Capítulo 22
—Vamos, vamos— grita Dylan y Mia llora. Si será idiota, le he pedido desde que mi niña nació, que no grite, pero parece terco. Es desesperante.
Voy por Mia y la cargo. —No mi princesa, no llores- le acarició su cabeza y ella deja de llorar.- Que linda. Vamos a cambiarte, hoy ya saldrás a la calle, tenemos que ir a mi oficina.— le sonrío y ella se queda observándome, con sus lindos ojitos, con esos ojos que me vieron desde el momento en el que nació.
Ya ha pasado un mes desde que nació, me ha costado un poco el cambiar mi rutina para pañales, desinfectar todo lo que la rodea y tener que alimentarla cuando sea necesario, incluso de noche. Pero sé que todo lo vale, porque ella es mi otra mitad.
La dejo en mi cama rodeada de almohadas, mientras busco un bonito conjunto de ropa, para ponerle, definitivamente tengo que buscar más ropa, el tiempo pasa y ella crece, aún le queda la ropa de recién nacida, pero hay que tener variedad de conjuntos ¿O no?. Optó por un mameluco blanco con lunares rojos y un gorrito de oso para volver a donde está.
—Mira princesita— muevo el mameluco y ella ríe- Espera, me falto tu pañalero— vuelvo a su cuarto y de su armario, que tiene cajones, sacó un pañalero blanco, pañal nuevo, su pomada anti-rozaduras. Y vuelvo a donde está ella— Ahora si, a ponerte guapa— le quito su "pijama" y le cambio su pañal. Le coloco su nuevo pañal, su pañalero limpio y finalmente su nuevo atuendo.
Vuelvo a colocarla en la cama que tiene el muro de almohadas alrededor de ella y agarro su pañalera, introduzco: pomada anti-rozaduras, pañales limipios, un pañalero, una cambia de ropa, su muñeco, unos calcetines, un chupon, dos pequeñas cobijas, un gorrito, un babero, toallas húmedas. Creo que he metido todo y la puerta de mi cuarto se abre.
—¿Ya están listas?— la bebita lo ve y estira sus brazos hacia él —Ven.
—Mia ya está, ya está su bolsa, y solo falta ver que todo esté en el carro.
—He puesto el asiento para la bebé, llevo la carreola, su porta bebé, no sé que más falte.
—Es todo, gracias—me cuelgo su pañalera y mi bolsa. Yo opté por ponerme un jean de mezclilla, una playera blanca de mangas cortas, unos zapatos de piso cafés, y un suéter acampanado café y algunos accesorios que combinaban
— Vamos— asintió y salió con mi hija en brazos. Ahora que lo pienso....— Espera— se detiene y voltea a verme— Dame a Mia, con ese traje va a acalorarse—asiente y me la da— No tardo— entró a mi cuarto y la acuesto y le quito su conjunto.— Lo siento mi niña, hace mucho calor y este conjunto no es adecuado— la dejo en la cama y voy a su armario, saco un conjunto de dos piezas blancas y regreso a donde ella está. Se lo pongo y ella ríe mientras abotono su playera.
******
—¡Phoebe! — grita Susan y Mia se sobresalta en mis brazos— Lo siento. Miren, aquí están mis chicas— Mia sonríe y yo muevo su manita.
—Hola Susan, pediste que limpiarán perfectamente mi oficina. —Ella asiente un par de veces y sonríe de lado.
—Bien mi amor, tienes que conocer mi oficina— juego con su manita y Susan sonríe. Camino con ella en brazos, entró a mi oficina y aspiro el olor a lavanda, mi favorito. Veo cada parte de la oficina, al igual que mi hija, el sillón, mi refrigerador, mi escritorio, el espejo que esta detrás de él, mis archiveros y el espacio para mi bebita.
— ¿Te gusta?— ella parpadea varias veces y yo entro. Me siento en mi silla con ella en brazos y pone sus manitas en mi escritorio, luego le pega y ríe.
—Phoebe..— susurra Susan desde la entrada, asiento y ella entra completamente— Charlie me dijo que hay algo para ti— sonrío y veo detrás de sus brazos, veo el porta bebé de Mia y recuero que no la baje de mi carro.
—Gracias, si, supongo que acaban de llegar. Hazlos pasar, y muchas gracias por traerlo— vuelve a asentir y la pone en una silla a lado de mi.
—Ahora traigo a la pareja.— asiento y ella se va de mi oficina.
—Mi amor, ¿Hacemos un trato? —la pongo sobre el escritorio, de tal forma que me vea, y así lo hace— Vamos a ayudar a la pareja que llega ¿De acuerdo?— ríe y en ese momento la puerta se abre.
—Buenas tardes— dice una chica rubia, como de 16 años— ¿Puedo pasar?— rápidamente pongo a mi bebita en su asiento y asiento a la chica. Le pongo bien el cinturón para que no intente salirse— Hola, soy Cris, y vengo a solicitar de tu ayuda— me pongo de pie y ella se acerca.
—Hola, claro, con mucho gusto. Siéntate, por favor ¿Qué puedo hacer por ti?
—Bien, venimos a pedir—se queda callada— Demonios, Jace no entró— me quede completamente confundida, no se de que habla, pero en eso, la puerta se abre, dejando ver a un chico de aproximadamente 20 años.— Ven acá— el chico ríe y se acerca— Lo siento, como decía; venimos aquí para ver si puedes ayudarnos, pero es más para él que para mi, que él te explique— pongo toda mi atención al chico, no entiendo nada.
