_Reencuentro_


-Entonces ¿Las jirafas existen en el mundo humano y son normales? -preguntó el muchacho. Luz asintió alegre. -… perturbador.

-Nah, yo pienso que son lindas -argumentó tierna la morena.

-¿Por qué a veces dices palabras raras? -volvió a preguntar curioso Wilbert.

-Se llama español, es un idioma -respondió tranquila.

-¿Idioma? ¿Qué no todos hablan la misma lengua?

El pequeño guardia resultó ser todo un preguntón. A los ojos de la latina parecía un niño pequeño que estaba curioso del mundo.

Adorable.

Suspiró cansada. No estaba enfadada por nada, al contrario, quería responder todas las dudas que tuviera el menor.

Wilbert, por su parte también cumpliendo la pequeña misión de Belos de descubrir más del mundo. Y aunque sabía que era su trabajo, realmente sentía que lo disfrutaba.
Él y su prima escuchaban historias de los aterradores humanos cuando eran pequeños, pero acababa de confirmar que eran patrañas. Luz no le había mencionado nada sobre tontas guerras por conseguir el dominio de un lugar, o actos de venganza

o incluso, asesinar por el miedo a lo desconocido.

Debían ser mentiras. Ahora veía porqué su hermana quería conocer tanto el mundo.

¿Por qué tanto interés en conocer el mundo humano, Nath?

¿Por qué no? Digas lo que digas el mundo humano no puede ser tan malo, el libro dice puras patrañas.

Además siento que me dejarían de ver cómo un fenómeno allí.

¿Te refieres a tus orejas? No les hagas caso al idiota de Matt y su pandilla.

Eres mi primo y sé que me quieres, pero ellos tienen razón.

¿Por qué demonios tengo orejas redondas?
Es raro y estúpido.

Supongo que simplemente no eres una persona ordinaria.

¿Me estás diciendo fenómeno?

¡N-no lo malinterpretes! Me refiero a que eres ¿Única?

Vamos Nathalie, no me mires así

Piénsalo cómo el espacio, todos aquí son estrellas pero tú eres un planeta. Son parte del mismo espacio, pero diferentes.

Supongo que tienes razón, Wilbert. Sólo por esta te salvaste el pescuezo, ¿Vale?

Tan agresiva como siempre.

Oye, Wilbert

Wilbert contesta.

¡Contesta!

El chico dió un pequeño brinco del miedo tras escuchar el grito.

-Lo siento, lo siento -se disculpó apenada Luz. -¿Está todo bien? ¿Te siente mal?

El pelirrojo negó rotundamente. Luz lo miró preocupada, el chico se abochornó furiosamente.

-E-estoy bien -respondió apenado. -Sólo me distraje un poco.

La humana lo miró insegura, pero lo dejó pasar.

-¿Sabes qué? Podemos dejarlo para otro día -habló tranquilamente. -Sirve que descansas.

-No necesito descansar. Soy un guardia calificado, no un bebé -respondió ligeramente molesto.

-No digo que seas un bebé, sé que eres fuerte -continuó dulce. -pero hasta la persona más fuerte necesita un pequeño descanzo.

-Puede que tengas razón -finalmente se rindió. -¿Entonces la sesión acaba por ahora?

-¡Seguro! -aseguró. -Duerme o ve con amigos, lo que desees.

El chico desvió al mirada incómodo ante la palabra amigos. Luz lo miró extrañada.

-¿Dije algo malo? -preguntó nerviosa. El chico rápidamente trató de animarla.

-¡No, no! -exclamó. -Es sólo que no tengo amigos. Tengo un importante puesto en el aquelarre, no tengo tiempo para eso.

Los ojos de Luz empezaron a cristalizarse, el chico se tensó más. Intentó acercarse a la chica para tomarla del hombro pero la misma le dió un enorme abrazo.

Aunque claro, tuvo que ponerse de puntillas para lograrlo.

Wilbert se quedó estático y correspondió el abrazo extrañado.

-No sé cómo vamos a hacerlo, pero yo misma te conseguiré amigos -habló determinada Luz. -Los mejores amigos que puedas conseguir en la vida.

El abrazo se rompió, y Wilbert finalmente se enderezó y crujió su espalda.

-Eres muy baja -comentó.

