El sonido del vidrio rompiéndose fue lo primero que escuchó. Luego, el ardor en su mejilla y la sensación de sangre deslizándose por su piel.

Nam-gyu apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Minsu volviera a abalanzarse sobre él. Sus ojos estaban inyectados de rabia, su respiración entrecortada por el odio.

-¡Vas a pagar por lo que hiciste! -rugió Minsu, lanzando un golpe con todas sus fuerzas.

Nam-gyu esquivó por poco, sintiendo el viento cortando su rostro. Rodó hacia atrás, buscando distancia, pero su cuerpo estaba agotado. Los días sin descanso, las heridas acumuladas... todo le pasaba factura.

Minsu no se detenía. No le daba tregua.

Nam-gyu no podía creerlo, aquel chico tímido y tranquilo ahora parecía un tigre feroz intentando matarlo.

Cada golpe era más feroz que el anterior. Namgyu logró devolver algunos, pero Minsu peleaba con la furia de alguien que no tenía nada que perder.

Porque así era.

Semi estaba muerta.

Minsu quería venganza.

Y Nam-gyu...

Nam-gyu no sabía ni lo que quería.

Por primera vez en toda la competencia, su rabia superó su miedo. Ya no se trataba solo de sobrevivir. Se trataba de ganar.

Se impulsó hacia adelante con una fuerza que no sabía que le quedaba y golpeó a Minsu en el rostro. Una vez. Otra. Y otra. Hasta que su puño ardió, hasta que Minsu escupió sangre y cayó de rodillas.

-Tú... -jadeó Minsu, con una risa amarga-. No mereces vivir.-Dijo Minsu con toda la fuerza que le quedaba, con su típica voz tímida, la voz que a Nam-gyu le desagrado cuando la escucho por primera vez.

Nam-gyu se quedó quieto.

Él también lo pensaba.

Pero aún así, levantó la última ficha de vidrio y la enterró en el cuello de Minsu.

El último grito del chico se ahogó en su propia sangre.

Un pitido sonó en los altavoces.

-Felicidades al ganador de los Juegos del Calamar.

Nam-gyu no sintió alegría. No sintió alivio. Solo sintió el peso del cadáver bajo sus manos y el vacío en su pecho creciendo.

Nam-gyu estaba sentado sobre el piso, el piso mojado donde mató a Minsu.

Una carcajada amarga salió de su boca, no creyó que podía llegar hasta aquí. Mantuvo la cabeza agachada, una lagrima recorrió su mejilla siguiendo por otra y otra.

El reclutador se acercó a el, el mismo que lo había metido a esos juegos.

-¿Cuál es tu nombre?-Preguntó el reclutador con una lista en su mano, nam-gyu no alzo su mirada ni respondió. Nam-gyu abrió la boca, pero ninguna palabra salió

Su nombre... ¿Qué sentido seguirlo usando? Después de esto tal vez se mate.

No era la misma persona que entró a los Juegos.

No era el mismo Nam-gyu que soñaba con un futuro.

-Am, mira, se que estas triste o yo que se, pero necesito tu nombre para la lista de ganad- no pudo terminar su oración al escuchar la otra voz interrumpirlo.

Nam-gyu apretó sus puños tan fuerte que salió sangre de sus manos, sintiendo un nudo en la garganta.

-... Choi Nam-su.-

Al fin respondió, con voz seca y quebrada.

El reclutador ni siquiera parpadeó. Simplemente anotó el nombre en su lista y deslizó el maletín con el dinero hacia él.

Namgyu se quedó mirando el objeto frente a él. Millones de billetes dentro. El premio por su victoria.

Pero no se sintió como un ganador.

Tomó el maletín con una mano temblorosa, sintiendo el peso de ese nombre en su pecho.

El nombre de un muerto.

Listo!, seguira el fanfic, tal vez sea two shot o three shot.

Me sentí mal!!

Bueno, igual... se despide su servidora alicia!, nos vemos pronto!!