—Verás, tengo una novia, llevo 6 años con ella, pero quiero dar el siguiente paso.— se rasca la nuca, señal de nerviosismo.—Y quiero pedirle matrimonio, pero el punto es el siguiente— la chica rueda los ojos— Quería ver si pudieras ayudarme a organizar la manera correcta de pedirselo, y luego, a planear la boda.
—Las bodas son mi especialidad—veo a la chica— ¿Ella es tu novia?
—No, no, ella es mi hermana, ella esta emocionada con todo esto, ella fue quien me dijo que viniera aquí.— la chica carraspea y él rueda los ojos— También, se podría decir que es tu admiradora— ella grita, provocando que mi bebita llore. Se quedan callados y yo desabrocho a mi bebita.
—Lo siento, no le gusta mucho el ruido—la chica sonríe.
—¿Es tuya?— asiento y Mia la ve— Está preciosa, muy linda.
—Muchas gracias.—Mia empieza a cerrar sus ojitos, al parecer estaba dormida. La acomodo en mis brazos para que pueda dormir.— Muy bien, necesitaré detalles, desde el más mínimo hasta el más específico. Para poder planear la pedida de matrimonio.
—Bien, a ella le encanta ver el cielo cuando está despejado, le gusta ver a los bebés, ama la comida...— el empezó a decirme pero tuve que hacerle seña de que esperara
—Espera, necesito anotar, pero... —alzo a mi, ahora dormida, bebita. Ellos asienten— ¿Pueden apretar el botón rojo que dice 1?— la chica lo aprieta y pone el altavoz— Susan, ¿Puedes venir a mi oficina?— escucho un "Si claro" y colgaron. Unos segundos después, la puerta se abrió y entro Susan.
— Lamento interrumpirte, pero Mia se ha quedado dormida, y no puedo escribir en la computadora, ¿Puedes ayudarme un rato? Ahora la acuesto en su porta bebé, pero necesito que este un poco más dormida— asiente y me levanto de mi asiento. Comienzo a caminar con Mia en brazos— Bien, ahora si. Prosigamos
—Decía que le encanta ver el cielo cuando está despejado, le gustan los bebés, ama la comida, como cualquier mujer, ama los peluches—dice y veo como Susan teclea rápidamente en la computadora— Y pues creo que es lo más importante. .
—¿Cuándo planeas pedirle matrimonio?— él se queda en silencio— No tienes idea. Creo que tengo una idea, sería dentro de dos semanas, lo haremos de una manera original pero también algo tradicional. Si dices que le gusta ver el cielo, y que ama la comida, sería buena idea.— él se muestra curioso y me presta atención. Me dirijo a la silla de mi bebita y la coloco con mucho cuidado de no despertarla, le pongo su cinturón y volteo a ver al chico —Lo haremos en un globo aerostático.
—Me gusta la idea— camino hacia donde deje la pañalera y saco una de sus cobijitas— Además de que en la noche puedo hacer una velada romántica para celebrar.
—Sí, yo igual puedo ayudarte en eso— le digo y Susan asiente.— Podemos hacerla en un mes, debido a que hay que mandar a hacer la manta..— digo y ambos asienten— Igual hay que ir rentando el globo aerostático, una habitación de hotel, varios ramos de rosas, un pastel blanco con detalles rojos, un bonito detalle.
—Me gusta tu imaginación— confiesa el chico y yo asiento—Y si, me gusta tu idea, confío en que harás un trabajo excelente. Muchas gracias, estamos en contacto.
—Wow. Tu cabeza va a todo lo que da.
—Tenía ganas de trabajar— me encojo de hombros y agarro la silla de Mia para ponerla sobre el sillón.— Y ahora que puedo hacer muchas cosas más en compañía de mi hija, lo voy a disfrutar.
*****
—Estuvo deliciosa la comida, muchas gracias— dice Jake.
—Era comida china, era obvio que estuviera delicioso —dice San riendo y yo asiento. Pero en eso mi bebita llora, era de esperarse, estuvo bastante tiempo dormida que hasta su hora de comer se fue. Me levanto hasta llegar a su silla y la levanto en brazos.
—¿Qué pasa preciosa...?—agarro su cobijita y me siento— Tiene hambre está pequeña eh— comienzo a darle de comer.—Iremos a casa luego de que ella termine de comer.
*******
Vamos camino a casa, mi hermano se quedó dormido en la oficina y Will nos ayudo a bajarlo, aunque Mia también duerme junto a Jake.
—Phoebe... Creo que...—dice San y yo pongo atención.
—¿Qué?—digo con mucho interés en su plática.
—El chico con el que salgo me pidió que fuéramos novios, pero no sé, no estoy segura. Con mis clases, el ir por Jake, hacer mi tarea y la de él. Apenas y tengo tiempo para mi— dice y niego
—Tengo a la persona perfecta para cuidar a Jake.
—No, no dejaré que cualquier persona lo vea.
—No es cualquier persona, es una chica que junto a su padre, me llevaron al hospital cuando iba a nacer Mia. Son personas muy amables. Además, de que necesitas tu tiempo—veo por el retrovisor.
—No se, Jake necesita—La interrumpo
—Sandy, por favor.
—Bien... Tu ganas.
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