Capítulo 17
(Ed)
— ¿Segura?
Sé que si vuelvo a preguntar terminará arrojándome uno de sus tacones mientras empacaba ropa en una de las maletas, pero seguía sin creer lo que me había dicho días atrás.
—Si Ed, te he dicho que vamos a pasar dos semanas juntas —continúa metiendo la ropa en su maleta, y en el momento en el que voy a decirle algo alza la mirada—Si algo llega a pasar, te aviso, lo sé —repite mis palabras—Tengo que irme. Nos vemos en dos semanas —asiento—Te llamaré cuando haya llegado a su casa —asiente y deja un beso en mi mejilla.
Estuve parado en medio de la sala de nuestra casa; si, nuestra casa; su padre nos la regaló y aquí dormimos, somos buenos amigos. Este tiempo que ella se irá lo ocuparé para pensar y aclarar mis pensamientos de lo que siento. Sí, quiero a Phoebe, pero Steff ha logrado ganarse mi cariño y eso ha sumado puntos. Pero mi princesa, mi pequeña princesa no quiero que crea que no la quiero y que no estoy con su mamá. Pero simplemente.... Creo que amo a Steff. ¿O no? Suelto un suspiro de frustración. Tengo muchas cosas que pensar.
(Phoebe)
*4 horas después*
Tocan la puerta y entre sueños escucho. Abro los ojos y me estiro en mi cómoda cama. No me dí cuenta en qué momento me quede dormida, solo recuerdo que estaba viendo unas películas de la Saga Crepúsculo, pero me he quedado dormida en la segunda, ahora la tele está apagada.
—Phoebe —se asoma mi hermana— Ya llego.
—Voy —me levanto de la cama y siento un ligero mareo ocasionándome que vuelva a sentarme en la cama. Respiro y paso mi mano por mi vientre.
Lentamente me levanto de la cama y voy a la sala. Allí estaba mi hermana y Steff hablando animadamente de algo. Me quede viéndolas un rato más hasta que estornude.
—Hola —dice mi ahora nueva amiga. Se acerca y me da un abrazo de oso, pero sin dañar a mi bebé. — ¿Cómo están?
—Bien gracias. ¿Y Ed? —pregunto extrañada pensando que vendría.
—Le tuve que insistir que no viniera. Desde que le dije que vendría dijo que me acompañaría —las tres reímos— ¿Te desperté? —pregunta en cuanto terminamos de reírnos.
—No —ella niega—tal vez sí, pero no hay problema. Tenemos planes las tres —mire a ambas y ellas estaban esperando una respuesta—Hoy comenzaremos a arreglar el cuarto de mi hija. Mañana iremos a ver a mi tía y allí estaremos varios días. Regresando continuaremos con el cuarto. Iré a ponerme algo cómodo.
Regreso a mi cuarto y veo la cama que Dylan trajo para mi invitada, estaba en mi cuarto ya que es dos veces más grande que el de mi hermana. Me puse una blusa holgada y unos shorts cortos de maternidad. Los vi en una tienda y decidí comprarlos. Abro la puerta para ver a mi hermana junto a Steff esperando por mi. Las deje pasar a mi habitación porque es el único acceso a aquel pequeño cuarto.
—Que genial, está conectado con el tuyo.
—En un principio estaba lleno de ropa y zapatos de ambas, pero lo desocupamos. Creo que desde que compré este piso sabía que quería tener un bebé. Comencemos, la pintaremos de este café —destapo un bote de pintura que encontré en la tienda. Era un café pastel.
— ¿Café? —dice mi hermana y yo asiento.
—Es pastel, ya tengo la idea de cómo lo quiero. Les cuento será café pastel y mi diseñador de la empresa le podrá unas etiquetas color lila. Los muebles serán blancos y compraré una alfombra blanca que me encantó y bueno, a ver que más se nos ocurre. —Steff sonríe y asiente.
—Me gusta la idea, de algo te sirve el trabajo —ruedo los ojos, es impresionante.
— ¿A qué te dedicas Phoebe? —pregunta Steff comenzando a pintar con un rollo.
—Organizadora de eventos sociales —me encojo de hombros—Nada del otro mundo.
— ¿Qué...? —Dice y voltea a verme—Eso es genial... —mi hermana asiente.
No dije más porque comenzamos a pintar y cantar algunas canciones que sonaban de mi móvil.
(Elisa; tía de Phoebe)
Tía Elisa, hace mucho tiempo que no te veo. Quisiera que viviéramos más cerca. Te extraño mucho. Jackson.
