Luz se levantó perezosamente, el enorme bostezo que emitió era prueba de ello.

Se arregló vagamente y bajó a desayunar junto a sus mentoras, ambas se veían agotadas. Luz rió con ternura, sabía que era su culpa. La pijama se había alargado más de lo usual, pero definitivamente había tenido sus frutos.

Ahora conocía más a sus maestras y sus maestras la conocían más a ella.

En cierta manera se sentía más ligera y libre, sin contar que ahora podría abuchearlas con ciertas memorias vergonzosas confesadas la noche anterior.

-Hola mis dos personas favoritas de esta monstruosa dimensión~ -canturreó con felicidad Luz sentándose en la mesa. Lilith se preparaba un cereal y Eda… pues estaba dormida sobre él. -Creo que no le vienen muy bien las desveladas, ¿Eh?

-No, creo que no -respondió decepcionada Lilith quitándole el plato de la cara a su hermana.

Luz se sirvió un plato de cereal y lo devoró con fervor, en su espalda llevaba su vieja mochila. La pelinegra la miró extrañada.

-¿A dónde se supone que vas a ir ahora? -preguntó confundida Lilith. -Sigo sin entender a dónde te marchas casi todos los días.

Luz casi se atragantó con una hojuela de maíz asustando a la mayor quien acudió a su auxilio. La humana finalmente se recompuso.

-Lo siento. Comí demasiado rápido, supongo -mintió inocente Luz bajando de su asiento y evitando a la pelinegra. -En fin, debo irme. Volveré pronto, lo prometo.

-No me has dicho a dónde vas -reiteró su punto mofando.

-Me gusta pasear por allí y por allá investigando cosas nuevas sobre las Islas Hirvientes -mintió de nuevo. -Ya sabes, las Islas son demasiado grande como para descubrirlas por completo.

-Ya deja a la niña -interrumpió adormilada Eda estirándose para alejar la pereza. -Basta con que vuelva antes de las nueve ¿O no, Luz?

-Chi -contestó infantil Luz, Eda le sacudió el cabello juguetonamente.

-Muy bien, basta. Me das diabetes -admitió divertida Eda.

La humana abrazó a sus mentoras y cargó a un dormido King que reposaba sobre el mueble, el mismo ni se inmutó y siguió durmiendo.

-¡Adiós Eda, adiós Lilith! -chilló emocionada Luz para después desaparecer de la vista de las mayores.

-Es una mocosa agradable -confesó encariñada Eda, Lilith aún seguía encerrada en su trance pensando. -No pienses tanto, Lilith. Se te quemará el cerebro.

-Aún así ¿No te parece raro que desaparezca tan seguido? -preguntó consternada Lilith. -Hay algo en esto que me huele a secreto.

-Todos tenemos secretos y Luz no es la excepción -respondió tranquila Eda. -Está bien si no quiere contarlo ahora, ya hallará su momento. Iré a la cama, muero de sueño.

Lilith suspiró profundamente y se dió por vencida. De algún modo sentía que la carismática humana escondía algo, pero no iba a desconfiar en ella.

Luz era una niña pequeña a sus ojos, era inevitable no preocuparse por ella. Se sentía y se seguiría sintiendo culpable por secuestrarla y casi dañarla por sus deseos egoístas en un pasado, pero ahora comprendía que esa humana era especial para ella.

Definirla era extraño, Luz podía ser tan distraída como inteligente -cuando se lo proponía-, entendía temas complejos pero tenía dificultades para entender algunos básicos y era tan impulsiva pero de un modo tan agradable.

Esa chica era todo menos ordinaria.

¿También debía nombrar su estúpida nobleza por ayudar a todos los que podía? Digo, era adorable pero eso muchas veces eso solía traerles problemas.

Y eso era lo que más le preocupaba, la humana seguía siendo algo inexperta e ingenua al carecer de comunicación con más personas que fueran ella, Eda, King o Hooty. Ella no creía en la gente mala, y era obvio que estaba equivocada.

-Sólo espero que no esté haciendo nada malo.

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El joven Nighwish esperaba impacientemente en un gran sillón de la biblioteca, agitaba sus piernas de un lado a otro esperando a cierta humana para su rutinaria búsqueda por encontrar algo relacionado al portal.
En lo que la había conocido, sabía que Luz no era una chica muy puntual y para él y su costumbre impecable de la puntualidad le sacaba canas su tardanza.

-¡LLEGUÉ!

Gritó exaltada Luz llegando al sitio y jadeando en busca de aire, Wilbert se acercó con faceta de hermano mayor a regañarla.

-¡Llegas quince minutos tarde, Noceda! -mofó molesto. Luz le sonrió tímida.

-Lo siento, volví a perderme -objetó nerviosa. Era común que en un sitio tan grande se le diera perderse con facilidad. -Ahora que me doy cuenta… ¡No estás usando armadura!

El chico asintió desinteresado dándole razón a su punto.
El pelirrojo tenía unos pantalones claros de mezclilla deslavada y una camisa suelta negra de manga media. Era la segunda vez que el muchacho lucía como un adolescente normal, siendo la primera vez cuando fueron al bar.

-Luces adorable -admitió divertida Luz ganándose un regaño por parte del menor.

