Capítulo XXI

-Narra Amy-

—¿Estás tan seguro? Ya te dije que donde algo esté mal, lo vas a pagar caro, imbécil. —Amenaza Shadow ante su frase.

Scourge the hedgehog, uno de los erizos más detestables que tuve la dicha de conocer en mi vida, desde que quiso matar a Sonic no supe nada de él, Sonic lo mandó a la zona negativa y creí que seguía ahí... Demonios, mi cuerpo está teniendo escalofríos.

Ambos caminaron para cruzarse en medio del sendero, se dieron un extraño saludo de manos mientras ambos se miraban y sonreían con malicia...ver ese extraño entendimiento en sus ojos me dio temor...maldita sea, ¿en donde me he metido?

—Es en serio, ¿la novia rosa de la plaga azul? ¿Por qué a ella habiendo muchas en Mobius?

—¿¡QUÉ!? ¿Qué insinúa, estúpido? —Ya estaba tirando las mochilas para abalanzarme sobre él pero inmediatamente, como si leyera mis movimientos, Shadow me toma por los brazos y rodea mi estomago impidiendo que me mueva y que, por lo tanto, no le ponga mis puños en la cara a ese idiota.

—Basta, ¿Qué te dije de las provocaciones?

—Ese idiota no me cae nada bien, así que será mejor que no me busque o...

— ¡uyy! Lo siento, no lo sabía, pegarme por preguntón~

—¡Kyaa!—me muevo queriendo hacer que Shadow me suelte pero no lo consigo; lo odio, odio a ese erizo esmeralda, no sé que hace aquí, que tratos tenga con Shadow, ¡no lo sé! Pero no quiero estar con este erizo los días que pasemos en la tierra.

—Será mejor que te calles o no pienso retenerla más —lo escupe con algo de sacarmos Shadow, bien, esas palabras amenazantes para Scourge me gustan, pero de igual manera no quisiera quedar en ridículo si no consigo golpearlo.

—¿Qué me puede hacer esta patética eriza?

—Muchas cosas, más de lo que tú crees.

Doy un largo suspiro deteniendo mis acciones, ya sé que me veo como niña haciendo berrinche y al final lo entiendo y Shadow sabe que lo vi, sólo por eso me suelta y acomodo mi blusa.

—Toma las cosas y entra a la casa, sólo quiero que te quedas en la sala, no vas a explorar más allá de ahí, ¿oiste? No hasta que yo entre y te indique donde dormirás. —Manda. Tuerzo los ojos sin decir nada y entro, arrastrando las mochilas, vaya que estoy exhausta.

-Narra Shadow-

—Ya, en serio, ¿Qué hace aquí? ¿Ella era tu compañía?— No sé si debería hablarle de todo el plan, pero al menos lo básico debe de conocer, después de todo, el hará otra parte en cuanto los días pasen.

—Debo de mantenerla lejos de sus amigos, y por lo tanto, debo de entrenarla y hacerla más fuerte.

—¿Más fuerte? —se cruza de brazos— No sé por qué estás haciendo esto... ¿Otra vez estás con Eggman?

—¿Quién más me pediría esto tan absurdo? Aun que...esta vez podría funcionar...

Sorprendido, Scourge replica— ¡wo, wo, wo! ¿Planes de Eggman funcionando? ¿Shadow entrenando molestias? El mundo se está yendo a la mierda...

—Y contigo por delante. —Sonrío de soslayo.

Suelta una carcajada y ambos entramos a la casa; ahora, necesito descanso antes de que comience a entrenar a esa eriza...ella igual lo necesita, así que deseo que ya esté tendida en un sofá o algo por el estilo, inmóvil, sin causar molestias.

-Narra Sonic-

Mareo, dolor de cuerpo...increíble, estoy vivo. Parece como si hace dos horas me hubiera desmayado, pero cuando me informan que no es así y que llevo casi dos días inconsciente no puedo evitar pegar un salto de la impresión... ¿Cómo pudo ocurrir...? ¿Cómo es posible que siga con vida? Todavía siento estar en combate contra Eggman y me es inevitable no querer apretar los puños lleno de ira y frustración... Muero por saber que ha pasado en estos días después de este percance.

Las enfermeras me informaron que tendría visita, no sé con certeza quién podría venir a verme primero, pero comienzo a creer y desear inconscientemente que sea Amy...quiero verla a ella.

—¡Dios! ¡Sonic! ¡No sabes que alegría me da verte!—suele preocuparse mucho, no deja de ser un niño, es como mi hermano menor y me hace sentir excelente el reconocerlo. Tails entra muy efusivo y se posa a un lado de mi cama, viene acompañado de Cream, y al estar Cream...no, esperen, ¿Y Amy?

—¿Cómo se siente, señor Sonic?

—Mejor...al menos ya abrí los ojos —Cream está al lado de mi amigo, este se ríe con timidez.

—Knuckles también iba a venir pero dijo que deseaba mejor venir a verte en la tarde para hacerte compañía.

—Bien, sus ideas de Knuckles... ¿Y Amy?

Ambos me miraron con seriedad, no querían decirme algo, algo que me daba temor realmente saber...mi mente trabaja rápido y piensa al instante que a Amy le pasó algo...maldita sea.

—Señor Sonic...desde que usted estuvo internado en el hospital... Am....Amy...ella...no sabemos dónde se está.

...Sin palabras, apuesto a que mi cara dice todo, y al ver ellos que no sé que decir, deciden continuar.

—Amy se fue, Sonic, no sabemos a donde o con quién, pero...bueno, encontramos unos sobres en su cama y uno de ellos es para ti —busca el sobre hasta sacarlo—, no sabemos que dice...pero tomarlo con calma, amigo, puede que reunamos pistas.

Me tiende ese sobre y no puedo evitar querer arrugarlo con mis manos hasta destrozarlo, tiendo un poco la mano y lo tomo con cierto temor que mi pecho se aprieta, y de la nada mis defensas bajan. No quiero abrirlo realmente.

—Señor Sonic, lo dejamos un momento a solas...

No digo nada, ambos saben como me siento y por eso me brindan tiempo necesario a solas...lo necesito, definitivamente. Silencio y vacío a mi alrededor, es como si el momento de suspenso fuera ahora o nunca y, con cierto impulso y desesperación, lo rompo bruscamente y saco la carta con trémula sin evitar desenvolver los dobleces rápido...sus decoraciones desde el sobre...siempre lo hace así conmigo.

Por un lado la ira quiere hacerlo, quiere tomar esa carta y destruirla en mil pedazos, pero por el otro, sé perfectamente que es lo más cercano que tengo de ella...lo único que me queda por ahora. Mi cuerpo me duele ahora más, mucho más que cuando desperté y es porque la tensión y las sensaciones desequilibran mi estado; sujeto mi cabeza sin soltar la carta por las pulsaciones tan duras y soeces que estoy sufriendo... —Amy... ¿por qué...?— la voz se me ha cortado, quiero maldecir a los cuatro vientos pero sé que estoy en un lugar inapropiado...a quién engaño.

—¡Maldita sea! ¡Amy!—me enderezo de golpe y golpeo la cama con mis puños cerrados. —¡¿Por qué me haces esto?!

¿¡POR QUÉ?!

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