💙Stay safe💔 [Boyf-riends]

Este OneShot pertenece al universo de mi fanfic "Be more gay" y es uno de los pedidos en los apartados finales.

Se subirá en los apartados de respuestas más adelante en cuanto las siguientes escenas estén terminadas. Hasta entonces espero que disfruten esta.

Espero que a AylenLuanaCarrizo le guste ❤️
-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-

Michael no estaba teniendo un día fácil, se dio cuenta de eso cuando lo vio salir del examen de biología con cara larga y pateó el primer bote de basura en su camino solo para luego chillar de dolor debido a que el golpe le había dolido más a él que al cilindro metálico que ni siquiera logró mover tanto.

Por lo que tenía entendido, no había podido estudiar tanto como hubiese querido debido a otros exámenes y tareas que se habían amontonado sobre él y eso que apenas era el inicio del ciclo escolar. Por su lado él no estaba en dicha situación porque uno de sus profesores había sacado las notas en base a un par de informes que hicieron, y otros dos prefirieron hacerles hacer exposiciones que ni siquiera fueron la gran cosa. Sí que había tenido exámenes, pero no tan juntos como Michael.

No le gustaba verlo tan desanimado, y sabía que en momentos así no debía hacerle bromas muy crueles sobre la escuela o cómo el bote de basura se había defendido de aquel golpe, por lo que se limitó a acercarse a palmarle la espalda mientras todavía se quejaba dramáticamente sujetándose el pie herido.

–¿Estás bien, Michael? –Preguntó con genuina preocupación, recibiendo en respuesta un par de lamentos. –No deberías descargarte con los objetos cuando estás molesto ¿Sabes?

–¡Lo sé! E-Es que estoy muy frustrado. –Suspiró, volviendo a incorporarse. –No quiero ir a la escuela de verano este año ¡Se supone que deberíamos jugar sin parar! Si no apruebo entonces no podré hacer más que pasarme todo el verano estudiando.

Jeremy se rió por lo bajo dándole unas cuántas palmaditas más antes de rodear sus hombros con su brazo. –No te alteres tan pronto. Yo te ayudaré a pasar el año a como dé lugar. No sé qué haría con mi vida estas vacaciones si no estás ahí.

Michael le sonrió aliviado, y eso fue suficiente para satisfacerlo. –Gracias, Jeremy. En serio... Ugh, qué mierda sería pasar el verano encerrado estudiando.

–Oh, vamos. –Soltó en tono despreocupado, mientras empezaban a dirigirse a la salida. A Jeremy tampoco le parecía alentadora la escena de su mejor amigo rodeado de libros cuando afuera el clima era perfecto para atacarse el uno al otro con globos de agua y la manguera, pero intentaba no angustiarlo más de la cuenta para no matar su esperanza y con ello su voluntad de alzar sus notas. –Piensa en que no estás tan mal y que puede levantarte el siguiente trimestre. El año aún no se acaba.

–Supongo que tienes razón. –Secundó más ligero, a lo cual Jeremy sonrió más ampliamente apretando más cariñosamente su abrazo.

–Ese es el espíritu que quería ver. –Casi exclamó aquello entusiasmadamente, sacando un par de risas de su compañero. Todo fue ameno hasta que un par de cuchicheos llegaron a sus oídos y lo hicieron voltear hacia un par de chicos detenidos frente a un casillero abierto, mirándoles con cierta burla y malicia. Michael no lo notó, hasta que sintió que Jeremy se detenía y hablaba en voz alta hacia ellos. –¿Qué? ¿Qué miran? –Inmediatamente aquel par cayó en silencio tenso, sorprendidos de que siquiera Jeremy los hubiera escuchado. Michael por otro lado no reaccionó, solo se quedó observando, preguntándose qué tan homicida podrían calificar la mirada azulada de su amigo más alto. –Aquí no tienen nada que mirar ¡Circulen! ¡Vamos!

Con fastidio y algo de nervios, el par decidió terminar lo que estaba haciendo y se apresuraron a ir a la salida. Michael no pudo evitar resoplar de resignación ante ello. No era raro que Jeremy fuese hostil y agresivo con otras personas cuando se sentía amenazado, o más bien cuando sentía que lo amenazaban a él. No es que le molestara que fuese valiente para plantarles cara, pues al fin y al cabo a él le gustaría ser igual de corajudo, simplemente temía que un día de estos se metiera con las personas equivocadas.

