✫ Two
❛Solo tiene que decirme donde estás y voy a buscarte.
Quédate junto a mi y terminarás teniendo fiebre (si, si)
Estoy caliente.❜ ♬
La vida de Jungkook había sido tranquila en lo que se decía de un vampiro, el era callado y muy reservado, comparado al resto de su manada, aunque eran unos vampiros, ellos se trataban como manada porque sus instintos animales les hacían cometer locuras. Uno de esos fue que su líder vaya a un reino desconocido, sólo por el olor de cierto ser fuera de lo común. Un ninfo, uno con cabellos castaños largos hasta la cintura y un rostro angelical. Muy bonito para ser cierto, pero se le hacía una falta de respeto traer a todos y querer que convivan con seres extraños.
Pero Jungkook tuvo que tragarse sus palabras a secas cuando vio a un ser hermoso, casi parecido a un ángel. Su piel sedosa brillaba en cada movimiento y sus ojos clarísimos como su cabello llamaban la atención a cualquiera que lo viera, se perdió en aquellos labios esponjosos, rosados y provocativos, pero cuando notó el trasero esponjoso, sintió su pene brincar de emoción.
Lo miró deleitándose e imaginándose tenerlo entre su cuerpo, besando, chupando, succionando y mordiendo su brillante y perfecta piel a la vista. Notó como este no le fue indiferente y decidió entrar en modo cacería, podría probar algunas noches el delicioso cuerpo del hada y luego dejarlo.
Como había hecho muchos años antes cuando le llamaba la atención alguien para follar. Por eso, no perdió su oportunidad cuando estuvieron solos y se apresuró a besarlo —específicamente, devorarle la boca— y luego sugirió verse en el bosque.
Donde Jungkook propuso y Hoseok dispuso. Y el hada tenía la decisión de ir o no.
Pero al verlo tan entregado y enterarse que era su primera vez con un hombre, además, que el sería el encargado de quitarle su preciada virginidad, le invadió un sentimiento de posesividad en el hada que empezó a desarrollarse con el pasar de las noches juntas y sus fluidos mezclados. Dejarlo con muchos chupetones por su piel nívea y blanca era una de sus fantasías más deseadas, pero el hada no le concedió ese fetiche y lo hacía solo cuando no se percataba.
Pero el vampiro tenía que alimentarse, por eso solía alejarse por unos cuantos días o semanas, para cazar animales, su dieta era balanceada y se podía decir que su manada era una de las pocas manadas civilizadas de los vampiros existentes.
Jungkook miraba el regalo que le dio Hoseok y como agradecimiento, besó con calma al hada, para luego nublarse del deseo y llevarlo a un lugar cercano y poder hacerlo escondidos del cielo curioso que sabía de sus acciones. Jungkook se encargó de seducir al hada y llenarlo de agradables orgasmo con sabor a lujuria y piel salada.
Al final del encuentro, las palabras directas de Hoseok lo descolocan y dejaron en una situación difícil de procesar.
—Te quiero.
El silencio que se formó después de esas palabras era palpable y el ambiente tan tenso que se podía romper las copas de los árboles con fuerza. Jungkook nunca había estado nervioso, es más, se sintió contento por la confesión y como respuesta abrazó al hada, colocándolo encima suyo, con las piernas en los costados de sus caderas.
Observó como las alas del hada con reflejos tornasoles se levantaron, mostrando su tamaño real y dejando ver la belleza que había en ellas.
—Yo también —respondió luego de verlo por más tiempo de lo necesario y que este se pusiera demasiado ansioso.
Supo que la respuesta fue la correcta, cuando una sonrisa se ensanchaba en sus mejillas, tiñendo su rostro de un rubor suave y tierno.
—Dilo.
—Te quiero.
—Repítelo.
—Te quiero.
—Otra vez —pidió Hoseok.
Jungkook sintió su garganta secarse cuando los ojos miel igual que el cabello del hada lo miraban expectante ante la respuesta que diría, perdiéndose en los labios rosados e hinchados. El vampiro se inclinó para besarlo y colocarle un mechón tras la oreja, pero antes le susurró muy despacio.
—Te quiero.
Y el corazón de Hoseok latió cual animal desbocado con ganas de salir y ser libre. El chillido de felicidad hizo sonreír a Jungkook quien decidió pegar más el pecho desnudo del hada con el suyo, abrazándolo y oliendo su cabello que lo embriagaba, llevándolo a una calma que lo hizo cerrar sus ojos y acariciar los rizos despeinados del hada. Lo atrajo a su cuerpo y se recostó en la cama nuevamente.
—¿Desde cuando? —preguntó luego de un rato, muy bajo y casi ronroneando.
—¿Desde cuando qué? —respondió con una pregunta el vampiro.
—Me quieres.
Jungkook abrió sus ojos, al sentir que sus brazos no abrazaban nada y encontró el cuerpo del hada sentado recto encima suyo y con una mirada seductora, esperando con ilusión una respuesta. Bajando la mirada, observó aquellos botones rosados y erectos que sabían a gloria.
