Jungkook estacionó la camioneta tras una valla de seguridad, viendo de reojo como Yoongi veía impresionado la vista tras la ventana.

–¿Te gusta?– Preguntó quitándose el cinto de seguridad, al igual que el menor que abrió la puerta para bajar mientras asentía sin dudarlo.

–Es increíble – Respondió, mientras Jungkook bajaba para llegar junto a él y ver el paisaje a su lado. –Gracias por traerme aquí, alfa.

Jungkook sonrió y guardó sus manos en sus bolsillos para evitar tocarlo.

–¿Donas?– Preguntó haciendo a Yoongi asentir sonriente.

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Yoongi rió cuando vio la nariz de Jungkook cubierta de chocolate, haciendo que el alfa lo vea confundido, lo que agravó su reacción.

Llevó su pulgar a su nariz y limpió la punta de esta, viéndolo con ternura antes de lamer su dedo para limpiarlo del chocolate.

–Eres muy tierno ¿Te lo han dicho?– Preguntó el omega, haciendo a Jungkook asentir con una mueca.

–Sabes que me han dicho toda la vida que no parezco un alfa– Respondió, haciendo a Min ladrar la cabeza.

–Si pareces un alfa, Kook– Contradijo, haciéndolo alzar las cejas. –Eres un alfa lindo, tierno y dulce, pero sigues siendo un alfa.

Jungkook sonrió, tomando la mano de Min entre las suyas para dejar un suave beso en sus nudillos.

–Lamento que me cueste tanto no tocarte– Susurró acariciando su mano. –Nunca creí en los predestinados, pero ahora sé lo que se siente morir por estar cerca de tu pareja.

Yoongi hizo una mueca y apoyó su frente en el hombro ajeno, dándole permiso tácito al alfa para rodear su cuerpo con sus brazos.

–Realmente lamento hacerte esto, Kook– Jadeó respirando hondo su aroma.

–No me disgusta en lo absoluto– Murmuró acariciando su espalda. –Realmente me han enseñado a amar y respetar a mis parejas desde toda mi vida y, realmente, me gusta que tu hagas esto por Taehyung. 

–No debería siquiera pensar en ti– Susurró viéndolo desde abajo.

–No es una simple infidelidad, Yoongi– Dijo separándolo para verlo a los ojos. –Literalmente estás luchando contra todos tus instintos, no has hecho nada malo, en lo absoluto.

–Estoy arrastrándolos a ambos a esto– Murmuró dejando que Jungkook acaricie su rostro.

–No hay una forma correcta de hacer esto– Dijo en un suspiro.  –Tu novio deberá entender que haces lo mejor posible.

Yoongi asintió, porque admitir que no veía muy posible que Taehyung acepte lo difícil que es esto para él, era dar un paso más hacia el fin de su relación.

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–Te dejé ropa para que te cambies para dormir– Dijo señalando la zona de la camioneta donde estaban la prendas. –Iré a fumar, tu vístete y luego podemos cenar.

Yoongi asintió, regalándole una sonrisa al alfa que se alejó en silencio.
Se subió a la camioneta, sintiendo lo acolchada que estaba y comenzó a quitarse la ropa, esperando ver como Jungkook se volteaba a verlo.

Pudo ver la luz del encendedor y como el mayor giraba la cabeza, pero no llegó a verlo, cuando se sentó en el suelo y pasó su mano por su rostro.

Yoongi sonrió enternecido ante lo respetuoso de su predestinado y acabó de vestirse para ir junto a él a ver las estrellas un poco más.

–Hola, guapo– Dijo Yoongi sentándose a su lado.

–Hola, lindo– Respondió con una suave sonrisa, soltando el humo entre sus dientes.

Yoongi apoyó su cabeza en el hombro ajeno, viendo el paisaje en silencio mientras el aroma a tabaco cubría sus olores naturales.

–Es muy raro que haya tenido la suerte de hallar a mi predestinado y me niegue a dejar a mi novio– Suspiró haciendo a Jeon imitarlo.

–Taehyung es buena persona– Suspiró rodando los ojos. –Debe ser duro temer herirlo.

–¿Conoces a Tae?– Preguntó sorprendido, separándose del alfa para verlo a los ojos.

–Fui a la escuela con él y Jimin– Confesó alzando los hombros. –No somos amigos, pero tenemos a Jimin en común.

Yoongi asintió dudoso, sorprendido por aquello pero más preocupado por Jimin.

–¿No le has dicho nada de esto a Jimin, verdad?– Preguntó pero el alfa negó al instante.

–Es amigo de Taehyung– Respondió haciendo una mueca. –No creo que te convenga que lo sepa.

Yoongi asintió y volvió a apoyarse contra el cuerpo ajeno, dejando que el silencio inunde el lugar y se escuche, únicamente, el viento contra el agua y sus corazones contra sus pechos.

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Cuando acabaron de comer, se habían acostado mientras hablaban de todo y nada a la vez, viendo el techo mientras eran iluminados por las luces del techo y cubiertos por las mantas suaves y cómodas.

Las risas se fueron apagando al acabar la conversación, siendo consciente del espacio que los separaba, haciendo que ambos se voleen a verse a los ojos.

–Es ridículo que estemos tan lejos– Susurró Yoongi.

Jungkook separó sus brazos, dejando que el omega se acueste en su pecho y rodeando su cuerpo con sus brazos.

–Me siento muy cerca tuyo, alfa– Susurró viéndolo desde abajo. –Contigo he podido hablar de cosas de las cuales no he hablando con nadie.

–Me alegra que puedas hacerlo– Murmuró acariciando su cabello. – Me gusta esto.

Yoongi sonrió y pasó su mano por el pecho ajeno, subiendo por su cuello, hasta poder acariciar su barbilla, estirando su cuerpo para poder juntar sus labios con los ajenos.

Jungkook correspondió el beso sin dudarlo, inclinándose para profundizar el beso y bajando sus manos a la cintura ajena.

Yoongi sintió su lobo aullar y se sentó sobre el vientre ajeno, pasando sus manos por su cuerpo duro y marcado, sintiendo como el miembro ajeno comenzaba a alzarse bajo él.

Se separó agitado, sonrojado y con los ojos dilatados, viendo a Jeon en igualdad de condiciones.

–Yo...– Murmuró con la voz entrecortada, sintiendo sus ojos aguarse y su garganta anudarse. –Yo...

–Tranquilo– Dijo el alfa sentándose para tomar sus mejillas en sus manos. –No haremos nada– Murmuró bajándolo de sobre él.

–Pero quiero– Dijo sintiendo su cuerpo temblando.

–Puedo besarte si gustas– Respondió Jeon, acariciando su muslo bajo las mantas. –No es nada que no hayamos hecho.

–¿Y si quiero más?– Preguntó en un susurro.

–Tu lobo quiere más– Dijo llevando sus manos a sus mejillas para secar sus lágrimas. –Pero tu aún no estás listo, por eso lloras.

Yoongi asintió, dejando que el alfa lo acueste y rodee su cuerpo con sus brazos, dejando besos suaves en su frente, pero Min volvió a juntar sus labios en profundos besos.

–Ayúdame a controlarme– Susurró Min.

Jungkook asintió, separando sus caderas para no sentir sus miembros endurecerse por los besos y sus agitados lobos.

No tardaron demasiado en acabar dormidos entre besos y caricias cada segundo más inocentes.

Se arrepentirían de eso luego.

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