-No, tu eres alto -respondió semimolesta. -Ni tanto, mi mentora tiene tu estatura o más.

-¿Te refieres a Eda, la dama búho? -Luz asintió. -¿No es una ladrona criminal?

-Puede ser, puede ser -respondió algo nerviosa. -Pero además de ser toda una ladrona de corazones, es la mejor maestra que pude haber escogido.

Lo dijo con tanto amor, que por un momento olvidó todo el odio que había acumulado apenas la noche anterior.
Vaya que Amity había sido una buena terapeuta.

-¿Estamos hablando metafóricamente o literal? -preguntó sin rodeos el chico quebrando todo rastro de inspiración en la morena.

-¡Wilbert!

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Eda suspiró profundamente mientras se arrojaba de espaldas al sillón. Parecía aliviada.

-Y a tí ¿Qué te pasa? -preguntó confundida Lilith sentándose al lado de su hermana mientras bebía su rutinario té.

Sin moverse de su localización, le mostró su pergamino abierto en un chat.

-La niña va a volver hoy -comentó aliviada. -Ella misma me mandó el mensaje.

Lilith sostuvo el aparato en sus manos y confirmó el mensaje.

-Te lo dije, Edalyn -habló serena. -No puede estar enojada todo el tiempo ¿O sí?

La dama búho visualizó el dicho mensaje una vez más y arrugó el ceño.

-Pues contesta contenta tampoco parece -señaló la pantalla. -Sólo escribió el texto. Ni siquiera mandó esas extrañas figuras que siempre manda.

-Emojis -corrigió.

-¡Esa cosa! -contestó molesta.

-Vaya, hermana. Y se supone que tú eres la que conoce más del mundo humano que yo -insinuó burlona.

La dama búho de sacó la lengua, y Lilith con toda la actitud madura y fría perteneciente hizo una mueca igual o más infantil.

-En fin, iré a preparar algo ante ser que llegue Luz -dijo y se puso de pie encaminándose a la cocina.

-Por favor sólo no quemes la cocina -gritó burlona Eda.

-¡Eso ocurrió la semana pasada! ¡Ya te dije que fue un accidente! -exclamó desde la cocina la pelinegra. -¡Aún no domino bien los poderes!

El pequeño King apareció d ella anda montándose al sillón al costado de su maestra.

-No quiero calamar al carbón otra vez -respondió agüitado el pequeño mientras fingía temblar. -Y menos, si el calamar sigue vivo.

-¡Eso dilo por tí! ¡Hoot! -chilló el búho de madera irrumpiendo en al conversación. -¡Comida es comida!

-Espera… -habló sospechoso King. -Tu te deshiciste de esa cosa. La pregunta es ¿Cómo?

-Hooty… -llamó a regañadientes Eda. -No te comiste el calamar, ¿Cierto?

El portero no hizo ninguna expresión. Estaba estático.

-Hay cosas que ustedes no saben sobre Hooty… -dijo mientras se alejaba incómodamente de King y Eda. HOTTYESCAPE! ¡HOOT, HOOT!

La dama búho y el rey de los demonios lo miraron incrédulos.

-Olvidaré que pregunté eso -dijo Eda con decepción.

-Creo que haré lo mismo -continuó King.

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-¡Hey, Clara! -gritó Amity, la mencionada se aproximó a su maestra. -Esa patada estuvo genial, felicidades.

La chica se abochornó. La de cabellos aquamarina le sacudió maternalmente el cabello.

-Gracias, señorita Blight -agradeció tiernamente. La contraria sólo sonrió. -Es una excelente mentora.

-No -corrigió. -Tu eres una excelente alumna.

La líder se despidió de sus alumnos, observando cómo todos de dispersaban no sin darle las gracias y despedirse antes.

-Vaya, no eres tan cascarrabias después de todo -interrumpió burlón el pelirrojo.

-Wilbert, maldito mocoso… -pronunció molesta. Pero entonces fijó su vista en Luz y sonrió bobamente. -Luz.

-¿Lista para irnos? -preguntó dulce. -Muero por darle vida a tu báculo.

-Seguro -aseguró feliz. -Pero quisiera dar una vuelta por el mercado nocturno antes. ¿Podemos?

-Por tí, lo que sea y a donde sea -contestó coqueta y tímida.