—No se, solo tuve el mismo sentimiento…
Y Hoseok entendió, a Jungkook le habían gustado otros antes que él, por lo que empezó a sentir su estómago revolver.
—No pienses mal, ya lo explico —comentó al ver los ojos llorosos del hada —. Fue cuando yo tenía quince años, mi mejor amigo y yo éramos inseparables, pero no me di cuenta de mis sentimientos hacia el hasta que un día presentó a una chica que le gustaba. Años después, cuando ya superé eso, le confesé mis sentimientos y me marché de mi pueblo para estudiar lejos, pero luego fui atacado y convertido en vampiro.
Hoseok lo miraba con atención mientras escuchaba la explicación de Jungkook.
—Contigo puedo decir que fue parecido, pero no igual. Tu llamaste mi atención desde que te vi y durante todos los años que llevo de vampiro nunca había sucumbido a mis instintos carnales tan profundos y casi siempre los apaciguaba cazando o corriendo. No te aseguro que fui un santo y que me mantuve puro, pero nunca me había sentido como ahora. No pude menguar mis instintos cuando te vi y menos al probar tus deliciosos labios —el pulgar acarició el labio inferior del hada y este, entre abrió la boca para darle acceso al dedo.
—Tu cara de ángel es tan erótica, cuando gimes, gritas y muerdes tus labios siento que soy feliz por provocarte todo eso con mi verga y mi movimiento pélvico —se movió haciendo sacudir las caderas de Hoseok y logrando hacer que se escape de su boca un suspiro.
Hoseok sonrió satisfecho y se acercó peligrosamente a besar al vampiro. Eso fue un ataque al cuello blanquecino y frío de Jungkook, que gimió al sentir los tibios y mullidos labios del hada en su piel.
Jungkook no se quedó atrás y aprisionó la cintura del hada para que sus miembros se froten en un delicioso roce de pieles húmedas y tensas. Las ásperas y toscas manos del vampiro masajearon las nalgas suaves, tomando una porción de carne y pellizcándolas a su antojo.
Las alas del hada se movieron emocionadas al sentir como su ano era acariciado por un pedazo de carne grande, duro y húmedo, agitándose más al ser empalado por sorpresa. Una marca con firma de dientes, quedó en el cuello de Jungkook luego de que Hoseok se alejara y empezara a cabalgar y llevar las riendas del encuentro.
El vampiro lo veía moverse tan eróticamente, que moría por correrse una y mil veces dentro, dejarlo preñado si fuera posible. Las caderas del hada eran guiadas y apretadas con fuerza, mientras Hoseok seguía moviéndose y llevando su cabeza para atrás cada vez que golpeaba su próstata.
La imagen de Hoseok encima suyo, la llevaría como recuerdo por toda la eternidad. Las alas resplandecían un poco más, formándose unas líneas de color celeste alrededor de ellas y brillando en cada gemido dado por el hada. Jungkook solo se dejó usar, porque Hoseok era quien dominaba en ese momento y cada arremetida tan profunda que daba, los hacía gemir en coro.
El pene vigoroso de Jungkook sintió como Hoseok se esmeraba y decidió ayudar con el choque de la pelvis, encontrándolo cuando bajaba. Pasaron así un par de docenas de estocadas más, cuando el hada apretó con sus dedos la dura piel del torso de Jungkook y gritó agudo y fuerte, derramándose en el abdomen del vampiro.
Cayó flácido y cansado al cuerpo de Jungkook, mientras este lo besaba y acariciaba su piel sudada. Sintió que el pelinegro aún seguía erecto, por lo que decidió hacerle una manada para que este acabe en su boca.
Se levantó con cuidado, haciendo que la verga de Jungkook quede de pie, brillosa y un poco enrojecida, para poder ubicarse en medio de las piernas del vampiro y hacer su trabajo. Jungkook no permitió que se aleje y lo dejó nuevamente ahorcajadas de él pero esta vez, dándole la espalda.
—Puedes darme todas las mamadas que quieras, yo estaré muy ocupado besando y marcando tu culo.
Hoseok quiso protestar, pero se calló al sentir el primer roce de la lengua en su fruncido y enrojecido ano, tirando su cabeza directo a besar con ánimo el tronco y toda la extensión gruesa del vampiro.
La lengua saboreó su sabor y gimió cuando penetró en su interior. Hoseok no pudo pensar claro y sólo se dedicó a bajar y subir su cabeza, succionando de manera hambrienta y callando sus gemidos al intentar tomar todo en su boca.
El primer chorro de semen pasó directamente y no tuvo que tragar nada, por que su garganta estaba ocupada. Las demás réplicas junto al resto de eyaculación llenaron la boca del hada y pasó de a poco el líquido espeso y caliente para evitar atragantarse. Limpió con cuidado cada parte del miembro de Jungkook y lo besó con sumo cariño.
La risa coqueta de Jungkook lo hizo despertar de su relajamiento post orgásmico y ahora si se levantó para colocarse junto al vampiro y abrazarle por su torso que subía y bajaba.
