Capítulo 27
•Último capítulo•
Seis meses después
—Ahora, los declaro marido y mujer; puedes besar a la novia —dice el padre y Edward se acerca a la radiante novia y la besa tiernamente.
Han pasado seis meses desde que mi mejor amiga se fue y en ese tiempo tuve que levantarme por mi niña. Ahora esta preciosa tiene ya tiene 7 meses y le han salido ya unos pequeños dientes delanteros en la parte inferior, haciendo que se vea más preciosa de lo que ya es.
Me he dado cuenta que tiene ya una pequeña y nueva ansiedad; cuando salgo de la habitación o cuando está en brazos de alguien más y por una cosa u otra salgo de allí; empieza a llorar, su pediatra me ha dicho que es normal, porque ya ha desarrollado el guardar imágenes en su mente y una de esas soy yo.
Cuando me busca y no me ve, se desespera; al principio me preocupé, ahora trato de ponerla a prueba y ella tiene razón. Si en las primeras noches en casa no hacía mucho ruido ahora lo hace, se despierta desesperada buscándome y he tenido que ir a verla.
A sus 7 meses y 3 semanas, ha empezado a reconocer más a las personas con las que ya se ha familiarizado; además de que ha empezado a desarrollar algo que me ha sorprendido, si empiezo a reír ella lo hace. Es maravilloso.
Mi hermana, actualmente sigue con la relación que ha empezado hace tiempo con un compañero de la escuela. Los he dejado que estén en casa y que convivían mientras yo esté; bien dicen que mejor enfrente de uno que a sus espaldas. Cuando mi madre vivía, aplicaba exactamente lo mismo y trato de seguir su ejemplo.
Dylan ha tenido que ir a un viaje de negocios hace tres días y ambas lo extrañamos; porque tengo que decir que, nos hemos mudado después de millones de suplicas de su parte nos hemos decidido a dejar nuestro nido. Sandy, Mia, Jake, Dylan y yo vivimos ahora juntos en la casa que él compró. Me gusta mucho que ahora hemos puesto protectores en los lados que consideré peligrosos para cuando mi niña comience a gatear. Lo cual, me ha dicho la misma pediatra que no tardaría mucho; ya que, la mayoría de los bebés lo hacen a los 7 meses, aunque me ha dicho que cada bebé es diferente y se desarrolla a su modo.
Hemos venido a Londres a la boda de Edward y Steff; los cuales se han confesado sus sentimientos por el otro hace un par de meses y se han casado finalmente. Las piezas van cayendo en su lugar; Charlie, Cath y Em se han ido a Canadá a la nueva sucursal que hemos abierto. Mientras Will se ha conviertido en mi vicepresidente. Edward y Steff se regresarán a vivir al lugar natal de él; ella ha dejado el trabajo de modelo y se incluirá a mi equipo de trabajo.
La recepción de la boda fue muy discreta, familiar y muy bonita a ser sincera; pero estamos a nada de ir al hotel, estoy cansada y con mucha hambre.
— ¿Todo bien Phoebe? —se acerca Edward y Mia lo observa detalladamente haciéndome sonreír.
—Estoy cansada. Creo que será mejor que nos vayamos —busco con la mirada a mi hermana y a su novio; los encuentro en la pista de baile.
— ¿Irán al hotel? Puedo ir a dejarlos.
—Tranquilo, he pedido un taxi —sonrío— Por cierto, muchas felicidades por tu matrimonio —me levanto y me acerco a abrazarlo provocando que Mia llore.
La saco de su carriola y se revuelve en mis brazos.
—Incluso ella está inquieta —señala Edward y asiento.
—No está acostumbrada aún al ambiente de las fiestas —me encojo de hombros— ¿Puedes cuidarla? Iré por mi hermana y Jack —luego de que asienta, voy hacía donde esta hermana y le pido que ya nos vayamos y esta de acuerdo, yéndose por Jake.
Junto todas las cosas de Mia y ambos llegan a tiempo; regreso a ver a Edward y Mia está profundamente dormida en sus brazos. Ahora que me doy cuenta, las fracciones de la bebé se notan más; tiene el cabello parecido al de él, mis ojos, sus orejas, mi nariz. Es hermosa.
Tal y como lo mencioné, el taxi que había solicitado estaba afuera esperándonos; le doy la dirección del hotel y mientras cargo a Mia que se encuentra aún dormida plácidamente.
El camino al hotel fue silencioso ya que Jackson, Sandy y Mia están dormidos. Cuando llegamos, mi hermana se despertó; pero su novio se ofreció a llevar a Jackson arriba en brazos.
Cuando llego a la recepción de este; Dylan se encuentra en la puerta de el elevador con un ramo de rosas. Su sonrisa se hace notar y niego divertida.
— ¿Qué haces aquí? —digo divertida, me había dicho que estaría ocupado una semana al menos.
—He apresurado las cosas y he logrado terminar antes —se encoje de hombros— Ahora, me gustaría que me dieras media hora de tu tiempo.
