Capítulo 5

Suspiro largamente y cierro los ojos, estamos muy cerca de llegar a nuestro destino y durante todo el vuelo Dylan trato de hacer que mis nervios no estuviesen con pláticas, bromas e incluso vimos una película. Ahora, ahora estamos por aterrizar y nada despeja mi mente.
Su mano aprieta la mía captando mi atención, lo que me hace girar a verlo.

—Todo estará bien, tranquila. Sé que no tienes intención de ver a Edward, pero si queremos que se firme el acuerdo, tendremos que vernos frente a frente. Creo que te sentirás más cómoda si se da cuenta que no estás sola. ¿Y si me presentas como tu pareja?

Vuelvo a observar por la ventana del avión observando unos segundos la vista mientras pensaba lo que él decía, tenía razón, pero mentir nunca ha sido lo mío.

—Sólo si la situación lo requiere ¿De acuerdo? Y por favor, no me dejes sola... Siento que me va a dar un ataque de nervios...

Asiente con una sonrisa mientras de fondo dan la instrucción de que nos abrochemos el cinturón. El aterrizaje fue rápido y el descenso igual. Ahora allí estamos, viendo a Sandra acompañada de un hombre con traje y gafas negras. Nos acercamos a ella y ambas sonreímos.

—Phoebe... ¿Cómo estás? 

Nos abrazamos unos segundos y al separarnos, la mano de Dylan se posa en mi espalda haciéndome sonreír.

—Sandra, él es Dylan, una persona muy importante desde siempre.

—Mucho gusto Sandra

Dylan besa el dorso de su mano y ella sonríe volviendo su mirada a mí.

—Vamos, iremos a mi casa para que hablemos con calma.

No me niego, aunque me aterra el que Edward este allí, aún no me siento lista para aquello. Caminamos al exterior en donde nos espera un coche al cual todos subimos.

****

Apenas llegamos a una lujosa casa nos dirigimos a una de las mesas del jardín en donde nos llevaron gente del servicio un desayuno para Dylan y para mí.

—Estuvo delicioso, muchas gracias.

Sandra sonríe y mientras levantan los platos de la mesa me preparo para lo que voy a decir.

—Sandra, tenemos que hablar. Hay algo que tienes que saber.

—Por supuesto, dime, ¿Qué es lo que ocurre?

Dylan agarra mi mano bajo la mesa y suspiro asintiendo un poco.

—Edward lo sabe ya, y me atrevo a venir a verte porque creo que debes saberlo. Y claro, solicitar tu apoyo. Hace poco tiempo me enteré que voy a ser mamá. Lo primero que pensé fue en hablarle a Edward, pero al mismo tiempo salió en los medios la noticia de su compromiso. Mi plan era no decirle, pero mis amigos terminaron por convencerme y me anime a hablarle a Edward. Lo que nunca espere es que él me dijera que podría pagarme el aborto para no afectar sus planes.

Se instala en su rostro una sonrisa la cual se borra en una fracción de segundos y antes de que hable decido proseguir.

—Dylan es mi abogado y solicitó que me ayudes a que Edward me firme un convenio que traigo en donde renuncia a la custodia y derechos sobre mi hijo. Él ya tiene planes y claramente no quiero intervenir, y yo también tengo ya mis planes.

—Voy a ser abuela...

De mi bolso saco la fotografía de mi ultrasonido y se la dejo sobre la mesa para que la vea. La levanta y sonríe viéndome con los ojos cristalizados.

—Dentro de muy poco cumpliré las cuatro semanas. Sandra... ¿Edward está aquí? Dylan tiene cosas que hacer antes de volver a Manhattan.

—Conozco a Edward, sé que él no quiso decir eso Phoebe, deberías de saberlo. No tarda en llegar.

—Respeto lo que ha dicho, es entendible ya que aquí tiene una vida. No necesito nada de él, vengo a quitarle la responsabilidad de mi hijo. Mi decisión ya se ha tomado, como la de él de dejarme y venir a casarse.

—Lo único que te pido es que me dejes verlo, es mi único nieto.

—Podrás verlo cuantas veces quieras, le hará bien tener a su abuela que lo consienta.