-¡Mientes! -chilló avergonzado Wilbert. -Soy uno de los guardias con mayor rendimiento y uno de los principales apoyos del emperador Belos, no soy tierno.

-Esas tiernas pequitas dicen lo contrario, Wil~ -canturreó victoriosa Luz y el mayor se le arrojó para despeinarla salvajemente.

Ambos se comportaban como hermanos, un sentimiento agradable para la de tes morena. Se sentía orgullosa de desenvolver esa seriedad que conformaba al chico al inicio de su encuentro.

Consideraba divertido hacerle molestar, y él también solía molestarla a ella. Claro que aún trabajaban arduamente por encontrar la forma de abrir un portal, pero eso no impedía que se diviertesen entre juegos y bromas.

-Y ¿Cómo vas con esa chica que conociste el día del bar? -preguntó coqueta Luz, el chico se sonrojó considerablemente.

-Hemos salido un par de veces -confesó abochornado el pelirrojo. -Roma es linda y agradable. Además en muy buena en los juegos de puntería.

-Uy, el niño se está enamorando -burló fingiendo estar orgullosa. -A-d-o-r-a-b-l-e~

El menor explotó en tonos rojizos cubriendo la mayor parte de su rostro. Aborrecía la palabra adorable.

-¡Ahora sí!

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Amity tragó saliva, había sido interrumpida en su sesión de entrenamiento con los jóvenes para ser citada por el emperador Belos ¿Debía estar preocupada?

Últimamente había estado algo distraída debido a su enamoramiento con cierta humana carismática y había bajado ligeramente su rendimiento. Quizá iban a bajarla de puesto o tan sólo amenazarla, pero estaba preocupada.

Tomó la puerta decidida y elegante y sin recibir una respuesta verbal la puerta simplemente se abrió sola.
Para su sorpresa el emperador Belos ni siquiera estaba, bajó la vista encontrándose con su asistente Kikimora.

-Kikimora -musitó extrañada. La misma sólo la miró inexpresiva como siempre.

-Lamento la confusión, señorita Blight -habló Kikimora. -El emperador me ha dado un mensaje para usted.

Amity tragó saliva nerviosa.

-Entiendo -contestó firme. -¿Debería preocuparme?

La asistente se quedó en silencio asustando a la bruja por su posible respuesta afirmativa.

-No, nada de que preocuparse -respondió Kikimora. La teñida suspiró aliviada mentalmente. -Pero se le han dado órdenes de un cambio de puesto temporalmente.

-¿Cambio de puesto? -alzó una ceja curiosa.

-Así es -afirmó serena. -Al parecer la aprendíz de la dama búho y el caballero Nighwish tienen problemas para resolver cierto asunto, así que deberá trabajar con ellos temporalmente. Ellos sabrán explicarle la situación.

Amity lo pensó unos segundos, tendría que trabajar con su enamorada y el sobreprotector del Zanahorias. No le disgustaba la idea.

-Entiendo -respondió interesada Amity. -Gracias por el aviso.

Kikimora asintió como respuesta y la teñida desapareció por los pasillos en busca de la biblioteca para encontrar a sus futuros compañeros de trabajo.

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-No hay nada -resopló frustrada Odalia con la cabeza enterrada entre las páginas de un gigantesco libro.

Apenas había encontrado escasos detalles sobre su misión actual: encontrar información sobre la reina Lorreine y se estaba frustrando.

Quizá deba rendirme.

Pensó momentáneamente. Igual, su enfado había disminuido considerablemente y ahora sólo quería descansar.

Quizá debía idear otro plan, pero por el momento estaba lo suficientemente cansada y sólo pensaba en dormir.

Cerró el libro con fastidio y lo alejó de ella con repudio. Se levantó perezosamente de su asiento sintiéndose entumida y se estiró con elegancia aún pensando en cierta humana ahora amante de su hija.

¿Qué tendría esa chica de especial? No sólo había enamorado a su descendiente, había aprendido magia apesar de que su especie carece de ella y también se había ganado un lugar en el aquelarre del emperador ¿Cómo?
Se sentía estúpida por considerarla una enemiga de la cual cuidarse, pero tenía sus razones.

Luz Noceda era una contrincante que debía investigar más a fondo si quería descubrir la manera de ganar sobre ella.

Aunque también debía admitir que esa humana era en cierto grado interesante.

Talvez no podría acabar con el problema de golpe, pero podría atormentar a la pareja con pequeños detalles por mientras.

Sonrió maliciosa fijando su vista en aquel libro de hechizos de su viejo estante.

Esa semana sería divertida.

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Creo que saben lo que diré, pero igual no me canso de repetirlo~ ¡Disculpen la demora!

Vengo con noticias no tan gratas, y es que ya no prometo actualizar con tanta frecuencia :')
Claro que no pienso tampoco actualizar cada mes, pero por lo menso una vez a la semana sí xD

Siguiente cap: ¿Willbert hechizado por accidente? ¿Eda y Lilith descubren la conexión de Luz con Belos?
Si tienen ideas, pueden ayudarme mencionándolas. Digo, para saber que quisieran el algún cap UvU

Sin más que decir, ¡Nos vemos la próxima!

No olviden votar~ 🖤🖤