🌸Hello, hello~💜 [G&J AU]

Este ha de ser el AU más Cursed que he creado a lo largo de mi pinche vida, pero qcyo. Me encantaba esta película de niña y todavía me encanta 8( Hasta hice dibujitos de las escenas porque estaba iNSPIRADA.

Edit: Yo que ustedes revisaría cada tanto, porque voy a subir aquí los dibujos que termine xD
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Michael supo cuando perdió la carrera de cortadoras de césped contra Connor que este no era su día de suerte, pero esto ya era el colmo de lo intolerable.

Bien, sí, no era ningún santo ¡Pero hasta donde él consideraba esto era justificado! Sabía que Connor había ganado la carrera haciendo trampa, y como si no le hubiese bastado con humillarlo frente a todos los gnomos de ambos jardines causó que su cortadora de césped se hiciera pedazos luego de que un auto le pasara por encima. Tenía derecho de estar enojado y querer vengarse, hasta la señora Capuleto estaba bien con ello.

Además no iba a dañar a nadie, solo a pintar un poco la cortadora de césped azul del jardín Montesco de color rojo ¿Es eso un delito? Sí, pero por una mierda que valdría la pena, las leyes humanas podían joder a otro lado, en los jardines la cerámica decide.

Como el legítimo hijo de Lady Petirrojo era su deber establecer el balance entre las injusticias que se jugaban ambos jardines entre sí, o al menos lo que fuera beneficioso para los rojos. Su madre se había visto tan entusiasmada por la carrera que le dolió defraudarla ¿Así es como quería ser líder algún día? ¿Fracasando y humillando a su gente frente a todos? Esto no se iba a quedar así, Michael tomaría venganza.

Su plan no era tan arriesgado, todo había salido tal cual lo planeó con Evan distraído, pero no contó con un fallo fatal: Llevar consigo a Rich. No lo malentiendan, adoraba a su amigo pero... Él no era material de soldado ni mucho menos de ninja, debió suponer desde el principio que dejarle participar de la treta no iba a darle un buen resultado. Al final el jardín azul terminó descubriéndolos a ambos y por poco él y Connor entraban a una guerra de puñetazos hasta el polvo, de no ser porque se dio a la fuga segundos antes con los pantaloncillos de la señora Montesco.

Nota mental, la ropa sirve como paracaídas pero no puedes controlar por dónde aterrizas, puedes terminar fuera de tu jardín y caer sobre una pila de hojas sucias solo si tienes suerte.

Este definitivamente no era su día, y todo se lo debía a la misma gente que le había provocado más desgracias antes.

Azules... Todos son iguales.

Jeremy no tenía tanta suerte tampoco, aunque podía responsabilizar más a su padre por ello que a cualquier otra mayoría viviente en el patio del vecino.

Su vida no era muy emocionante como la de otros gnomos de jardín, al menos dentro de lo que cabe como emocionante cuando tu mundo se limita a un jardín, pero podía apostar su azul sombrero a que nada debía ser más aburrido que ser nada más en la vida que un tierno adorno para flores. Él no podía ser más que eso, solo decoración, o al menos eso quería su padre para él.

Detestaba ser así. Así todos fueran adornos de jardín él era el más "halagado" porque según el resto, su adorable y tierna cara lo volvía el mejor en ello.

Basura ¡Todo eso era basura! ¿Quién se alegra de ser condenado a vivir en la misma absurda posición, viendo la vida de los demás pasar mientras él seguía estancado como un florero? ¿En serio su mayor emoción en la vida debía limitarse a un cambio de flores cada semana? ¿Por qué no podía ser como los demás gnomos de jardín? ¿Por qué no lo dejaban ser parte de esa absurda riña entre rojos y azules? Su padre decía que era muy peligroso, que era muy "delicado" para entrometerse en algo tan violento, y eso solo hacía que fuera más interesante para él, incluso si desconocía totalmente la razón de aquella reacia rivalidad.

Lord Azulejo no era un hombre muy razonable cuando se trataba de su hijo y de compararlo con su difunta esposa, no podía esperar de él algo más que regaños o los mismos sermones de siempre de que "Era muy frágil" y que "Los gnomos jovencitos no tienen que ponerse el peligro".