—Mamá. ¿Dónde estás?

Me paralizo en el momento en que escuché su voz, el pulgar de Dylan traza círculos en mi mano y respiro un par de veces para tranquilizarme.

—En el jardín trasero cariño, ven.

Se escuchan pasos detrás de nosotros y llega junto su madre besando su mejilla antes de girarse a verme. Sonrió un poco de forma burlona y giro a ver a Dylan.

—Phoebe vino a verme... ¿Qué crees que estuvimos hablando?

Toma asiento junto a su madre y su mirada está en Dylan con el sueño fruncido antes de volver a verme.

—No sé...

Su titubeó me hace reír un poco y niego un poco.

—Vino a decirme que voy a ser abuela. Mi pregunta es porque no me habías dicho.

Le entrega la misma fotografía que le di a ella y decidí intervenir, hay que hacer todo ya, no darle vueltas al asunto.

—Ya, solo he venido para que me firmes esto, con esto estas renunciando a todos los derechos sobre mi hijo. Tampoco voy a pedirte nada porque no va a ser tuyo.

Edward se gira a verme y Dylan volvió a reír.

— ¿Y este quién es? Esto tendríamos que hablarlo tú y yo a solas.

—Él es mi abogado y novio, así que no, él se queda.

—Es mi hijo, no firmaré ese papel.

— ¿Ahora si estas con humor para decir que es tuyo? Porque Phoebe me contó lo que has pensado del embarazo.

—¡Vamos! Me venía levantando, la noticia fue una sorpresa y estoy arrepentido de haberlo dicho.

—Es demasiado tarde Edward. Estamos aquí para solucionar las cosas de una buena forma.

Dylan habla y asiento.

—Solo firma Edward, así no tendrás por qué volver a vernos.

Edward

Cuando creo que las cosas no pueden ir peor, el destino se encarga de darme otra bofetada. Allí estaba, en el jardín de mi casa discutiendo con Phoebe la custodia de mi hijo. Es increíble que haya venido desde tan lejos solamente para eso. Como si eso fuese poco, tiene el apoyo de mi madre porque si, quien ha estropeado las cosas he sido yo. Conozco lo suficiente a mi madre, sé que está enojada y con justa razón después de la estupidez que dije. 

—No voy a firmar el papel. Lamento lo que dije el otro día. 

—Deja de comportarte de esa manera Edward, firma de una vez por todas el documento. 

¿En qué momento las cosas llegaron al grado de enterarse mi padre? No tengo idea, pero haberlo escuchado detrás de mí me hace cerrar los ojos, ahora todos están apoyando a Phoebe, genial, gracias familia.

—Oh no te sorprendas, te seguí desde que llegamos y logré escuchar lo que discutían. Has dicho que no lo querías y además sabes que tu compromiso no se puede ver afectado por nada.

Y de nuevo, estamos hablando solamente de los intereses de los demás y no los míos o los de mi hijo, en todo caso.  

—Es increíble Carlos. Estás poniendo una cosa tan superficial e insignificante sobre el bienestar de tu nieto. 

Por si queda duda alguna, mi madre nunca estuvo de acuerdo en este arreglo al que mi padre llegó con la familia de Stephanie Y claro, si de mí dependiera, volvería a estar con Phoebe, ver nacer y crecer a nuestro hijo. 

—Hemos hablado muchas veces de eso Sandra. Y sabes que no dejaré que ella venga con intenciones de que Edward vuelva y formen una familia. Nos haremos cargo de los gastos de ese niño. Pero no la quiero cerca. 

—No, no, creo que no ha entendido a que he venido aquí, señor. Edward no volverá conmigo, no lo quiero cerca de mi hijo. Estaba decidida a que no supiera de mi embarazo, pero tenía derecho a saberlo. No necesito ni quiero su dinero, puedo hacerme cargo de mi hijo sin recibir ni un solo centavo de su dinero.  Vine aquí para que firme el documento y así no tendrán nada que ver con mi hijo; no quiero su dinero, su apellido y mucho menos la presencia de un hombre que desde que se entró que existía quería que me deshiciera de él.  