—¿Estuvo bien? —preguntó acariciando el pezón oscuro y grande del vampiro.
—Perfecto —susurró en el oído sensible del hada.
Se abrazaron ahí, un buen rato hasta que sus miembros estaban en su tamaño original de descanso. Hoseok no quería marcharse tan pronto, pero no quería tampoco llegar tarde a casa.
—Tengo que irme —rompió el silencio Hoseok.
Pero ninguno hizo el ademán de querer separarse, es más, se abrazaron un poco más fuerte.
—Jungkook…. —llamó —. Prometo venir mañana.
—No quiero seguir viéndonos así. Quiero que vivas conmigo, que tus padres lo sepan y que mi manada también.
—Lo haremos pronto, lo prometo —dijo con los ojos brillosos y llenos de amor.
—Está bien —claudicó ante la mirada tierna del hada —. Pero si en algún momento me necesitas, no dudes en llamarme, yo siempre estaré para ti.
Hoseok asintió sonriente. Se levantaron y en la penumbra, buscando sus ropas esparcidas por el piso de madera. Caminaron de regreso, con los nervios invadiendo el cuerpo del hada y el silencio sepulcral por parte del vampiro.
—Mañana aquí —murmuró Hoseok con la cabeza recargada en el pecho del vampiro.
—Te estaré esperando —respondió abrazando por la cintura y oliendo un poco del aroma dulce del hada.
Se separaron en la noche, con la ilusión de verse al día siguiente y poder gritar sus sentimientos a todo el mundo.
✫
Al empezar el día, no fue el mejor para Hoseok, había discutido con sus padres al conversar del tema del matrimonio. Tenían un candidato, un joven hada corpulento y muy fuerte del Reino. Hoseok por primera vez les había dicho que no a sus progenitores, asustándolos por su actitud.
—¡Hoseok! —dijo su madre alarmada —. Tu nunca nos hablas así, no se que te pasa cariño —sollozó en la mesa.
—Hijo, tu debes obedecer a tus padres y seguir las reglas del reino. Tu futuro prometido es un buen hombre, que te dará una vida llena de felicidad.
—¡Pero yo no le quiero! —gritó furioso.
—¿Qué sabes tú de querer? Si no conoces a nadie que nosotros no hayamos conocido también.
—Lo sé, y lo siento tanto padres, pero no podré obedecer en esto, ni tampoco me interesa que sea una ley que se deba cumplir en el reino. No contraeré nupcias con el.
—¿Acaso quieres a otro joven y no nos dijiste cariño? —la voz de la madre era más dulce —. Puedes decirnos quién es y traerlo para que pida tu mano de manera formal —intentó dar una solución.
—No puede.
—¿Es un minero? Porque podemos esperar que salga de su jornada laboral y nos visite en sus días libres —intervinió el padre.
—No padre, el no vive aquí.
—Pero… —las palabras de la madre de Hoseok quedaron suspendidas en el aire, cuando se percataron de la situación. Si no podía pedir la mano de su hijo y tampoco vivía allí, era porque no era otro más de los indeseables visitantes del reino.
—¡No! —gritó fuerte golpeando la mesa y echando chispas por los ojos de la rabia —. No permitiré que mi único y preciado hijo se empareje con esas bestias que no sabemos bien que son.
El brinco que pegó Hoseok por el grito se su padre lo asustó. El no era así, aunque tampoco Hoseok, pero el hada menor no permitiría que decidieran con quién vivir y ser feliz.
Cuando Hoseok se levantó, sintió la poderosa magia protectora de sus padres y gimió de dolor.
—Es por tu bien hijo, no podrás verlo ni acercarte a él hasta que te cases y sea tu esposo el que te cuide.
Hoseok entendió todo. Una magia protectora y ancestral usada en casos extremos, no permitiría que se aleje tanto de casa ni del reino. Refunfuñó enojado y se encerró en su habitación por el resto del día. No comió ni durmió, solo miró por la ventana con la mirada perdida y mantuvo su mente en blanco.
No escuchó el llamado constante de la puerta por parte su madre ni tampoco cuando le dejó una bandeja con comida, esta seguía intacta en su mesita de noche. Cuando Hoseok se dio cuenta de que había pasado todo el día allí, vio el cielo oscuro, reparando que faltaba poco para media noche.
Ahí empezó a deslizarse una lágrima traicionera en su rostro, una que se había prometido no dejar salir, pero rebelde como su dueño, no le importó mojar su mejilla y parte de su cuello.
Pensó en Jungkook, que quizás ya estaba en el bosque esperando y le causó pesar que nunca más podría verlo, decirle lo que realmente sucedió. Que no era su culpa, si no de sus padres, de las malditas leyes y reglas que lo tenían más que cansado.
Cubrió su rostro con la almohada y murmuró algo que pensó jamás salir de sus labios.
—Te necesito Jungkook.
Y siguió llorando, mirando el lado de su pared fijamente cuando se quedó sin lágrimas. No se había percatado de la presencia de alguien en su habitación, de unos ojos azul cielo y una mirada tan apenada que juraría que sufría tanto como él.
