Tony Stark-Peter Parker
Irondad -Endgame-
Tony estaba desesperado.
Estuvieron atrapados mucho tiempo en aquella nave.
Los tres pudieron conectarse bastante en aquellos días, generando una buena amistad, especialmente entre los dos más jóvenes.
–¿Qué haces?
–O-Oh, encontré un par de papeles sin notas. Estoy haciendo avioncitos de papel.
La Cyborg se acercó y observó al contrario doblar la páginas de color celeste encima de la mesa con una pequeña sonrisa en su rostro.
Sonrió hacia ella una vez terminó y le mostró en su mano aquel origami, y lo lanzó hacia el pasillo.
–Es divertido —exclamó el chico—. Solía hacerlos con Ned —la sonrisa amenazó con borrarse, negó con la cabeza para intentar sacarse esa negatividad—. ¿Quieres hacerlo también?
La joven lo miró unos segundos y luego asintió, observando nuevamente las manos del chico y tomando uno de los papeles encima de la mesa. Empezando a copiar.
Mientras tanto, Tony los observaba desde lejos mientras racionaba la comida de aquel día. Y se aseguró de poner un poco más a aquellos dos.
Peter se mantenía fuerte para Tony. Sabía que él se culpaba, lo sabía por la mirada en sus ojos cada vez que comían o habían problemas de funcionamiento de la nave. Así que siempre le sonreía o decía cosas optimistas, proponía juegos que jugaban los tres.
Escuchaba a Tony tener pesadillas, así que usualmente se quedaba a su lado para que supiera que todavía había esperanza.
Y esa esperanza llegó a las 3 semanas de aquel infierno, donde la última fama de vida del Stark casi se apagaba.
Tanto Peter como Nébula tenían más resistencia a la inanición. Ya que ella tenía gran parte de su cuerpo reemplazado con metal, y él porque su metabolismo era diferente gracias a la radiación de la previa picadura de araña.
Así que ambos temían de que aquella siesta del hombre fuera la última y no pudiera despertar más.
Escucharon desde lejos cómo Tony le daba el mensaje de despedida a Pepper mediante la grabación de su casco.
Y finalmente Peter se rompió en sollozos silenciosos, hacía 2 semanas que se había prohibido llorar.
Nébula le tocó el hombro, y fue a tomar el cuerpo inconsciente de Tony y ponerlo en el asiento del piloto, ya que era el más cómodo.
El niño no tenía la fortaleza para ir a verlo, sabiendo que quizás faltaban sólo horas para que esa nueva figura paterna se fuera para siempre.
Pero eso no sucedió.
La luz de esperanza llegó.
Carol Danvers los llevó a la Tierra.
Fue duro ver cómo Nébula y aquel mapache se quedaron sentados debajo de la nave donde se supone estarían su familia.
Fue duro pedir un celular para llamar a su tía, a sus amigos, y enterarse de que también habían desaparecido.
Fue duro ver que el señor Stark tuvieron que ponerle un suero de nutrientes para evitar que muriera.
Fue duro no sentir emoción alguna de ver a los Vengadores en la misma habitación y verlos tan afligidos, derrotados.
Y fue duro no poder llorar para evitar que Tony no lo viera y se culpara.
–Ustedes pelearon.
–¿Quién dijo eso? No peleamos, él me golpeó con un planeta mientras el mago de la calle Bleecker le daba lo que quería, eso pasó, no hubo un combate, porque él es invencible.
Peter iba a hablar, pero era inoportuno.
–¿Les dio algún indicio, una coordenada, algo?
El chico negó y Tony hizo un sonido de explosión con la boca.
–Hace años vi lo que iba a pasar, fue una visión que no creí al principio. Pensé que soñaba.
–Tony, necesito que pien-
–Y yo te necesité. Tiempo pasado, eso le gana a lo que necesites, ya es tarde amigo, lo siento. Perdón.
Peter vio en silencio y en shock lo devastado que se veía su mentor mientras descargaba todo lo que se había estado guardando.
Hasta que cayó al suelo de rodillas producto de su débil cuerpo. Y se apresuró a sostenerlo.
–Estoy bien, denme... —y se desplomó, y Peter alcanzó a agarrarlo entre sus brazos.
Bruce fue hacia el castaño y le tomó el pulso.
