Perfect [Connor x Evan]

Quiéranse mucho, gente >:( Todos ustedes son hermosos.

SI PUEDEN ESCUCHEN "Scars to your beautiful" de Alessia Cara, eso me inspiró bastante para escribir esto <3

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Connor no era la mejor pareja del mundo, ni siquiera era la mejor persona, eso estaba claro para él e incluso otras personas, excepto una quizá; Evan.

No era el más romántico, tampoco el más guapo, y ni mencionar sus problemas de cada día que trataba de superar poco a poco con algo de ayuda. En fin, no era perfecto ¿Y qué? Amaba a Evan. Cada segundo a su lado hacía que seguir levantándose cada mañana para encarar a la perra de la vida valiese la pena. Por eso mismo no estaba dispuesto a dejarlo ir.

Era curioso, eran casi opuestos en la mayoría de las cosas, pero aun así lo adoraba profundamente. Adoraba cada parte pequeña de Evan, aunque esté no pudiese entender por qué.

Le fascinaban sus ojos azules, y cómo una simple mirada de estos pusiera su mundo de cabeza, su voz amable y tartamuda, esas tiernas pecas esparcidas por sus mejillas regordetas. Y por supuesto no podía olvidar su adorable personalidad, tan gentil, cariñoso, y siempre demostrándole una paciencia y fe infinita que nadie más podía darle.

Joder, Hansen era hermoso por dentro y por fuera, y podía ponerlo de rodillas sin siquiera pedirlo. Aun no podía creer que estaba con alguien como él.

Aunque... No todo siempre era tan ameno como deseara. Ambos lidiaban con problemas de depresión, y Evan aún estaba trabajando con su ansiedad y el hablar con extraños. No era raro que hubiese falta de confianza en uno mismo, le pasaba cada tanto pero Evan sabía cómo animarlo.

No es que no estuviese feliz de que el de pecas fuese más alegre que él últimamente, pero no evitaba preguntarse si no se estaba guardando algo. Lo conocía, sabía que a veces se guardaba cosas para sí mismo con tal de no ser "una molestia" o "preocuparlo estúpidamente cuando él ya tenía sus problemas". Desde el más mínimo predicamento hasta el más grande, aunque no disimulaba muy bien, porque se ponía esquivo y rompía a llorar si insistía mucho.

Odiaba eso. No poder saber qué estaba mal con él para ayudarlo.

Suspiró mientras jugueteaba con un cigarrillo sin encender entre sus dedos mientras la caja seguía cerca. Tras dejar las drogas había recurrido a ellos para disminuir el daño y controlar su abstinencia, pero ahora estaba tratando de dejarlo todo por completo.
Porque siendo honesto, no quería arruinar sus pulmones y tener un aliento apestoso de por vida no le sonaba nada bien.

En momentos así deseaba aunque sea fumar uno, pero se resistía todo lo posible, cosa difícil con lo frustrado que se encontraba.

Había ido a visitar a Evan hace un día, pero las cosas no habían salido como lo planeaba. Evan no se encontraba de buen humor, lo sabía porque, aunque Evan no fuese de aquellos que expresaba su enojo y odio temporal con el mundo, se le notaba en esos silencios tensos y miradas bajas.
Lo que le frustraba tanto es que había estado así desde hace una semana probablemente, pero cada vez que preguntaba él cambiaba el tema.

Simplemente, ayer había sido la gota que rebalsó el vaso.

–¿Estás seguro que no quieres salir hoy? Pensé que te gustaría ir a ver los árboles o pasear.

Insistió, mirando hacia la ventana de la habitación. Había llegado a visitar a su novio esperando salir juntos como de costumbre a algún lugar como "A la mode", pero al llegar Evan no se levantó de la cama ni despegó sus ojos de la pared de enfrente. Tenía una mirada agotada y melancólica, y apenas gesticulaba para hablar.

–No... Q-Quiero decir, me gustaría. Pero me siento cansado. Eso es todo. –Se limitó a responder, evitando cualquier contacto visual. Señal que Murphy interpretaba fácilmente como una estrategia para no fallar en mentir. –L-Lo siento, sé que tenías muchas ganas de una cita hoy.

Connor sabía que mentía, pero como siempre, era terreno peligroso entrar con preguntas directas. Era mejor intentar cuando se calmaran las aguas ¿No? Sí Evan se encontraba mejor más tarde quizá se lo diría.
Convencido de ello, se recostó a su lado con una sonrisa comprensiva. No se moriría por no salir, mientras pudiese tener su compañía sería suficiente.

