_Traición_
Amity permanecía aún tiesa mirando el techo desde su cama, no había dormido ni un solo minuto. Su acompañante aún se encontraba durmiendo, se veía tan tierna, pero eso no disminuiría el sermón que le iba a dar cuando despertara.
Luz podía cometer muchas estupideces, pero esta era una de las más grandes según la pelimenta. ¿Qué le hubiera pasado si ella no hubiese aparecido?
Internamente maldecia a la jirafa de Júpiter por haberla inducido, también era su culpa. No quería admitirlo, pero esa chica le causaba un ardor en el estómago desde que el principio, con esa sonrisa socarrona cada vez que se hacía la heroína o cómo le hablaba a la latina coquetamente.
La latina comenzó a removerse un poco, solo para cambiar de posición. La líder del aquelarre había faltado ese día al trabajo con la excusa de que "su hermanita estaba enferma", claro, Emira completó su coartada.
-M-mi cabeza -por fin había despertado, pero al sentir la luz se cubrió más. -King, cierra la cortina.
-Aquí no hay ningún King y no voy a cerrar ninguna cortina -comentó molesta la pelimenta y la morena rápidamente se levantó de la cama ignorando el fuerte mareo que asotó su cerebro. Se tambaleó un poco agarrándose de la cama y se sentó de nuevo en la misma.
-¡¿A-AMITY?! ¿QUÉ HACES AQUÍ? CORRECIÓN ¿QUÉ HAGO YO AQUÍ? -recordaba cosas vagas de la noche anterior, y lo recordó.
"Amity! Hazme hijos!~ hahahahaha"
No mames, esta vez sí se había pasado. Pero recordaba algo más, algo importante.
Tocó sus labios y todas las memorias vinieron de repente. Había besado a Amity ¿O Amity la había besado a ella? No lo recordaba, pero no eso no importaba. Se habían besado. Se sintió mal, esperaba besar a su amada de una manera especial, no por una culpa de una peda. Pero también se sentía feliz, Amity la había besado ¿Eso significaba que ella sentía lo mismo?
Volteó a ver a Amity para hablar sobre el tema, pero la líder del aquelarre le dirigía una mirada de muerte. Luz tragó saliva.
-¿P-podemos hablar después? -preguntó tímida, sabía que algo malo se aproximaba.
-No, no podemos. Vamos a hablar ahora -demandó autoritariamente y la latina se sintió pequeña.
-Lo siento -se disculpó apenada, pero Amity seguía teniendo la misma seriedad. -Me emocioné con el alcohol.
-Creo que ya lo noté -contestó sarcásticamente. -Sé que somos jóvenes y podemos divertirnos, pero ¿Te has preguntado que hubiera pasado si no hubiera estado ahí? ¡Te pudo pasar algo malo!
-Lo sé, lo sé. Pero Júpiter estaba ahí, ella no tomó.
Y ahí estaba de nuevo, ese estúpido nombre. ¿Cómo podía considerar como amiga a una chica que acababa de conocer hace una semana? Bueno, a fin de cuentas era Luz, y Luz confiaba ciegamente en todos.
Pero su desagrado por la alta no se iría tan fácil.
-No me la recuerdes, que fue su culpa también -sus palabras expresaban odio, pero la morena se lanzó a defenderla.
-¡No es cierto! Yo recuerdo todo. Ella quería llevarme a casa cuando me puse mal, ¡Júpiter no es una mala persona!
-¡Bueno, ya! -gritó asustando a la latina. Ambas se quedaron en silencio. -Y ¿Cómo te sientes?
Luz sonrió, la pelimenta comenzaba a ablandarse de nuevo con ella.
-Supongo que bien, aún me duele mucho la cabeza.
-Es normal. ¿Cuánto bebiste? -la morena prefirió no dar respuesta. Si le decía, probablemente la llevaría a un alcohólicos anónimos. -¿Qué recuerdas sobre ayer?
La morena se sonrojó. ¿Debería decirle que recordaba el beso y qué literalmente le había pedido que le hiciera hijos?
-¡N-nada! !No recuerdo nada! -gritó avergonzada, y Amity entristeció un poco.
No, no, no.
-B-bueno, si recuerdo algo -iba a decírselo. La pelimenta la miró algo emocionada. -Agh, esto es tan vergonzoso. No sé si fue algún tipo de sueño raro o si realmente pasó, pero recuerdo... Que nos besamos.
La morena estaba roja hasta las orejas, esperaba una respuesta positiva de la líder o si no se mataría. Amity la miró tiernamente, como si decirle que no había olvidado el beso fuera algo gratificante para ella.
-Y también me pediste que te hiciera hijos -Luz prendía en lumbre y Amity soltó una fuerte carcajada. Un gesto nuevo en ella.
-¡A-AMITY! -regañó a su acompañante. ¿Y se supone que la indiscreta es ella?
-Me alegra que no lo hayas olvidado -el enojo de la morena desapareció y fue reemplazado por una dulce sonrisa. Que bipolar.
