscarte y luego pensó que ella era la razón por la cual no volvías, así que se fue, dijo que volvería cuando te sintieras mas calmada.

Asentí

—Okey... Solo una última pregunta ¿cuando volveremos a casa?— Eso es lo único que quería en este momento volver a casa con Sofi, Robert y papá, como siempre fue todo o básicamente lo que se pueda volver a recuperar.

—Bueno... Sobre eso—Comenzó a mirar a todos lo que nos encontrábamos allí— no vamos a volver.

—¿¡Que!?—Exclame Sorprendida—¿como que no volveremos? mis amigos están allá, tengo una vida allá, aunque fuera mentira era MI VIDA- dije resaltando las ultimas palabras.

—No quiero que te pase nada Maria, muy probablemente si volvemos, volvera a pasar lo que paso y es lo que menos quiero—

Desvio la mirada, por lo que mas me doliera tenia toda la razon.

Suspiro y decido dar media vuelta, para subir por las escaleras y llegar otra vez a "mi" habitación.

—Creo que necesito descansar— Es lo ultimo que dijo antes de empezar a caminar hacia arriba.

Subi y antes de entrar  a la habitación doy una ultima mirada hacia abajo, lo cual  veo algo me llama la atención, a klaus articulando sin voz.

“Bienvenida a New Orleans”

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