–Está bien, pero hay que conectarlo y llevarlo a una camilla.
Peter asintió.
Steve pareció querer ayudar a llevar a Tony, pero Peter se tensó, aún sabiendo que ambas partes tenían parte de la culpa de todo, quería más al Stark y odió a Steve por aquel momento, por el dolor emocional que pasó su mentor.
–No te atrevas —exclamó casi en un susurro, logrando que el rubio retrocediera a su gesto.
Ni siquiera necesitó ayuda para tomar a Tony, su super fuerza era más que la necesaria para tomar aquel frágil cuerpo del hombre y recostarlo en la camilla.
Bruce lo revisó y lo conectó a los sueros necesarios, mientras él no se alejó de la habitación, quedándose sólo él y Pepper acompañando a Tony mientras los demás iban donde Thanos.
No hacía falta decir que se rompió una vez más cuando vinieron con la noticia de que ya no habían gemas, y que no iban a volver.
Lloró abrazado a Pepper, y más tarde por Tony.
Peter había quedado huérfano ya que su tía había desaparecido también, pero estaba equivocado.
Apenas el Stark se recuperó, compraron una casa cerca de un lago y le propusieron ir con ellos.
A lo que el chico feliz aceptó y vivió con ellos desde entonces.
—5 años después—
–Morgana, hora de almorzar.
–Aliméntame o si no te desintegro —exclamó la pequeña niña mostrando su guante rojo con la pequeña luz celeste.
–Okey, no deberías ponerte eso. Es parte de un obsequio de aniversario que fabrico para mamá —le dio un beso por encima del casco y se lo quitó gentilmente—. ¿Estás pensando en comer? Te daré un montón de grillos cubiertos en lechuga
–No, eso es lo que come la araña que encontré.
–Oh, ¿una araña?
–Está detrás tuyo.
Tony se giró, y allí estaba Peter colgando gracias a sus telarañas desde un árbol.
–Hey, pa'.
–Te dije que no comieras antes de venir —le quitó el sándwich de la mano—. Sabes cómo se pone Pepper cuando no tienes hambre.
–Ya tengo 21 años, ya no soy un niño.
–¿Tú qué opinas Morgan? —tomó a la niña en brazos y Peter tomó el casco al verlo tirado en el suelo—. ¿El pequeño Petey ya es un adulto?
–Nope.
–No puedes decir quién es pequeño y quién no, pequeña pulga —exclamó el chico, a lo que la pequeña sólo rió.
–Ya vamos a almorzar antes de que mamá osa se enoje.
Ambos se dirigieron hacia la casa, pero un auto arribó al patio delantero antes de pasar por la puerta.
Peter notó el nerviosismo en el hombre, y fue el último en entrar sin antes darle una mirada de advertencia al rubio.
Peter escuchaba atento al lado de Tony.
–La situación cuántica afecta la escala de Plantium —y miró a Peter.
–Que detona la proposición Douch —sonó a pregunta, pero el Stark le sonrió unos segundos, orgulloso.
–Significa que no volverán.
–Yo regresé.
–Viviste por accidente, la probabilidad es 1 en millones y ahora propones un...
–¿Atraco al tiempo?
–Atraco al tiempo, claro, ¿por qué no lo pensamos? Claro, ¿porque es risible, porque es imposible?
–Las gemas están en el pasado.
–Podremos tronar los dedos y revivir a los demás.
–O hacer algo peor a lo que él hizo.
–Dudo mucho que pase.
–Enserio que a veces extraño ese alegre optimismo, sin embargo la esperanza no ayuda si no hay un modo lógico y tangible para ejecutar sin riesgo ese... Atraco al tiempo.
Peter supo entonces que le estaba afectando aquella discusión, porque el castaño mayor se había sentado, y eso usualmente era un signo de nerviosismo.
–Si viajamos en el tiempo, en verdad podríamos afectar este presente. Sería como ir a ciegas.
–No si obedecemos las reglas de los viajes en el tiempo. Ya saben, no hablar con nuestros yos del pasado, no apostar en juegos deportivos-
–En otra situación estaría de acuerdo con esa teoría de volver al futuro —lo detuvo el más joven de allí—. Pero ni siquiera sabemos cómo funciona. No sabemos si el efecto mariposa afectaría a esta realidad. Podríamos causar que en este presente la otra mitad desaparezca, borrar personas de la existencia, sucesos, traer a Thanos de vuelta.