El joven que estaba detrás de ambas fingió tener arcadas. Luz le sacó la lengua ofendida y Amity parecía querer asesinarlo.

-Luz, vámonos de aquí antes de que decida hacer estofado -amenazó burlona. Luz le jaló un mechón en forma de regaño. -ouchie.

-Voy a golpearlos a ambos si no dejan de pelearse -declaró molesta. Ambos jóvenes se quedaron en silencio atónitos. -Mucho mejor, ¿No?

-S-sí -respondieron Amity y Wilbert al unisono.

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-Entonces ¿Por qué estamos aquí? -preguntó curiosa Luz. Amity parecía algo abochornada.

-Nada especial -aseguró nerviosa. -¿Segura que no quieres esperarme cerca?

-¿Recuerdas lo que pasó la última vez que me "mantuve" cerca? -preguntó irónica.

-Mejor quédate a mi lado -dijo rápidamente. No iba a exponerse a qué la morena fuera atacada de nuevo.

Un hombre mayor salió a atenderlas. Sonrió dulcemente al visualizar a la más alta.

-Amity ¿Vienes por tu pedido? -preguntó con voz suave, Amity asintió. Dirigió su mirada hacia Luz -Pero que linda jovencita ¿Es tu novia?

Ambas jóvenes se sonrojaron avergonzadas.

-No, por ahora… -susurró bobamente.

-¿Qué dijiste? -preguntó inocente Luz.

-¡N-nada! -empezó a reír nerviosamente. El anciano la miró sonriendo pícaramente. -¡S-solo deme mi pedido!

El señor le entregó una bolsa color rosa pastel y Amity sacó unos caracoles para pagarle. Estaban dispuestas a retirarse pero el amor las detuvo.

-¡Chicas! -exclamó. -Esperen un segundo.

El señor desapareció del puesto del nuevo y las chicas de miraron extrañadas. El hombre finalmente salió con otra bolsa pero un poco más pequeña y se la ofreció a la morena.

-Un pequeño detalle para la novia de una de mis compradoras más frecuentes -le guiñó a la morena. Luz se sonrojó notablemente. -Son adorables, tengan un dulce día ¿Entendieron? Porque vendo dulces.

Luz miró dentro de la bolsa para verificar que afirmativamente había dulces de distintas formas y colores. Miró con dulzura al señor y reaccionó a su broma.

-Muchas gracias -agradeció tierna. -Es usted muy amable.

Ambas chicas se despidieron muy agradecidas con el mayor. Luz devoraba con ansías los caramelos.

-¡Son tan deliciosos! -exclamó al borde del llanto. -¿Qué dulces tienes tú?

-Arañas de chocolate -sacó una. -Son mis favoritas desde niña.

-¿Están llenas de chocolate? -preguntó curiosa. Amity rió bajo.

-Puedo decir que es al revés -contestó. Luz abrió los ojos pasmada. -¿Quieres una?

La chica asintió seguidamente. La bruja sacó una de su bolsa y se la ofreció a la morena, pero Luz no la tomó con la mano sino con la boca.

-…

-… Creo que eso fue raro, perdón -se disculpó apenada la humana. Amity estaba totalmente roja. -¿Amity?

-¡No! De hecho, fue muy l-lindo -contestó con una enorme sonrisa boba. -Tú eres linda ¡Digo! ¿Te gusta? Porque podría darte los que quieras. Incluso puedo comprar más si quieres, mejor ¡Podemos compartir! Ya hablé demasiado, ¿No es así?

La bruja tapó su sonrojado rostro susurrando mil cosas inetendibles para la morena. Luz sonrió con dulzura y sacó uno de su bolsillo, se lo entendió a Amity, quien destapó ligeramente su cara.

-¿Hm?

-Abre la boca -pidió Luz. La boca de la bruja se torció titubeante, la humana alejó el dulce. -Oh, lo siento. No quería incomodarte.

-¡No! -exclamó asustando a la morena. -Quise decir, que… yo si lo quiero.

La mayor abrió la boca nerviosa, Luz dudó un poco pero acercó el dulce a su boca y Amity se lo comió. Se vieron directamente a los ojos por unos segundos, pero finalmente rompieron contacto sonrojándose brutalmente.

-Yo… -intentó articular Amity. -¿Nos vamos a la casa búho?