No pedía más.

–No hay problema. –Hizo un gesto de restar importancia con la mano antes de posarla sobre la mejilla de Hansen. –Un poco de vagancia no nos viene mal.

Evan sonrió dulcemente apegándose a él. Eso fue lo necesario para que el joven Murphy suspirara enamorado antes de rodearlo con sus brazos.

La tarde iba pasando rápido al igual que cada momento que estaban juntos. No habían hecho demasiado más allá de haberse acomodado para ver una película en la portátil de Evan mientras el sol caía por el horizonte y ellos ignoraban al resto del mundo.

Habían elegido una película de acción para no aburrirse, de superhéroes para ser específicos, pero como en la mayoría de esas películas... Siempre había algún momento romántico entre el héroe y la chica.
Evan no quitaba la mirada de la pantalla, mientras que Connor solo agradecía a la escena con toda su alma.

Le gustaba mimar a Evan cuando había alguna escena así en las películas, no porque le conmovieran demasiado, sino porque era el momento ideal en el que su novio actuaba más cariñoso, afectado por la emoción del momento.

Fingió estirar los brazos con un bostezo para dejar caer uno detrás del hombro ajeno. Sí, muy cliché, pero dió resultado y Evan apoyó su cabeza sobre su hombro. A él le gustaban los clichés así, nunca fallaban.

El ambiente era simplemente perfecto, incluso hasta parecía que había logrado subirle el ánimo, a juzgar por la sonrisa inconsciente que se dibujaba en sus labios y cómo su mirada color cielo brillaba más cálidamente.

Pero aquello no duró tanto como había deseado.

Se había olvidado completamente de la película para cuando besó la mejilla de Evan y este rió por lo bajo. Segundos después ya era un beso en los labios y el intento de acercarlo más.

No pretendía nada más que besarlo y sentirlo cerca. Nunca trataba de pasar a mayores porque no estaba interesado por ahora y le gustaba que las cosas fueran a ritmo lento. Además, hasta cuando iniciaron su relación no era extraño ni mal recibido cada gesto de su parte, por ello se sorprendió cuando al posar su mano en la cintura de Evan, este se tensó notoriamente como si nunca hubiese hecho eso antes, o como si hubiese detectado intenciones maliciosas en su agarre.

Connor por un segundo creyó que se trataba de una reacción normal, pero cuando sintió la mano de Evan sobre la suya, ejerciendo una fuerza débil y temblorosa, supo que algo andaba mal y lo soltó al instante separando el beso.

El joven Murphy se sintió fatal ante semejante actuar. Fue como si mudamente Evan suplicara que lo dejase ir. Fue como si le tuviera miedo.

Cuando Evan se apartó pudo ver su gesto incómodo, por no decir que parecía que estaba a punto de romper a llorar. Podía verlo en sus ojos, era esa expresión suya cuando se sentía humillado y desesperado.

–L-Lo siento... –Se apresuró a murmurar, pasándose una mano por el cabello. –J-Joder ¡Lo siento tanto, Evan! ¡N-No creas que yo...! ¡Yo no quería...! –Trató de explicarse lo mejor posible para no asustarlo, pero cada vez que trataba de completar la oración sentía que solo la cagaba más y solo provocaba las lágrimas ajenas.

–N-No... Está bien. –El chico de pecas suspiró tratando de tragarse sus lágrimas restantes, pasándose el antebrazo por los ojos para secarlos y ofrecerle a su novio una sonrisa extremadamente falsa. –S-Solo... No me gusta que me sujeten... Allí.

Connor asintió nerviosamente, buscando como palmar el tema que efectivamente desconocía y estuvo causando el actuar extraño de Evan hace tiempo. No quería hacerlo llorar, pero sentía que era necesario. No podía simplemente ignorar esto.

No podía hacer como si nada luego de darse cuenta de que últimamente Evan evitaba ese tipo de contacto, siendo que antes no le disgustaba.

–¿Te lastimaste? ¿Te hice daño o algo así?

–N-No importa, Connor. De verdad.

–No, soy tu novio y quiero saberlo. Me preocupa esto, Evan. Has estado evitando nuestras citas afuera y cada vez que trato de abrazarte actúas como si tratase de violarte. –Estaba siendo muy directo, pero no podía evitarlo. Era simplemente horrible sentir que tu pareja te veía con ojos de víctima cuando tú no eres capaz de ponerle un dedo encima si así no lo quiere.

