Capítulo LXIII

-Narra Amy-

El agua fría sobre mi nuca me hizo sentirme como un muerto, la desesperación y unas extrañas ganas de no querer moverme en lo absoluto siguen ahí clavadas en mi pecho y es que en verdad...no quiero más, no quiero hacer, no quiero seguir adelante en lo absoluto...tengo muchas ganas de ir a Möbius aunque sepa que eso seria la cuchillada final de mi existencia.

Salgo del baño cruzando el pasillo y el erizo azabache ya ha desaparecido, me siento muy vulnerable al ver cómo él se toma las cosas...¿No tendrá ninguna pena aunque fuera diminuta por Sonic? ¿realmente no siente cariño...por nadie?

«¿realmente me quiere?» esa pregunta en mi cabeza en un momento como este puede ser sumamente crucial; ¿creer o no creer otra vez?

Ya en mi cuarto sumamente desordenado cruzo hasta llegar a la cama y tomar una toalla del suelo y frotar con ella mi melena... «pudo ser más trágico» ¿será? Porque tal parece que sólo fue él el afectado de manera física, pero...

Me detengo levantandome de golpe, miro la puerta sin razón alguna perdiendo mi alma entre mis pensamientos... «¿y si me mintió de la manera más cruel jugando con la vida de mi amigo?»

Azoto la toalla contra el suelo aparentando berrinche; estoy completamente loca, es una completa estupidez aquello, luego de las semanas que hemos pasado juntos y teniendo experiencias nada comparadas con las de otros días por ser estas lindas...¿se me ocurre dudar de él? «¿debería seguir desconfiando de él?» Sí...esa pregunta desató caos dentro de mí.

El toque de la puerta me alarma y me hace brincar, me pongo mi bata de dormir a las prisas y me dirijo con éxtasis a la perilla girándola con sumo frenesí. Un erizo pelo verde con expresión asustada me mira sin decir nada todavía...quizá mi cara le ha sorprendido o alarmado sin razón.

—¿Te sucede algo?

—¿Qué podría sucederme? No creas que he digerido las malas noticias... —Obviedad e ironía, si...

—Tienes razón, bueno...ehhh...—Hace una pausa con nervios y suspira—; hemos decidido preparar el almuerzo, no has comido y no sé si quieras hacerlo...es lo mejor y lo sabes.

Me recargo en el marco con desánimo y sin verle, respondo—. Y aunque lo fuera...no tengo ganas, en lo absoluto. No creo que pueda comer a la fuerza.

—Bien, pero... ¿no quieres acompañarnos?

—¡ahhh! Scourge yo... —La manera tan átona con la que expulsión ello aunado a la mueca torcida...

—Está bien, está bien —suelta repetitivamente mientras se aparta de la puerta con las manos al aire—, yo simplemente quiero que...bueno queremos que te sientas mejor y te distraiga...quizá no sabemos hacerlo porque somos novatos pero...bueno, entonces te dejaré si así lo deseas

Se marcha con suma calma y algo de resignación, me quedo todavía de pie con algo de duda en mi cabeza... ¿y si realmente ellos...me aprecian?

Entro quitándome la bata y en la disposición de buscar algo de ropa dentro de todo este desorden; «ellos me han brindado cosas a su manera...pero he sentido ese cariño » es la verdad, me he sentido cómoda hasta el día de ayer, ¿qué puede ser mas catastrófico que la muerte de tu mejor amigo y platónico de infancia? Bueno, eso, y que también se revele una verdad secreta.

*POR LA NOCHE, EN LA CASA...*

Amelia... ¡Amelia! —Aquellos gritos me despertaron. Sí, estaba dormida y tenia ganas de no despertar nunca —Decirme que todavía estas viva, por favor.

Esas ultimas palabras con algo de ironía pero que, pude apreciar todavía contenían un realismo y un espíritu de que no fueran reales me hicieron sentir mal..., todavía parece que dicho erizo lo hace como tiempo atrás, con intensión. Me levanto con tranquilidad y abro la puerta, en cuanto lo hice una oleada de murmullos y varios gritos exasperados me provocaron incomodidad... «¿Qué rayos pasa?»

—¡Querida! ¡Amor! ¡Estás bien, joder! —Una chica de pelaje blanco está llorando con sumas ganas y tenia las alas dobladas con angustia hacia abajo.

Corre directamente hacia mí y casi me tira con suma tacleada por su abrazo con muchas ganas...no sé si debería apretarla de la misma manera que ella a mí pero lo único que me compadece por muy extraño que parezca es la mirada y la postura de Shadow detrás mirando la escena.