-¿Aún quieres que te haga hijos? -la latina la miró amenazante. -JAJA lo siento, aún lo supero.
-Una más, Blight. Y les diré a Lilith y Esa que me hiciste algo malo -la líder palideció de inmediato negando muchas veces.
No, gracias. Elijo vivir.
Pensó.
-Mi blusa es un asco -lloriqueó. -¿No tiene una para prestarme?
-Claro, puedes escojer la que quieras.
Luz se dirigió hacia su clóset, era inmenso. Casi toda su ropa era oscura, ya se lo esperaba de la punk que era su amada. Tomó una blusa holgada negra y antes de cerrar la puerta algo llamó su atención. Era un típico jersey americano rojo, y recordó que Amity alguna vez había sido capitana en Grudgby.
-Oh, aún tengo eso. ¿Te gusta? -preguntó Amity, y la morena asintió energéticamente. -Puedes quedártela, es tuya.
-¿Segura? Parece ser un recuerdo valioso -la pelimenta asintió y Luz abrazó la chaqueta con amor. Ahora tenía algo de Amity solo para ella.
Amity no quería apresurar a la morena, pero había planeado durante su insomnio una sorpresa para ella, pero el día estaba avanzando y no podría poner en marcha su plan si seguía ahí.
-Oye Luz, ¿Eda y Lilith no estarán preocupadas si llegas tarde? -se excusó rogando por qué la morena se fuera. Luz abrió los ojos como platos e inmediatamente prendió su teléfono solo para aterrarse más al leer sus notificaciones.
-17 llamadas perdidas-.
Mensajes:
-¿Todo bien allá, niña? 12:48 AM ✅✅
-Luz, contesta. Lilith cree que ya te secuestraron o algo 01:24 AM ✅✅
-Recuerda no tomar mucho, ¡Hay muchos acosadores allá afuera! 02:03 AM
✅✅
-Luz, vuelve a al casa AHORA 10:07 AM
✔️✔️
Conectado.
Mierda, Eda había visto el mensaje. Estaba muerta.
Rápidamente se metió al baño y salió con la blusa de Amity mal puesta, pero no tenía tiempo para preocuparse por su imagen. Tomó la chaqueta de Amity y le dió un gran abrazo.
-¡TENGO QUE IRME, EDA VA A MATARME! -gritó mientras Amity correspondía su abrazo.
-Espérame, solo tomo mi báculo. Llegaremos más pronto.
Luz quería ser humilde y negarse, pero también quería vivir. Así que aceptó su propuesta y en cuestión de segundos ambas ya se encontraban volando en dirección a la casa búho.
No tardaron mucho en visualizar la característica casa y empezaron a descender.
-Hoot, hoot. Creo que alguien está problemas~ -alardeó con voz chillona Hooty. La puerta se abrió, y Luz y Amity entraron a la casa.
Dentro las esperaba una molesta Esa, junto a un dormido King cerca de sus piernas.
-Luz -llamó a al joven seriamente. ¿Que pasó con su tierno niña?
-¡L-lo siento, Eda! Se me salió de las manos -se excusó nerviosamente-. ¡Por favor no me mates!
Unos pasos provenientes de las escaleras se hicieron presentes, y de ellos apareció Lilith. Parecía que hubiese llorado toda la noche, tenía el cabello todo enmarañado y tenía algunos rulos rebeldes que exponían su anterior cabello rizado. Sus ojos con notables bolsas y ojeras divisaron a la chica y con toda la rapidez que pudo corrió a abrazarla.
-¡LUZ! Estás bien -agarró sus mejillas infantilmente mientras veía que no tuviera rasguños o golpes. -¡Mírate!, tienes algunos moretes en tus rodillas. ¿Qué pasó?
-Bueno, tomé algo más de la cuenta y me caí varias veces jeje -Lilith la miraba con ganas de matarla. Luz tragó saliva. -No quise preocuparlas, Lilith. Perdóname.
-Hey, chica menta -Eda llamó a Amity, dió un saltito. -gracias por estar al pendiente de Luz.
-N-no es nada -contestó nerviosa. Eda, la dama búho le había agradecido. Esa iba para su diario.
-Muchas gracias, Amity -se unió Lilith, y Amity sintió cálido su pecho. -Ya empiezas a agradarme más.
-Muy bien, muy bien. Demasiadas gracias por hoy -dijo Eda interrumpiendo el cómodo momento.
Amity se sentía cómoda en la casa búho, pero aún tenía que preparar la sorpresa para Luz. Rápidamente se despidió de todos y se fue a toda velocidad mientras Luz la miraba bobamente marcharse sin imaginar que el mayor de los aprietos la atormentaría ese día.
-Luz, estás castigada. Dos semanas sin salir -Luz resopló, su primer castigo. Las mayores siempre la habían amenazado con castigarla pero bastaba con una sonrisa y ojos de cachorrito para convencerlas. Creo que está vez necesitaría más que eso. -Pero tendrá que ser a partir de mañana. Hoy ocupo que vayas al mercado, te daré la lista.