Sentía la sangre hervirle de rabia. No rabia hacia Evan, no, solo hacia el problema al cual no podía dar nombre y hacía a su pareja enmudecer.

Enseguida se arrepintió de haber sido tan bruto al expresarse apenas escuchó un sollozo ahogado de su parte. Maldijo internamente ser tan impulsivo. No es así como se supone que le hiciese hablar del asunto.

–Esto es una mierda. –Bufó tirando el cigarrillo sin encender en algún rincón de la habitación, rodando en la cama hasta apegar la cara al colchón.

Tras ese episodio Evan simplemente le pidió que lo dejase solo. Y aunque su corazón gritaba "No" y lo impulsaba a abrazarlo con todas sus fuerzas, su voz expresó "Está bien" y abandonó el hogar de los Hansen con un sabor amargo en la boca y unas ganas irremediables de arremeter contra el primer tarado que se le cruzara en la calle. Cosa que, por fortuna suya y del pobre desconocido que pudo haberse acercado, no pasó.

Zoe había tratado de sacarle charla cuando lo vio tan amargado y triste. No la culpaba, era extraño que después de ver a Evan no regresara irradiando arcoíris. Su hermana y él empezaban a recobrar su relación y agradecía su preocupación, pero no se sentía lo suficientemente calmado como para hablarlo con ella.

Se arrepentía de haber cedido tan fácil y haberse ido sin encarar el problema, debería haberse quedado con Evan hasta hacerlo desembuchar todo. De hecho, en momentos como estos reflexionaba y se preguntaba si estaría mal aparecer en su casa para hablar con él. Pero no, seguía ahí tendido en su cama sin nada más que hacer además de jugar con cigarrillos.

Mierda, Connor. Eres un puto imbécil.

Si su noviazgo moría por culpa de su estupidez se aseguraría de morir con él.

Pero interrumpiendo sus pensamientos desalentadores, el teléfono celular sonó un par de veces indicando que le habían llegado mensajes. No tenía muchas ganas de hablar y de mandar al carajo a nadie, sin embargo tenía esperanzas de que fuese Evan, así que tomó el celular y prosiguió a revisar. Para su mala suerte y fortuna era Jared.

Al menos no sentiría remordimiento si era él a quien mandaba a joderse. Jared era... Jared, después de todo.

AssholeMemeLord
Hey, emo edgy
Tenemos que hablar.

Jódete, Kleinman. Estoy
ocupado sintiéndome
miserable.

Me importa poco
qué tan emo estés
siendo en este momento.
No te hablaría en mi día
libre por lo general. Pero
esto lo amerita.

Estoy así de cerca de
bloquearte.

Pendejo, escúchame.
Sé que Evan y tú
tuvieron un altercado.

¿Evan te lo dijo?

Difícilmente se lo saqué
cuando fui a verlo. Pero sí.

Fantástico ¿Quieres
acusarme de urgido
abusador, Kleinman?

A ver, Connor greñas
largas Murphy.
Evan no te tiene miedo
ni cree que vas a hacerle
dos hijos, si eso es lo que
piensas.

¿No es eso? Jared, si
quieres burlarte de mí
te aseguro que no eres
gracioso. Evan ha estado
muy a la defensiva conmigo
y no puedo darme el lujo de
ilusionarme, ok? JÓDETE

Ay, pinche terco.
Mira, no pienso explicarte
qué pasa, porque hasta yo
sé que eso deberías hablarlo
con él. Es muy privado.
Me aguanté la mitad de sus
lamentos y la otra mitad
diciendo jotadas sobre ti.
Haz de novio responsable
y ve a arreglar las cosas
con Evan.

De acuerdo, pero
¿Cómo esperas
que me lo diga?
¿Y si inventa algo?
¿Por qué no me dices
qué le pasa y ya?
No puedo ir como si nada
y pretender que admita lo
que pasa sin saber de
antemano. Evan es capaz
de mentirme
solo para que deje de
preocuparme.

No puedo decírtelo, se lo prometí
a Evan. Pero tienes razón.
Solo... Ponte a pensar en esto.
Evan no te deja tomarlo de la cintura
¿Verdad? Eso es raro porque lo hacías
antes. Tampoco le gusta salir contigo
a lugares públicos donde comen, y se
ha estado saltando comidas cuando está
contigo. Y no solo eso ¿No has notado que
últimamente usa ropa que lo cubre más?