Ese fue el último mensaje que recibí de mi sobrino Jackson. Hace dos semanas. Quisiera ver a mis tres sobrinos juntos; algún día tendrán que hacerlo. Lo sé. Mi teléfono suena y me hace salir de mi burbuja.
— ¡Phoebe! —me emociono.
—Hola tía, quiero saber si hay algún problema en que vayamos a visitarte mañana junto a una amiga. ¿Podríamos quedarnos unos días? —sonrío, este era el momento adecuado.
—No hay problema mi niña, hay algo muy importante que tenemos que hablar.
—De acuerdo, tía. Nos vemos. Te quiero —finaliza terminando la llamada y sonrío.
— ¿Tía? —contesta el pequeño de 8 años.
—Mi niño, ¿Cómo estás?
—Bien tía, te extraño mucho. ¿Cuándo nos vemos? —sonrío.
—Pásame a tu mami por favor.
—Elisa, hola —sonreí. Mi mejor amiga siempre tan amable y tan radiante.
—Phoebe viene mañana, quiero traer al pequeño. ¿Lo traes?
—Sí. Compraré los boletos de avión para al rato en la noche. Nos veremos mañana. Pero oye... —allí vienen las preguntas— ¿Cómo le diremos a las niñas?
—Cuando ellas lleguen, verán al niño y es imposible que no vean el parecido a ellas. —Sonrío— ¿Sabes que ellas pueden llevárselo cierto?
—Lo sé —suspira—supongo que ellas son su familia, eso fue lo que me pidió la mamá del pequeño. Él se enterara de igual manera —asiento en manera comprensiva.
—De acuerdo, tengo que irme a preparar todo. Nos vemos.
Luego de haberme despedido de ella y de Jackson terminamos la llamada. Sin duda Phoebe tiene que saber que tiene un hermanito. Un lindo hermanito.
(Phoebe)
—Listo, puedo decir que después de muchas horas hemos pintado toda la habitación. Vaya que es cansado. Vamos Steff, hay una cama extra en mi cuarto.
—Estoy de acuerdo, vamos a dormir.
—Ya me canse —dice mi hermana por enésima vez— ¡Y estoy aburrida! —grita.
********
—Llegamos —digo y mi hermana sale del auto para aventarse en el césped— Exagerada —Steff y yo reímos— Venimos a ver a una tía, la amarás. Vamos —le digo a Steff y ella asiente al mismo tiempo que mi hermana se levanta del césped. Caminamos a la puerta y abrí. En la sala estaba mi tía con un niño de pelo exactamente igual al mío. —Hola tía —susurro y mi tía sonríe en dirección nuestra.
—Hola cariño —se levanta de la sala y se acerca a abrazarme.
—Sandy, linda— dice luego de soltarme y repite la misma acción—Hola, soy Elisa —le dice a Steff ya cuando ha terminado de estrangular a mi hermana.
—Soy Stefania, pero digame Steff —mi tía asiente. Yo vuelvo mi vista al niño y este como si estuviésemos conectados voltea, dejándome sin palabras. Ese niño era idéntico a mi madre, tenía los ojos de mi padre y su misma nariz.
—Tía... ¿Quién es el niño? —pregunto aún viéndolo.
—Es Jackson —dice y el niño asiente—Ven —lo llama y el niño corre hasta ella— Diles tu nombre y cuántos años tienes mi amor.
—Hola —dice el niño y sonríe tímidamente—Soy Jackson y tengo 8 años —mi mente comienza a hacer cuentas. Mis padres se fueron un tiempo y dejaron a mi tía a cargo. Eso es imposible ¿No?— ¿Cómo se llaman ustedes? —pregunta sacándome de mis pensamientos.
—Me llamo Phoebe —me pongo en cuclillas, sin duda amo a los niños y él no es la excepción—Ella es Sandy, mi hermana —la señalo—y ella Steff, una amiga —igual la señalo.
—Jac...—dice mi tía—ve a ver la tele, ahora vamos—el pequeño asiente y se va corriendo—Tenemos que hablar —Dice viéndome fijamente—tomen asiento —las tres nos sentamos—Primero que nada, el hermoso niño es su hermano —algo en mi mente hizo clic. Tenía razón con todas mis sospechas, era mucha coincidencia.
— ¿Pero cómo es eso posible? —pregunta mi hermana, yo estoy en mi estado de shock y me es imposible articular palabra.