Mal uso de palabras, papá. Phoebe estaba molesta y se puso de pie también, lo que hizo que el hombre junto a ella la imite. 

—Necesito un vaso con agua, por favor. 

Detestaba que fuera él quien ayuda a Phoebe y a mi hijo. Mi madre fue a la cocina y segundos después vuelve con un vaso de agua dejándolo sobre la mesa. Phoebe lo agarra e ingiere la mitad de este antes de volver a verme. 

—Tienes 3 días para enviarme los papeles firmados o iniciaré el proceso legal. No creo que te convenga ir a juicio y que toda la presa se enteré. Ah y toma, está será la única foto de mi hijo que podrás tener. 

Sobre la mesa deja un sobre amarillo en donde están los documentos acompañado de un recuadro el cual no dudo en tomar entre mis manos, viendo apenas una pequeña mancha en ella. Sonrío ampliamente antes de verla. 

—Merece llevar mi apellido. Es su derecho. 

No me respondió, se fue junto a su acompañante y mi madre. Observe la foto un par de segundos antes de volver la atención a mi padre. 

—No tenías por qué comportarte así con ella. 

—Ni Stephanie ni su familia pueden enterarse de la existencia de ese bebé, el negocio podría venirse abajo. Además, solo será un año de matrimonio; no me malinterpretes, estoy feliz porque pronto seré abuelo, pero no podremos revolver las cosas. 

—¿Qué? ¿De verdad sigues con tu idea de continuar con esto? ¿No has visto a Phoebe? Yo no puedo estar un año así, ya habré perdido todos los derechos sobre mi hijo y ni acercarme podría hacer. Perdón, pero tengo que pensar las cosas, ahora esta decisión afectará a mi hijo como tu muchas veces me has dicho, siempre está por sobre todas las cosas el bienestar de los hijos. 

—Firmaste un acuerdo Edward, no puedes irte sin más. Te comprometiste a estar un año mientras el negocio se concretaba. Yo buscaré la forma de que no ocurra eso y de que Phoebe ceda un poco. 

Me quedé sin argumentos, tenía razón. Suspiro y cierro los ojos, necesitaba despejarme o seguramente terminaría haciendo una tontería. 

—El novio de Phoebe... ¿Lo has reconocido? 

Frunzo el entrecejo, con tanto ese detalle había importado poco, aunque el hecho de ver como él le sostenía la mano me hacía rabiar. 

—Es uno de los hijos de Benjamín, el hermano del mejor amigo de Phoebe. 

—El amigo inseparable de la infancia, Dylan. Qué rápido se olvidó de nuestra historia. 

Suspiro y guardo aquella fotografía en la bolsa del pantalón y dejo sobre la mesa el sobre. 

—Iré a comer con Stephanie. . 

—Aun así, estoy furioso por lo que le dijiste a Phoebe, estuvo mal. 

—Lo sé, fue una tontería. Pero tengo que descubrir cada cuánto es que Phoebe va a sus revisiones. 

—Lo que deberías de hacer es tratar de hablar y solucionar lo que hiciste.

—Lo sé, aunque no sé cómo. 

Phoebe

—Cuando creo que no me puedes sorprender más, lo consigues al tener tanto coraje y enfrentarlos. 

—Yo espero que las cosas salgan bien, admito que la fuerza que tuve al último es gracias a que su padre pretendía que yo buscaba solamente dinero. Quiero suponer que ese negocio va a ser muy redituable porque nunca lo había visto de esa forma. 

—Si algo hay que reconocer es que Edward se ve arrepentido de verdad por lo que dijo. Sé que no me incumbe, pero todavía puedes considerar la decisión que has tomado. 

—Yo también me di cuenta que lo lamenta en verdad, pero no quiero dar un paso atrás ni para tomar impulso. La decisión la pensé durante estos días y quiero ver hasta donde es capaz de llegar. Por supuesto que podrá ver a mi hijo, pero debía encararlo, que supiera que yo haré todo por mi hijo. 

—Eso no me lo habías dicho... Tus intenciones son obvias, quieres que él te ruegue un poco. 

Asiento un poco y nos ponemos de pie porque tenemos que abordar el avión y volver a Manhattan. 

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