Alzó una ceja leyendo el teléfono, sopesando seriamente sobre aquello.

En pocos segundos se dio cuenta de que Jared hacía resumido en un mensaje todo lo que había notado en Evan hace tiempo. Cómo cuando lo invitaba a pasarse por su heladería favorita rechazaba la propuesta o la cancelaba a último momento, que cada vez que iba a visitarlo no importaba el horario, él se negaba a comer porque "no sentía apetito". También recordaba que cuando llegaba de improviso a veces lo encontraba en el baño mirándose en el espejo con una mirada derrotada, y en una ocasión Heidi lo llamó para que le ayudase porque supuestamente Evan se había descompuesto y vomitó más de lo que era saludable a pesar de que no había comido nada en mal estado o en exceso.

Connor unió todo como piezas de rompecabezas, hasta dar con la respuesta que lo dejaría atónito y angustiado. No... No sería posible ¿O sí? Evan no podría... Pero todo apuntaba a ello.

J-Joder...

Masculló unas maldiciones antes de contestarle rápidamente a Jared diciendo que iría a ver a Evan ya mismo. Y esta vez no se iría sin obtener de él la verdad.

Se apresuró a ponerse su sudadera antes de salir a las apuradas, gritando a su familia que saldría en todo el día y que no lo esperaran para cenar. No se detuvo a escuchar si le respondieron, eso no le importaba en ese momento, sino llegar rápido a la casa de los Hansen.

Heidi estaba trabajando, pero Connor no se preocupaba por ello, ya que hace tiempo atrás su suegra depositó toda su confianza en él dándole una copia de las llaves de la casa. Según ella era porque se sentiría mejor si él iba a ver a Evan cuando quisiera con toda libertad, pues ella no estaría siempre presente para hacerle compañía y conociendo a su hijo este no siempre querría aceptar que necesitaba ver a alguien.

El joven sonrió recordando las palabras de su suegra y se adentró en la casa. En situaciones así las llaves le eran bastante útiles, aunque la mayoría del tiempo Evan le abría sin problema.

Echó una mirada rápida a la sala y la cocina. No había nadie, así que seguramente su novio estaba en su habitación. Subió las escaleras, creyendo que el sonido que se iba haciendo cada vez más fuerte solo era parte de su imaginación, pero no, esos sollozos provenían de la puerta del cuarto del joven Hansen y era deducible de aquí a la China que él era quien los provocaba.

–¿Evan...?

El aludido estaba recostado en su cama dando la espalda a la puerta. Tenía las rodillas flexionadas e hipaba en llanto mientras sus propios brazos se aferraban a su vientre con tanta fuerza que parecía querer hundirlo por completo.

–¿C-Connor...? –Se sobresaltó al escuchar su voz, pero no se atrevió a voltear o verle a la cara, solo se quedó en su posición deseando que lo tragara la tierra. –¿Qué haces aquí?

–Quiero hablar contigo sobre lo que pasó ayer.

Evan trató de hablar, pero sintió sus palabras ahogarse en su garganta culpa del nudo que tenía. Antes de que pudiera hacer algo, Connor ya estaba delante de él arrodillado frente a la cama con una mirada de compasión y seriedad.

Evan odiaba esa mirada. La recordaba justo como la que le daba el doctor Sherman cuando iba a visitarlo muy seguido para verificar las cartas que le había recetado escribir, la única diferencia es que la de Connor parecía más amable y paciente. Eso lo aliviaba, pero no lo que veía no dejaba de ser una mirada con lástima.

Trató de no hacer contacto visual, pero aún si no estaba viendo los ojos de su pareja podía sentir cómo esta lo atravesaba. Connor era un experto para ponerte miradas de las cuales no puedes escapar de ninguna manera. Era un don suyo, y una maldición para él.

Respiró hondo buscando las palabras más creíbles que le llegaban a la mente en ese momento. –A-Ayer... Solo estaba un poco... Triste. N-Nada más. –Balbuceó sin ser muy convincente ni para él mismo.

–Evan, no trates de mentirme. Ahora sé qué es lo que te ocurre. –Suspiró desganado, suplicando internamente para que al menos por un segundo Evan volteara la mirada hacia él. Lo necesitaba con urgencia. No quería seguir sintiéndose evitado. –Ev... ¿Has estado actuando así porque te sientes mal con tu cuerpo?