— ¿Y Mia?
—Puede ir con nosotros, además de que está dormida y está en su coche —la señala y me ve— Por favor, es algo importante que tengo que decirte.
—Bien, está bien, vamos.
Sonríe y abre las puertas del elevador para dejarnos subir. Al parecer, nos dirigimos hacia la terraza que tiene el hotel, ya que ha presionado "10". Pone su mano en el coche de la bebé y se agacha a verla por un momento para luego recomponerse y verme de reojo sin expresión alguna. No me siento muy bien al saber que va a decirme algo y no sé exactamente qué es de lo que se trata. Cuando finalmente llegamos al último piso las puertas de la caja metálica en la que nos encontramos se abre y deja ver una habitación oscura.
—Te conocí hace muchos años, y como te dije, he estado enamorado de ti desde que tengo memoria —dice Dylan, pero por la lejanía de su voz sé que ya no está junto a nosotras— Da un par de pasos hacia delante, por favor. No quiero que la puerta se cierre y aún estén dentro.
Mis pies se mueven por si solos, como sí mi subconsciente estuviese consiente que lo que está frente a mi es algo seguro; en lo que puedo confiar.
—Tal vez esperé demasiado tiempo, tal vez no estaba seguro de que fuese correspondido, o que estaba siendo un paranoico al tener un poco de esperanza y creer que estarías junto a mí en algún momento.
Pone una mano en mi hombro e inevitablemente doy un pequeño brinco en mi lugar.
—No temas, nunca te he hecho daño, ni tampoco espero hacerlo nunca. Pero no puedo retrasar más este momento —suspira en mi hombro y puedo sentir su respiración— Sé que tal vez no es lo que soñaste, pero intente complacerte lo más que puedo.
Las luces se encienden y frente a mi esta una pancarta color roja con las letras grabadas en una perfecta cursiva "Cásate conmigo"; estoy pisando pétalos de rosa y justo debajo de la pancarta esta un ramo de rosas y una bolsa de una joyería de aquí de Londres, que desconozco.
Me giro a verlo y asiento sonriendo; inevitablemente las lágrimas comienzan a salir y me acerco a abrazarlo. Sin duda, el haber aceptado aquel día intentar tener algo con él, fue una de las mejores decisiones que he tomado.
****
—No, no puede ser posible. Dígame que es imposible —le digo a la doctora que está sentada justo enfrente de mi observándome con una sonrisa en el rostro.
Hemos vuelto hace ya tres días de Londres y he vuelto a la oficina. Ayer estaba en el supermercado y tuve un desmayo. Mi hermana me ha traído aquí a la fuerza y me han hecho miles de estudios. Se ha descartado problemas de azúcar, defensas, entre otros.
Lo que me ha sorprendido es en lo que he salido positiva. Una prueba de embarazo. Así es, estoy embarazada, pero ahora es de Dylan de quien es el hijo. Tuvimos un par de encuentros recientemente, pero he tomado la pastilla. Así como él ha usado un par de veces un preservativo.
—No lo es Phoebe, tienes cuatro semanas de gestación, por lo que debo de felicitarte por eso.
Luego de pedirle que guarde el secreto y que no alarme a mi hermana salgo de allí y la encuentro. Le digo que todo está bien y se debe a la baja de mi azúcar se queda tranquila y decide no preguntar más.
Mia tiene 7 meses, me voy a casar con Dylan en poco más de 3 meses, tengo trabajo en la empresa, mi hermana está comenzando a experimentar la sexualidad y estoy embarazada. Genial.
No es que no me alegre, lo hago de verdad; pero quería esperar al menos un poco más antes de volver a ser madre, ya que aún estoy acostumbrándome a Mia y es un gran reto. Ahora, voy a tener que enfrentarme a eso con solo 7 meses de diferencia entre uno y otro.
Mi tarde se va como si hubiese parpadeado; mis manos sudan por el exceso de nervios que hay en mi ser; ni hablar de las piernas que parecen gelatinas por cómo tiemblan.
Me han puesto unos tapetes junto al carro de Mia y esta está sentada en el suelo viendo sus manitas. Me recargo en la silla de mi escritorio mientras la sigo observando. Se coloca en 4, manos y pies en el suelo como si estuviese lista para gatear; agarro mi celular y comienzo rápidamente a grabar el momento sin importar que lo haga o no. Y tal como si hubiese dicho su nombre regresa a verme y sonríe. No tengo idea de que piensa en este momento, pero estoy segura de que ella logrará hacerlo. Su manita derecha la pone un poco más adelante de lo que ya estaba y sí como si fuese acto reflejo su pierna derecha hace lo mismo; miles de emociones están invadiéndome en este momento pero de lo que no hay duda es de que estoy muy orgullosa de ella. Hace lo mismo con su otra mano y pierna y se detiene un poco para luego volver a hacerlo un poco más rápido entre una mano y la otra. Consiguiendo así, gatear. Pauso el video y me acerco a ella sentándome así que como últimamente, me imita y se sienta en el suelo extendiéndome sus brazos para que la cargase.