Jungkook estaba ahí, podía aparecerse en lugares inhóspitos sin dejar rastro o ser vistos. Por eso decidió aclarar su garganta y llamar la atención del hada, que cuando giró su rostro, se encontró con los ojos enrojecidos color miel y sintió un dolor fuerte en su pecho.
Hoseok parpadeó varias veces y saltó de la cama para poder abrazarle, pero no pudo. Por más que intentaron acercarse, no lograron tocarse ni un pelo. Frustrados y enojados se acostaron en la cama y decidieron hablar.
—Mi padres me harán contraer nupcias con un tipo que no quiero. Les intenté decir pero ellos se negaron. Además, ya saben que se trata de uno de ustedes —murmuró con voz grave a causa estar en silencio por todo el día.
—¿Saben exactamente que soy yo?
Hoseok negó moviendo sus rizos alborotados.
—Saben que es uno de ustedes, no lo negué y… —un sollozo —. Me quieren casar con un hombre que no quiero —rompió en llanto bajo.
Jungkook se colocó en el piso, mirando fijamente al hada llorar y buscando las palabras correctas para hacerlo, pero no encontró ni supo que decir. Lo que podía hacer para que se calmara era abrazarle, pero en este caso, eso estaba fuera de sus límites.
—Podemos hacer algo —le dijo despacio pensando en algo para calmar al hada —. Puedes aceptar la decisión de tus padres y decirles que te parece buena idea comprometerte con ese tipo…
—¡Pero te escuchas lo que dices! —Hoseok se sentó de golpe y cubrió su boca en una clara sorpresa por lo que dijo el vampiro —. ¡Me estás diciendo que acepte casarme con otro hombre! Eso… ¿Me me-mentiste? —la voz se le rompió haciendo notar que estaba a punto de llorar.
Jungkook suspiró al ver el pequeño drama que le hacía Hoseok y suspiro sonriendo.
—¡Y todavía tienes el descaro de reírte! —replicó dolido e intentó empujar a Jungkook pero ni siquiera lo movió o tocó.
Punto a favor para los padres del hada y su protección hecha de magia.
—Escúchame Hoseok… En realidad no quiero que te cases con ese tipo, de solo pensarlo me da unas ganas de ir y sacar mi lado animal que pasa escondido y solo sale cuando tengo que alimentarme —confesó apretando los dedos con fuerza y respirando agitado —. Pero debes hacer que tus padres te crean y te quiten esta porquería que te han colocado encima.
—Es una protección que se usa en el reino cuando no se quiere cumplir las reglas —respondió. Le había escuchado con atención y dejó de quejarse —. Además es muy antigua.
—Entiende que la única manera de estar juntos es haciendo creer a tus padres que estás de acuerdo en casarte y que lo nuestro es solo una ilusión… Aunque sabes que en el fondo de mi podrida alma, eres lo mas preciado que tengo y quiero.
Los ojos claros brillaron ante la declaración del vampiro escurriendo una pequeña lágrima.
—Pero no podré fingir que quiero a otra persona… Yo solo puedo pensar en usted.
—Y yo en ti Hoseok.
Le devolvió una sonrisa tímida y Jungkook también sonrió mostrando sus colmillos brillantes.
—Por favor, no contradigas a tus padres, lleva a cabo toda esa farsa.
—Pero tendré que casarme.
—No, déjamelo a mí Hoseok. No tendrás que casarte con nadie.
—¿Seguro?
—Si.
La respuesta tan segura que le dio el vampiro hizo que Hoseok no dudara.
—Gracias.
El voto de confianza estaba dado a Jungkook y Hoseok sólo esperaba no equivocarse.
Con Hoseok sentado en el filo de la cama y Jungkook a sus pies, se quedaron así perdidos en sus pensamientos, antes de chocar miradas.
—Muero por besarte, tocarte y tenerme en mi brazos tan suave y caliente —murmuró Jungkook serio cuando se miraron por un buen rato.
—Yo también —respondió en un gemido suave. No quería que sus padres se despertaran y le encuentren con el vampiro en la habitación.
—No podemos tocarnos, pero si jugar cada uno —se levantó y arrimó su espalda en la puerta mirando fijamente al hada —. Quiero ver como te tocas y preparas para mi.
Cómo un autómata, Hoseok se desprendió de las telas que cubrían su delicado cuerpo y quedó desnudo delante del vampiro. Tomó su aceite y se colocó en la cama con las piernas flexionadas y el trasero alzado en dirección a Jungkook.
Se tocó, acarició y dilató bajo la atenta y azul mirada del vampiro, que también estaba jugando con su miembro masajeándolo mientras veía como el dedo de Hoseok entraba y salía de su ano sin cesar. Dando jadeos que callaba mordiendo la almohada y mojando con la saliva.
El pene erguido y brilloso del vampiro no dejaba de ser estimulado por la áspera mano de su dueño y cuando Hoseok tembló al llegar al clímax, decidió apurar el ritmo y acompañarlo en el suave vals de la lujuria.
