Atsushi estaba jugando con su bebé, le gustaba levantarlo sobre sus hombros y volverlo a su pecho, su bebé reía cada que regresaba. Ryunosuke y Gin los miraban, ambos parecían inseparables. Atsushi adoraba tener a su bebé con calcetines en sus manitas y pies, siempre le ponía un mameluco diferente, en esta ocasión, llevaba uno de ranita.

- Esta extremadamente feliz ¿verdad?

- Si, cuando nos enteramos estaba tan asustado, y ahora, le asusta dejarlo solo.

- Es tan lindo mi cuñado

- Lo es Gin, y tu eres una tía excelente

Gin sonrió – por cierto, Atsushi ira mañana a una revisión con la doctora de la agencia, estará allí unas horas con el bebé, ¿Qué tal si tu y yo vamos al cine? Como antes

- ¿en verdad?

- Claro, tengo pareja e hijo ahora pero tu siempre serás mi hermana

- De acuerdo, ¿paso por ti a la agencia?

- Es un trato

- Trato.

Al día siguiente, Ryunosuke y Atsushi llegaron a la agencia con Akira bien tapadito. Yosano le haría unos exámenes naturales, así que como antes mencionado, él pequeño tigre no se separo de su cría. Ryunosuke bajo de la agencia encontrándose con Gin.

Ambos hermanos se fueron al centro comercial, allí, compraron una entrada, palomitas y disfrutaron de la función. Al finalizar la película, fueron a comer para platicar un rato, platicaron sobre que hacer cuando Atsushi vuelva a trabajar, no habían pensado en ello, seguramente estaría con Atsushi en la agencia, pero ¿y si se quedaba en algún momento en la base de la port mafia? Así que terminaron dibujando en una servilleta un espacio para el pequeño Akira.

Atsushi les aviso que ya iba a terminar, así que pidieron una comida para llevar para el joven tigre, y en el camino compraron unos helados, Gin llego primero a cargar a Akira, Yosano solo le dio una lista de vitaminas para Atsushi y su próxima visita en 4 semanas más.

Salieron los cuatro juntos, Gin llevando al pequeño Akira y Atsushi sosteniéndose del brazo de Ryunosuke - ¿Cómo la pasaron? – pregunto el menor

- La película estuvo genial Atsushi – dijo Gin – fue divertida

- Eran ninjas asesinos

- Y luego fuimos a comer, por cierto, pedimos para ti para llevar

- Gracias, chicos, no se hubieran molestado

- Para nada – respondieron ambos.

Al llegar a casa, Ryunosuke y Gin bañaban al bebé Akira mientras Atsushi cenaba, era todo organizado y bien cuidado.

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