Capítulo I
-Narra Amy-
—¡Auch! apenas voy empezando, ¿no podemos ir más lento?— digo un tanto desesperada y llena de rabia, me molesta que me tome de a eriza sábelo todo.
—Eres muy delicada, deja tu princesa de lado o terminarás en el suelo— dice mirando al esmeralda y haciéndole otra señal de que me atacara.
Llevo ya días decidida a esto... ¿en qué momento pude tomar la iniciativa? y lo que más me impresiona... ¿Cómo pudo aceptar...? ¿Qué trae entre manos para tomar esta oportunidad? Tanta incógnita me revuelve mi mente, pero creo que debo de concentrarme en el momento y en esos ataques de ese animal....ya habrá tiempo para aclarar mis sospechas...
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*SIETE DÍAS ATRÁS...*
-Narra Amy-
Estoy entretenida con mis amigos, me encanta decirles que nos reunamos en mi casa para prepararles algo de comer. Dicen, que se llega al corazón por el estómago, y eso siempre he hecho...lo sigo intentando con Sonic; los resultados son mínimos, puesto que siempre me ha visto como amiga, pero...hay veces en las que actúa tan protector, se sonroja cuando me dice que se preocupa por mi... ¡No lo sé! ese erizo azul siempre me hace creer que puede haber algo con esas pequeñas señales que intenta esconder, simplemente no puedo evitar sentirme esperanzada de tener una relación con él, no puedo. Así qué, ¡Siempre me emociono!
—Me encantan tus pasteles, Amy, son muy deliciosos —expulsa Tails todavía sentado en una de las sillas del comedor.
—Miles tiene razón, no me canso de venir a tu casa cada vez que nos invitas, gracias por eso —A un lado de Tails, en la otra silla, me guiña un ojo.
—No tienen que agradecer, chicos, me fascina cocinar y me encanta escuchar que les gusta lo que preparo. —Sonrío con placer al oírlos.
—Realmente es muy exquisito todo lo que preparas, de manera general.
—Por cierto, ¿dónde está Knuckles y Cream? —pregunto para tener un tema.
—Cream está con su madre, termina la tarea...
—Claro, bien que sabes... —El codazo que Sonic suelta a Tails por esa referencia me hace reír. Nuestro amigo zorro evidentemente se ha sonrojado.
—Sonic, por favor... —Ambos reímos con inocencia por Miles.
—Knuckles sigue cuidando la esmeralda, se toma muy apecho eso y sobre todo se cuida de Rouge.
—jaja ya veo —expulso de imaginarme a esos dos, ¡Ow!—, ni modo, se perdieron de esta comida.
Me levanto tomando los platos y vasos para lavarlos, cuando un destello celeste pasa por mi costado, tomando los trastes junto a mis manos.
—¿Quieres ayuda? es lo menos que puedo hacer —¿Para qué resistirme? Suelto los platos y Sonic los lleva al fregadero, evidentemente tengo que agradecerlo.
—Gracias, no era necesario, no son muchos.
—Lo único que me molesta después de comer es que la flojera viene a mí y ya no puedo seguir con mis inventos. —Bosteza nuestro pequeño amigo y, estira los brazos, con aburrimiento.
—Oh sí, no cabe duda que comer tanto me hace sentirme con sueño... —Y sin perder tiempo, Sonic le hace segunda corriendo hacia el sillón y dejarse caer.
—Pueden quedarse un rato si quieren, no hay problema —Sugiero y me dirijo a la cocina, comenzando a lavar los platos—; todavía es de día y pueden ver la tele en lo que termino.
—¿No quieres ayuda? puedo ir tallando los trastes en lo que los lavas...
—¡Oh! No, Tails, en serio, son mis invitados, yo me encargo...
El par de amigos cómodo en mi sofá color pastel, mientras miraban muy entretenidos la televisión y yo...laborando en el hogar... por una extraña razón me siento débil mientras termino con los platos y los seco con cuidado...es una extraña sensación de sentirme inútil...inservible...incluso empiezo a sentirme mal conmigo misma y una extraña pregunta ahora invade mi subconsciente:
¿Sólo sirves para la cocina y el servicio a tus invitados?