–Idiotas. –Murmuró el pecoso para sí mismo con enojo ¿Qué se creían esos dos imbéciles para mirarlos así? No ¿Qué se creían para mirar a Michael de ese modo? Merecían que les rompiera la cara solo por eso, pero contuvo sus ganas de hacerlo para no recibir una amonestación y un regaño de su amigo. –Como si fuera raro ver a dos amigos abrazándose o algo así. –Se quejó, ignorando completamente que ese comentario había desatado un caos dentro del joven Mell.

"Amigos"... ¿Por qué últimamente le dolía así escuchar esa palabra para referirse a ambos? ¿Por qué le molestaba más cuando era Jeremy quién la decía? No tenía sentido. Eso es lo que eran y no tenía nada de malo. Él era afortunado de tener a Jeremy cerca ¿No? Era suertudo por tener un amigo que lo comprendiera, que se preocupara por su bienestar, que lo protegiera a capa y espada de otros que querían dañarlo, de poder estar cerca de alguien tan cálido y lindo como lo era el pecoso ¿Por qué eso tenía que molestarlo? ¿Por qué remarcar esas virtudes ajenas en su mente acaloraba sus mejillas?

–Mierda. Olvidé sacar el libro de geografía que nos pidieron de la biblioteca. –La queja de Jeremy lo despertó, notando que ya estaban en la salida. –¿Me esperas mientras lo busco? No tardaré tanto.

–Seguro, yo te espero.

Jeremy se retiró por el pasillo principal, dejando a Michael nuevamente solo, acompañado por nadie más que sus propias cavilaciones.

Pensó en lo mismo mientras bajaba por las escaleras para esperar a Jeremy ¿Era raro querer ser más cercano a él cuando ya sabían todo el uno sobre el otro? ¿Era extraño que últimamente el joven Heere le pareciera cada día más atractivo de lo normal? No había dejado de pensar en ello desde un sueño que tuvo con él, y aunque al principio se convenció de que todo era producto de las hormonas y que los sueños realmente no significan nada importante... Eso ya no era útil cuando comprobaba cuán nervioso se sentía en la realidad.

Tal vez solo estaba estresado ¿Sí? Puede que los exámenes y el miedo de que Jeremy descubriese que había soñado con él de ese modo lo estaban haciendo pensar y sentir cosas raras ¿Quién no se sentiría apenado si su mejor amigo descubre eso? ¡Nadie! Ni siquiera tendría que estar pensando tanto en esto.

Ugh... Tanta biología me ha quemado el cerebro.

Iba a seguir golpeándose el costado de la cara, enojado consigo mismo por seguir dándole vueltas innecesarias al asunto, no obstante otros se encargaron de interrumpir su debate mental llamándolo desde lejos.

–¡Tú, el nerd de ahí! ¡Ven acá!

Generalmente cuando te llaman de formas despectivas lo primero que haces es no voltear, ya que estás suponiendo inconscientemente que eres aquello que dicen, sin embargo Michael fue estúpido y reaccionó por reflejo encontrándose con que era el único que quedaba en las escaleras de la escuela además de esos tres chicos mayores que reconocía ligeramente porque lo habían empujado en la cafetería todo para que después Jeremy se vengara llenando sus mochilas de basura mientras nadie miraba.

Los miró por un momento y entonces decidió ignorarles, mirando hacia la puerta de salida esperando que Jeremy llegara para que pudieran largarse rápidamente. Pero como al otro tipo no le hizo gracia que lo ignorara, volvió a gritarle más enojado, señal que fue más que suficiente para que supiera que era mejor para él si iba a buscar a Jeremy adentro de la escuela.

Se arrepintió de no haberse largado corriendo, porque sus pasos apresurados no fueron suficiente para alejarlo antes de que Jason lo detuviera agarrándolo del brazo, más específicamente en la parte superior cerca del hombro, haciendo que volteara hacia él.

