Capítulo 4

Phoebe

Después de la llamada la noche anterior pasó poco antes de que me dormí profundamente. Ahora estaba ya en mi oficina revisando junto a Susan algunos pendientes; debo de reconocer que me siento un poco más nerviosa que anoche. Aprovecho para comentarle de mi ausencia del día siguiente y dejando a ella al pendiente de cualquier cosa que se llegase a presentar desde su casa, obviamente.  

—Por cierto, antes de que se me olvide, llama a Dylan para que tenga el avión listo para el día de mañana a las 10. Tendremos la tarde libre hoy y mañana solamente hay que estar pendiente de que no se llegue a necesitar ningún pendiente. 

—Claro Phoebe, aunque si no es indiscreción, ¿Está todo bien? Es raro que te ausentes en el trabajo... 

—Anoche, tras una plática con Dylan me di cuenta que la noticia de mi embarazo merece saberlo una de las personas que siempre me trató bien. Sandra es su abuela, dudo que Edward haya informado a su familia... También pensé en la posibilidad de que se redacte un papel en donde se establezca que no tendrá ningún compromiso con mi hijo. 

—Claro, así pudieses ahorrarte futuros problemas. ¿Necesitas que te acompañe?

—No es necesario Susan, como ya te he comentado, te vas a quedar pendiente de la empresa a mi ausencia, aunque estaré pendiente de mi celular. Dylan me va a acompañar y es solamente un viaje express. 

Sonreímos ampliamente las dos antes de que me levante de mi lugar junto a ella caminando hacia la salida. 

—Iré con Charlotte, por favor, si llegan los Blumer que se pongan cómodos en mi oficina, no voy a demorar. 

La contraria asiente un par de veces mientras me dirijo al elevador tarareando varias veces el coro de Drag Me Down, de One Direction. Un par de pisos después y la puerta se abre ya el elevador para escuchar un par de voces bastante familiares discutir. 

—No Sandy, ese boceto no capta lo que nuestros clientes necesitan. Deberíamos de ocupar mi boceto. 

Me recargo en el marco de la puerta escuchando a Charlotte y mi hermana discutiendo. El suelo se encontraba cubierto de papeles, ambas sin calcetines sentadas en el suelo. 

—¿Qué? Suficiente, me voy ¡Renuncio!

Inevitablemente un par de carcajadas sale de mis labios resonando por la habitación captando la atención de ambas a lo que niego un par de veces. 

—Oh no, no me vean así. Es su culpa por hacer aquello. Iniciemos con el hecho de que ambas están sin calcetines en el suelo el cual se encuentra completamente desordenado. Después, la resolución de conflictos no es algo que logren ustedes al grado de que mi hermana ya ha renunciado a un puesto que no sabía que tenía. 

—Somos un buen equipo, ¿Qué te digo? 

Mi hermana rueda los ojos mientras suspiro un par de veces, ese par tenían siempre discusiones similares, aunque nada que no se solucione. 

—Solo quería avisarles que el día de mañana saldré de la ciudad. Visitaré a Sandra y buscaré la forma de llegar a un acuerdo legal con Edward en relación a la custodia de mi hijo. Y bueno, a informarles que me gustaría que nos reunamos para comer todos hoy en mi casa, así podremos llegar todos a la casa de William y Dylan para la cena. 

—Al menos no debo de preocuparme por el que vayas sola. Es una buena idea que te acompañe Dylan, tendré que hablar con él para que no descuide a mi hermana. 

Asiento y le guiño un ojo mientras me acerco a ella abrazándola al tenerla cerca. Me despido de ellas poco después recordando que las vería en mi casa. Al llegar a mi oficina me percato de que ya se encuentran allí 4 personas además de Natalie. Tres de ellas más o menos de la edad de la novia y la otra se nota mucho mayor que el resto. 

—Buenos días a todas  ¿Cómo estás Natalie? 

Me encontraba ya en mi asiento viendo a la contraria. Todas volvieron a prestarme atención, por lo que sonreí nuevamente. 

—Me encuentro bien Phoebe, de hecho, bastante animada ya que ayer seguimos tu consejo y fuimos con Scott a visitar el jardín. Estamos convencidos de que ese tiene que ser nuestro lugar para celebrar la boda. 

—Me alegro mucho que se hayan dado el tiempo y tan rápido, tenemos ya con eso un gran avance. 

—Nos han dicho que se pondrían en contacto contigo para los detalles que se deban revisar, y estamos aquí porque tenemos cosas que hacer el día de hoy. Scott se encuentra ya en la oficina de tu amigo que nos mostraste el día de ayer. 