Jadeantes y sonrojados, se miraron con devoción y sonrieron cómplices. Si hubieran podido tocarse, de seguro ahora se estarían comiendo la boca y muchas cosas más. Hoseok limpió el desastre con una toalla que fue tomada por Jungkook cuando cayó al cesto de ropa sucia.
—La tendré de recuerdo —le dijo aspirando la toalla que limpió la esencia derramada en la cama.
El hada ya no se sonrojó y sólo sonrió, golpeteando la cama para que lo acompañe y esté junto a él.
—Prefiero verte dormir, pareces un ángel —confesó.
Luego de cambiarse y acomodarse en la cama, el vampiro se sentó a su lado. Lo tanto que podía acercarse.
—Por favor, aliméntate. No quiero que enfermes —el tono de voz del vampiro era tranquilo, pero su mirada estaba fija en la bandeja con comida.
—Lo haré.
Esa noche, Hoseok se durmió a los pocos minutos, luego que su cabeza tocara la parte seca de la almohada.
—Te amo —confesó Jungkook a un dormido Hoseok.
Ahora Jungkook debía pensar en un plan para evitar que Hoseok se case.
✫
—¡Taehyung debes ayudarme!
—No lo haré.
—¡Si puedes!
—No.
—Deja de ser un egoísta que solo piensa en ti —bramó enojado.
—¿Egoísta? Me estás pidiendo una completa locura Jungkook.
—Y eso no es lo que hiciste cuando trajiste a toda la manada solo por olor del ninfo. ¿Cierto? —lo encaró.
—Es muy distinto.
—¡No!
—Jungkook…
—La diferencia es que Yoongi no tiene la obligación de casarse con nadie que el ¡No quiera! —gritó la última parte —. En cambio los demás habitantes del reino deben cumplir y seguir la costumbre y reglas anticuadas. Ustedes tendrán por lo menos una oportunidad, aunque sea mínima de estar juntos. Yoongi puede interceder con la reina y tú podrías estar a su lado. En cambio yo no, no puedo.
—Entiende Jungkook que…
—¡No quiero ni puedo entender nada! —dijo antes de dejar completamente solo al líder de su manada.
Ya había pasado una semana, una semana donde ya se estaba empezando a organizar la boda de Hoseok con un tipo que prefería no decir ni acordarse el nombre. Llegó a la que era su casa en una zona lejana del pueblo donde vivían con la manada y que tenía como unión el inmenso bosque con el reino del hada.
El pueblo era tranquilo y habitados por seres que no eran humanos y también existían en el reino de Judinpal, sólo que ahí no había reglas absurdas, por eso facilitaba a los vampiros poder vivir ahí. No habían regresado al reino cuando empezaron a sospechar que no eran elfos ni nada parecido a las criaturas de ese lugar.
Se había empapado de información sobre las costumbres, reglas y leyes del pueblo y sus alrededores. Judinpal era un lugar nuy estricto, donde sus reglas se debían cumplir a cabalidad. Rió cuando vio la primera ley que quebrantó Hoseok para encontrarse en el bosque.
A partir de las nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana en el reino de Judinpal se prohíbe la circulación de habitantes para mantener el orden y la paz. Solo se eximía esta regla en los días festivos del reino. Es un toque de queda no es negociable. Si se encuentra a cualquier habitante rondando a esas horas sin rumbo fijo, será severamente castigado.
Se suponía que el reino de Judinpal debía de avanzar por los poderes que tenían sus habitantes, pero parecía que seguían estancados en el mismo lugar por años.
La protección que tenía encima Hoseok, no iba a desaparecer si sus padres no querían.
La magia de cada habitante del reino es única y usada para proteger y trabajar. Cuando en un grupo familiar, uno de ellos no quería obedecer, utilizaban un hechizo de protección antiguo, que no puede romperse o quitarse hasta que cumplan el deber que se negaron hacer. No importa si los protectores perecen o sufren accidentes, la protección no se verá afectada en su protegidos.
Por lo que pasó investigando más del tema, por eso recurrió a su líder para que hable con él ninfo y le ayude. Estaba tan desesperado que cada día guardaba en su memoria la forma en que Hoseok dormía.
No podían tocarse, pero esas semanas se habían convertido en noches de charlas en susurro y desvelos, de confesiones, recuerdos y experiencias vividas en su niñez.
Una semana después, Jungkook estaba mirando como su novio —¿Novio? Si, lo era. Solo faltaba decirle a Hoseok—, bueno, como su novio se cambiaba a una pijama más fresca por el clima después de masturbarse en una posición donde Jungkook veía absolutamente todo, en alta resolución y primera fila.
Empezaron a reír luego de que Jungkook le dijera que lo amaba. Si, que lo amaba, aunque ya lo había dicho antes, pero está vez Hoseok estaba despierto y mirándolo con ternura, por lo que no pudo resistir y soltar la confesión.
Hoseok se sorprendió y Jungkook bromeó por su reacción, entonces se rieron, pero se escucharon unos pasos y la puerta se abrió de golpe. Hoseok solo atinó a cerrar los ojos y hacerse el dormido. Ya se imaginaba la grande que se iba a armar al ver si encontraban a Jungkook compartiendo su cama y en la casa de sus padres.