–Te estaba hablando, nerd. Es de mala educación ignorar a la gente así. –Le dijo en tono de burla. Para Michael era casi imposible retener un ceño fruncido, pero se contuvo porque no sabía si eso se lo tomarían como ofensa.

Solo murmuró algo que se supone solo iba para sí mismo. –También lo es llamar a las personas de esa forma.

–Me importa un bledo, niño ¿Sabes por qué te llamé? ¿Creíste que dejaría que te salieras con la tuya luego de arruinar nuestras mochilas y apuntes? –Preguntó, y cada vez que lo hacía ponía más fuerza bruta en su agarre, zarandeándolo apenas. Michael ya empezaba a sudar en frío y a sentirse tembloroso. No solo por el ataque en sí, sino porque no estaba dispuesto a delatar a Jeremy de este modo, incluso si su pellejo era el que estaba en riesgo en su lugar. –Será mejor que me des en este momento cada centavo que tienes o te voy a dar motivos reales para no usar esos frenillos ridículos.

–No sé de qué estás hablando. Ni siquiera tengo dinero. –Respondió pretendiendo desinterés e intentando zafarse, pero lo único que consiguió fue que Jason lo sujetara esta vez del cuello de la sudadera para acercarlo amenazadoramente. De haber sido por él, le habría dado lo que pedía, pero no estaba mintiendo al decir que no tenía nada de dinero encima.

–Tú, hijo de...

Habría recibido un puñetazo directo en la cara de no ser porque divisaron a una profesora mirándoles con cara de "A ver, continúen, los desafío", lo que además hizo que le soltaran y que los matones disimularan con una sonrisa inocente y un saludo rápido a la mayor, quien alzando una ceja con escepticismo se acercó a ellos poniendo énfasis en sus advertencias.

–Más les vale que ninguno de los tres estén causando problemas. Sería una pena tener que expulsarlos si me entero. –Declaró entrecerrando los ojos sobre los tres.

–Claro que no, profesora Sawyer. Solo queríamos hablar con él. –Michael tenía más de una objeción que hacer, pero la mano sobre su boca le impedía soltarlas, y la otra que presionaba su hombro le advertía que si hablaba estaba frito.

–Eso espero. –Culminó la profesora, dándose media vuelta para regresar adentro de la escuela.

Michael, quien había tratado de sacarse la mano de la boca de uno de los amigos de Jason, no encontró otra salida más que mordérsela. La reacción adolorida del adolescente mayor bastó para que se zafara y huyera corriendo de ahí. Había prometido esperar a Jeremy, no obstante no quería que lo hicieran papilla, y él entendería la situación si lo llamaba más tarde, por lo que corrió a todo lo que le daban los pies aún si escuchaba que los chicos mayores le gritaban encolerizados desde lejos.

–¡HIJO DE PUTA! ¡Vas a morir, malnacido de mierda!

. . .

–Ugh... Aleluya, aleluya, Señor. –Jeremy bufó, saliendo de la biblioteca con el libro en brazos, guardándolo en la mochila.

No esperó tardarse tanto en buscar el bendito libro, es solo que ya muchos se habían llevado la mayoría de ejemplares y tuvo que buscar con el bibliotecario en el almacén. Tanto polvo lo había hecho estornudar y ahora le picaba la nariz, pero al menos había conseguido el jodido libro para la clase de mañana que tanto insistieron en usar.

Se dirigió a la salida, preguntándose si había hecho esperar mucho a Michael, mas no tuvo oportunidad de preguntárselo puesto que no lo encontró en donde lo dejó.
Miró en su entorno, no había nadie ¿Acaso Michael se había ido sin él? No... Él nunca haría tal cosa, y es precisamente por ello que un mal presentimiento nació en su interior, ordenándole histéricamente que fuese a buscarlo ya mismo o de lo contrario algo malo le ocurriría.

Dio la vuelta en la esquina, recordando que había un 7/11 enfrente de la parte posterior de la escuela. Si Michael había ido a algún lado mientras no estaba sin duda había sido ahí.

Estuvo a punto de cruzar la calle cuando escuchó gritos cerca de un callejón. Normalmente habría evitado acercarse a toda costa, no obstante reconocería la voz de Michael en donde sea, aproximándose entonces hacia donde provenían los sonidos.

–¿Michael? ¿Estás aquí?