-Narra Shadow-

Ni apetito tengo ante las preocupaciones y las desgracias, quisiera tener la posibilidad de acomodar esto...darle otra dirección...«¿Por qué debería de cambiar esto?» No porque sea incorrecto o no, sino que...no lo sé. No sé muy bien lo que siento y lo que está pasando a mi alrededor.

—Oye, hablan a la puerta, abre antes de que la tire, creo que es la murciélago —El comentario de Scourge me hace reaccionar con las palabras de Fiona por teléfono hace unos minutos "Rouge irá por la tarde-noche, parece que se lo ha creído"

Con un solo movimiento me desprendo del sillón, ¿Por qué Scourge no ha abierto si él estaba ahí, oyendo semejantes golpes? Será un tonto y un flojo para no hacerlo.

Apenas giro la perilla una fémina con los ojos llorosos y el maquillaje hasta las mejillas se abalanza tomandome del cuello y halando de manera salvaje.

—¿¡Donde está!? ¿¡¡QUÉ MIERDA LE HICISTE!!? —Unas facciones alteradas y unos ojos sumamente sulfurantes...vaya.

—Arriba...en su cuarto...dormida...supongo... —digo entre espacios sin inmutarme. ¿Qué le pasa?

Su pánico no era fingido, completamente obsoleta de las situaciones se podía apreciar... ¿Cómo es posible?

—¡Pruebamelo! ¡No quiero que me mientas! —Incluso su ira se podía salir de sus ojos sumamente rabiosos y acuosos, está tan alterada que me molesta.

—¡Ya, callate! —La aparto con empujones violentos con tal de que deje de agobiar—. ¿Me sigues tomando por un asesino? ¡No me importaría si tan sólo fuera verdad!

Se queda paralizada y aprieta mucho todos los músculos de su cuerpo, podría hacerla repelar pero viendo su estado tan critico y preocupado me ahorro lo mala leche que podría ser.

—Amelia... —pronuncio girando hacia las escaleras y viendo su cuarto desde abajo—...¡Amelia! —Esta vez grito con muchas más ganas e incluso con coraje—, dime que todavía estás viva, por favor.

—¡Basta de tus ironías! ¡No puedo creer que todavía no aprendas después de eso! —«¿Aprender qué? » ¿Tuve que haber hecho algo así? Parece que si lo hice, pero ella no está consiente de esas lecciones.

—¡Si has venido a provocar desastre sólo largate de aquí!

—¡¡TU ERES EL QUE PROVOCA DESASTRE!! O qué, ¿¡Te has olvidado de quien eres!? —....¿debió dolerme? Porque no fue así.

Lo único que si sé que duele es el verla a ella engañada por mi culpa... «¿otra vez te remontarás al pasado? Sólo dejalo» no ha sido fácil, y menos teniendo a Rose en esta casa... «¡Maldita sea! ¿¡Por qué aceptaste esto tan absurdo!? »

No noto el momento en el que sube la murciélago evadiendo por mi costado, volteo cuando escucho la puerta de arriba abrirse y decido seguirla detrás para presenciar lo que ella quiera: la eriza rosa todavía viva pero destrozada de alma.

—¡Querida! ¡Amor! ¡Estás bien, joder!

Amy parece molesta por sus facciones de la cara, incluso seguro estaba dormida por falta de arreglo en su cabello. La murciélago tiembla pero no duda en abrazarla con fuerza, aquella escena se me hace tierna por el simple hecho de que se lo tomó en serio; y ello me parece increíble, porque ella también está en esto... «¿por qué fuiste tan ingenua como para también creer tú mis mentiras, Rouge?»

El silencio se propaga y el abrazo prosigue, la rosada me mira con una mirada perdida pero sorprendida, no la había notado hasta que decido volver al momento, todo por vagar en mis pensamientos. Estoy seguro que ese cruce de miradas y la prolongación que le dimos nos mostró todo, tanto a ella como a mí y si...ambos estamos destrozados por dentro.

—¿Por qué tan preocupada, Rouge? —Esa pregunta junto con su respuesta es delatadora, y podría preocuparme tanto como hace días con otras cosas pero, ahora ya nada me importa.

—Supe del ataque de Eggman, y Shadow me dijo que te habían herido...disculparme, sentí que fue grave... —...¿Qué acaba de responder?

Lo siguiente que puedo esperar es otro silencio, y lejos de ser solo eso...Amy baja su mirada junto con todo su cuerpo apartándose levemente y sujetando el filo de las palmas de Rouge; de inmediato puedo sentir la melancolía en el aire nuevamente. Quiere preguntar aquello aunque sepa que la respuesta será dolorosa... Es como si todavía no le cupiera en la cabeza que él esté muerto y...eso me parece bien.