–Es una oportunidad que debemos tomar —dijo Natasha—. Debemos luchar.
–Eso hicimos, y míranos ahora —exclamó Tony.
–Sé que tienes mucho que perder, tienes una esposa, una hija-
–No vayas por ese camino —advirtió Peter—. Sé que todos perdimos, pero deberíamos vivir con ello.
–¿No quieres recuperar lo perdido? —cuestionó Steve, logrando que Peter guardara silencio.
La pequeña Morgan fue hacia Tony.
–Mamá dijo que viniera a salvarlos.
–Qué alivio, me siento salvado —el castaño se levantó con la niña en brazos—. Ojalá me hubieran pedido cualquier otra cosa. Ah, y la mesa es para 6 por cierto.
–Tony. En verdad estoy feliz por ti, sinceramente. Pero esta es una segunda oportunidad que no podemos rechazar.
–Ésta es mí segunda oportunidad, Cap. No la voy a desperdiciar —y el Stark entró.
–Si no hablan de eso, pueden quedarse a cenar.
–Intenta convencerlo, podríamos traer a todos de vuelta, Peter —dijo Steve suavemente. El joven lo observó largo rato.
–No lo haré. Los extraño, pero me niego a arriesgar a mí nueva familia —respondió sin dudar—. Que tengan bonita tarde.
Y entró, sabiendo sólo por las pisadas que se fueron.
Suspiró, y preparó su sonrisa para un nuevo y agradable almuerzo con Pepper, Tony y Morgan.
Aún así, si él no quería arriesgarse, Tony sabía de su dolor, y decidió probar suerte.
Y esa suerte acabó con el descubrimiento del viaje en el tiempo.
Luego de discutir sobre las gemas, decidieron los equipos.
Scott, Natasha, Clint, Bruce y Steve a 2012.
Rocket y Thor a Asgard.
Rhodey, Nébula, Peter y Tony a 2014.
–Tengan cuidado —dijo Rhodey abrazando a Tony y luego a Peter.
–Eso debería decirles a ustedes —sonrió el menor hacia ambos.
–Vamos, mientras antes terminemos, antes nos vamos, antes vuelven todos —dijo Tony igualmente con una sonrisa, para luego subirse ambos a la nave y partir.
–Y pensar que antes tenía problemas para alcanzar el bus, y ahora estoy viajando años luz —exclamó Peter con gracia, a lo que el castaño mayor sonrió con gracia.
Llegaron al planeta finalmente, y Peter se sujetó a la espalda de Tony para que volaran y llegaran más rápido a la montaña.
–Bienvenidos —ambos se giraron y levantaron sus guardias, dispuestos a atacar—. Tony, hijo de Howard. Peter, hijo de Richard —ambos humanos se acercaron.
–¿Quién eres? —preguntó Tony.
–Considérenme un guía para ustedes y para todos.
–Bien, cara de tomate seco, nos darás la gema.
–Oh, si sólo fuera tan fácil para mí hacerlo —la figura los guió a un avismo—. Lo que se encuentra frente a ustedes, es lo que temes. Para obtener esta gema, debes perder algo que amas. Un alma, por un alma.
—·•·—
–Esto es una mierda, está mintiendo —dijo Tony molesto apuntando hacia la figura cadavérica—. La gema debe estar por aquí.
–Viernes aún no la ha encontrado, tampoco Karen. Su energía se encuentra por todo el planeta —respondió Peter, quien estaba sentado en una roca.
Peter miró el suelo y Tony al frente.
–Cueste lo que cueste —susurró el chico para sí mismo, comprendiendo lo que había que hacer.
–Cueste lo que cueste —le siguió Tony un poco más alto.
Peter se levantó.
–Obtendremos esa gema.
–Mh, supongo que ya sabemos lo que hay que hacer.
–Eso creo...
–Pepper estará muy enojada con nosotros, ¿sabes?
–Uff, va a estar furiosa.
Rieron un poco. El castaño mayor miró el avismo un momento.
Tony lo volvió a mirar. Ambos desactivaron sus trajes para poder abrazarse como solían hacerlo.