Uno de sus latidos hizo eco en sus oídos en cuanto se encontró con los tres matones intimidando a su amigo. Jason lo zarandeaba contra una de las paredes, haciendo que se golpeara contra ella en el proceso, y el otro par solo observaba la escena mientras se carcajeaban como unos idiotas.
En cuánto fueron conscientes de su presencia, ellos dejaron re reír y Jason volteó hacia él con una expresión de sorna en el rostro.

–¿Se te perdió algo, larguirucho? –Escupió las palabras con burla, notando cómo Jeremy temblaba en su sitio y miraba aquello anonadado. –Lárgate antes de que seas el siguiente.

Pero Jeremy no se movió. Al contrario de lo que pensaban los matones, no temblaba de miedo y mucho menos miraba asustado lo que hacían. Estaba muerto de rabia, tanto que le costaba procesarlo. No dejaba de cambiar el foco de su atención entre Jason y Michael, a quien vio que estaba muriéndose miedo y al borde de largarse a llorar ahí mismo.

Sus emociones hervían en cólera dentro de él, era incapaz de largarse y fingir que no había visto nada, lo que demostró dando un par de pasos hacia adelante que ellos no notaron hasta que habló.

–Deja ir a Michael en este instante. –Ordenó, firme y sin titubear.

Los chicos que solo estaban de testigos se rieron, aquello no le sorprendió mucho. Jason también se rió. –¿O qué? ¿Vas a matarme? He dicho que te largues, no quieras hacerme perder la paciencia.

–Oh, es solo que yo creí que tres contra uno era algo muy injusto y cobarde. –Comentó en un tono pasivo-agresivo, logrando que ahora los tres se descolocaran. –Si realmente querían meterse con la gente deberían hacerlo con alguien que sea del tamaño de ustedes ¿No creen?

–Este enano de mierda arruinó nuestras mochilas y pagará por eso. Por última vez te digo que te largues.

Jeremy no dudó un segundo en llevarle la contraria, a pesar de que vio a Michael mirarle como suplicando para que hiciera caso y no se metiera en esto. –¿Hablas de la basura en las mochilas? Qué grosero de tu parte pensar que Michael haría algo así. Yo fui quien lo hizo.

El filipino casi se desmayaba, sintiendo que Jason lo soltaba y lo empujaba lejos para ponerle más atención a Jeremy. –¿Disculpa?

El de pecas sonrió de lado por pura provocación, avanzando paso por paso hacia él. Jason era apenas un poco más alto que él, sin embargo al lado de Michael era enorme. Si alguien tenía más posibilidad de enfrentarse era él.

Enfrentarse, no ganar, porque Jeremy seguía siendo un palo con patas a pesar de su altura.

–Los tres son unos abusones desagradables, lo merecían. De todos modos, si quieren meterse con alguien que sea conmigo, pero dejen a Michael tranquilo o lo lamentarán. –No tembló ni mucho menos dejó que Jason lo intimidara al acercarse a él de ese modo. Siguió sosteniendo la misma mirada densa, ansioso de rodear el cuello de aquel bravucón con un cable. Estaba claro por el ambiente hostil que nadie saldría de aquí ileso.

–¿Crees que me asustas, maric-?

En su defensa... Jeremy no pudo contener las ganas de golpearle la cabeza a Jason con su mochila al igual que una mujer lo hace con su bolso, su cara de imbécil prácticamente se lo estaba suplicando desde que la vio por primera vez. Y eso o se quedó en solo un golpe con la mochila y los duros libros que contenía, él también se lanzó en su contra para hacer lo mismo con sus propios puños.

Michael reaccionó tarde para evitar que se mataran entre ellos. En cuanto salió de su estupor, Jeremy ya estaba siendo detenido por el otro par de matones, aunque no dejaba de dar pelea, logrando soltarle una que otra patada a Jason, y soltándose por un momento con un pisotón para golpear también a los otros. Eran tres contra uno, y aunque al principio parecía ir bien, la cantidad y la fuerza empezaron a inclinarse lógicamente en contra de su amigo.

