Juego de niños
-Hey, Nath ¿Dónde estás?
Preguntó un pelirrojo buscando a su prima, nos habían decidido jugar a las escondidas a las a fueras del castillo.
Un pequeñín pecoso de seis y su prima de nueve.
-¡Dijimos que nada de trampa, te tocaba a tí! -chilló regañón Wilbert. -Para ser la mayor no actúas muy madura que digamos, ¿Sabes?
-¡Oye!
Resopló enfadada una dulce y aniñada voz. El pecoso sonrió triunfante.
-¡Te atrapé! -gritó victorioso el niño.
-¡Tramposo! -objetó enfadada la niña. Infló sus mejillas, acto que le pareció encantador y divertido al menor.
∆
∆
∆
-¡Nathalie! ¡Baja de ahí, tonta! -gritó exaltado Wilbert. La castaña estaba caminando con esfuerzo sobre una delgada rama de árbol. -¡Vas a caerte!
Wilbert contaba con nueve años y Nathalie con doce.
-¡No lo haré! ¡Sólo un poco más, casi los alcanzo! -respondió divertida pero cuando el equilibrio le jugó una broma agarró el objeto que buscaba y calló del árbol.
Por suerte un arbusto aligeró su caída, su compañero corrió hacia su dirección en su auxilio.
-¡¿Qué diablos contigo, Nath?! -chilló aterrado el pelirrojo. La mayor alargó una radiante sonrisa y le mostró su premio: un nido de huevos de grifo.
-La temperatura allá arriba no es la adecuada para ellos -explicó orgullosa.
-Y ¿Qué harás con ellos ahora? -preguntó curioso Wilbert. Nathalie abrió los ojos abruptamente.
-Bueno, la posición adecuada era ponerlos en el árbol vecino -apuntó el sitio y después rascó su mejilla con nerviosismo. -Pero eso significa volver a escalar el mismo árbol para hacerlo.
El pelirrojo se golpeó con la palma en signo de frustración mientras la mayor reía nerviosamente.
∆
∆
∆
-¿Qué ves, Nathalie? -preguntó curioso Wilbert observando como su prima no quitaba la vista de una hoja.
La castaña amplió su sonrisa con orgullo mientras le mostraba con brillos en los ojos el insignificante objeto.
-¿Puedes verlo? -preguntó emocionada. Wilbert miró la hoja y la miró con extrañeza y algo de miedo.
-No veo nada -respondió desinteresado. -Nath ¿Has estado comiendo azúcar por las noches de nuevo? Kikimora va a regañarte.
-Vaya que estás ciego, primo -resopló enfadada la castaña. Nuevamente tocó con su índice la hoja. -Vela mejor, parece que tiene un signo dibujado ¿Ahora puedes verlo?
El pecoso volvió a observar con detenimiento la pequeña hoja aún sin encontrar alguna falla.
-Eres rara, Nath.
∆
∆
∆
Un pelirrojo de doce años caía al suelo inevitablemente quejándose de su posición.
-¡Gane de nuevo! -gritó victoriosa Nathalie saltando infantilmente.
-¡¿Cómo es posible que seas tan buena en combate si ni siquiera tienes magia?! -preguntó confundido Wilbert, la castaña hizo un último ademán de victoria antes de ofrecerle una mano a su contrincante.
-Habilidad, primito. Habilidad~ -canturreó divertida, Wilbert se rindió y rodó los ojos antes de aceptar su mano. -Una ronda más, quizá esta vez ganes.
-Presumida -refutó enfadado el pelirrojo.
-Perdedor -contraatacó infantil la castaña.
-Orejas redondas.
∆
∆
∆
Cierta castaña entraba hecha un manojo de ira, atrás de ella entraba Wilbert con expresión desinteresada.
-Lo volviste a hacer, Nath -regañó el menor. -¿Por qué sigues discutiendo con él por lo mismo?
La castaña se arrojó enfadada a su cama. Wilbert la observaba parado desde la esquina de la habitación.
-No lo entiendes -resopló frustrada. -No quiero una carga tan pesada como lo es ser emperatriz ¿Qué cree que soy?
-No lo tomes tan mal -respondió relajado el pelirrojo. -Sí te ve con ese puesto en el futuro es porqué cree que tienes potencial, Nath. Yo también formaré parte del castillo.
