Capítulo IV

-Narra Amy-

Como hubiera querido no ir a Ángel Island, ya me hubiera librado de las ofensas de Knuckles, e incluso de Sonic, que aunque no me lo dijo sé perfectamente que lo pensó, pude verlo en sus ojos... ¡Esto es más que horrible! Dejé escapar a Shadow con la Master Emerald, y mi deficiencia en el combate causó que retuviera a Sonic en la posibilidad de salvar a Tails...ellos me asignaron algo que para mí era fácil y en realidad, no lo fue al final; ellos me confiaron tarea suficiente para mí, creyendo y confiando en que la haría bien y yo, fallé...

No tiene caso seguir pensando estas cosas.

En cuanto llego a mi casa, entro y cierro la puerta por dentro y, subo a mi cuarto. No evito mirarme al espejo...tengo morado a un costado del ojo y mi labio superior tiene algo de sangre seca...y lejos de empezar a mirar mis heridas, supe que Sonic y los demás chicos casi nunca llegan a ser lastimados, ¿Por qué? Porque ellos si saben defenderse; sí, ellos saben pelear y resolver los problemas sin salir perjudicados ellos y terceros.

Otra vez me llegan las ganas de llorar, —¡¿Por qué siempre resuelves las cosas llorando?! ¡¿Qué no entiendes que las cosas no se resolverán si lloras?! —grito con tantas ganas enfrente del espejo... No dejo de mirarme, no dejo de fulminar mi reflejo con esos ojos soportando las malditas lágrimas en mi iris...y como siempre, termino con una cascada bajo mis pestañas, desbordándose por mis mejillas. —¡¡eres tan débil, Amelia!! —grito enfrente del espejo una vez más al mismo tiempo que lo rompo con un tremendo puñetazo. Ya no quiero mirarme, no quiero verme porque soy una ofensa.

Me acuesto boca abajo para cubrir mi rostro, y colocar la almohada encima de mi cabeza. Siento repugnancia ante esa "persona", no quiero seguir siendo esa chica a la que todo el mundo le dice con tono de vulnerabilidad "Amy"...siempre me gustó esa abreviación de mi nombre; se escucha tan bonito cuando Sonic lo pronuncia... me gusta porque transmite la sensación de una chica dulce, tranquila, sensible...vulnerable...inútil... ¡Ahg! Ya no quiero, ya no quiero ser así, quiero cambiar... ¡Voy a cambiar!

Como si alguien me hubiera golpeado en la cabeza, me levanto y tomo una postura firma sobre la orilla de la cama. Comienzo a pensar infinidad de opciones para recuperarme a mí y a mis amigos de las tonterías que ya he causado, pero la mayor parte de estas son muy atrevidas y sin sentido ¡Kya!, ¿Ir yo por la Master Emerald? ¿Puedo hacerlo?...no, lo único que lograré con hacer eso es meterme en problemas, y en lugar de ayudar a mis amigos sólo causaré molestias por la probabilidad de rescate...¡siempre es lo mismo! Siempre me meto en problemas, no quiero causar más problemas, ¡ya no quiero ser un estorbo!

Salgo de mi casa sin rumbo, sin nada, ni siquiera pongo llave; no puedo parar de llorar y sentir una tremenda frustración por ser tan inútil, tan insignificante e inservible para mis amigos...que por más que intento levantarme para ayudar siempre termino en el suelo por no lograr mi cometido...—¡¡¡¿Por qué?!!!— grito y lloro mientras corro desatando mi frustración y me adentro más y más en el bosque...

-Narra Sonic-

Ya había entrado a ver a Tails y, ver su cabeza vendada y su mano enyesada...me causaba cierto sentimiento de tristeza hacía mi amigo, pero estoy seguro de que mejorará, como dijo la enfermera, habrá que esperar unos días de observación.

Ya es de noche y no dejo de pensar en Amy; no quería lastimarla, pero más daño le causé no siendo sincero con ella... ¡a quien engaño! A cualquiera le duele la verdad o no, y aunque Amy sea siempre la que está en apuros nunca me ha molestado salvarla las veces que sea necesario...nunca me molestará.

—¿Sabes algo? Me sentí muy mal por Amy, pero el coraje inmenso que ciento por haber perdido la Master Emerald es superior todavía...—Comenta Knuckles de camino ya a nuestras casas—, es verdad que tiene cierta deficiencia pero es...una excelente amiga.

—No tiene caso que te arrepientas, Knuckles, lastimaste a Amy...ambos lo hicimos, pero no tenías por qué hacerla sentir mal de esa manera... —reprimo con recelo, después de todo Kncukles fue el más agresivo.

