Prólogo

— ¡El clan Kans saluda alegremente al clan Partak vampírico! —exclamó mientras las trompetas sonaban sí solas y los brujos y brujas del lugar aplaudían con emoción.

— ¡Esto va a ser increíble! —exclamó Freddie, un azabache de dientes grandes, pero que se recusaba a operar—. ¡He escuchado cosas increíbles de los vampiros!

— Se supone que los Partak son los buenos, ¿no es así? —preguntó el rubio.

— Justamente —asintió su otro amigo, Syd—. Y los Bambioci siguen ensimismados en matar humanos... de todas formas, no tienen ningún Trek que participe en ambos lados.

— Los Trek nunca son cien por ciento confiables —asintió Freddie—. Solo usan la magia para su propio beneficio... bueno, ¿qué importa? De seguro conocemos a alguien genial.

— Mira, Rog —llamó Syd y el aludido obedeció—. ¿Ves como todos llevan anillos o collares con cintas de cuero y una piedra roja?

— Sí... ¿por?

— ¿Cómo que por? ¡Te falta mucho por aprender aún! Sabía que aún no te graduabas de brujo, pero...

— Ya cállate —lo riñó—. ¿Qué pasa con eso?

— Bueno, como puedes ver, aquello impide que los vampiros Partak sufran las debilidades comunes de los vampiros —explicó Syd—. ¿Tú no ibas en último año?

— ¡Ya cállate! —bufó—. Aún me queda un año para recibir mi título, pero mi tutor está bastante conforme con cómo voy.

— Mi tutor también lo estaba y mírame  ¡soy un desastre! —exclamó Syd alegre. Roger rodó los ojos.

— Dejen de cuchichear —interrumpió Freddie—. Vienen entrando los guardianes.

Un grupo de personas comenzó a entrar tras los vampiros. Parecían humanos, pero bien aquel grupo de jóvenes brujos sabía que eran hombres lobo en su estado humano. Agradecieron mentalmente y suspiraron con alivio al ver sus pañuelos todos Bien amarrados en sus brazos. Controlarían sus instintos.

— Percy Wright dijo que los Kalar andaban tratando de convencer vampiros para entrar a los Bambioci —contó Syd—. Sigue infiltrándose en sus instalaciones.

— Y así mismo podrían instalarse en las nuestras los Kalar —masculló Freddie, y aunque Syd no pudo oírlo, Roger sí lo hizo.

— ¿Tú crees?

— Por supuesto —dijo el azabache como si fuese muy obvio—. ¿Quién dice que solo nosotros podemos ser hábiles?

— ¿Ah? ¿De qué hablan?

— No sé... la seguridad es buena —dijo Roger.

— Y la de los Kalar también, y aún así tenemos a Percy Wright instalándose a infiltrarse con ellos sin problema alguno y sin que nadie lo descubra, ¿no?

— Los Wright son bastante hábiles en la magia, su hermana, Valerie está conmigo en algunas pruebas y...

— No tiene nada que ver con su linaje, Roger —dijo Freddie—. Los Kalar son maldad pura. Utilizan sólo magia negra.

— ¿De qué demonios están hablando? —interrumpió Syd.

— Solo digo que quizás no haya que preocuparnos —dijo Roger ignorando a su amigo—. La líder quizá... quizá sé de cuenta si hay algo.

— Sí, y La líder Kalar es tan tonta como una rama y ni cuenta se da de que Wright anda paseándose como si nada por allá fingiendo que es malo.

— Wright es confiable —aseguró Roger—. Y no ha escuchado nada de...

— ¿Sabías que incluso Valerie piensa que pueden haber infiltrados? Lleva años intentando convencer a la líder de ingresar al supuesto descendiente suyo de entrar a la magia, pero ella insiste que aún no y que el momento llegará pronto.

— ¿Entonces la leyenda es cierta? —preguntó Syd logrando conectarse con la conversación.

— ¿Acerca de Jack Hudson? Más cierta que nunca, tiene la misma edad de Roger incluso.

Un brujo mayor los hizo guardar silencio, la ceremonia de bienvenida a los vampiros iba a comenzar y el centro Kans estaba lleno por brujos y brujas de todo el mundo.

«Ahora quizás se venga lo bueno» se dijo Roger sonriendo y se dispuso a escuchar.

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