Al diablo con eso, no se arrepentía de haberle pedido ayuda a Christine para huir del jardín esta noche. Su padre no quiso escucharlo cuando le propuso buscar esa bella orquídea al otro lado del callejón. La veía todas las noches brillando sobre el techo del invernadero y siempre pensaba lo bello que se vería su jardín con ella creciendo en él, lo suficiente como para opacar el jardín de los Capuleto ¿Por qué una idea tan brillante era descartada así? Por su torre de marfil Jeremy juraba que volvería con esa flor para probarle a Lord Azulejo que no era delicado o se rompería en el intento.

Rojos... Han de ser unos tontos.

No se equivocaba mucho, por lo menos Michael le habría dado la razón luego de haber terminado en quién sabe dónde por esa estúpida jugarreta.

Salió de entre las hojas apenas pisó el suelo, observando a su alrededor mientras la ansiedad empezaba a nacer en su interior ¿Cómo demonios volvía a su jardín sin que nadie lo notara? Rich se había quedado a salvo... Si es que quedar atascado en la cerca se puede considerar a salvo, y por ende no había quién le ayudara.

Estaba resignado a volver caminando guiándose como se le ocurriera primero pero...

Feel a feeling light

Una sombra cubrió sus ojos por apenas unos segundos y luego desapareció rápidamente, moviéndose hacia el otro lado. Lo había visto, algo o alguien había cruzado en lo alto de la pared de ladrillos que lo separaba del invernadero abandonado al cual nadie se acercaba ni por asomo.

Headed out to see the sights

De nuevo la sombra volvió a cruzar su visión el poco tiempo que tuvo de verla al estar ocupado subiendo una fila de rocas en su camino. Esta vez lo escuchó, era inconfundible el sonido de la cerámica fina golpeando rítmicamente la parte superior de la pared y esos pequeños pies acoplándose perfectamente al sonido.

Ain't life a many splendored thing?

Se abrió paso en el césped largo sin dejar de mirar hacia arriba, esperando impacientemente con ver más de cerca o detenidamente a aquella personita apurada y veloz, que ni lenta ni perezosa y suponiendo que nadie estaría mirándole a escondidas, dio un último salto habilidoso con una vuelta perfecta en el aire para aterrizar firmemente de pie.

Michael sintió su mandíbula caer.

Duckin' up and out
All those crazy sights and sounds
Bounce around like puppets on a string

La silueta no se parecía a ningún gnomo de jardín que hubiese visto antes. Frente a la luna y su brillante luz, su contrastada y delgada figura se alzaba con determinación y elegancia sin dejar ver su rostro, pero no necesitando más que su postura para atraer la curiosidad del gnomo rojo, quien no perdió un solo segundo para seguir a aquella misteriosa y enigmática sombra que apuró de nuevo el paso.

"Never gonna find
Anything to change my mind"
Famous last lines of a fool

Jeremy creyó que esto era casi un juego de niños. No había necesitado más que una media vieja del señor Montesco y una excusa palurda para estar a dos pasos de lograr su cometido. Con maestría y perfección había dejado atrás cada obstáculo y se las había ingeniado para avanzar por el terreno abandonado, todo para estar frente a frente con la hermosa flor que lo esperaba en la cima ¿Y su padre lo creía delicado? Ojalá supiera lo mucho que había practicado para un momento como este.

Una vez cerca se impulsó con una rama de un árbol, evitando subir una distancia más de lo que quería soportar, y cayó de pie a poca distancia de la flor. Sonrió por debajo de la tela que cubría sus labios de porcelana, bajó cuidadosamente la parte superior que había atado a modo de pañuelo para esconder parte de su rostro y avanzó gateando sobre el cristal resbaladizo del techo sin notar que al lado opuesto otros ojos lo observaban.

Just when do you think
You're a chain with just one link

Michael le seguía el paso a aquel extraño, esforzándose por no quitarle la mirada de encima, pues sentía que si dejaba de verlo se desvanecería de la nada. No sabía qué buscaba, ni siquiera entendía por qué lo estaba siguiendo, simplemente algo muy en el fondo le aseguraba que si no lo hacía se arrepentiría el resto de su vida.

Something comes to tip you off your stool

Ambos gnomos avanzaron sin esperar nada más. Jeremy tomó el tallo de la flor dispuesto a llevarla a su jardín, Michael lo hizo para sujetarse y en consecuencia fue la mano del contrario cual terminó sujetando entre sus dedos.

Michael cedió ante la tentación de saciar su curiosidad, Jeremy lo hizo al notar que otra mano lo sujetaba a él. Ambos se incorporaron y se encontraron el uno al otro en un hechizante mirar anonadado.