Más nada pasó, sintió la mano de su padre —que era grande pero no áspera como la de Jungkook— sacar sus rizos rebeldes de su frente y dejarle un beso suave ahí. Escuchó pasos y la puerta cerrarse, esperó unos minutos y decidió abrir los ojos.
Jungkook no estaba por ahí. ¿Dónde carajos se metió?
—Sigo aquí —murmuró de pie arrimado a la pared —. Puedo hacerme invisible también.
El suspiro de alivio que soltó Hoseok los hizo sonreír. Prometieron conversar en susurro.
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—Taehyung, es algo difícil lo que me pides. Puedo meterme en problemas con la reina.
—No te pido que tu lo hagas, solo que me digas como hacerlo.
—¡Pero es exactamente lo mismo!
—Yoongi, piensa en Hoseok. ¿Te imaginas una vida infeliz a lado de un hombre que no amas?
Taehyung como líder de su manada siempre se preocupaba por sus hermanos y esta vez trató de persuadir al ninfo para que le dé información sobre la protección que tenía Hoseok realizada por sus padres.
—Te imaginas que fuera al revés —se acercó al ninfo, acariciando uno de los largos mechones suaves y castaños —. Yo estaría tan desesperado como Jungkook en tratar de buscar una solución y evitar que te cases.
Yoongi frunció el ceño, Taehyung había logrado dar en el punto débil y empático del bello ninfo.
—Te diré, pero antes debes darme muchos besos.
—Con todo el gusto lo haré.
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Taehyung no soltaba la mano pequeña de Yoongi ante la mirada azul de Jungkook. Este se sentía un poco incómodo al ver el trato cariñoso que tenía su líder con el ninfo, pero no diría absolutamente nada, ya que Yoongi había aceptado ayudarle.
—Lo primero que debes hacer es estar en la ceremonia.
—Fácil, puedo aparecerme ahí…
—Jungkook no interrumpas —el timbre de voz usado en Taehyung era el mismo cuando se reunían a decir algo muy importante para la manada.
—Ese es el problema. Hay escudos protectores en la capilla que no permite el ingreso de otra persona que no haya sido invitada —suspiró —. Lo que quiero decir, es que no podremos hacer nada y tú —señaló a Jungkook —. Tampoco podrás hacer presencia, hasta que…
—¿Qué cosa? —los nervios lo estaban afectando.
—Hasta que Hoseok diga sus votos matrimoniales.
Manera de cortar la protección de padres antes sus hijos para obligarlos a casarse.
Los futuros novios poseen una protección impuesta por sus padres hasta el día de su boda. Luego de que cada uno haya dicho sus votos, La protección caerá poco a poco, hasta que el encargado de la ceremonia, diga las palabras que los una para siempre como esposos y los espolvorearan una pizca de polvo mágico amoroso.
En este caso uno de ellos cubriría con su protección a su ya esposo y la ceremonia habría culminado.
—¿Qué probabilidades hay que todo salga bien?
—Ninguna, pero como yo seré el encargado de llevar la ceremonia —explicó —. Ayudaré a romper las protecciones de la capilla y tú puedas ingresar cuando Hoseok esté dando sus votos. Solo recuerda, debes dejar que terminé de hablar para que tu puedas mostrarte, así la protección que lo cubre se elimina por completo
—Y si…
—Calma Jungkook, confía en Yoongi.
—Lo hago, solo que temo no poder controlarme cuando Hoseok diga los votos a ese —refiriéndose al prometido.
—No importa lo que escuches, cuando tu sientas que debes aparecer, hazlo.
—Si. Solo espero que Hoseok entienda y no piense que permitiré que se case.
—Lo hará, Jungkook —Taehyung le colocó su mano en el hombro, brindándole apoyo —. El cree en ti.
—¿No tendrás problemas con eso? —miró al ninfo.
—No sé, la verdad la reina me considera como a su hijo y no creo que se de cuenta que yo he ayudado. También te daré uno segundos antes de que yo empiece a hablar y los rocíe de polvo, si pasa eso, es inevitable que ellos se amén, aún si no lo hacen.
Jungkook asintió muy concentrado en sus pensamientos. Tenía que ser rápido porque si no, no habría vuelta atrás y perdería para siempre a Hoseok.
—Algo me dice que será indulgente y no te tomará como sospechoso de todo el embrollo que se va armar —sonrió enternecido al ninfo —. Yo estaré ahí contigo cuando Yoongi nos avise, sabes que cuentas con nuestro apoyo.
El plan estaba armado, solo faltaba que llegue el día donde por fin, Jungkook y Hoseok estén juntos.
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—¿Estas seguro Hoseok? Mira que mañana será tu boda y el reino habla de eso.
—Lo sé, Jungkook lo prometió, no dejaría que me case. Yo le creo.
Jimin había llegado a la casa del hada prometido, ya había pasado un mes completo desde que los padres de Hoseok anunciaron su futura boda.