— ¿Recuerdan hace 9 años que se quedaron una larga temporada conmigo? Bueno; pues su mamá ya iba embarazada, pero hablaron conmigo y dejaron al bebé con una amiga mía que no podía tener hijos. El porqué no quisieron que ustedes supieran de la existencia del niño no tengo idea. Pero a mi amiga y a mí nos dijeron que teníamos que hacerles saber de la existencia de su hermanito cuando él estuviera a punto de cumplir 9 años y aquí esta —siento una punzada en la cabeza para luego ver todo nublado, perdiendo así la razón.
****
—Guarden silencio. La van a despertar —escucho a lo lejos, poco a poco siento como todo se hace cercano, con cuidado abro los ojos y me encuentro a mi hermana junto a Dylan y Steff estaban allí—Linda —dice mi hermana.
— ¿Qué pasó? —no termino la frase e inconscientemente llevo mis manos a mi vientre y todo estaba en su lugar.
—Te desmayaste, y Dylan llegó minutos después gracias a él te subimos a esta recámara —los recuerdos vienen a mí.
— ¿Todo en verdad pasó? —Le pregunto a mi hermana y ella asiente— ¿Has hablado con el niño? —ella niega.
—Tenemos que hacerlo juntas, pero antes tenemos que ver que vamos a hacer—asiento, al final de cuentas es mi hermanito, el fruto de amor de mis padres; y me gustaría recuperar el tiempo perdido.
—Se irá con nosotros —Dylan me ve con cara de confusión—Tenemos un hermano de 8 años. Cuando mi tía me dijo eso, me desmaye. Pero todo concuerda y es imposible negar que es hijo de mis padres, es idéntico a ellos —Mi hermana asiente— ¿Dónde está?
—Abajo con tu tía —dice Steff— Puedo traerlo —asiento y ella sale del cuarto.
— ¿Estás segura de que se irá con nosotras? —asiento nuevamente.
—Es nuestro hermano, y debe de estar con nosotras —Mi hermana se queda pensativa—Va a ser un tío muy joven —reímos los tres—Nos tenemos unos a otros, y no lo dejaré solo ahora que se que es de mi sangre.
—Bien —dice Dylan—Necesitaremos otra casa —Niego.
—No, ya comencé a arreglar el cuarto de mi beba. Nos mudaremos cuando mi niña este más grande —Mi hermana asiente y Jac entró al cuarto—Hola, ven —le hago un espacio en la cama junto a mí, él lentamente se acerca a sentarse—Se que esto sonará muy raro pero soy tu hermana —él abre sus ojos como platos y se le cristalizan—Ella es mi hermana, entonces ella también es tu hermana—una lágrima se resbala por su mejilla.
—Yo —ve a mi hermana y luego regresa la vista a mi—Siempre soñé con tener unas hermanas. Pero nunca pensé que eso fuera a pasar —me ve y sonríe—Te pareces a mi —asiento y él ve a mi hermana—Y tú igual te pareces a ella —asiente y ve a Dylan—Tú no te pareces a mi hermana.
—No, él no es mi hermano —le digo—él es mi novio—el pequeño se levanta de la cama y se acerca a Dylan.
—Soy Jackson —el niño extiende su mano y mi novio sonríe.
—Dylan, pero dime Dy —Jac asiente y vuelve hasta mi.
— ¿Quisieras ir a vivir con nosotras? —me ve atentamente un par de minutos y luego suspira.
—Tengo que hablar con mi mamá —allí fue donde recuerdo que él vive con la amiga de mi tía, pero ella debe de darnos al niño, somos su familia. ¿O no? Mi cabeza va a explotar de tanto pensar.
—Jackson, ven. Tenemos que dejar que descanse —le dice mi hermana y le agradezco mentalmente. El niño se va y Dylan se acerca a mí.
— ¿Qué sucede? —pregunta acostándose a un lado mío.
—El niño es mi hermano, pero él está bajo el cuidado de una amiga de mi tía. Quiero que el niño se vaya con nosotras pero no puede porque la tutora es ella y creo que mi cabeza va a explotar —pongo una de mis manos en la cabeza.
—Yo voy a ayudarte. Aunque por lo que Steff me contó, la señora sabía que él un día tenía que enterarse de la verdad, y ella debe de imaginarse que querrías que él se fuera contigo. No tienes cargos, un buen historial, manera digna de ganarse la vida, cualquiera te conoce ah y recuerda a tu sexy e inteligente abogado.