*EL ATARDECER PASÓ DE PRISA, Y LA NOCHE YA HABÍA LLEGADO A MOBIUS*
Ahora de la nada estoy cansada y fastidiada, no puedo evitar sentirme de este modo... ¿Cómo me pudo dar un bajón tan de repente? Me encuentro sentada en una silla viendo de lejos la televisión, Sonic aparenta estar dormido pero no sé con exactitud ya que estoy a su espalda; en cambio, Tails sigue un tanto entretenido viendo el televisor hasta que su comunicador/brazalete emite sonido de llamada.
— ¿Si? ¿Knuckles? —Presiona el botón rápidamente mientras contesta.
—¡Chicos! Tener que venir aquí a Angel Island, Eggman trama algo y está atacando toda la isla... ¡Quiere la master emerald! —¡¿Qué?!
—Entendido, Knuckles, resiste que el resto del Equipo ya va para allá —Termina la comunicación y de inmediato nos ponemos en acción.
—¿Cómo es posible que cara de huevo no nos deje ni descansar por un momento? —Entre fastidio y diversión, Sonic se pone de pie con un resorte, ¡presumido!
—Llevas toda la tarde aquí, y estabas acostado. —Debo burlarme, ¿Cómo no hacerlo? ¡Exagera! Me pongo de pie y me dirijo a la puerta.
—¡Vamos, Amy! necesito más que eso.
—Dejemos esos detalles para otro momento. —Tails se nos adelanta y abre la puerta, dejándonos el paso.
—Tienes razón, camarada.
Una vez fuera para dirigirnos a la posición de Knuckles, pongo llave a la puerta y todavía con un tanto de distracción por parte de mi cerebro trotamos hasta el taller para abordar el avión; mientras que Sonic se sube en una de las alas yo busco el asiento para evitar riesgos. Cuando estamos todos acomodados, Tails despega a prisa, ¿Ahora que traerá entre manos el Doctor?
*EN ANGEL ISLAND...*
-Narra Knuckles-
No puedo creer que Eggman me vuelva a atacar a mí, ¿Qué demonios le sucede? ¿Acaso piensa llevarse la Master Emerald? ¡Ni crea que se lo permitiré! Mientras flotaba en su pequeña nave, no duda en amenazarme:
—De nada sirve que hayas llamado a tu equipo, igual y están perdidos...
—Eso crees, cabeza de huevo, yo te demostraré lo que mis nudillos pueden hacer —Golpeo mis puños con cierta ira, uno con el otro.
—¡Oh, no, no! demuéstraselo a mis robots... —Sonríe con malicia mientras presiona un botón que se encuentra en su panel de la nave...
¡Y boom! Una oleada de robots aparece y rodean mi posición; ¡vaya que te gusta jugar sucio, Eggman! de cualquier forma acabaré con ellos...ojala Sonic no tarde, después de todo, seguramente esto es una distracción para que otro robot se lleve la Esmeralda, ¡pero ni crea que bajaré la guardia!
Los robots se abalanzan en grupo, no me contengo, doy un golpe con mi mano derecha directo al suelo causando un leve terremoto en la zona y unas cuantas piedras se desprenden del terreno haciendo que los robots se detengan y algunos otros se caigan por el movimiento de la tierra. Sin detenerme, me acerco a aquellos que se encuentran a corta distancia y les propicio ganchos para apartarlos de mi camino, a otros los golpeo con jabs continuos hasta hacerlos trizas o partirlos por la mitad. Debo admitirlo, me siento bastante eufórico y excitado por el momento, tenía días que no peleaba de esta manera, es un gran calentamiento.
Visualizo ya menos robots, no cabe duda que estoy logrando algo solo — ¡basta de estupideces, Eggman!, ¿Es todo lo que tienes? —digo desafiante, tonto Doctor, siempre es lo mismo con sus ataques fallidos.
—¡Claro que no! No tarda mi sorpresa final...