Jeremy parecía un pequeño gato rabioso al pelear. Soltaba golpes de aquí para allá y atinaba de pura suerte, salvándose de unos cuántos golpes solo porque su contextura física era pequeña comparada a la de los tres, por lo que tenía más agilidad para moverse, mas no para resistir los golpes o darlos con tanta fuerza. Aun así se veía tan furioso que no dudaba de sus deseos de ver la sangre correr.

Michael se levantó del suelo y se acercó con rapidez para detenerlos. Un miedo atroz nacido de su interior lo había empujado en cuanto vio a Jeremy caer al suelo tras un puñetazo en el rostro.

–¡Déjenlo en paz, ya lo lastimaron lo suficiente! –Falló en atraer el cuerpo medianamente consciente de Jeremy hacia él para mínimamente arrastrarlo con él muy lejos de allí, pues Jason lo empujó contra uno de sus amigos.

–¡Ya me harté de ustedes dos! ¡Sujétalo!

Michael intentó volver hacia Jeremy de nuevo sin éxito, pues el otro chico lo había inmovilizado desde atrás dejando al pecoso a manos de los otros dos. Pataleó, se movió todo lo que pudo, lo único que quería era soltarse y llevarse a su mejor amigo de ahí en cuanto pudiera. –¡No toques a Jeremy! ¡Déjalo en paz!

El aludido se incorporó con dificultad en cuanto oyó la voz ahogada en desesperación del filipino y vio a Jason dispuesto a encajarle un golpe para que cerrara la boca. No estaba en condiciones de saltar a defenderlo, ni siquiera lo estaba para levantarse, sin embargo no dejaría que le tocaran un pelo a Michael. Tendrían que pasar sobre su cadáver primero, no le importaba qué tuviese que hacer.

–Olvídate de Michael ¿Quieres golpear a alguien que es tan cobarde y llorón como él? ¿Así de bajos son tus estándares? –Jason se detuvo en seco volteando hacia Jeremy, quien hacía un esfuerzo abismal para ponerse de pie nuevamente, sujetándose adolorido el brazo derecho. Había recibido un golpe fuerte ahí cuando cayó al suelo. –Si quieres ir por la presa fácil como un completo marica cobarde entonces hazlo.

No, hablar de este modo para referirse a su amigo no le entusiasmaba, pero como se había mencionado con anterioridad... No le importaba hacerlo para que estuviese sano y salvo. No le importaba seguir siendo un insolente en la peor posición posible para salvarle el pellejo. No le importaba una mierda el dolor físico que sentía, ni su dignidad, mucho menos su vida.

Para Jeremy nada importaba más que Michael, y se lo haría saber. Así él estuviese en contra de esto y en sus ojos aterrados se leyera la incredibilidad hacia sus crueles palabras, no se podía permitir regresarlo a Lisa y Tania con un solo moretón.

–Jeremy... –El de gafas sintió su garganta cerrarse y su impotencia aumentar. Estaba atado de manos en la situación y no importaba si seguía insistiendo, sabía que Jeremy no se detendría en su cometido. Quiso ahogar un sollozo, mínimamente para resguardar algo de la dignidad de ambos, mas no fue capaz de hacerlo. Le rompió el alma ver a su amigo tembloroso y adolorido con sus mechones cobrizos siendo jalados con fuerza para rebajarlo.

–Awww, miren, chicos. El cuatro ojos está triste porque estamos lastimando a su noviecito. –Jason se burló con soberbia, levantando más el brazo con el cual sujetaba el cabello de Jeremy para causarle más dolor y tomar su rostro sin cuidado.

Se carcajeó al sentir la humedad y calidez de sus lágrimas recorrer sus dedos. No era de extrañar, el pecoso siempre había sido sensible a los tirones de cabello y ya estaba acarreando demasiado dolor físico. Solo que a este no le importaba ya, solo lo soportaba como si se tratase de un ataque hacia su persona y nada más, pues... Si era solo a él no había que preocuparse en defenderse si no servía de nada. Había llamado a Michael cobarde y llorón para sacar la atención de encima suyo, y aun así sentía remordimiento al considerar que en realidad las cosas eran al revés.