—Quiero que él disfrute de su sobrina, de mi casa, que me haga travesuras. Es lo único que tengo de mis padres. A mis hermanos; él es un ángel. Definitivamente.
—Tenemos que empezar a hacer todo ya —dice Dylan—antes de que él regrese al lugar donde vive —asiento y nos levantamos de la cama.
Bajamos las escaleras y veo a mi tía platicando con una señora rubia de ojos marrones.
—Phoebe, que bueno que despertaste. No me quede en el cuarto, porque tenías a muchas personas contigo y tenía que ver Jac.
—Tía, tengo que decirte algo muy importante. ¿Eres consciente de que al decirme de que tengo un hermano, él debe de estar con nosotras no es así? —Ella asiente—Pues es eso, el niño se irá conmigo. Debe de estar con nosotras, somos su familia.
—Mi amiga y yo tenemos muy claro eso. Incluso por eso pospuse mi viaje, ella me acompañará. Se quedará por allá y el niño es de ustedes. Así esta dicho. Sin nada que se los impida —me quede pensando, la señora no nos pondrá el camino tan fácil, ella a final de cuentas tuvo que haberse encariñado a él y algo anda mal.
— ¡No! —grita mi hermana y Dylan corre a ver qué pasaba. No lo dudo y también salgo a ver qué pasa.
— ¿Qué sucede? —pregunto viendo a mi hermana que es abrazada por mi novio.
—La señora se fue con el niño —dice Dylan. Cubro mi boca con mis manos.
— ¿¡Qué!? —grito—No puede ser posible; Sandy cuéntame qué pasó.
—Estábamos los dos jugando en el patio, pero le dije al niño que entráramos a tomar un poco de agua, cuando íbamos entrando ella se llevo el niño cargando. Se fue en un taxi, yo grité desde la entrada —llora—fue mi culpa —dice entre sollozos y me acerco a ella.
—No es tu culpa —digo y Dylan la suelta; sustituyéndolo, la abrazo—ella tiene graves problemas. Secuestro es uno de ellos —mi tía suelta un pequeño grito de asombro—Y voy a hacer lo posible por encontrar a mi hermano, porque aunque no lo crean lo quiero, es de mi sangre —Dylan toma el teléfono de la casa "Una señora se llevo a un niño a la fuerza" para luego comenzar a contarle todo lo ocurrido...
****
—Tres días han pasado —digo y continuo dando vueltas en mi cuarto—Dylan, ayúdame.
— ¿Más? —Dice y lo volteo a ver—He hecho todo lo posible, lo que está en mis manos. Ya la están buscando, ayer recuerda que nos dijo el jefe de la policía—asiento. "Están cerradas las entradas y salidas del país. Sea por auto o en avión." Eso fue lo que nos dijo el jefe de policía—Ven, tengo una sorpresa, que supongo que te va a gustar —se levanta de la cama y me toma de la mano. Entramos al cuarto de mi bebita y me sorprendo al verla lista, con todo y muebles—Tu hermana y Steff estuvieron distrayéndose de esta manera ayer y antier —entro y veo el cuarto hermoso, me gusta—Por lo que veo te gusto
— ¿Estás loco? ¡Me encanta! —lo abrazo y suena mi teléfono. Regreso a mi cuarto y lo agarro— ¿Si? —pregunto con nerviosismo, es el número de la estación de policía.
— ¿Phoebe Anderson?
—Ella habla, ¿Qué sucede?
—Necesitamos que venga, ya sabemos dónde está escondida la señora —abro los ojos como platos—La tenemos rodeada, pero usted y su abogado deben de estar presente.
—Dígame la dirección —el señor me da una dirección, no muy lejos de casa—En quince minutos estamos allí. Gracias. —Dylan me observa detenidamente—La encontraron —voy por un vestido veraniego y me lo pongo—Ayúdame a ponerme los zapatos.
*****
—Llegamos—dice Dylan pero cuando íbamos a salir pone los seguros haciendo que coloque los ojos en blancos, me sentía muy impotente al no poder hacer mucho.
—Phobe no se te ocurra hacer ninguna tontería, aunque sea difícil, piensa en ella. Tenemos que conservar la calma y la cabeza fría, hay mucha gente aquí que nos ayudará.
Me sudan las manos y Dylan venia agarrándome de la cintura. Las patrullas rodeaban una casa vieja, no quiero ni imaginarme como está por dentro. El jefe de la policía me ve y sonríe. Agarra un megáfono "Salga con las manos en alto, la tenemos rodeada" Anuncia.