Noto que algo se mueve a lo lejos en el cielo... ¡Es la avioneta de Tails! viene desde la espalda de Eggman—. Ahora sí, Eggman, prepárate para otra paliza aplastante —vuelvo a decir con un aire confiado y seguro.
—¿De qué demonios hablas, equidna?
—¡Habla de esto, huevo apestoso! —Sonic salta del ala y desde el aire, lanza un ataque telerigido a la nave donde se encuentra Eggman.
—¡¿Qué demonios?! ¡Eres un fastidio, rata azul! —Ahora está furioso y por ello, no evita señalar con el dedo a Sonic, quien va cayendo de pie en el suelo—. Robots, ¡ataquen!
Una vez más aparecieron robots extra y Sonic comienza, sin inmutarse, a lanzar ataques telerigidos muy directos a cada uno, derribando a todos sin esfuerzo alguno aparente. Yo me entretendré mucho con esto, ¡o sí! esquivo golpes de robots que intentaban dañarme y los contraataco con más jabs o directos en toda su capa metálica, destrozándolos al primer golpe.
-Narra Amy-
Sobrevolamos el área de la batalla mientras más crabmeats aparecen entre las plantas de la jungla y se dirigen al templo y sobre todo, hacia la posición de mis amigos.
—Amy, ¿Puedes bajar? —Logro entender las palabras de Tails y todo esto me está poniendo nerviosa.
—Em...realmente es algo alto, por favor, acercarte más al suelo... —¡Maldición! Es imposible, realmente me estoy paralizando.
—No puedo, Amy, los robots podrían subirse a la avioneta si lo hago... —Toma tiempo y resopla—; intentaré acercarme al templo donde está la Master Emerald...
Uno de mis pavores: las alturas; no tanto en realidad, pero hay veces que no tengo el suficiente valor para hacer acciones un tanto atrevidas... ¿Cómo es posible que tenga ese comportamiento tan repentino justo ahora? Tails maniobra un poco y pasa a un lado de los pilares del templo: alza la mano indicándome que es el momento para bajar y como puedo, brinco de mi lugar para intentar caer de pie encima del templo. ¡Aunch! Lástima que no soy Sonic o Knuckles y logro obtener un golpe lo suficientemente fuerte para quedarme un rato en la piedra de la sima del templo. Escucho la voz del zorro gritarme con angustia "¿Estas bien?" a lo que respondo poniéndome de pie lentamente y asintiendo con la cabeza.
—¡Amy! Evita que los robots suban a la sima, ¡no dejes que tomen la Esmeralda! —Llama Kncukles con prisa, acercándose lo más rápido y seguro posible a las escaleras del templo para que pueda oírlo.
—No te preocupes, Knuckles, yo me encargo...-—Genial, que tarea tan más complicada me acababan de asignar, ¡¿Qué les pasa?! Realmente no tengo problema con eso, Sonic y Knuckles tienen esa situación bajo control no permitiendo que los robots sobrepasaran su límite debajo del templo...
—¿Necesitáis ayuda, chicos? dejarme bajar con ustedes... —Invoco a Piko piko con entusiasmo para esperar su respuesta.
—¡No, Amy! Quédate allá arriba y sólo vigila la esmeralda —¡Ay, Sonic! hace un Spin Dash y se vuelve a alejar de mi posición, ¿Por qué no me dejan ayudarles?
Es increíble ver como los chicos me toman de...de.... ¡de poca cosa! ¿Acaso temen a que me maten esos patéticos robots? sostengo a Piko Piko con ambas manos y me posiciono a un lado de la esmeralda. Los pensamientos vuelven a mi cabeza y ésta vez, todo se relaciona con una sola pregunta:
¿Acaso soy realmente inservible e inútil para este tipo de cosas?
Todo parece bajo control hasta que, Eggman pronuncia unas palabras un tanto sospechosas...
—¡Les dije que les tenía una sorpresa! Vamos, que esperas, sal de donde estés y tráeme esa Master Emerald.
Volteo confundida hacía todas partes esperando algo, sin embargo no me percato de la repentina aparición de una presencia bastante sombría detrás de mí que hace que me ponga tensa y mis púas se ericen.
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