Hoseok se había mostrado como el joven obediente y tranquilo que siempre pregonó ser, más en realidad nunca lo fue. Se disculpó con su padres y aceptó sin chistar lo que ellos dijeron. La boda fue organizada por ellos, el no quiso opinar y se mantuvo al margen en todo el desarrollo del matrimonio y más.
Se mostró tímido y avergonzado cuando conoció a su prometido, por eso se disculpó cuando trataron de dejarlo a solas para entenderse y conocerse. El no quería saber nada de ese joven hada, pero sonrió avergonzado cuando lo presentaron y se ocultó en la espalda de su madre, para parecer inocente.
¡JA! Hoseok era todo menos inocente, el sabía manipular y sus padres eran un claro ejemplo de eso.
Los días y semanas pasaron, y en ningún momento Jungkook faltó en su habitación haciéndole compañía por las noches —excepto, cuando tuvo que alimentarse—. Se conocieron mejor, más allá de sus cuerpos y el deseo.
—Espero que todo salga bien —Jimin murmuró, trayendo a Hoseok de vuelta a la realidad y sacarla de sus pensamientos.
—Yo también.
✫
El día más esperado llegó y con ello la preparación del hada, dónde la madre de Hoseok ayudó con mucho esmero. Una sonrisa hipócrita mostró Hoseok y le dolió mentirle a su madre, ella siempre había sido tan buena con él.
La capilla estaba arreglada con muchas flores, todo de manera hermosa, pero ante los ojos de Hoseok no era más que una circo armado del cual el sería el protagonista. Las palabras del ninfo encargado y mano derecha de la reina lo hicieron alterar y de manera disimulada buscó a Jungkook por todos lados, necesitaba ver unos cabellos negros o quizás unos ojos azules, pero nada. No estaba.
¡EL MUY MALDITO LE HABÍA MENTIDO!
Los votos del novio empezaron y Hoseok tembló de nervios. Sus alas se movían en un tic de ansiedad e intentó calmarse. Cuando fue su turno, se olvidó lo que había aprendido y repetido delante de sus padres, por el nudo en su garganta que se había formado.
Sonrió tímido y empezó a improvisar, pensando en que sus palabras eran dirigidas a Jungkook.
—Te amo —dijo con voz débil —. Se que tu también lo haces y en serio, te agradezco por brindarme tu amor incondicional —dijo mirando a un punto vacío por delante de los hombros de su prometido y casi esposo —. Prometo amarte solo a ti, en alma, cuerpo y corazón por el resto de mi vida.
Los murmullos cargados de sorpresa y el coro de Awwww no se hicieron esperar, produciendo eco en la capilla.
Parpadeó para aclarar sus ojos, que se habían empañado por las palabras dichas y lo vio. Vio los ojos azul cielo que tanto le encantaban y sonrió emocionado.
Jungkook no le había mentido, el maldito si había llegado y estaba ahí. Se acercó tan rápido como una ráfaga de viento, que nadie pudo reaccionar y lanzó al hombre grande y fuerte —que iba a casarse con Hoseok— lejos, para poder besar al hada que amaba y desaparecerse ante la mirada atónita de todos.
Solo fueron capaces de oír los gritos de sorpresa por parte de los presentes y el llamado de la madre de Hoseok. Mientras los fríos labios de Jungkook se pegaban a la boca del hada en un ansioso y necesitado beso, que fue devuelto al instante en que chocaron y sus saliva se mezclaron. El tirón que sintió en los pies y luego un vacío donde estaba de pie, hizo que Hoseok se agarre al instante de la espalda de Jungkook para evitar caerse.
Cuando se dio cuenta, había piso bajo sus pies e intentó soltarse para estabilizarse, pero el vampiro no le permitió, afianzó más el abrazo y devoró la boca dulce del hada. Se separaron y Hoseok notó que no estaban en la capilla del reino, era una habitación nunca antes vista, decorada de la manera más romántica posible.
—Eres mío y yo soy tuyo, tus votos fueron dirigidos para mí y yo ahora diré los míos —dijo Jungkook tomando las manos del hada que temblaban de la emoción.
Quizás el hada era un hipócrita, por dejar toda su vida atrás, pero en su espíritu no llevaba aquello de ser obediente y bueno como decían todos en el reino. Lo había sido por muchos años, hasta que Jungkook despertó esa chispa que tenía apagada y pudo tomar vuelo lejos.
—Yo también te amo, lo supe y lo dije cuando dormías, como un ser inofensivo que debe ser cuidado. Quiero protegerte de todo mal, pero siento que no pude ni de mi mismo, por eso prometo hacerte feliz, todos los días, amarte y respetarte hasta la eternidad. No soy bueno en las palabras pero en la cama soy en el mejor, si quieres te lo de… —la mano delicada y pequeña de Hoseok tapó la boca del vampiro.
—Ibas muy bien hasta que hablaste de sexo —torció los ojos con una sonrisa.