Hello, hello!

Michael no creyó lo que miraba ni después de parpadear un par de veces. La misteriosa figura que había estado siguiendo era otro gnomo, pero no uno cualquiera, sino el gnomo de jardín más deslumbrante y bello que había visto jamás. Su rostro liso y uniformemente pintado de un color melocotón se extendía hasta ese pañuelo bajo su mentón, cada grupo de infinitas e inmaculadas pecas en sus mejillas se veían pintadas con una paciencia y delicadeza imposible de conseguir en este u otro mundo, muy notorios eran esos rizos color cobre hechos de fibra sintética que muy cerca estaban de parecer cabello real tan suave a la vista que deseaba tocarlo. Y qué hablar de su figura delgada entallada en... Lo que sea fuese ese atuendo negro que vestía.

Y finalmente esos ojos... Esos azules y brillantes ojos pintados con los tonos más vivos y armoniosos del círculo cromático, reflejando el mismísimo cielo mañanero en ellos.

My, my, my, what have we here?

Jeremy no esperó encontrar a nadie tras su perfectamente trazado plan, ni siquiera contó con que el gnomo que encontraría fuese tan apuesto. Podía jurar que no había visto a este tipo en su jardín antes, probablemente por su falta de socialización ¡Oh, cómo lo lamentaba! El muñeco de cerámica frente a él estaba de cerca de ser lo más hermoso que había visto. Su piel había sido pintada y sombreada con los tonos color canela más realistas y ni siquiera esos rayones oscuros podían arruinarlo, su cabello café prolijamente ordenado bajo su sombrero cubierto de lodo y hojas era a plena vista de cerámica, sin embargo de no haberlo analizado tanto sus complejos detalles de distintos tonos lo habrían hecho creer que estaba hecho de un material más similar a lo que buscaban representar. Y qué pena hablar de su cuerpo pero... Muy rara vez veía gnomos que fueran más fornidos que regordetes y tuvieran brazos fuertes.

Luego miró las gafas falsas de alambre que descansaban frente a sus ojos. Eran como el tronco de un árbol naciente ¡No! Como la tierra fértil que poseía las flores más bellas ¡No! Era... Indescriptible, era un color café profundo casi negro, bailando entre ambos colores a propósito para confundirlo, para hipnotizarlo.

What a surprise

Ambos gnomos de jardines opuestos se sonrieron el uno al otro, perdidos en su mirar. No pensaron en las consecuencias, no dieron atención a las posibilidades, no querían apartarse.

Michael y Jeremy se enamoraron, y lo único que necesitaron para ello fue verse por primera vez sujetando la legendaria "orquídea flecha de cupido".

Se enamoraron perdidamente sin saber el color que escondían bajo sus disfraces.

What a surprise
Hello, hello

¿Destino? ¿Suerte? Quién sabe, Jeremy no dudaba de que de no haberse roto el cristal bajo sus pies para sacarlo de su ensoñación podría haberse quedado toda la noche sin hacer otra cosa que mirar a ese desconocido.

Chilló del susto, aunque para su fortuna evitó estrellarse logrando agarrarse del marco de madera. El invernadero era muy alto, una caída a esa altura bastaba para quebrar en miles de pedazos a cualquier objeto cerámico.

Michael también se había llevado un buen susto por un momento hasta que vio al otro gnomo a salvo. Todavía con la flor en mano, sonrió ladinamente y ofreció la otra para ayudar al más alto. Fue probablemente el gesto galante más estúpido que había hecho en su vida, por no decir el primero.

I'm not alone, it's good to know
Someone's out there to say hello

Jeremy aceptó el gesto y en un dos por tres volvía a estar en la cima de la estructura con ese extraño. El impulso y el techo inclinado de vidrio les jugaron una mala pasada a ambos, haciéndolos tropezar unos pasos. Michael fue más rápido y evitó que Jeremy cayera más lejos abrazándolo por la cintura, él también ayudó agarrándose de sus hombros.

Hello

La flor seguía entre los dos, rozando con sus pétalos sus cercanos y avergonzados rostros. El gnomo azul se apartó de un empujón, maldiciendo su repentina torpeza. Él nunca era así de tonto ¿Qué le pasaba? Y para colmo comportarse así frente a este tipo... Dios, eso lo volvía aún más penoso, aunque su embobado acompañante no pensara lo mismo y estuviese más distraído por enfocarse en la belleza ajena.