—Iremos a ver sus vestidos de todas y los atuendos para la sesión fotográfica que tendremos. ¿Todas de acuerdo? 

Tras una señal aprobatoria de todas, nos salimos de allí en dirección a la tienda que sabía que estaría ideal encontrar los vestidos rápidamente. 

****

He organizado muchos eventos, muchos en los que he tenido muchos tipos de novias, damas, padrinos y novio. Pero las madrinas de Natalie son realmente insoportables. Llevábamos más de media hora en esta boutique y seguían discutiendo por los vestidos. Libero un suspiro al ver la pantalla de mi móvil con el nombre de Dylan en ella. 

—¿Qué ocurre Dylan?

—Disculpa, no pretendo molestar. ¿Interrumpo?

—No, realmente no, me has hecho tomar un suspiro de lo que estoy viviendo aquí. Así que tranquilo. 

Dije la verdad, tenía mucha frustración en ese momento por lo que no me niego a hablar con él alejada del bullicio de las personas. 

—Sólo quería informarte que el avión ya está informado de nuestro viaje del día de mañana. Y aprovecho para comentarte también que he preparado ya el documento que me pediste en la mañana. 

—Muchas gracias Dylan y aunque me gustaría continuar con esta plática debo dejarte, tengo que solucionar una situación aquí. Te quiero. 

No le doy la opción de responder cuando ya había terminado la llamada caminando nuevamente al grupo de mujeres que estaban rodeando a la novia. 

—Creo sin duda que este es el elegido. Es perfecto. ¿Tú qué opinas Phoebe?

—Lo único importante es que tú te sientas cómoda, que te guste. Va a ser lo que llevaras puesto ese día importante. Pensaba en que el color de las damas sea lila para que vaya acorde al morado que quieres ponerles a las mesas. De la misma manera los padrinos usen ese color en la camisa. 

—Suena perfecto ya que queda con lo que tenemos pensado para el salón. 

—Bueno Natalie, en esta boutique encontraremos una amplia variedad de prendas que podrán usar tus damas. Aunque quisiera disculparme porque tengo que irme. Igualmente, el vestido de tu madre puede ser lila o algún tono a su gusto, después de todo es importante en el evento. Nos veremos en una semana, aunque te haré llegar a tu email ideas para la luna de miel y lo que pensé para la sesión de fotos. Y mañana te llamará mi decoradora para que esta semana que no nos veremos la ocupen para el diseño del salón. ¿De acuerdo?

La novia, completamente emocionada se despide de mí con un asentimiento de cabeza a lo que sonrío y salgo de allí en dirección a mi casa, debía de llegar a tiempo o mis amigos terminarían matándome. 

****

Cerca de una hora y media después de haber llegado a mi departamento en donde todos ya estaban esperando, comenzamos a dar opciones de que podríamos pedir para comer. Sushi, hamburguesas, pizza, comida china, entre otros, aunque todos querían cosas distintas.

Finalmente, y eso gracias a que tenía mucho antojo de una pizza fue lo que se solicitó. Ya había llegado y todos comíamos mientras música proveniente de la televisión llenaba el departamento.

Mis amigos siempre habían aceptado a mi hermana como a una más de nosotros, ella se adaptó a cada uno y todos, en general formamos parte de una gran familia.

Comimos en silencio con un par de bromas que todos pudimos entender. Suspiro largamente y mis ojos se abren como platos al ver la hora.

—Chicos... No sé en qué momento se nos ha ido el tiempo tan rápido... Ya son las 6 y todos planean ir a cambiarse. Creo que a William no le va a molestar que mi hermana y yo nos quedemos a dormir esta noche en su casa. ¿Cierto?

—Bueno, ahora que lo pienso no es mala idea. Dylan me ha dicho se su viaje de mañana así  que, ese no es problema en realidad. Lo mejor será, amigos míos, que nos alistemos, a mis padres no les gustará para nada que lleguemos tarde todos.

Se pusieron todos de pie y poco a poco se fueron de allí dejándonos solas. Suspiro y me giro a ella.

—Nos vemos aquí en 45 minutos.

Cada quien toma camino hacia su recámara. Desde la mañana había dejado apartado el atuendo que usaré por lo que primero tomó un baño rápido.