Jungkook lamió la palma de la delicada mano y Hoseok lo miró coqueto —. Creo que es hora de consumar nuestro amor, ya dijimos nuestros votos y yo muero por tenerte y enterrarme en ti.
El vampiro iba a ir a rasgar la ropa que llevaba puesta el hada —que lo hacía ver con un ángel caído en este mundo lleno de pecado y descontrol— pero este lo detuvo.
—Hagamos algo diferente —murmuró abriendo los botones de su traje de seda —. ¿Qué te parece si bailo mientras me desnudo? —propuso —. Tu acuéstate en la cama que yo me encargo de seducirte y deleitarte con una buena vista.
Y Jungkook como un vampiro que amaba demasiado a Hoseok, obedeció y se tumbó en la cama y miró con atención el espectáculo que iba a recibir. Es que el hada tenía un aura tan angelical que parece que se corrompía al ser más puro, pero en realidad es todo lo contrario. Ni era tan puro ni angelical y lo ha demostrado muchas veces con Jungkook.
La parte de arriba del traje cayó al piso y los movimientos lentos empezaron a subir el ritmo, mostrando sus clavícula resaltadas y sus pezones claros, erectos y apetecibles. Con los pantalones blancos en el suelo, haciendo compañía a la camisa, Hoseok se contorneó, moviendo las caderas y la cintura de manera seductora. Bajó luego su ropa interior, dándole la espalda a Jungkook y mostrando aquel agujero que tanto conocía el duro y grueso pene del pelinegro.
Un gruñido cargado de excitación soltó Jungkook, levantándose y pegando su hombría excitada al trasero del hada y besando su espalda, cuello y orejas. Hoseok se irguió y restregó sus nalgas sedosas al sentir como el bulto tras la ropa de Jungkook estaba duro como una piedra, dispuesto a hundirse en sus carnes.
Con la ayuda del hada, el vampiro quedó desnudo, solo con un accesorio puesto. En una cadena colgaba el dije obsequiado por Hoseok de los colores de ojos de Jungkook. La sonrisa llena de amor que le brindó el hada le dijo que le gustaba que lo llevara puesto y agradecía por apreciar el detalle.
—Te amo.
—Te amo.
Se besaron, donde su hambre y desesperación se hizo notar. Poco a poco caminaron hasta chocar con algo y no era más que un escritorio empotrado a la pared. Un perfecto lugar para hacerlo y luego buscarían otro diferente. Con la mejilla pegada a la madera marrón, la saliva escurrirse por sus labios y la boca siendo solo capaz de emitir gemidos y balbuceos, se encontraba Hoseok separando las piernas y siendo sostenidas solo por las puntillas, mientras el resto del peso, reposaba en la madera.
Las embestidas eran constantes y a un solo ritmo, para enloquecer al hada y hacer que termine pronto, aunque el vampiro estaba empezando a jugar y no se cansaría tan rápido. Observó el cuello blanco y perlado por el sudor y se lamió los labios por instinto, sus colmillos salieron a flote y se acercó a morder, quería, aunque sea por primera y última vez probar el sabor de Hoseok.
La oreja sensible fue quien resultó mordida y Hoseok gritó por el orgasmo que se le presentó al sentir su zona erógena estimulada al máximo.
Con cuidado y delicadeza, lamió el pequeño hilo de sangre que escurrió por el cartílago y comprobó que mil veces sabía mejor el semen del hada y su boca juntas. Ahora debía tener en cuenta que cuando Hoseok se recupere de su orgasmo le dejaría sin bolas.
Bueno, hasta que eso pasara le haría el amor tan delicioso que de seguro Hoseok le perdonaría o quizás, si le mostraba el enorme jardín y bosque que tenían detrás de su casa. Quizás ahí, pero mientras tanto, lo tumbaría en la cama y lo pondría de costado para enterrarse y besarlo de manera lenta y sensual.
Fin
Este es el fin del Two Shot y me siento feliz por el resultado. Me tocó pensar un poquito más para hacer algo menos cliché, por eso agradezco a mi amika Mariri por ayudarme, ella fue uno de mis pilares para salir de la pequeña burbuja de frustración que me estaba invadiendo.
Créanme, intente no poner nada de angustia, pero creo que la vena en mi salió y lagrimeé cuando Hoseok dijo sus votos de matrimonio pensando en Jungkook. Lamento si el drama no es muy bueno, esa parte me tomó poco tiempo pero siento que quedó bien, se hizo lo que pudo.
Agradezco kooromi_ por permitirme participar en el concurso, la letra cayó como anillo al dedo a la pareja que tenía establecida y creo que el resultado fue el óptimo.
Aclaro, hace un par de meses atrás, yo fui nominada al reto de Twenty Songsfics y lo estaba subiendo de a poco en mi otra cuenta, por eso recién lo subí nuevamente aquí, así que no me sentí tan perdida en el concurso.
Disculpen si encuentra la algún error ortográfico o cambio de guiones, todo será nuevamente revisado y editado minuciosamente después del concurso. Ahora si, mucho palabreo, me despido y espero que de corazón les guste tanto como a mí, escribirlo.
Cuídense.
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