—Iré abajo, quedate con ella. —No puedo seguir recibiendo tremendas puñaladas cada vez que la veo romperse más, y no pretendo ya formar parte de esas rupturas. Llego a la escalera y tomo la baranda, pero...

—...no te vayas...

Rouge muestra sorpresa y voltea a mirarme, yo también hago lo mismo; Amelía suelta a Rouge y camina un poco hacia mi dirección. Sus ojos semi acuosos, cara algo hinchada, rostro y mejillas pálidas...

—Quedate con nosotras y platiquemos un poco... ¿sí? —Sonrisa de lado que intenta cautivarme y a la vez mostrar que se siente mejor...

—...tu sonrisa hoy es más podrida que la mía... —Me detengo tragando saliva—...no encajo en tu dolor, Rose, lo siento.

Pudo ser tan cruel como despiadado siendo que ella me lo ha pedido, pero nada es más cruel o despiadado como todo lo que ya le he hecho.

Hasta hacer que me tome cariño es sumamente inhumano.

-Narra Amy-

Realmente creo que he sido egoista. Todos han intentado animarme y yo no me he dejado... ¡es que no puedo! Pero ahora que lo intento...«Shadow, lamento estar triste y hacerte sentir mal», porque eso es lo que parece que estoy haciendo...su mirada es tan abierta en comparación con otros días que puedo sentir que le duele verme así.

No detengo su marcha, baja las escaleras y me quedo con Rouge en el pasillo, la jalo de una de las manos y entramos a mi cueva desordenada, obviamente nota todo pero no dice nada, parece y entiende lo que pasó.

—Creo que estabas muy exaltada, Rouge, no era para tanto.

—Me preocupo que...todo se mezclara, ya sabes...

—Él murió, ¿no es así? —En este momento se me ha pegado el cinismo. Ella alza rápidamente la mirada y se talla los ojos, su cara también ya es un asco total por el maquillaje.

Nos tomamos un tiempo y nos sentamos en el suelo, dónde mas si no hay suficiente espacio. Juego con mis dedos y ella mira eso que hago, ese silencio ya tan prolongado me ha dado la respuesta y aunque ya no lo sienta tanto, sé que estoy llorando de forma voluntaria y continúa.

—No sabes lo mal que nos sentimos todos...todo esto es...

—¿Cómo está Fiona? —Ni si quiera entiendo mis preguntas, son sumamente aleatorias e inclusive tonta porque...bueno, en realidad creo que Fiona puede estar igual que yo...y más si lo vio en ese momento.

—Hablo por todos, querida, estamos mal...muy mal.

—Quiero ir a Möbius, Rouge...creo que debo despedirme.

—Te entiendo...hablaré con Shadow sobre la situación, ¿hoy mismo?

—Mañana si es posible, es decir...para mañana ya quiero estar allá.

Una platica sumamente fluida y sencilla que toca las fibras sensibles pero concisas...otro silencio invade la habitación y esta vez nuestros ojos se miran tan fijamente que...me abalanzo sobre ella, quedando en su regazo y comenzando a llorar de manera desgarradora sin importar que...se siente tan bien.

*2:10AM, EN EL JARDÍN...*

-Narra Shadow-

Siendo que nunca he tenido sueño y que jamas había decidido beber con Scourge por lo loco que se pone...esta madrugada ha cambiado.

—Estás muy jodido, ¿cierto? Jaja para que estemos juntos aquí...

—Los dos, idiota, tu no te salvas.

—Verdoso, dentro de la casa, no quiero que andes de metiche, ¡ya! —La vampiresa a hecho acto de presencia luego de toda la tarde quedarse con Rose, creí no saldría hasta mañana.

—No tienes porque ser tan agresiva, guapura, yo te obedezco sin decir nada —Toma la mitad del six que queda en el césped y se lo lleva sin dejarme nada. Rouge tuerce la boca por su "alago" y cuando pasa a su lado busca propinarle un golpe.

Rouge enojada, intenta golpear a Scourge, reclamandole—; tonto, ¡ya sabes lo que pienso de perros falderos!

—¡y yo de cabronas curvilineas como tú! —al gritar aquello, huye y corre dentro de la casa cual crío.

Hasta las peleas tontas se me hacen graciosas en momentos como estos. La amiga murciélago suspira y se relaja llegando al árbol donde me encuentro, se sienta frente a mi mientras mira cada parte de mi cuerpo, examinando...no sé para qué lo hace.

—¿Estás ya lo suficientemente mareado?

—No lo creo, ni si quiera lo estoy, puedo decirte que te largues de mi casa porque ya es tarde —Aquello le produce una sonrisa débil pero todavía sincera; la curiosidad me invade por saber muchas cosas y a ella también—... De verdad, ¿has creído lo que fui a decir?