Al salir del baño, mi cuerpo estaba cubierto con una bata fina mientras elijo la lencería que usaría. Una linda y fina lencería de encaje termina siendo la elegida por lo que tras ponerla en mi cuerpo me coloco unos tacones negros para que hagan juego con el abrigo que usaré. Me dedico a maquillarme y peinarme lo cual termina siendo muy natural.

Mi rostro apenas tiene base, un delineado discreto y un poco de máscara de pestaña mientras mis labios son de un color rojo. El cabello lo dejo suelto con unas ondas naturales en las puntas. Me coloco el vestido blanco el cual apenas llegaba a las rodillas con manga larga de encaje del mismo color.

Salgo de mi habitación no sin antes colocarme perfume y tomar el bolso en el que llevaré la ropa que usaré mañana. Durante el pasillo veo a mi hermana y sonríe ampliamente. Usaba un vestido azul, zapatillas y abrigo blancos.

—Te ves genial hermana. Te queda bien el color azul. Aunque algo me dice que no traes contigo la ropa para mañana. Recuerda que dormiremos en casa de William y Dylan.

Suelta un gruñido bajo y da media vuelta de regreso a su habitación mientas yo me adelanto a la sala en espera a que traiga sus cosas.

****

Al llegar a la casa de la familia de William note que los coches de mis amigos ya estaban allí y al ingresar lo corroboré. La primera en recibirnos fue Miranda, madre de ambos con su cálida y característica sonrisa en el rostro.

—Bienvenidas, pasen por favor. Las esperábamos.

Un beso en la mejilla en señal de saludo antes de ver a Benjamín, padre de William y Dylan aparece también. Se acerca a ambas y nos envuelve en un cálido abrazo, a lo que no dudo en corresponder.

Ellos y mis padres fueron amigos desde siempre. Tengo muchos recuerdos de Benjamín y Miranda desde que tengo memoria. Y, cuando mis padres fallecieron, fueron quienes más nos apoyaron a Sandy y a mi. Vivimos en esta casa casi un año porque no pudimos volver a la casa de mis padres. Fue difícil la transición de aquella enorme y bella casa al departamento, pero después de hablarles de los motivos en varias ocasiones, conseguí su apoyo para conseguir un comprador de la casa y el departamento en el que hoy vivimos.

— ¿Cómo han estado mi par de chicas?

Ciertamente, él conocía a mi padre, por lo que en ocasiones siento que es mi padre quien me abraza. Me genera mucha alegría sentirlos cerca. Por mis mejillas se resbalan las lágrimas que escaparon de mis ojos y tras unos segundos, conecto con sus ojos suspirando largamente, era el momento de decirle lo que ocurre. Mi hermana entendió por lo que aprieta mi mano y se va a donde los demás. Observó a Melinda y asiento.

—Ciertamente, hay algo que tengo que decirles. Ustedes saben lo importante que son para mí...

Ambos asienten y de mi bolso saco aquella primera foto de mi bebé. Que, aunque es diminuto, está allí. Se las enseño a ambos y una sonrisa se instala en mi rostro.

—Estas embarazada.

Asiento a aquello que comenta Benjamín. Aunque poco a poco se borra la sonrisa de nuestras caras. Ya sabíamos los 3 quien es el padre. Y como la noticia de su boda apareció por todos lados era imposible no enterarse.

—Pero... Edward va a casarse. ¿No es así?

—Si Melinda... La noche previa a su desaparición no tuvo el valor de decirme lo que ocurría. Me enteré por la noticia en los medios. De forma un tanto ingenua le di la noticia del embarazo y lo único que se le ocurrió decirme es que podía abortar.

La expresión de Benjamín me hace negar, no voy a dejar que nuevamente me afecte.

—Tranquilo, por favor. Sé que suena espantoso, pero eso me ha dado más fuerza. Mañana iré a visitar a Sandra, ella podrá ayudarme a que Edward me firme los papeles donde renuncia a mi hijo.

—No dejaré que vayas sola a Londres. Sabes que puedo acompañarte. Tienes todo nuestro apoyo ¿No es así Melinda?

—Se los agradezco a ambos, pero Dylan me dijo que debe ir allá de todas formas, así que me iré con él y me va a acompañar. Lo único que busco con este encuentro es tener paz. Terminar con esto y poder volver a ser una feliz madre.

—De acuerdo... Solo porque Dylan te acompañará. Benjamín y yo te vamos a apoyar siempre, en lo que venga contarás con nosotros.

Nuevamente, nos abrazamos, me limpio las lágrimas que se escaparon y nos fuimos a reunirnos con los demás volviendo al festejo original de aquella noche. El regreso de Dylan a la ciudad.

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