-¡No quiero, Wilbert! -chilló alterada. -Tengo dieciséis y si él sigue con ese plan sólo restan dos o tres años para que empiece a presionarme más con eso. Aún soy joven para adquirir esa responsabilidad.
La joven extendió una de sus manos hacia el hecho, una pintura con temática cósmica abarcaba un gran espacio.
-Además sabes mi deseo -agregó soñadora Nathalie. -Quiero conocer el mundo humano.
Wilbert rodó los ojos con fastidio.
-¿De nuevo con eso, Nath? -preguntó cansado el pecoso. -¿Qué te parece tan interesante de él? Tu madre debió tener sus razones para huir del mundo humano, no creo que sea un sitio tan agradable. De todos modos nadie sabe cómo ir allá.
-Todo sitio es agradable si solo lo ves con los ojos adecuados -objetó la castaña. -Además no quiero conocer el mundo humano por su gente, quiero conocer sus maravillas. Los animales, plantas ¿Has escuchado que las jirafas allá son comunes? Aterrador.
Pero sobretodo quiero conocer las estrellas.
-Me basta con escuchar jirafas para descartar mi gusto por conocer un lugar así -interrumpió divertido Wilbert. -Además los humanos son horribles, y no creo que una chica mitad humana que puede hacer magia les cree una buena visión.
-Piénsalo, Will. Aventuras por allí, conocer cosas nuevas y salir a la calle sin tener porque algún animal salvaje te ataque -habló soñadora Nathalie. -He escuchado que sus animales son más inofensivos que los de las Islas.
-Pues sigue soñando, Nathalie -habló desilusionado el pelirrojo. -Nuestro tío aborrece el mundo humano.
El ánimo de la chica cayó de golpe, sabía que su primo tenía razón.
-Tienes razón -suspiró derrotada. -Aún así…
Desearía irme de aquí.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Debes estar bromeando, Luz -suspiró alterada Lilith. Eda no estaba lejos de la misma reacción. -Todo este tiempo fuera de casa, tú no estabas con amigos… estabas trabajando con Belos.
-No es tan malo como parece -justificó nerviosa Luz.
-¡¿No es tan malo como parece?! -preguntó exaltada Eda. -¡Hablamos de Belos, Luz! ¡El tipo que intentó acabarnos!
Luz no refutó ante eso, en cambio dió una mirada incómoda.
-Amity -llamó seria Lilith. -¿Tú sabías sobre esto?
-… -Amity cerró los ojos y asintió. -Lo siento…
Lilith retiró sus dedos de sus sienes recién masajeadas en un intento de liberar el estrés y le dió una mirada severa a su aprendíz y a la novia de la misma.
-¿Qué más ocultan? -preguntó severa. Ambas jóvenes se miraron incómodas. -Luz.
-Nada -mintió nerviosa Luz.
Lilith resopló cansada y miró al joven que estaba curando, se veía inofensivo pero después de esto no podía confíar en nadie.
Y menos cuando ese alguien pertenecía al bando enemigo.
Nerviosa se animó a hablar de nuevo.
-Jamás estaría de acuerdo en negarle la ayuda o afectar a un inocente -diji refiriéndose al inconsciente pelirrojo y después a Luz. -Pero ni siquiera sé si este chico podría afectarnos, Luz. Lamento decirlo así de directo, pero no curaré al chico si no nos dices la verdad.
Los nervios de la humana se hicieron más evidentes transformándose en decenas de gotas de sudor cubriendo su cuerpo. Estaba acorralada.
Pero él era su amigo, ¿No?
-
¡Te lo diré! -respondió exaltada. Lilith pareció tranquilizarse con la respuesta y volvió a su misión central de curación. -Pero no puedo hacerlo todo de golpe, son muchas cosas que explicar ¿Sí?
La mirada de la pelinegra volvió a endurecerse levemente.
-Ayúdalo y te prometo que les diré todos y cada uno de los detalles -juró determinada Luz.
-¿Sin mentiras o engaños? -preguntó para asegurar Lilith.
-Sin mentiras ni engaños -aseguró preocupada Luz. -Sólo ayúdalo.
La bruja mayor suspiró incómodamente antes de darse por vencida.
-Bien, tú y Blight tienen muchos asuntos que atender conmigo -respondió seria Lilith. Miró al pelirrojo y sonrió levemente. -Ya casi termino. Luz
Necesitaré tu ayuda.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Señor, la señorita Nightroad no está -anunció ligeramente alterada Kikimora. Belos estalló con la noticia.