-¡Sí! -exclamó tímida. -Digo… umm… ¿Nos vamos ahora?

Ambas asintieron y empezaron a caminar nerviosamente.

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-Estoy hartaaaa -canturreó derrotada Géminis. Géminis rodó los ojos enfadada.

-Es sólo el tercer día de guardia, Gem -contestó molesta. -Eso y que tú ni siquiera estás en el aquelarre.

La chica de cabellos rebeldes seguía estirándose exageradamente comos si de un gato se tratase.

-Oh, cierto -abostezó. -Olvidaba ese pequeño detalle.

-Entonces ¿Por qué estás aquí? -preguntó obvia. Su amiga se lanzó a abrazarla, mientras Júpiter trataba de luchar con su peso. -¡Géminis! ¡Estás pesada!

-¡Hey! ¿Qué te pasa? Estoy en forma -alardeó socarrona. -Además no podría dejar a mi niña por ahí sola y devastada.

-Si sabes que soy mayor que tú, ¿No? -preguntó burlona. La chica le pellizcó la punta de la oreja.

-Cállese -mofó molesta.

Vió a toda la gente que pasaba en el mercado, hombres, mujeres e infantes de todas las edades caminando con alegría. Faltaba poco por anochecer.

Un pequeño llanto le llamó la atención, era un niño que se había tropezado y ahora se encontraba chillando en el suelo. Una pareja se dirigió hacia el pequeño y la más chica de ambas lo ayudó a levantarse.

No le dió mucha importancia, pero entonces la chica colocó un mechón de cabello detrás de sus redondas orejas.

¿Redondas?

Inmediatamente trató de bajarse del cuerpo de su amiga, la otra se quejó. Una vez en pie tomó la cabeza de Júpiter y la dirigió hacia la pareja.

-Chiiicaaaa -llamó a su amiga. -¿No es esa tu amiga, la humana?

-Oh, mierda… -susurró aterrada. Se separó de su amiga y la jaló del brazo para alejarse de ahí. -Creo que no nos han visto, podemos irnos por ahora.

Géminis se paró bruscamente parando en seco a la de cabello bicolor.

-¿De qué estás hablando, tonta? -preguntó molesta. Júpiter le hizo señas de que bajara la voz.

-No grites -regañó. -Quiero irme de aquí cuánto antes.

-Ah, no -interrumpió Géminis separándose de su compañera. -Vamos a hablarles.

-¡¿Estás loca?! -gritó. Inmediatamente se tapó la boca sintiéndose apenada.

-Debí suponer que te acobardarías -resopló frustrada. -Así que yo hablaré por tí.

-¿Qué? ¡No! -exclamó incómoda. -Vamonos de aquí ahora.

Sus palabras quedaron en el aire al divisar que su amiga ya no se encontraba con ella. Géminis ya estaba a tres metros encaminándose hacia Luz y Amity.

-Holaaa~ -canturreó contenta. Ambas jóvenes la miraron sorprendidas.

-¿Hola? -respondió Amity confundida.

-¡Hola! -contestó alegre Luz. Amity le dió un pequeño codazo. -¿Qué? Ella luce agradable.

Júpiter corrió hasta su amiga tomándola de los hombros, pero ya era tarde. Vió aterrada a Luz y Amity.

-L-Luz… -susurró apenada. La contraria le sonrió honestamente.

-Júpiter ¿Cómo estás? -preguntó nerviosamente.

-Y-yo… -tartamudeó. -¡Me tengo que ir!

Intentó correr pero su amiga la detuvo y la regresó abrazándola de los hombros para retenerla.

-¡Mucho gusto! Yo soy Géminis Arcade, amiga de Júpiter -extendió su manos hasta Luz. Quién la aceptó contenta. También extendió su mano hacia Amity quien la tomó desconfiada. -Bueno, Júpiter quería decirles algo, ¿Verdad, Jup?

-M-me alegra verlas -contestó tímida. Se acercó al oído de su compañera. -¿Podemos irnos ya? Quiero morir.

-¿Qué dijo? -preguntó Luz que no alcanzó a escuchar lo que susurró la castaña. Géminis sonrió con malicia.

-Júpiter quiere resolver las cosas, así que queríamos invitarlas al nuevo antro que hará su apertura está semana -habló inocente. -Digan que sí.