–Hay otras formas de mostrar que eres un marica además de defender a tu novio, pero no me quejo. –Espetó antes de soltarlo de repente y hacerlo caer al piso. No sintió ni un gramo de pena al ver que se desplomaba al igual que un muñeco de trapo. –Tú disfruta el show, dientes de lata. Mark, sujétalo, no quiero agacharme por este alfeñique.

Después de un rato Jeremy ni siquiera podía sentir dolor, al menos no del físico, porque sí sentía a su corazón estrujarse al oír a Michael llorar y gritar su nombre, suplicando que se detuvieran. Sabía lo mucho que esto hería a Michael, mas no podía hacer otra cosa por más que quisiera ¿Tenía que entregarse él para que estuviera a salvo? Está bien, lo haría sin dudarlo y sonreiría en el proceso sí se lo pidieran. Todo lo valdría.

No podía verse en un espejo, pero por lo que podía sentir... Era probable que tenía la cara embarrada de su propia sangre y esos moretones no desaparecerían muy pronto que digamos.

Todo terminó luego de un último golpe en el estómago. Su cuerpo cayó en un sonido sordo cubierto por el de las risas ajenas, por sus pasos pesados al retirarse del callejón, y claro que también por el llanto de Michael, a quien sintió acercarse y sujetarlo con desesperación.

Desesperado era poco para definir cómo se sentía al ver a su único y mejor amigo yaciendo destrozado y casi inconsciente en la grava. Su respiración estaba tan calmada y era tan lenta... ¿Seguro que seguía vivo? No dejaba de llorar, apoyando el torso del más alto sobre su regazo y apartando los mechones pegados a su rostro por las lágrimas y la sangre.

–¡Jeremy...! ¡J-Jeremy, por favor! ¡Di algo! ¡Jeremy!

El pecoso no podía abrir los ojos, le dolía hacerlo, mas eso no le impidió sonreír débilmente en respuesta al tacto delicado y cuidadoso de Michael. –M-Michael...

–¡¿En qué estabas pensando?! ¡T-Tú...! ¡Eres un maldito estúpido! –No podía creer que Jeremy le hiciese algo tan cruel como esto ¿Hacer que lo golpearan en su lugar y torturarlo con ese horroroso espectáculo? ¿No se daba cuenta de que prefirió morirse ahí mismo antes que seguir mirando? ¡¿Por qué tenía esa puta sonrisa en los labios siendo que lo habían hecho mierda?!

Jeremy apenas pudo resoplar unas pocas risas. Por mucho que Michael estuviese enfadado no se arrepentía de lo que había hecho, es más... Una preocupación más importante surcaba en su mente ahora mismo. –¿Te lastimaron a ti...? –Su voz era un susurro tan apacible y delicado que incluso así el filipino temió romper a su dueño con sus manos. –¿Te hicieron daño?

–¡¿Cómo puedes estar preguntando eso?! ¡Mírate! ¡Casi te matan! ¡Yo soy el que debería estarte preguntando cómo estás! –No comprendía cómo es que luego de semejante paliza se seguía preocupando por él.

–¿A quién le importa?

–¡A MÍ ME IMPORTA! ¡A mí me importa, estúpido!

. . .

La espera fue como una sentencia a muerte. Todos a su alrededor hacían algo para ayudar a Jeremy ahora que había quedado inconsciente pero él solo podía limitarse a mirar y traer una que otra cosa del botiquín cuando fuese útil.

Después de lo ocurrido en ese callejón, sus madres y el padre de Jeremy se habían encargado de todo, llevando a Jeremy a su casa para tratarlo y quejándose con la escuela, donde efectivamente la señorita Sawyer impuso presión para que mínimamente expulsara a esos tres matones. Lo único que consiguieron es que los suspendieran un mes, puesto que según el director no podían hacer más si había ocurrido fuera de la escuela. Eso sí, le hicieron prometer que a la próxima quedaba expulsado, lo que no los contentó mucho.

Los adultos estaban en el piso de abajo preparando la cena y hablando preocupados sobre lo que pasó. Michael se odiaba profundamente por no tener ni una sola lesión más que algo de dolor en el brazo donde Jason lo había sujetado antes de perseguirlo. Le hubiese gustado haberse quedado con la mitad del daño que había recibido Jeremy, así estarían parejos y él no estaría tan demacrado.

