¡Oh alfa!, lo siento mucho, asegúrate de dormir tan pronto como puedas, necesitas reponer energías para tu trabajo.

Jimin asiente, Jungkook actuaba tan cariñoso y considerado a veces, que conseguía que se preguntara qué había hecho en su vida pasada para tener al mejor omega en el mundo.

Lo haré cariño, pero dime, ¿Cómo va tu día?. Yo...quiero disculparme por no quedarme como tenía planeado hacerlo y por dejarte esperando y hacerte sentir mal, te extrañé demasiado y necesitaba verte aunque fuese por pocas horas. Namjoon me avisó del traslado a Russia un día antes, él quería que me quedara con ellos y que no volviera...pero no pude, tres meses sin verte se sintieron como una eternidad, pero fui egoísta por conservar ese momento para mí sin advertirte de lo que vendría después, lo siento tanto.

El omega de Jungkook gimoteó al sentir a su alfa tan decaído, Jimin haría lo que sea por él y eso estaba más que claro, pero habían momentos en los que ambos deseaban estar juntos por un poco más de tiempo y pertenecerse un poco más, ser una pareja con una vida más tranquila. Porque el ritmo al que estaban acostumbrados era tan acelerado que no les permitía tener un espacio para ellos, y eso los estaba consumiendo, con la lentitud de un reloj de arena que agota el tiempo más rápido de lo normal.

Lo entiendo alfa, aunque no lo acepto, habría sido más fácil para mí si me hubieras avisado, me habría...preparado para extrañarte de nuevo, nuestro cachorro también te extraña...

Jimin, quien en ese momento se encontraba tomando un Ice Americano en el lobby del hotel, se ahogó con su café y comenzó a toser; se llevó una mano al pecho cuando sintió cómo su tórax se comprimía buscando obtener aire producto del asombro y cuando se calmó, se hiperventiló con ayuda de una revista que encontró en una mesa cercana.