Capítulo X
-Narra Amy-
En cuanto llego a mi casa no puedo evitar seguir llorando, es una acción involuntaria en mí, cómo el parpadear o respirar, ¡soy tan estúpida! ¡Aaayy! No puedo evitar el quejarme por esto, me siento tan estúpida por llorar sin ningún propósito más que el desanimarme y sentirme una completa imbécil.
Hago una mochila de ropa, tengo demasiada pero no puedo hacer muchas mochilas porque con trabajos puedo con mi alma...no vas a llevar más que lo indispensable y nada más.
Mi celular, comunicador, unas cremas y accesorios de belleza, ¡oh si, Amy, lo indispensable! A quien engaño, no ocupan mucho espacio. En cuanto termino de empacar, con una cinta de aislar que me encuentro en un cajón envuelvo el martillo para unir las dos partes...no sé cómo puedo repararlo...pero por ahora es lo más factible, tal vez después pueda hacerle una reforma o algo.
Y ahora, lo más importante: cartas. Así es, dejaré una carta para cada uno de ellos diciendo cosas diferentes... A la única que le dejaré mis intenciones será a Cream, confío en ella cómo para no decir nada y que esté tranquila sabiendo mi paradero. Comienzo a escribir y sigo con los ojos acuosos, ya para qué me resisto, sólo voy limpiando mis mejillas para evitar que las lágrimas escurran hasta el papel y lo manchen...
Bien, ya está Tails, Cream, Knuckles...falta Sonic... ¡joder! Tengo la esperanza de que él sobrevivirá, saldrá adelante y si lo hace será sin mí... No me necesita. No ahora.
Continúo escribiendo su carta y ya me llevé toda la parte delantera de la hoja, es como si estuviera dejándole todo lo que siento y sentí y ya no lo volveré a ver...aunque en realidad si pienso regresar en algún momento... ¿o no? Tal vez muera en el intento... ¡Ash, Amy! Deja de pensar tanta estupidez.
Termino la carta y todas las doblo, hago sobres de papel y luego en cada uno meto una hoja...siempre me gustaron las manualidades y hoy no es la excepción, hasta florecitas y puntitos les pongo a cada sobre... Y a la de Sonic corazoncitos, ¿por qué no? Pongo el nombre de cada uno de ellos en el sobre que le corresponderá a cada uno y las dejo en mi cama, espero y las vean...yo ruego que sí.
Muy bien, es hora de partir; bajo las escaleras con la mochila de lado y salgo sin poner llave. Cream tiene un duplicado pero dudo que alguien entre a mi casa...aquí si somos respetuosos. Camino lentamente en dirección al bosque, voy lentamente y sin esforzarme, no quiero desmayarme otra vez, mejor me tomo mi tiempo...tengo la corazonada de que me lo toparé por ahí y si no...será en otro lado...
-Narra Knuckles-
Ya es tarde y sigo sin tener respuesta de los chicos, bueno, de Amy me informaron que estaba débil y sus defensas bajaron hasta el punto de desmayarse, pero de Sonic...todavía no hay mejoría. Sólo espero que se recupere, no quisiera que le pasara algo, me arrepentiría toda mi maldita vida por no poder estar ahí para hacer algo.
En cuanto dejo mi asiento para caminar y relajarme un poco veo a Cream venir hacia mí, estaba hace un momento con Tails, parece que ha decidido despejarse un rato también.
— Sr. Knuckles, ¿sabe algo de Amy?
—No, sólo lo que ya sabéis, estaba débil y parece que se estaba recuperando. —respondo tranquilo, sus orejas están caídas.
— ¿y de Sonic? —No puedo evitar soltar un suspiro.
—No, Cream, de Sonic no me han dicho nada.
Cream suspira también pesadamente y se dirige a una butaca vacía, luego empieza a jugar con sus manos, ciertamente nerviosismo.
—Ya verás que todo estará bien, ¡Ja! Es Sonic, no te angusties tanto —Le digo para levantar sus ánimos, no podemos quedarnos todos tristes y deprimidos, todo saldrá bien, tengo mucha confianza en ello.
—Seguro sí, estoy más que segura de que Tails también ya será dado de alta...y Amy y Sonic igual.
— ¡Así es, Cream! Lo lograran. —Ambos sonreímos como pudimos, menuda tarde.
-Narra Amy-
Estoy cerca de la plaza, me acuerdo un poco de lo acontecido y me duele pensar en ello, paso de largo lo más rápido que puedo y me detengo en un restaurante a comer, es algo anticuado pero vaya que tengo hambre.
Llevo todo mi dinero y mis ahorros conmigo, no es mucho...pero quiero creer que con ello podré sobrevivir al menos tres o cinco días. En cuanto entro y busco una mesa no veo ninguna vacía, ¡maldición! Lo que me faltaba, no tener donde comer...si lo pido para llevar y me lo como en el parque...
