_Dudar_

Holi de nuevo, disfruten~ ❤️❤️
Hoy no hay ilustración, bloqueo artístico(? :c

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La morena desapareció en el baño, y Amity soltó una sonrisa boba que había retenido todo este tiempo.

"Belos"

De solo recordarlo, su estómago se estrujó. Era cierto, ella seguía siendo líder del aquelarre y mano derecha del emperador, y Luz, esa chica dulce e inocente era su enemiga.

Pero entonces... ¿Por qué su pecho insistía en disfrutar tanto la compañía de la humana?

De pronto, su comunicador sonó. Salió disparada de la habitación, y considerando que ya estaba lejos de esta, contestó.

-Kikimora...

-Buenas, señorita Amity. El guardia 0032 nos informó que hubo avistamiento de la dama búho. Alguna noticia?

-No -contestó firme, aunque los nervios la consumían por dentro.
"Estúpida, estúpida, estúpida!"
Se regañó internamente. Ambas se quedaron unos segundos en silencio.

-Hey, Amity~! -sonó la voz de la humana.

-¿Quien está ahí?

-E-es Emira.

-Eso es imposible, los gemelos Blight están en el castillo ahora mismo  -Amity colgó la llamada inmediatamente.

Por un momento, se tranquilizó. Sus padres estarían en una conferencia de negocios en otra ciudad, y sus hermanos estaban fuera del camino.
Se sintió segura de que la morena pudiera merodear por la casa sin ningún problema. Pero aún así se enojó por desobedecerla.

-Luz! ¡¿Qué te dije sobre quedarte en el cuarto?!

-L-lo siento Amity, pero como veía que no venías, vine a buscarte -se disculpó con la cara algo apenada. No era su intención causarle problemas a la pelimenta.
-Luz, te adoro -se sorprendió de lo que dijo y se sonrojó un poco. -pero esto es serio. ¡Acabo de mentirle al aquelarre! Y si ellos se enteran...

-Te petrificarán... -la pelimenta asintió. La cara de la morena ahora representaba preocupación. -Oh, Amity... Perdóname. L-lo único que hago es causar problemas a los que quiero. De verdad, disculpa.
Yo no quiero que alguien cercano vuelva a pasar por lo de Eda, así que porfavor... Entrégame -la cara de Amity palideció.

-¿Q-qué?

-Como lo dije, puedes entregarme a Belos si es necesario. Pero si lo haces, solo te pediré un favor...
Despídeme de Eda, y explícale todo. Sé que lo entenderá y mándale un mensaje a mamá, dile que la amo y que... -una mano irrumpió en su boca.
-¡Solo cállate y deja de decir esas estupideces! -sus lágrimas amenazaban con salir.

-A-Amity...

-¡Sólo cállate! -agarró a Luz del camisón y golpeó su cabeza contra el pecho de la morena. -quiero que te calles... no dejaré que nadie te lastime, aún si eso significa perder mi puesto en el aquelarre, o defraudar mi apellido y reputación... Te quiero, Luz. Te quiero demasiado.
Así que porfavor, jamás vuelvas a decir tal estupidez o no te lo perdonaré. -a este punto la morena también se soltó a llorar abrazando con fuerza a la bruja. Lloraron por un  tiempo hasta que las cosas se calmaron.

Se pusieron de pie y se vieron a los ojos. Ahí estaba de nuevo, esa sensación extraña que sentían cada vez que se miraban la una a la otra. Podían sentir la tensión, pero era una tensión inusual. Era agradable, cálida y emocionante.

La morena se acercó a la más alta y colocó sus manos en sus hombros, sin perder la cercanía notable de sus caras. Sus miradas seguían enlazadas.

-Amity, sé que esto es algo nuevo entre nosotras, pero ya no quiero esconderlo. Yo... -la puerta se abrió salvajemente indicando la llegada de ciertos gemelos peliverdes.

Esto sin duda sorprendió a las jóvenes. Amity alzó en brazos a la humana y corrió con ella, observó con duda una gran y detallada puerta, tragó saliva, pero la abrió y metió a la chica dentro.

-Shh, no salgas hasta que te busque -ordenó a la morena con el susurro más bajo que pudo pronunciar, y la contraria solo asintió nerviosa.

-Hey, Mittens! -saludó Emira, que ya era toda una mujer. Tenía un cabello largo y suelto, y su cara era un poco más madura a comparación de su actitud.

-Escuchamos a Kikimora decir que tenías una chica dentro de la casa -apareció al lado de Emira, Edric. Un joven muy guapo a los ojos de cualquiera. Desafortunadamente, era un poco tonto. -¿Nueva novia, Mittens? Eso si no la esperábamos de tí~

-Así es hermanita ¿Acaso no pensabas contarnos nunca de tu linda novia?

-Ya cállense, esa enana de circo escuchó mal.

-Ow, y nosotros que estábamos tan felices de que finalmente consiguieras a alguien -bufó triste Edric.

-Pues ya se dieron cuenta que no. Además, soy parte del aquelarre, no tengo tiempo para esas estupideces del amor.

-Pero siempre habrá oportunidad hermanita, se realizará una fiesta el sábado por la noche. Talvez si dejas de ser una aguafiestas encuentres al amor de tu vida~ -Emira abrazó a Amity por los hombros- tengo a algunas amigas que morirían por conocerte.

La pelimenta tomó el brazó de su hermana y lo retiró de su hombro.

-Creo que ya lo he dicho tantas  veces que deberían saber la respuesta.

-Aguafiestas -bufó Emira. -si cambias de opinión, llámame -hizo una seña de llamada con sus manos. -vámonos Edric, le dije a Viney que pasaríamos por ella una hora antes.

Amity vió como se retiraban, y cuando escuchó la puerta cerrarse suspiró. Se dirigió al único lugar dónde sus chismosos hermanos no entrarían: la habitación de sus padres. Sólo esperaba que la morena no hubiera hecho algún desastre o estarían en problemas. Sus padres inspiraban más miedo que el mismo emperador Belos.

Abrió la puerta y observó quieta a la morena, mirando las fotos familiares. Observaba una en especial, se acercó a ver de cuál se trataba. Era ella de pequeña, cinco o siete años, pero había otro elemento sobresaliente: había otra niña. Y no cualquier niña, era una niña humana.

-Amity, ¿Quien es ella? -preguntó con notable confusión apuntando a la niña de la foto. Amity desbloqueó todos los recuerdos reprimidos dentro de su mente, tanto así que un fuerte mareo  la atormentó. Casi cae, pero fue sostenida por su delgada compañera. Ambas se dirigieron a paso lento hacia la habitación de la pelimenta.
-Luz Noceda, tenemos que hablar.

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