—Dios Mia, lo has hecho. Lo lograste pequeña —lloro un poco y ella sigue soltando carcajadas. Amo su risa, su olor, su presencia en mi vida es mi felicidad.
— ¿Phoebe? —giro mi atención hacia la puerta y allí esta Dylan. Aspiro un poco más el aroma de mi pequeña y la vuelvo a poner en el suelo— ¿Estás bien? Estas llorando.
—Anda nena, enséñale —me pongo en cucillas y la veo mientras sonrío. Ella como siempre, me hace caso y se vuelve a poner a gatear hacia su carro— Lo ha logrado Dylan —me pongo de pie y se acerca a abrazarme mientras puedo notar un brillo especial en sus ojos.
—Te dije que sería sólo cuestión de tiempo —susurra y acaricia mi cabello.
—Tenías razón —sonrío de lado y asiento mientras aún lloro.
— ¿Sabes? —me alejo un poco de él y lo veo a los ojos— Quiero que sepas algo —me alejo de él y voy a cargar a Mia, regreso frente a él y mi niña se entretiene con mi cabello.
— ¿Está todo bien?
—He aceptado casarme contigo. Pero estoy segura de que serás más que mi esposo.
—Quiero ser tú mejor amigo, tú novio, tú amante, tú confidente, quiero ser el padre de tus hijos.
—Eso ya lo sé Dylan. Aunque, de ahora en adelante no seremos solo 3.
—Sí, soy consciente de que esta Jackson, tu hermana y el chicle de su novio que no se despega de la casa nunca. Estaba incluso pensando en habilitar la pequeña cabaña que hay detrás de la casa. Así ya no gastaría gasolina yendo a su casa en la noche y regresar a la mañana siguiente —ambos reímos ocasionando que Mia se una a nosotros dejando de lado mi cabello un momento.
—No me refiero a eso Dylan —sonrío de lado— ¿Has pensado en que tengamos hijos?
—Sí, es uno de mis sueños. Aunque ahora hay que cuidar a Mia y sería mucha responsabilidad —ve a la niña en mis brazos y sonrío ampliamente. Agarro su mano y niego.
—No hay marcha atrás ahora —niego repetidas veces, diciendo eso más para mí que para él— Dylan, hace unas horas me he enterado que estoy embarazada —pongo su mano en mi plano vientre y se queda hecho piedra.
Su cara es un poema; no sé si reír, llorar, preocuparme o decirle que es mentira. He soltado hace un par de segundos su mano pero ésta se encuentra aún en mi vientre. Ni yo lo he logrado digerirlo sabiendo y temiendo qué es lo que nos espera. Realmente estoy aterrada, y él no me está ayudando en nada. Incluso podría decir que Mia está preocupada por como lo ve; fijamente, y ha soltado mi cabello.
— ¿E...E... —traga fuertemente y su vista baja de mi rostro a mi vientre— ¿Embarazada?
—Si Dylan. Sé que es lo que eso conlleva, y créeme que estoy preocupada y aterrada. No sé qué vamos a hacer.
— ¿Cuánto tiempo tienes?
—Cuatro semanas —sus ojos se abren de par en par y vuelve a verme.
— ¿Y apenas te das cuenta de lo que pasa? ¿Apenas me dices?
—Te estoy diciendo que hace un rato fue me enteré. Además de que no he tenido nauseas ni vómitos. Pero si algunos mareos y más sueño. Fui al doctor porque Sandy me obligó.
—Wow... Voy a ser padre —dice susurrando, como si no hubiese escuchado que es lo que acabo de decir. Parpadea y sonríe ampliamente, corre a la puerta y la abre— ¡Voy a ser padre! —grita y luego la vuelve cerrar.
Se acerca y me quita de los brazos a Mia para ponerla en el suelo; se para frente a mí y niega.
—Quedamos que usaríamos protección.
— ¡Demonios Dylan! ¿Tenías qué hacerme sentir más mal de lo que ya me siento?
—Es broma tontita —toca mi nariz y se acerca a besar mis labios cortamente. Haciéndome, por un momento olvidarme de mis problemas que merodeaban mi cabeza.
N/A: Me he tardado demasiado, lo sé. Pero finalmente y después de años y años y años de espera tienen frente a ustedes el final de la historia.
Me ha costado decidirme como es que terminará, ya que no quería que con el final se perdiera todo el avance con todos los capítulos anteriores.
Tengo en mente dejar que fluya el capítulo y darles el epílogo y un adelanto de la segunda parte que será publicada pronto.
¿Qué les ha parecido? Me gustaría sus opiniones. Aprovecho la actualización para invitar a los autores que me lean que se pasen por mi historia "Tu firma en mi piel"; un nuevo proyecto en el que estoy trabajando y espero que al igual que esta historia, se aceptada tan o más que esta.
Sin más que decir, me despido y nos leemos pronto.
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