El joven Hansen abrió más los ojos sintiendo aquellas palabras como un golpe en el estómago. Era predecible para Connor que él comenzara a llorar cuando se encontraba acorralado y completamente expuesto, pero no por ello dejaba de dolerle profundamente verlo así. Sin embargo no estaba dispuesto a echarse para atrás, no ahora que conocía el motivo detrás de esos gestos esquivos.

Como si Evan hubiese escuchado su deseo mudo, levantó la mirada hacia él. Esos ojos azules que derramaban vergüenza e impotencia hicieron temblar la voluntad del joven Murphy, pero no la derrumbaron.

–Evan. No entiendo, estábamos bien antes. Tú estabas bien. –Continuó diciendo, tratando de apartar las manos del chico sollozante de su vientre. –¿Acaso alguien te dijo algo? ¿Te miraron mal?

El de cabellera rubia se esforzó por calmar su llanto y decir palabra entendible, mas no estaba dispuesto a despegar los brazos de su torso, incorporándose un poco hasta estar sentado.

–N-Nadie me dijo n-nada, y-yo solo... S-Siempre odié como me veo. Lo odio...

Le daba asco recordar cómo fue que llegó a ese físico regordete tan patético. Era un recordatorio de que como el cobarde que era evitó encarar su ansiedad y cayó en el mal hábito de comer más. Hábito que junto a su falta de costumbre de salir al mundo exterior lo volvieron lo que era ahora.

Le provocaba pena el solo tener que verse al espejo luego de salir del baño o considerar que era buena idea siquiera mostrar sus brazos al descubierto cuando estaba con Connor. Él no tenía por qué ver su repulsivo cuerpo fofo y fuera de forma, no quería su lástima ni tampoco su rechazo, no quería que cuando lo tomase de la cintura notara esa masa corporal que se supone no debería existir.

Pudo cargar con ese asfixiante odio propio mucho tiempo, hasta había ocasiones en las que creía olvidarlo, pero esa inseguridad volvía a enroscarse como soga en cuello ahora que tenía a una persona a su lado para la cual debería lucir bien todos los días. Connor era maravilloso, merecía un novio que se viese mucho mejor de lo que él podía ofrecer.

–N-No sé cómo llegué a esto, solo... Un día empezó la ansiedad y-y... Luego...

–Evan. –Connor lo detuvo al percibir que perdería la calma. –No tienes que excusarte.

–¡Y-Yo sé que no! ¿Pero... Qué crees que piensan los otros cuando te ven conmigo? ¿C-Crees que yo no he escuchado cómo se refieren a mí? ¡P-Por dios, Connor! ¡S-Solo mira esto! ¡Doy tanto asco!

Connor frunció el ceño al ver a Evan extendiendo los brazos como si esperara que viese "los horrores" que él decía que había en su cuerpo.
No entendía, a su parecer Evan no estaba tan mal como él decía estar. Es verdad que para su altura estaba algo subido de peso, pero era una exageración decir que tenía una obesidad mórbida o necesitaba ayuda urgente para adelgazar. Él nunca demostraba tener problemas de salud y hasta comía saludablemente ¿Dónde estaba el problema?

–Evan... Estás exagerando. Si tú eres obeso yo soy un anoréxico entonces. –Compararse con los estereotipos de la belleza si estabas bien de salud era estúpido para él. No era quien para juzgar siendo que por su parte era más delgado para su altura. –Ninguno de los dos es perfecto.

–Eso es diferente... A ti nadie te miraría con asco cuando camines por la calle.

–Por un demonio, Evan ¿Por qué te importa tanto justo ahora? No te comportabas así cuando empezamos a salir.

No supo si arrepentirse o no de sus palabras. El temblor de Evan y cómo volvía a apretarse el estómago con los brazos no lo tranquilizaba. Lo escuchó decir algo, pero fue en un tono tan bajo que apenas lo entendió.

–¿Qué?

–Tú...

–¿Yo qué?

–N-No entiendo cómo puede gustarte "esto".

Connor apretó los dientes y las sábanas entre sus dedos en un intento por no perder la compostura, pero le era casi imposible no alterarse cuando Evan se refería tan despectivamente a sí mismo. No toleraba que nadie hablara así de él, ni siquiera si ese alguien era el mismísimo Hansen. Aquello siempre despertaba su lado más agresivo, cual solo se molestaba en moderar cuando era su pareja quien alegaba semejantes cosas, pero solo eso lograba: moderarse.