—¡Todo es culpa de Eggman! Si no hubiera robado la esmeralda...

—No, Knuckles, estás volviendo a echarle la culpa a otro...igual es Eggman pero... ¡Ahhh! Basta —Agito las manos con desesperación—, estoy cansado por todo esto, mejor vuelve a Ángel Island...te veré mañana, me duele la cabeza.

—Lo siento, pero tienes razón...mañana hablaré con Amy, te veo mañana. —Da media vuelta y se marcha con un caminar lento.

Me estoy dirigiendo a casa cuando me detengo en seco por un momento..., debo de ver a Amy, se notó tan mal cuando se fue, necesito aclararle las cosas.

Corro asía su casa, no me queda muy lejos pero cuando llego me sorprendo de ver la puerta sin llave por la posición de la perilla. Voy a tocar pero por impulso la abro sintiendo que algo anda mal en el ambiente.

—¡Amy! ¿Ya te acostaste? —Es lo primero que expulso para no incomodarla en el caso de que estuviera en bata...pero no recibo respuesta...—estará en el baño...—pronuncio en voz baja y camino hasta llegar a las escaleras y comenzar a subirlas. —¿Amy? —continuo llamando antes de entrar a su cuarto, su puerta está semi abierta...es imposible.

Cuando entro lo primero que veo es algo en el suelo y con temor de que fuera ella, enciendo la luz y noto que es su espejo de cuerpo completo que está a un lado de la cama, completamente hecho trizas en el suelo, «"¿¡Qué hiciste ahora, Amelia?!"» Las múltiples acciones recorren mi cabeza y sin perder tiempo corro rápidamente por toda la casa, y al no encontrarla, salgo al pueblo a buscarla...ya es de noche y no quiero que le pasara algo.

-Narra Shadow-

*EN UNA DE LAS BASES DEL DOCTOR EGGMAN OCULTAS EN EL BOSQUE*

—Como me hubiera gustado que el equipo patético de Sonic te hubiera pateado el trasero, sólo para que dejaras de andar alardeando —Siendo que me oye sólo se dedica a reír sin dejar de mirar la Master Emerald.

—A ti te gustarían muchas cosas, pero ni yo ni la vida te dará el gusto...

—Aja...como sea, si ya terminaste por mi está bien, quiero largarme de este lugar —Doy la espalda esperando que me diga que me largue.

—Más paciencia, Shadow...todavía debo explicarte la siguiente fase del plan...

—¡Humph! ¿Plan? —Giro con la cara sarcástica por sus palabras— ¿Tienes un plan? me impresiona que todavía no te falle.

—Y no me fallará si tú logras tu cometido...

—Vamos, escúpelo —Cruzo mis brazos—, ya te dije que me quiero largar de aquí.

—Lo que sigue te corresponde a ti, yo sólo te daré indicaciones y así podrás desenvolver todo tu de la mejor manera posible...

—Aja...sigue —Ruedo los ojos por tanto dramatismo.

—¿Te diste cuenta como la eriza volvió a equivocarse? no realizó bien el trabajo que el equidna le asignó...

—Siempre lo hace, ¿qué esperabas? es patética...

—Justo por eso aprovecharemos la oportunidad, con tanta estupidez que realiza te encargaras de utilizar eso a tu favor para desintegrar al Team Sonic, y cuando todos estén separados...los eliminas uno a uno, empezando por esa rosada.

—¿Quieres que le meta ideas erróneas a la estúpida esa? —Alzo una ceja bastante sorprendido por la idea que tiene, pues me parece sorprendente en medida aquello...suena elaborado y de tiempo, y para que yo lo haga...

—Si, algo así, estoy seguro que captas mi idea; desequilibrar la confianza y seguridad del equipo hará que pueda destruir a uno por uno...en especial a Sonic.

—Bien, bien, ya lo sé —suspiro dándome cuenta del fastidio que esto me trairá—, déjamelo todo a mí.

—Cuento contigo, Shadow, espero resultados dentro de una semana. —Finaliza dirigiéndose a un cuarto y yo me dirijo a la salida, de una jodida vez.

Me molesta pero, de vez en cuando, se me hace divertido estar de su lado y por eso no hay nada que discutir, distraerme rompiendo estabilidad y patear traseros pero cuando se pone de mandón no lo soporto. Camino por los pasillos de la base para salir al bosque...me siento sofocado por tanta palabra de ese panzón. Cuando estoy por salir, escucho un grito lastimoso para mis oídos pero a la vez muy familiar... ¿acaso ella está aquí...?

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