–Uhm... Tal vez te preguntes qué hago en el techo de tu invernadero. Es que yo... Y-Yo creí que nadie vivía aquí. –Se explicó cómo pudo, queriendo evitar lo máximo posible la mirada del otro gnomo. Hasta donde sabía, este lugar estuvo siempre abandonado, sin embargo ahora que encontraba a alguien más no se extrañaría si resultaba ser habitante. Es decir... Al menos eso explicaría un poco su aspecto descuidado.

Michael no daba señales de despertar pronto, sin embargo la voz de Jeremy fue como un suave zarandeo que lo bajó de las nubes. Pero solo un poco. –Sí... Nadie... ¡Digo...! La verdad este no es mi jardín.

Eso le alivió, si de por sí era vergonzoso tropezar con desconocidos, robarle a alguien era peor. –¡Oh! Qué bueno, porque yo solo venía por esa orquídea. –Indicó, señalando la flor que todavía Michael sostenía.

El rojo enarcó una ceja, al inicio con extrañeza al caer en cuenta de ello, pero luego sonrió burlonamente levantando la pronunciada orquídea. –Ah... ¿Esta?

–Sí.

Ni siquiera el mismo Michael comprendía por qué no se dejaba de idioteces y entregaba la bendita flor, solo sabía que... No tenía ni idea de cómo coquetearle a alguien, así que por ahora solo intentaría alargar este encuentro efímero. Sin perder su sonrisa acercó la flor a su rostro, inhalando su dulce aroma y luego se volvió hacia el otro gnomo. –No lo sé, para ser honesto creo que voy a tener que conservarla.

–¡¿Qué?! –Jeremy se exaltó un momento, pero solo uno. Podía ver a través de las acciones ajenas y esa expresión traviesa. Podría haber pasado mucho tiempo sin socializar, pero no por ello desconocía los comportamientos ajenos. De cualquier forma no es que le molestara, de hecho quería seguirle el juego solo para ver hasta dónde podía llegar. –Pero... Yo la vi primero así que... Mejor dámela.

–Pues yo la tomé primero. –Continuó, jugueteando con la flor a pasarla de un lado a otro con el fin de provocar más a su acompañante. –Al poseedor lo protege la ley. –Declaró victorioso levantando una mirada retadora. –Pero si la quieres... ¿Por qué no vienes por ella?

–Lo haré. –Anunció Jeremy, y sin dudarlo pisó con fuerza el marco de madera frente a él. La ventana era móvil en un sentido giratorio, lo que sirvió de palanca para arrebatarle la flor de las manos a Michael y tomarla en el aire. –Gracias. –Poco duró su orgullo. Antes de ver por dónde pisaba fue víctima del mismo truco, cayendo por el espacio que dejaba la ventana, aunque sujetando el marco antes de caer.

Michael en ello atrapó la flor y evitó cualquier accidente apoyándose sobre el lado opuesto de la madera, para mantener quieto el ventanal. –Gran invernadero ¿No?

–Deberías verlo desde aquí. –Secundó risueño Jeremy, incluso sabiendo que estaba a unos metros de hacerse pedazos.

–¿Y perderme esta vista?

Jeremy se rió por lo bajo para luego hacer girar el ventanal que pisaba Michael. Con él colgando del marco y él de su pie, atajó la flor y cayó de pie sobre la tubería superior. De haberla visto antes no hubiese dudado en caer seguro allí, pero todavía no quería acabar esta extraña y falsa rivalidad de egos.

La tubería estaba oxidada y era frágil bajo sus pies, por lo que trató de apurarse en llegar al otro extremo sin prever que Michael se dejaría caer y la onda del movimiento lo haría soltar la flor, dejándola de nuevo en manos ajenas. Era gracioso, parecía que ese sujeto no perdía una sola oportunidad para sacarle conversación.

–¿Quién es tu "gnomo"? –Fue el primer juego de palabras que vino a su mente para coquetear y tal como esperó, su desconocido enamorado n tardó en mostrar su confusión y sarcasmo ante tan estúpida frase, repitiéndola como "¿Fue lo mejor que pensaste?".

–¿Quién es mi "gnomo"?

¿El karma? ¿Dios? Alguno de los dos quería justicia por semejante idiotez y provocó que la cañería que pisaba terminara de romperse. Por fortuna logró agarrarse del extremo roto, aunque eso no le quitó el pánico al escuchar la parte suelta caer fuertemente en el suelo. Era probable que se quedaría ahí colgando toda la noche, o al menos eso suponía, pues su adorable rival balanceó el cable de una de las lámparas de techo para acercarla hasta él.