Como ahora.

–Verás que puede gustarme y más que eso.

Evan con suerte pudo reaccionar antes de que Connor apartara sus brazos de torso y se abrazara a este con fuerza, depositando un par de besos que no llegó a sentir como algo más que un cosquilleo. Estaba tan atónito que no tuvo la oportunidad de siquiera decir una sílaba para preguntar qué se supone que estaba haciendo, porque ya se había incorporado a su altura para plantarle un beso en los labios.

Estaba seguro de que duró un minuto o más, pero estaba tan sorprendido que no percibió el tiempo real y lo vio como un segundo, hasta que Connor se separó de él.

Cualquier frase que pudo haber dicho moría antes de ser pronunciada, mientras que el joven Murphy proseguía a tomar una de sus manos y empezar un camino de besos que llegó hasta su hombro, sus mejillas, la punta de su nariz, para terminar otra vez en sus labios.

No sabía qué decir o cómo reaccionar, solo podía sentir el hormigueo en su estómago y los latidos desenfrenados de su corazón mientras su pareja lo sujetaba de la cintura como el día anterior. A pesar de que Connor era algo brusco para muchas personas y forma de hacer las cosas era completamente distinto con él, cada acción parecía planeada con antelación y cada beso era delicado y cariñoso solo como él sabía darlos.

–Ev... –Pronunció su nombre casi como un susurro, sonriendo cálidamente y posando su mano derecha sobre su mejilla. –Nunca jamás vayas a preguntarme "cómo puede gustarme" lo que eres. Porque no me gusta. A mí me encanta lo que eres, amo cada parte de ti como no tienes idea. Desde cada cabello hasta la punta de tus pies. Eres la persona más hermosa que he conocido, Evan Hansen, por dentro y por fuera.

Las lágrimas se escurrieron entre sus dedos y sus labios cuando volvió a besarlo, esta vez siendo correspondido. Apenas se sentó sobre la cama apretó a Evan contra él en un abrazo, frotando su espalda y ahogándole el llanto entre su hombro y cuello.

Connor sonrió más ampliamente sintiendo un peso angustioso desaparecer.

–Ev... No puedo detenerte si lo que quieres es cambiar por ti, pero si es por mí te pido que no lo hagas. Te amo así como eres. Amoroso, tierno y abrazable como un oso de felpa.

–¡C-Connor! –Chilló de repente, Evan, al tiempo en que su cara se tintaba de rojo.

–¿Qué? –Connor se alzó de hombros sin ver el problema. Puede que nunca lo haya comentado en voz alta, pero la contextura de Evan solo lo volvía más adorable a sus ojos. Era un detalle propio de él muy especial. –Dije que te amaba y con eso no estoy excluyendo nada. Sé ver las ventajas antes que otra cosa, Evan. Tienes que saber que te abrazaría todo el santo día si pudiera.

Oírlo tratar de contenerse a reír y fallando en ello lo hizo feliz. Volver a escuchar esa hermosa risa sincera y enternecedora junto a esa sonrisa luego de tanto tiempo hacía que todo luciera diferente a su alrededor, más brillante y colorido. Ese era justo el efecto que Evan tenía sobre él.

–Pero, uh... Sabes que si quieres empezar una dieta o algo por el estilo te ayudaré en eso.

–Bueno... -Evan pareció divagar un poco, separándose para ver a su pareja a la cara. –La verdad es que sí me preocupa un poco no estar lo suficientemente saludable, pero prefiero ver a un especialista antes cualquier cosa.

–Eso me alivia. Solo espero que diga que estás bien, porque sería una pena perder tu función de novio-peluche apapachable.

–¡C-CONNOR!

–Oh, vamos. Solo estaba bromeando.

El silencio volvió a apoderarse del ambiente, pero no era incómodo o tenso. Era ese silencio ameno y dulce en el que podían dejar hablar su corazón mientras conectaban miradas y el espacio reducía hasta juntarlos en un beso.

–Uh... ¿Connor? Sabes... Yo también creo que eres hermoso adentro y afuera. –Murmuró esbozando una sonrisa tímida que pronto se amplió un poco de los nervios al ver cómo el gesto de su novio se volvía indescifrable. –¿Qué?

–Por Satán, Hansen. Deja de ser tan perfecto.

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Solo quiero decir que la belleza es relativa, y mientras seas saludable no debería haber preocupación por el físico :(


Me puse cursi, sorry por eso.

Gracias por leer <3

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