-¿Han buscado bien? -preguntó Belos tratando de mantener la serenidad. -Quizá es sólo otro de sus berrinches, debe estar en algún lugar. Busquen en el pueblo sin armar un lío.
Wilbert tenía trece años para entonces, irremediablemente también se alarmó pero supo mantener la calma.
Buscaron en todos sitios por días, la noticia y una gran recompensa se ofrecieron por la perdida. En su diario, admitía haber conocido a una tal Dama búho portadora del portal al mundo humano dispuesta a ayudarla con su sueño.
Belos no tardó nada en mandar a su captura en búsqueda de cualquier pista hacia la ubicación de su sobrina.
∆
∆
∆
El último recuerdo de Wilbert sobre su prima fue esa misma mañana cuando la castaña lo despertó energéticamente.
∆
Aún podía recordarlo a la perfección.
∆
Unos intensos ojos avellana dándole la bienvenida a un nuevo día hace cinco años.
∆
Una fuerte sensación asotó su cuerpo y por segundos tuvo en instinto de doblar sus dedos, consiguiéndolo al instante.
Ahora sólo quedaba dar el movimiento final: abrir los ojos sufriendo una inesperada sorpresa.
∆
Unos intensos y cálidos ojos avellana le dieron la bienvenida a la realidad.
•
•
•
Un tremendo golpe de nostalgia sacudió su mente y las pequeños susurros que escuchaba comenzaron a hacerse más audibles.
-¡Creo que está abriendo los ojos! -musitó alarmada Luz. -¡Wilbert, despierta!
El pelirrojo sólo atinó a tallarse bruscamente sus ojos mientras los mismos trataban de acostumbrarse a la reciente y molesta luz que experimentaban.
-¿Luz? -preguntó confundido tratando de fijar la vista en la humana a su lado.
-¡Está despierto! -chilló esperanzada Luz apretujando en un fuerte abrazo al menor. -¿Estás bien? ¿Te duele algo?
Una pálida mano sacudió el cabello de la humana.
-Niña, lo vas a aturdir -regañó Eda. Luz se sonrojó ligeramente al notar su indiscreción. -Déjalo respirar y después lo interrogas si quieres.
-Lo siento -habló apenada Luz dándole su espacio al menor.
-¿Dónde carajo estoy? -musitó desnortado¹ Wilbert sentándose y sintiendo un fuerte mareo al hacerlo.
-Primero que nada, no groserías en mi hogar -aclaró demandante Eda. -Y segundo, estás en la casa búho, nuestro hogar. Pero si no quieres estar en problemas te recomiendo analizar tus movimiento, mascota del emperador.
Luz carraspeó apenada ante la actitud brusca de su mentora.
Wilbert miró con detenimiento a la mujer frente a él sorprendiéndose y aterrándose al mismo tiempo.
La bruja frente a él era la Dama búho.
•
•
•
-Debemos ir al castillo, es muy tarde -comentó intranquilo el chico. Imaginaba el lío que se causaría sin su presencia en el castillo.
-Luz no irá a ningún sitio -sentenció seria Lilith.
-¡Pero tenemos un trabajo! -respondió exaltado el menor. -El emperador Belos lo…
-Ha dicho que la niña no irá a ningún sitio -interrumpió Eda. -Sea lo que sea resuélvanlo ustedes, pero Luz no se mueve de aquí ni por órdenes del tonto de Belos.
El pelirrojo intento responder ante la grosería a su mayor pero Amity se lo impidió.
La teñida le dió una mirada cómplice y Luz asintió comprensiva.
La puerta finalmente fue cerrada, la humana volteó aterrada a ver a sus mentoras. Lilith parecía haber adoptado un tono rojizo en su rostro y aseguraba que no era por vergüenza.
¡Luz Noceda, a mí habitación ahora!
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Desnortado: desorientado, perdido.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
La van a regañar 👀💔
Disculpen el atraso, pero miren ¡Publiqué el día que era! ( ╹▽╹ )👌✨
Próximo cap: ¿Wilbert y Amity haciendo el trabajo solos? ¿Castigo para Luz?
No olviden votar 🖤🖤
Y ¡Nos vemos la próxima!~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top