La morena descansó un rato, se alimentó y se dispuso a hacer el mandado. Para su suerte, el hechizo de Gus seguía funcionando, no sé vería en la necesidad de usar su capa.
-¡Eda, Lilith, King! ¡Me voy! -la peliblanca la abrazó.
-Cuídate mucho niña, la menta no podrá estar siempre para salvarte.
-Regresa pronto, Luz. Te queremos -dijo Lilith mientras acariciaba la cabeza de la menor, manía que había aprendido de su hermana.
-Yo también las quiero, avísenle a King que hoy haré waffles para la cena.
Las hermanas asintieron y vieron a la chica irse caminando tranquilamente.
-No tengo un buen presentimiento hoy, Edalyn -comentó insegura la pelinegra, pero se sorprendió al escuchar la respuesta de su hermana.
-Yo tampoco.
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Júpiter se encontraba en un fuerte debate emocional. No dejaba de pensar en la morena, estaba preocupada por lo que había pasado la noche anterior, pero lo que iba a pasar hoy la haría enloquecer.
Hoy era el día límite para entregar a Luz frente a Belos como había acordado, estaba muy decidida cuando decidió aceptar la oferta, pero ahora detestaba haber tomado esa terrible decisión. Luz era una gran chica ¿Qué planeaba Belos con ella?
Para su desgracia, no lo sabía. Ella solo se encargaría de entregarla y recibir su recompensa, aunque ya no estaba tan segura de querer seguir el plan.
Mientras debatía consigo misma, buscaba con desesperación a su objetivo. ¡Luz no parecía estar en ninguna parte!
Ella ya había tomado una decisión, aunque le doliese. Ella iba a capturar a Luz Noceda, la humana.
Revisó todos los lugares que pudo, hasta que ingresó al mercado. Allí estaba, con la misma ropa de ayer a excepción de su nueva blusa y el jersey deportivo amarrado a su cintura. ¿La latina ya tenía a alguien? Le dolió un poco, pero la siguió tratando de no parecer sospechosa.
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Luz compraba el último producto de la lista para finalmente volver a casa aunque se sentía desanimada. No era por el castigo o la culpa que sentía por preocupar a las personas a su alrededor, ni incluso el tema de su madre Camila. Se quedó mirando hacia un callejón, una tienda en específico.
"Los encantamientos de Dimitri"
Y sintió un vuelco en el pecho. El pergamino que había perdido por estúpida, el que ayudaría a acabar con la maldición que atormentaba a sus mentoras. Había estado tan perdida en la felicidad de encontrar a su viejos amigos y pasar tiempo con la persona que la enamoraba que había perdido la noción de los problemas.
Trataría de averiguar quien había comprado el pergamino y lo recuperaría.
-¡Luz! -la mencionada volteó para encontrarse con Júpiter quien le sonreía. Pero no la sonrisa de siempre, la sintió forzada. Quizá se sentía mal por lo de ella noche anterior.
-¡Júpiter! ¿Que tal? -saludó amigablemente. -¿Cómo terminó la fiesta?
-Pues bien, muchas personas vomitaron jaja -ni siquiera su charla se notaba auténtica. Luz quería ayudarla, pero tenía que regresar a casa.
-No sé si es bueno o malo, pero me alegro que lo hayas disfrutado. Me encantaría hablar contigo, pero estoy castigada. Tendrá que ser otro día.
Pero ya no habría otro día.
Júpiter se sobresaltó, su víctima estaba a punto de irse. Rápidamente tomó su muñeca.
-Tengo que hablar contigo, Luz -la latina asintió y ambas se dirigieron a un lugar retirado de las demás personas. Un sabor agrio envolvió a Júpiter. -Luz, la humana. El emperador Belos ha solicitado tu captura. Tengo derecho a la violencia su te niegas.
-¿J-Júpiter? ¿De qué hablas? -preguntó nerviosa, y la alta tomó una de sus puntiagudas orejas para apretarlas haciendo la ilusión añicos y revelando su verdadera forma.
Luz la miró aterrada, eso no podía estarle pasando. Ella era su amiga, ¿Verdad?
Entonces ¿Porqué estaba tratando de entregarla? ¿Realmente se había hecho su amiga solo para traicionarla? Las lágrimas empezaron a brotar por sus ojos desbordando distintas emociones: miedo, tristeza, ira.
Quería irse corriendo de ahí, pero su supuesta amiga la mantenía aprisionada de los hombros.
-Perdóname, Luz -se disculpó con notable dolor en su voz.
La morena luchaba contra el inmenso sueño que la consumía, pero su vista comenzaba a nublarse notablemente mientras veía un extraño brillo azul rodeando a la muchacha, este parecía ser el causante de su pérdida de energía.
Cerró sus ojos rogando que esa situación fuera solo una pesadilla y pudiera despertar.
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Aaaay, hasta yo estoy tensa (. ❛ ᴗ ❛.)🔫🔫
Disculpen la demora, espero les haya gustado el capítulo ❤️❤️
No olviden votar, ¡Hasta la próxima! ;))
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