Remojó un algodón nuevo en agua oxigenada, continuando su labor de desinfectar un raspón en la frente de su amigo. No tenía tantos conocimientos médicos, pero al menos le quedaba claro que no podía dejarlo ir por la vida con las heridas abiertas.

Estaba tan furioso ¿Jeremy comprendería lo mucho que había dolido verlo así? No podía encontrar su gratitud en ninguna parte porque estaba cubierta por la creciente rabia que le daba su accionar. Estaba cansado de este papel de víctima y protector que habían adoptado desde que empezaron la secundaria. No soportaba seguir callado mientras que Jeremy era su escudo cada día. No toleraría ver a Jeremy desmayado otra vez, herido y callado sobre una camilla de hospital o su propia cama.

Maldita sea, Michael no era tan fuerte. Su corazón seguía siendo débil cuando era testigo del dolor de su amigo, y estaba seguro de que se quebraría si esto se repetía. Nunca había estado tan alterado y sofocado en su vida. Nunca imaginó que esto sería lo que alentaría al miedo a devorarlo por completo desde adentro.

Por mucho que odiara darse cuenta en esta horrible situación... Era claro ante sus ojos cuando vio el perder a Jeremy como una horrorosa pesadilla y seguía siéndolo ahora que estaba más que seguro de que quería ser quien lo cuidara de ahora en más.

No, no estaba confundido, realmente amaba a Jeremy.

Lo amaba, lo amaba demasiado, tanto que seguía con ganas de llorar al tener que ver cada herida cuando la curaba. Deseaba en lo más profundo de su corazón que si él despertaba ahora, él pudiera ser su protector para compensarle todo lo que hacía por él. Necesitaba ser su caballero en armadura también, necesitaba con urgencia protegerlo como él lo protegía todos los días. Anhelaba por la propia seguridad del pecoso que él le dejase compartir la carga.

El mundo era cruel, y ellos eran dos jugadores ¿De qué servía si solo era uno el que cuidaba la espalda del otro? Michael enloquecería... Sí, perdería totalmente la cabeza si Jeremy volvía a aparecerse ante sus ojos sobre una camilla de hospital, sin saber si despertaría pronto o no.

Se tragó las lágrimas, adhiriendo una gasa con cinta de papel en la herida. Casi se la pegaba en el cabello debido a que el pulso le tembló en cuanto lo vio moverse abriendo apenas los ojos.

–¿Jeremy...?

–¿Michael? –En cuanto vio su rostro angustiado, Jeremy quiso incorporarse, pero su amigo se lo impidió.

–Ni se te ocurra. Vas a tener que quedarte en reposo bastante tiempo. –Reprendió con voz atona. –Me gustaría saber en qué estabas pensando, tú... ¡TÚ...! –Quería gritarle tantas cosas... Y aun así solo pudo ahogarse en el llanto que había tratado de contener desde la tarde, dejando caer sus codos sobre el borde de la cama. –¡¿Sabes lo mucho que me preocupé acaso?! ¡Por un momento creí que no ibas a despertar!

El de rizos se quedó en silencio un instante. No sabía bien cómo responder. –N-No quería asustarte, pero... Michael, ellos iban a hacerle daño, no podía quedarme ahí mirando.

–¡Debiste hacerlo! ¡Mierda! ¡Estoy tan enojado que...! –No sabía para qué lo mencionaba si al final lo único que hizo fue abrazarlo y llorar a mares sobre su hombro.

Derramó cada gota de miedo, angustia e impotencia experimentada. Vacío sus caóticas emociones sobre Jeremy y esperó que eso llegara él, esperó a que su amor ferviente encontrara el camino hacia su corazón y lo hiciera reaccionar. Pero no, Jeremy no pudo darse cuenta de ello, todavía sintiendo que lo que había hecho fue lo correcto.

–Me alegra tanto que esté bien...

Escuchó a Michael decirle aquello, y una sonrisa tranquila y dolida se pintó en su rostro.

Porque Jeremy sabía que por mucho que doliera, no podía prometer a Michael que esto no volvería a ocurrir, y que no pondría su vida sobre la suya una y otra vez.

No podía prometerle que estaría a salvo.

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-
Oof, todavía me cuesta escribir escenas de bullying. F por mí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top