JungKook llego a la gran casa de su amigo y cuando entro pudo sentir el aroma a moras y lavanda de su hermano y el fuerte aroma a cafe y menta de su amigo, junto al olor a celo.

Ya era tarde y el castaño podía jurar que en toda la mañana no habían salido de la habitación, por lo que decidió dirigirse al piso de arriba y solo acerco su oreja a la puerta para cerciorarse de que no hubieran ruidos extraños.

JungKook abrió la puerta y el fuerte aroma dentro logro marearlo un poco. El alfa se adentro a la habitación allí vio los dos cuerpos cubiertos por una sabana hasta la cintura, dejando el torso hacia arriba totalmente al descubierto.

— Par de cerdos... — susurra.

El menor se acerca a la ventana y la abre, dejando ventilar levemente la habitación.

— ¡JiMin, YoonGi! — grito.

Ambos mayores se sobresaltaron y el azabache inmediatamente gruño cuando sintió el aroma de otro alfa en su territorio, calmándose cuando noto que solo era JungKook.

— Ustedes no tienen respeto

— Tu tampoco ¿Qué hubiera pasado si estuviésemos haciendo otras cosas?

— Es por eso que trate de escuchar si no había sonidos raros antes de entrar

— ¿Qué haces aquí de todos modos? — cuestiona el mayor

— Ya es tarde, deben de comer o mi hermano morirá. Ademas, quiero hablar contigo, JiMin — el castaño observo al rubio.

El omega solo asintió y el alfa decide que ya es hora de retirarse de la habitación. JungKook se dirigió al comedor, donde esperó pacientemente a sus dos mayores.

— ¿Qué paso? — cuestiono JiMin cuando por fin se sentó.

Ambos alfas soltaron una carcajada cuando notaron la mueca de dolor del omega cuando se sentó en la silla.

— Malditos, no se rían

— Son dos temas. TaeHyung, mamá y papá

— ¿Qué hay con Tae? — pregunto el rubio.

— ¡¿Cómo se te ocurrió ponerte mi sudadera ayer en tu salida?! ¡TaeHyung ahora esta sospechando de algo!

— Y-Yo no lo pensé... — comento al recordar como su amigo había estado muy curioso por la prenda el día anterior.

— ¡Hasta saco la conclusión de que era tu hermano, pero lo descarto cuando recordó que no era mi nombre!

— Jeon, eres realmente un estupido — YoonGi comentó.

— Ya se... todos me lo han dicho — refunfuña el castaño.

— Ahora... mamá y papá... — susurra nervioso el omega.

— E-Ellos quieren disculparse

— ¿Ahora? — dijo el azabache.

— Dijeron que lo pensaron demasiado y aceptan su error. También quieren conocer a YoonGi

Tanto el rubio como el azabache se tensaron un poco ante la declaración del castaño. JiMin mordió su labio inferior algo ansioso.

— Pero ellos quieren que regreses a casa urgentemente

— ¿Urgentemente? ¿Por qué?

JungKook agacho su mirada y empezó a jugar con sus dedos, dudando en si decirle la verdad a su hermano o no.

— Mamá dijo que... tú padre logro localizarnos...

— ¡Pensé que el estaba en prisión!

— JiMin... han pasado 12 años desde aquel día. Le acortaron la condena por buen comportamiento

Ambos alfas vieron como el omega empezó a soltar lagrimas angustiado. YoonGi sintió el miedo a travez del lazo y JungKook se acerco a su hermano para poder abrazarlo.

— No dejare que ese monstruo se acerque a ti, no dejare que trate de llevarte como aquel día

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Ambos cachorros corrían por el parque frente a la gran casa. Había un buen clima en Busan aquel día y ambos hermanos no desaprovecharon para salir a jugar.

El cachorro rubio sostenía con un brazo el balón y con su otra mano sujetaba la mano de su hermano menor. Ambos cachorros llegaron al lugar e inmediatamente empezaron a jugar.

JiMin trataba de correr despacio, pues su hermano de apenas 4 años era un poco lento. El rubio y el castaño se pasaban la pelota, ellos estaban en su propio mundo, no prestaban atención a nadie de alrededor.

Repentinamente, el mayor de ambos sintió una mirada sobre el; cuando volteo, vio a un hombre rubio viéndolo fijamente, quien le sonrío cuando noto que la atención del niño estaba en el. JiMin correspondió la sonrisa e inmediatamente el adulto se acerco a ambos hermanos.

— Hola, niños ¿Cómo se llaman?

— M-Mamá dice q-que no hablemos con etstlaños — hablo el castaño escondiéndose tras su hermano.

— Yo no soy ningún extraño, yo los conozco. Vivo aquí cerca

JiMin inmediatamente desconfió de aquel hombre. El cachorro rubio solo agarro la mano de su hermano y empezó a caminar fuera del pequeño campo dé fútbol.

Ambos hermanos sintieron un agarre en sus brazos y cuando voltearon vieron al hombre sujetándolos. El hombre empezó a jalar de sus brazos, pero en un movimiento rápido el castaño logro morder al hombre, liberándose.

El adulto sujeto ahora a JiMin con sus dos brazos, el cachorro rubio era su principal objetivo por lo que no le importo soltar al castaño.

— ¡¡Hyung!! ¡¡JiMin hyung!! — el mayor de los hermanos escuchaba los gritos del menor.

— ¡JungKook, vete. Ve a casa! — grito asustado de que algo le pasara a su menor.

El castaño retrocedió cuando noto como el hombre sacaba algo de su espalda.

— ¡Corre JungKook, vete!

Fue todo lo que necesito escuchar el menor para empezar a correr hacia su casa. Volteando hacia atrás, el cachorro vio como el hombre metía a la fuerza a su hermano a un carro, viendo como pataleaba.

— ¡Mamá, papá! — grito cuando entro a la casa.

Inmediatamente ambos adultos voltearon a ver a su pequeño cachorro y se acercaron preocupados cuando vieron sus lagrimas.

— ¿JungKook? ¿Dónde esta tu hermano? ¿Qué pasa con JiMin? — cuestiono la mujer agachándose a la altura de  su hijo.

— ¡¡Se lo llevo, e-ese homble se lo llevo!!

El pequeño cachorro castaño solo vio como sus dos padres empezaron a correr a travez de la sala. Su padre hacia una llamada mientras su madre salía de la casa para poder cerciorarse de que su hijo realmente no estaba allí.

— Lo secuestraron... — susurro la mujer cuando entro a la casa.

JungKook despertó abruptamente cuando aquel recuerdo llego a el. Aquel día había sido de los peores, aun recordaba perfectamente todos los sentimientos que había sentido aquel día. La incertidumbre de saber si su hermano estaba bien o no.

El castaño no dejaría que nada igual le vuelva a pasar a JiMin, el lo protegería que cualquier cosa.