—¿Por qué no te sientas conmigo, Rose? Todavía tengo un asiento disponible. —Otra vez no, otra vez no...Me petrifico como en aquella situación de la batalla con Eggman y la Master Emerald...es como si supiera a donde voy...
¡Ña! No tiene caso quejarme ahora, de todos modos lo estaba buscando.
Giro sobre mis talones para mirarlo y está ahí, sentado, muy tranquilo, con una posición bastante desparpajada en esa mesa para dos...¡ni que esto fuera cita! Pero me abstengo de volver a chillar como una niña, de quejarme por esto...es mejor así.
—No creí toparme contigo en un lugar público, siempre estás aislado. —digo para romper el hielo y hacerlo enojar... Vaya que soy increíble para hacer eso.
—Qué no me encuentres no significa que estoy aislado, tonta, siempre ando de aquí para allá.
Le doy la espalda y pido algo de comer, una torta y una soda tienen muchas calorías, pero poco me importa, oh bueno... ¡Tengo hambre! ¿Qué quieren haga? Cuándo me dicen que en un momento me llevan la comida a mi mesa me doy la vuelta para ir con Shadow...ciertamente no quisiera, pero debo dé, esa extraña corazonada de que esto saldrá bien sigue ahí así que...tomo aire y me siento con él.
Alza la mirada como si se tratara de un intruso, lo miro molesta y el me pregunta:
—¿Por qué esa cara?
—¿Te importa? —Suelta una carcajada que me sobrelleva, la última vez que respondí así me lleve un golpe tremendo en las bruces.
—Y el grosero suelo ser yo. —Realmente me divirtió su reacción. Necesito entrar en confianza con él y parece estar de... "Buenas".
—Ok, bien...es que ha sido un día difícil. —Termino por suspirar viniendo todo lo ocurrido de golpe a mi frente.
—Bien por ti, te felicito, seguramente la volviste a cagar. —¿¡Qué!? ¿Cómo puede hablarme así? Ahora me habla con mayor confianza olvidándose de que soy una dama.
—Oye, para nada...al contrario, casi salvo el día. —Intento sonar enaltecida pero seguro ha quedado patético.
—¿Casi?
—Sí, casi, porque... —Me guardo mis palabras, no quiero contarle toda mi vida, no es el punto, sólo estoy intentando socializar...y decirle lo ocurrido en la plaza no creo que sea buena idea de conversación.
—Bien, no me lo cuentes, no es necesario, lo vi todo —¿Cómo que lo vio todo? ¿Estuvo con Eggman en ese momento?—...Hiciste una buena actuación.
—¿Qué? ¿¡Acaso me viste?!
—Claro, estaba ahí —Bebe de su vaso y prosigue—, si tan sólo supieras manejar tu ira en momentos adecuados...
—Sí, sí —ruedo los ojos, cansada de lo mismo—, tengo potencial y lo desperdicio no usándolo...
Sonríe de soslayo, enaltecido —Veo que tomaste mis palabras, después de todo.
Lega un mecero con mi orden, deposita en mi lado de la mesa la torta y un vaso como de medio litro de soda ¡genial, ya tenía hambre!
—Claro, eso me dijiste tú y creo que tienes razón. —Tomo la torta luego de decir aquello y le suelto una mordida bestial, ¡dios, estoy con Shadow, debería tener más educación! Después de todo, no me siento en confianza como para hacerlo y sacar mi bestia sin modales.
—Realmente me tiene sin cuidado si las tomas o no, ya sé que eres una niña terca. —Toma el resto de contenido en su vaso y se levanta de golpe, ¡no te vayas ahora! Tengo que hablar contigo...
Me limpio con una servilleta velozmente—¿ya te vas?
—Terminé hace un momento. —Saca una pequeña billetera, una que evidentemente desconocía que tenía.
—¿No me acompañaras? —La insinuación que hago lo dejan sereno, ¡eso, Amy! Muy bien, eso querias...
—No pienso ver como traga una bestia... —¡Aaaaagh! Maldito desgraciado ¿¡Qué se cree!?
—¡Oye! Eres un grosero...
—Gracias... ¡Oye tú! —Se dirige a un mesero y este, gira con cierta persistencia—. Esta mesa ya está pagada...incluyendo lo de esta eriza —deja unos billetes en la mesa y no puedo dejar de masticar mientras veo sus acciones—, y el resto es tu propina.
¿Qué? ¿Te crees millonario o crees que estoy jodida? Aunque lo esté no dejaría que él pagara lo mío, ni lo conozco ni quiero que lo haga, pero ahorita sólo me importa lo otro...
—¡Espera! Tengo que hablar contigo de algo... —No quise gritarle tanto, no quería que todo el establecimiento me escuchara.
—Al rato me dices, tengo que irme. —Ni siquiera me volteo a mirar, sólo se siguie de largo hasta salir. ¡ufff! me quedo en la mesa sola, ¿qué puedo hacer?...mejor me dedico a seguir comiendo, ya está pagado.
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