Unos minutos después sale por la puerta la misma señora que estaba en casa de mi tía, sólo que ahora venía vestida con unos jeans y una blusa roja.
—Jackson —dice el policía y unos minutos después el niño sale por la puerta llorando. Me ve y continúa caminando.
— ¡No! —Grita la señora y jala al niño a su lado—Tú no te llevarás al niño —me señala con el dedo—Yo lo cuidé 8 años y ahora quieres que así como así te lo devuelva. Los fracasados de tus padres me lo dieron a mí y nunca mencionaron que debía de dártelo, sólo me dijeron que tenía que saber que tenía unas hermanas. Dime, ¿Dónde están ellos? —me zafo del agarre de mi novio y doy unos pasos hacia delante.
—No te permito que hables de ellos así. No mientras yo esté viva —digo y ella sonríe como una loca—Ven Jac —el niño trata de zafarse— Suéltalo —ella niega—Sabes que el debe de estar con nosotras. No sé porque mis padres lo dejaron contigo, pero ellos tuvieron sus motivos. Legalmente el niño es mío si lo vemos de manera legal. Lleva mi sangre, nuestra sangre.
—Suelte al niño si no quiere tener más problemas señora —dice Dylan—Ya tiene demasiados con llevarse al niño, no busque más —La señora rompe en llanto.
—No quiero que se lo lleven, no quiero que me dejen sola —solloza y en ese momento llega el carro de mi tía—Elisa, ayúdame, no quiero que se lleven al niño.
—Tienes que dejar que ellas se queden con él. Ese era el trato —la señora suelta al niño y él corre hasta mí. Trato de ponerme en cuclillas para que me abrace.
—Tranquilo —lo abrazo y Dylan se acerca—Ya estás bien —me ve y sonríe —Ven, tenemos que irnos a casa. ¿Quieres conocer nuestra casa? —Aunque tiene sus ojitos aún con lágrimas sonríe—Eso es un sí.
—Sí, quiero conocer tu casa —dice un poco más tranquilo; volteo a ver a Dylan y me entiende, ya que asiente— ¿Y mi otra hermana? —señale con la cabeza y él corre a ella.
—Gracias —le dije a Dylan y lo besé. Se acerca el oficial—Oficial, muchas gracias
—Es nuestro deber señorita, y me alegro que el niño esté bien, ya puede irse con ustedes. Y usted nos dirá que haremos con la señora —veo a la señora y estaba adentro de una patrulla.
—Retiro los cargos. Pero quiero una orden de restricción —asiente—Muchas gracias nuevamente. Nos vemos —el oficial asiente y nos fuimos a donde estaba mi hermana y Steff.
****
—Wow —dice Jac— ¿Aquí viven? —asiento.
—Igual vivirás aquí con nosotras a partir de hoy —el niño abre los ojos como platos.
— ¿En verdad? —Todos asentimos—Pero no tengo cama, ni ropa, ni juguetes, nada —agacha la cabeza, en señal de desilusión.
—Tía nos ayudará con eso —se acerca mi hermana a él—Dormirás conmigo mientras que te ponemos una cama. Igual Phoebe te va a recibir las noches que quieras en su cama.
—Listo, toma —entra Dylan y me avienta la bolsa que le pedí que comprará mientras que Jac veía la casa.
—Ven, Jac —mi hermana sabe así que le doy la bolsa. Entran al cuarto de mi hermana y Steff se acerca a mí.
— ¿Te gustó el cuarto de la bebita? —asiento emocionada, ya me ayudaron mucho con decorar el cuarto de mi hija. Sin duda son lo máximo.
—Me encanto, muchas gracias —sonrío y siento como mi bebita se mueve dentro de mí. Agarro la mano de Steff y la pongo sobre mi vientre. Es un movimiento muy pequeño, ya que apenas tengo 6 meses, pero se logra sentir— ¿Lo sientes?
—Sí, no es como que digamos, huy, el movimiento más grande del mundo, pero se logra sentir —sonríe y en ese momento sale mi hermana con el nuevo integrante de la familia ya vestido de una manera informal pero elegante. Traía un jean de mezclilla y una playera de cuadros junto a unos tenis blancos.
—Qué guapo —digo y el asiente—Listo, tenemos que ir a ver a mis amigos —como es miércoles, se que van a estar en el trabajo—A mi oficina.
— ¿Dónde trabajas?
—Si te digo no vas a saber —digo y él sonríe.
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