-N-no lo sé -contestó insegura Luz. -No creo que Eda me deje después de aquella borrachera.

-¿Por favor? -hizo una cara inocente Géminis. Luz se sintió nerviosa y algo ofuscada.

-Creo que ella no está segu-intentó hablar Amity.

-¡Seguro! P-puedo pedir permiso, supongo -interrumpió nerviosa.

-Oye, pero… -volvió a intentar hablar Amity.

-¡Está hecho! Avísenme cualquier cosa -guiñó hacia Luz y le extendió un papel con su número. -De verdad espero que puedan.
Vamos, Jup. Despídete.

-Y-yo… Adiós je -estaba roja de la vergüenza.

Las dos amigas se retiraron, una con una sonrisa victoriosa y la otra estaba paralizada con la cara muy roja.

-De nada -dijo altanera.

-Jodete.

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Ambas chicas llegaron a la casa búho. Amity miró a Luz preocupada.

-¿Estás segura? -preguntó. Luz asintió. -¿Estás lista?

-Estoy lista, Amity -contestó segura. La bruja le tomó de la mano.

-Entremos juntas -dijo determinada.

Las chicas entraron a la casa, extrañamente el portero las vió pero no dijo nada. Parecía alegre de ver a la morena.

Al entrar Eda ya la estaba esperando en la sala, al verla se levantó rápidamente del sillón.

-Luz… -pronunció con asombro y tristeza.

-Eda -llamó seca. Su mentora se abrazó a sí misma con culpa. Luz se acercó a Eda pero se paró a dos metros de ella.

-Supongo que tengo que explicarte muchas cosas, ¿No? -preguntó triste.

-Déjalo para después -contestó seria.

Luz siguió caminando a paso apresurado hacia su mentora, Eda la miró confundida ante de sentirlo.

Un confortable y cálido abrazo.

Luz la estaba abrazando, sin dudarlo correpondió. Empezaba a sentir su suéter pijama humedecerse ligeramente.

-¿Niña? -preguntó preocupada sin romper el abrazo, Luz sólo la apretujó más.

-Te extrañé -dijo con cariño. -No  enojarme contigo de ese modo después de todo lo que has hecho por mí. En verdad lo siento.

Eda abrazó más fuerte a su discípula y después se alejó para tomarla de los hombros.

-No, Luz -habló. -Yo debí decirte la verdad desde el principio, perdóname. Pero estoy dispuesta a hacerlo ahora.

-¿Es muy tarde para unirme al abrazo familiar? -interrumpió Lilith desde la cocina aún con el mandil.

-Para nada -contestó Luz sonriendo.

-Anda. Tu también únete, Mentas -invitó burlona Eda, Amity aceptó gustosa.

Las dos invitadas se acercaron y las cuatro se abrazaron con ternura.

-Creo que empiezas a caerme mejor, Blight -comentó con agrado la canosa.

-Sí, empiezas a parecer parte de la familia -confirmó Lilith. Amity sonrió con dulzura mientras amenazaba con lagrimear.

-Gracias -agradeció honestamente.

-¡Hey! -interrumpió a la lejanía King. -¡¿Por qué se están abrazando?! ¡¿Sin mí?!

-¡Ven acá, mi rey! -exclamó la humana extendiendo sus brazos hacia al pequeño.

-¡YO TAMBIÉN QUIERO UNIRME AL ABRAZO! -gritó el búho de madera asustando a todos los presentes. Los rodeó en un fuerte -y algo asfixiante- abrazo.

-Soy tan feliz de pertenecer a esta familia -comentó con felicidad Luz.

-Sí… una familia -sonrió Amity disfrutando del fuerte abrazo. Podía sentir ese extraño sentimiento escaso en su vida

Amor de familia.

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Tarde pero sin sueño>:)))
¿A quién engaño? Debí publicar esto antes de las doce, pero llamada con amigos ¡Ups! :D

¡También quiero agradecer que está historia ya tiene más de 5.73K de visitas! ¡Muchas gracias! ❤️❤️🥺🥺🥺

Próximo capítulo ¿Amity borracha? ¿Confesión estando ebria? ¿Algo nuevo con Wilbert?

Los espero el próximo cap, no olviden votar 🖤🖤

¡Hasta la próxima!

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