—Shadow...jamás habías dicho palabras tan sinceras y dolorosas...definitivamente sentí que te estaba costando aquello como para creer que era una mentira...—...Eso si que me hace sentir terrible.

—Jum, parece que nací para decir mentiras muy bien...—No contesta ante mi ironía pero tampoco espero que lo haga...realmente me ha pillado y por ende quiere oír la verdad—. Si...en realidad yo...no quería decir aquello ya, me costó pero no de la manera que tú creíste... —Hago una pausa para dar un suspiro clavando en mi boca el resto de cerveza que queda en la lata—... ¿sabes? Todo esto, estuve a punto de...

—Yo también creí que ya no lo harías, creí por un momento que todo había acabado y que estarías dispuesto a afrontar las consecuencias pero... —el tema comienza a incomodarle; mira hacia otro lado—, creí que realmente te habías armado de coraje como hace años y la habías asesinado para evitar más dolor.

—Esa fue mi solución hace unos meses en el bosque...no sirvió, Rouge, no pude hacerle daño...no al grado de matarla...y pensar que esa era una de las alternativas del plan.

—Fiona me dijo que...que algo andaba mal ya en el plan, que habían sospechas y cosas mal acomodadas.

—Si...esto ya a terminado —Al terminar de decir mi frase me levanto del césped y estiro un poco las piernas, recargo mi nuca lentamente en el árbol y siento un leve ardor por la herida de los últimos días—. Las cosas han salido mal de todos modos, sea si vamos hacia adelante o hacia atrás.

—Pero entonces... ¿Qué...?—No termina su cuestión porque se nota pensativa. Se pone de pie tambien.

— No pienso hacer nada ya para reparar de una u otra manera...esto ha acabado para nosotros... Sobre todo para mí.

Otro silencio nos invade y sentimos que algo nos come las entrañas; Rouge baja la cabeza recargándose del otro lado del árbol y hemos quedado distanciados pero aun así, siento su energía.

—Amy quiere mañana ir a Mobius, me ha pedido que...te comente —Bien, era algo que tenia que pasar y que manera de quebrar con el silencio.

—Que vaya, llevarla por favor.

—¿estás seguro? —Sus ojos se abren tanto que hasta siento sí que estoy diciendo tonterías muy grandes.

—Una vez que llegue allá te encargarás de explicarle lo que pasó en cuanto lo vea...

—¿Y que pasará conmigo? —Me interrumpe señalándose, cuando víctima. No era extraño que quisiera liberarse de la culpa, en parte la tiene pero no deseo que la pelirosa se sienta más traicionada que nunca...será suficiente conmigo.

—Le dirás que te he amenazado, a ti y a Fiona con matarlas si no hacían lo que les decía, tanto por ordenes mías como de Eggman...—Hago una pausa alzando la mirada para encontrarme con la suya frente a mi, sus orbes se notan brillosos y sorprendidos por... ¿mis palabras?

—¿En serio pretendes...echarte la culpa...por...?

—Rouge, sólo trato de hacer el futuro menos catastrófico, y sí... Lo hago por ella.

Otro silencio invade y a la murciélago se le ha ido la lengua a la faringe. Tomo otro suspiro para despegarme del árbol y marchar hacia el bosque, pero ella me detiene con sus pregunta:

—¿Cómo puedes saber eso del futuro o a qué te refieres?

—...ya he encajado todo con lo que ha sucedido, desde la primera aparición de Metal Sonic, el robo de las esmeraldas hasta los ataques y los bombardeos de Eggman... Rouge, ya no te involucres en esto y no dejes que nadie de Möbius lo haga, ¿entendido? Por eso quiero que Amelía se vaya de aquí, para que se encuentre a salvo.

—¿Qué Eggman y Metal qué? —Las ramas se descontrolan y aquel ruido me hace levantar la guardia, hasta que veo al idiota verde descolgarse como mono y sólo me golpeo mentalmente.

La peliblanco gruñe mirándole con las manos en la cintura— ¡Se supone estabas en la casa!

—Me aburrí y...bueno, no quería hacer ruido —Encogiendose en hombros, señala a la casa con disimulo—; los sollozos de Amy volvieron.

Aquello me ha enfurecido sin razón alguna, tanto que he golpeado el tronco el árbol numerosas veces con frenesí en serie consecutiva de jabs. Cuando me calmo y miro a los dos están confundidos, pero igual no pienso andar dando explicaciones.

—¿Que coño me ven?

—Estás loco, pero al punto, ¿iré a Mobius?

—No, idiota, tú te quedas conmigo aquí, en la tierra.

—Sigo sin entender esto —Rouge me mira alzando las palmas, curiosa—. ¿Qué va a pasar, Shadow?

—Deja que se cumpla y me darás la razón.






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