–¿Quién es tu gnomo ahora? –Preguntó burlón y coqueto, antes de dejarlo a su suerte con esa ayudita y alejarse con rapidez sobre los tubos.

Michael rió para sí mismo, saltando sobre la lámpara para después caer en el metal. Oh no, todavía no pensaba dejarlo ir.

Hello, hello
My, my, my, what have we here?

Jeremy se apresuraba a huir con la flor en su posesión, mas su juego todavía no terminaba ni de cerca. Sorpresivamente Michael se cruzó en su camino robándole la orquídea, montado sobre una de las lámparas de techo en la cual se alejó por balance. Lo que él no esperaba era que el gnomo azul todavía tenía un truco bajo la manga, o más bien una caña de pescar tras la espalda, la cual fácilmente le sirvió para evitar que su rival se siguiese alejando.

What a surprise
What a surprise

Michael gritó por la sorpresa, y también porque los sujetadores de metal que mantenían el extremo del cable en el techo se soltaron y lo pusieron a una altura más inferior, de la cual Jeremy se aprovechó colgándose de una tubería para quitarle de nuevo la flor. Para infortunio de ambos gnomos, los cables se soltaron en su totalidad. Michael cayó en consecuencia y Jeremy también por el susto que fue ver la lámpara al otro extremo casi estrellarse en su contra.

Hello, hello
I'm not alone, it's good to know

La flor cayó sobre la lámpara, cuales cables se enroscaron sobre una de las cañerías. La anhelada planta voló por los aires y cayó en el centro del invernadero. Era un juego limpio ahora ¿No? Pues Michael había caído en el otro extremo sobre madera apilada y Jeremy tras deslizarse por una rama cayó sano y salvo cobre una bolsa de abono.

Someone's out there to say hello

Ambos gnomos no esperaron más y se precipitaron a la carrera por alcanzar la flor, riendo juguetonamente entre ellos hasta cuando Michael la consiguió antes y la elevó a modo de burla antes de escapar hacia la salida, todavía escuchando la adorable risa del gnomo más alto tras suyo.

Hello... Hello... Hello.

Una rama lo llevó hasta un pequeño lago, mas no prestó mucha atención a eso y se detuvo a mirar por donde vino con la esperanza de ver a su acompañante siguiéndolo. Su sonrisa se deshizo cuando no lo vio llegar y ni siquiera pudo escucharlo. Debía admitir que hasta se había sentido asustado al pensar que le había pasado algo en el camino o triste si es que se había resignado de este juego tonto y se había ido por el otro lado.

Le sorprendió gratamente ver que Jeremy se apareció por su espalda y también tomó la flor, esbozando una risa traviesa que decía "Te atrapé".

Hello... Hello... Hello.

Pelearon de nuevo por la orquídea como un par de niños, tirando hacia su lado mientras giraban sobre sus propios pasos. La luna los iluminaba como un testigo secreto, reflejándose sobre el cristalino lago, y es más ¡Ella iluminaba todo a su paso esa hermosa noche! Pero para ambos gnomos ella solo estaba ahí por ellos, solo brindaba su luz a ellos, porque esa noche de verano solo existían ellos. Unos dos extraños que se encontraron por coincidencia y ahora se juraban un indescriptible amor por apenas una mirada.

Michael buscaba venganza pero encontró a Jeremy.

Jeremy buscaba una flor pero encontró a Michael.

Ambos buscaban algo sin conocer su existencia y se encontraron mutuamente. Se enamoraron, y es así como debió ser.

Hello...

¿O tal vez no?

Justo en el momento en que sus labios casi se rozaban, la rama bajo sus pies crujió y se partió por la mitad. La magia se esfumó en un parpadeo, ambos gnomos cayeron en el lago, la flor sobre un nenúfar.

El agua despojó a Jeremy del calcetín oscuro que lo cubría de caderas hacia cabeza, la suciedad que escondía la identidad de Michael se desprendió al igual que las cintas sobre su pecho.

Fue entonces que la visión se hizo clara, y los enamorados gnomos de jardín contemplaron horrorizados qué color escondía su amado bajo sus disfraces.

Es... ¡ES UN AZUL!

¡¿Es rojo?!

Michael y Jeremy se enamoraron, pero pertenecían a jardines enemigos.

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