–Aún eres un mocoso, niño.
–Al menos no estoy tan viejo como tú.
–Se llama experiencia —se separaron—. Tú ganas, Pet...
El chico sonrió débilmemente. Pero en segundos, Tony se puso su traje y lo tacleó al suelo fuertemente.
–Saluda a tú tía de mí parte —el chico se puso el traje y salió del agarre y lo empujó.
–Dígaselo usted mismo —y lanzó una telaraña de combinación 102, una red electrificada.
Suspiró mirando el avismo, y empezó a correr. Pero Tony logró salir de la red y lanzó un pequeño misil a sus pies, pero Peter saltó y lo esquivó.
Telaraña 42, la más pegajosa. Que amarró sus brazos al suelo.
Telaraña 23, la bomba. Que hizo fallar el reactor, desactivando su traje leves segundos.
Telaraña 243, totalmente electrificada. Que terminó por paralizarlo.
Tanto que le daba tiempo para quedarse parado y sonreír desactivando su máscara.
–Te amo... Papá. No te culpes por esto.
Tony abrió los ojos, es todo lo que podía hacer.
Peter no perdió tiempo y se lanzó hacia el avismo.
–¡Peter no!
Ya era tarde.
Pero cuando apenas pudo volver en sí y forzar su cuerpo de sobremanera a la carga eléctrica, se encontraba arrodillado en agua cálida con algo en su mano empuñada.
Observó alrededor, buscando al chico, pero sólo se veían los colores cálidos y el brillo de aquella maldita gema en su palma.
Se quedó allí llorando.
Cuando volvió a la realidad, se forzó a ver el avismo, se forzó a ver una última vez a aquel chico.
Y se arrepintió de inmediato.
Sus ojos sin vida miraban hacia arriba, justo hacia su dirección.
Y no lo dudó.
Fue a buscarlo y traer su cadáver increíblemente frío a la superficie. Lo recostó y acarició su mejilla suavemente con su mano sin el metal. Y cerró sus párpados.
Lamentablemente, la propia persona debía activar el traje para viajar, y eso era imposible si era un cadáver.
Tuvo que activar el suyo propio con todo el dolor de su alma y volver a su presente.
Todos estaban sonrientes, todos miraban los rostros ajenos, aliviados de verlos.
–No me digan que esto en verdad funcionó —exclamó Rhodey. A lo que toda esa felicidad fue opacada al ver al Stark.
–Tony —preguntó Natasha suavemente.
–Se ha ido —susurró y mostró el recipiente de la gema que le había tocado buscar.
–¿Dónde está Peter? —preguntó Steve.
Y eso fue un detonante.
Tony intentó sonreír sólo como un método de defensa, pero enseguida las lágrimas salieron de sus ojos y cayó arrodillado, sus rodillas sonaron fuertemente al chocar contra el suelo.
Y sollozó. Totalmente roto.
Ni siquiera Rhodey lo había visto llorar así nunca, ni siquiera en el funeral de los Stark, o el funeral de su mayordomo Jarvis.
Se aferró a los brazos de su mejor amigo, quien se había acercado a sostenerlo, sin importar verse débil.
Había perdido a su niño, y se culpaba profundamente.
Los demás Vengadores estaban en shock, sintiendo que aquellos gritos se adherían a sus sistemas profundamente, culpándose quizás más que Tony por haberlos metido en eso.
Cuando pierdes a tus padres, te haces llamar un huérfano.
¿Pero y cuando pierdes a un hijo?
Es tan horrible que no tiene nombre.
—·•·—
Peter estaba esperando sentado en el pasto mientras veía el hermoso paisaje del Valhalla.
Tarareaba un par de canciones, disfrutando del sonido natural y la calidez del sol en su rostro.
Su traje blanco y holgado se movía suavemente por la brisa del viento agradable.
Hasta que lo escuchó.
–Hola, mocoso.
Se giró y se levantó en total shock.
–¿T-Tu? ¿Qué haces aquí? Se supone que... S-Se supone que que viviría.
–Mh, supongo que el destino tenía otra idea —el Stark se acercó más.
–¿Ganamos? —susurró Peter con miedo e incertidumbre.
Tony lo abrazó suavemente una vez más.
–Ganamos.
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