_Cita_
Ambas jóvenes habían permanecido unidas en un abrazo más de una hora, finalmente la morena volvió a su característica sonrisa y miró a Amity con tanta dulzura que la contraria parecía querer derretirse.
Luz, su verdadera Luz estaba de vuelta.
Ambas se pusieron de pie, lucían apenadas.
-Bueno, creo que es hora de volver a casa, supongo.
-Supongo que supones bien -la humana rió- venga, te acompaño a la casa búho.
Luz no quería discutir más, así que solo asintió con una gran sonrisa. Ambas llegaron pronto a su destino, con cuidado de no despertar a Hooty.
Primero subió Luz, entrando por la misma ventana por la que se había tirado horas antes y después tomó las manos de Amity para ayudarla a entrar. Ambas soltaron un par de risas en tono bajo.
-Y ¿ Cuál es el chiste? También quiero reírme -Eda apareció entre la oscuridad.
Oh... Mierda.
La bruja salvaje se destacaba por tener un humor liviano e importarle poco o nada las cosas, pero esta vez era diferente. Se veía molesta, muy molesta.
-¿E-eda? -la latina tragó saliva. -¿Qué haces aquí?
-¿Un hechizo de ilusión? Eres lista niña, pero eso no te librará de un castigo.
-¿Pero cómo lo supiste?
Rebobinando horas atrás, el pequeño rey de los demonios despertaba con una tremenda energía y quería jugar con su persona favorita: Luz. Observó a la chica aún acostada en la misma posición.
"De verdad duerme como un tronco"
Pensó, y empezó a sacudirla, pero no pudo. Sus manos atravesaron a la joven como si de un fantasma se tratase. Inmediatamente bajó las escaleras y le gritó a Eda.
-Eso ya no importa. ¿Dónde estabas? -la bruja suspiró. -Luz, no te he querido decir nada porque lo relacioné con que estabas en la adolescencia y todo eso, pero has estado actuando raro. Te pones nerviosa de cualquier cosa, haces demasiadas preguntas, desapareces cada rato, pero ahora ¿También te escapas?
-Eda, yo... -No sabía que excusa decir, y su mentora prosiguió.
-Luz, me preocupa que algo le esté pasando a mi niña, y no pueda hacer nada, me entristece, pero me entristece más que no confíes en mí -su voz era firme, pero la última frase tenía un tono de dolor.
-No es eso, confío en tí! Así como confío en Lilith, King y Amity. Pero creo que hay cosas que preferiría que no supieras.
El cuarto se tornó en silencio unos segundos, la tensión se sentía. Faltaba algo, o mejor dicho, alguien.
-¿Dónde está Lilith? -preguntó la humana dándose cuenta de que faltaba la presencia de la pelinegra.
-Ella está durmiendo, preferí no contarle esto. Últimamente ha estado más preocupada que antes, si supiera de esto, definitivamente se volvería loca.
Luz bajó la mirada sintiéndose triste, otra vez había causado otro problema.
-Y tú, niña Blight. ¿Eres parte de esto?
-No, ella n...
-Sí, fue mi culpa. Yo la invité a una cita sin informarles a ustedes primero. Les pido una gran disculpa -se inclinó cortésmente.
¡Por Azura! Lo había vuelto a hacer, había mentido de nuevo.
No le gustaba la idea de mentir, pero no podía hacer otra cosa. ¿Decirle que su aprendíz se sentía culpable de su maldición y se arriesgaba estúpidamente tratando de encontrar una cura?
Observó a los ojos a la bruja, tratando de convencerla. La bruja salió de la habitación, no sin antes regalarles una mirada molesta a ambas chicas.
-No sé sus cosas de adolescentes enamoradas, pero no nos vuelvan a asustar así. No sé cuántas más podré perdonarles -comentó y despareció de la habitación dejando a las dos jóvenes solas.
-Gracias...
-No es nada, pero ella tiene razón. No puedes arriesgarte así por nomás, si algo te pasa solo las afectarás más.
"Incluyéndome"
Quizo agregar, pero era innecesario.
-Lo entiendo, y me disculpo.
Por un momento creí que podría ser alguna clase de caballero mágico y podría ayudar aunque sea un sola vez.
-Ya, ya. Tú eres mucho más que un caballero -Luz le sonrió. Amity disfrutó que la tensión disminuyera. Habían pasado muchas cosas hoy, y creyó que era el momento adecuado para decir lo que tenía que decirle. -Y, Luz. ¿Mañana quisieras salir? Es mi día libre y pues... -la morena sonrió de oreja a oreja. Un descanso no le vendría mal, y menos si era con la persona que le gustaba.
-Eso me encantaría -respondió con una sonrisa boba y enamorada. Amity se sintió genial, la sonrisa de la morena le daba la sospecha de que correspondía sus sentimientos.
-Perfecto, porque hay un lugar que quiero enseñarte -estaba mintiendo con lo del lugar, pero su enamoramiento no la dejó preocuparse en ese momento. ¿Qué más da mentir una vez más? Lo que fuera por ver a la latina sonreír. -Bueno, es tarde. Creo que debo irme, te veo mañana a las 6:00.
La latina asintió y ambas se miraron por un indeterminado tiempo. Finalmente, volvieron a la realidad y la bruja estaba por irse.
Luz se mordió el labio, realmente quería hacerlo, pero ¿Si la contraria se sentía incómoda? ¿O si la veía como una loca?
La peor opción vino a su mente.
¿Y si ella se da cuenta de mis sentimientos?
Observó la espalda de la que era su interés romántico irse lentamente, perdería su oportunidad si no lo hacía.
Iba a hacerlo.
-Hey, Amity!
La contraria se detuvo y volteó su mirada. Retornó su camino hacia la muchacha de piel canela.
-¿Qué pasa, Luz? ¿Todo bien? -preguntó al ver la cara roja de la morena. ¿Tendría fiebre? Se acercó para comprobarlo.
La latina no quería aguantarlo más, y cuando vió a la pelimenta acercarse a ella se lanzó a darle un gran abrazo. La bruja se sorprendió pero dió una pequeña sonrisa, era normal que Luz fuese tan cariñosa, pero no era el abrazo lo que avergonzaba a Luz.
Unos labios rechonchos y pintados impactaron en la mejilla de Amity.
A pesar de no durar ni dos segundos el beso, la bruja lo había sentido tan lento. Era un sentimiento hermoso para ella, esos labios tan suaves habían hecho contacto con ella. Se sentía afortunada.
Luz se le quedó mirando unos minutos en busca de la reacción de la pelimenta, mientras la misma parecía estar varada en otra dimensión. Tomó su mejilla para comprobar que realmente había pasado, y sonrió. Sonrió con la sonrisa más grande y notable que jamás se había visto. La imagen de una Amity tomate sonriendo en todo su esplendor tranquilizó a Luz. Amity no la odiaba.
-H-hasta mañana, lindura~ hehehe -se despidió coquetamente, pero al darse cuenta de sus palabras estaba convulsionando de la vergüenza disculpándose muchas veces. Luz rió enternecida con la reacción de la bruja.
Finalmente, ambas se despidieron totalmente avergonzadas. Mañana sería un gran día.
-A este paso se darán el beso en cinco años, niña -interrumpió la dama búho asustando a Luz con su inesperada aparición.
-¡Eda, no me asustes así! Además, ¿Cuánto rato llevas ahí?
-Llevamos -Lilith apareció por el mismo sitio que la bruja.
"Genial, doble vergüenza"
Pensó la morena.
-Porfavor, no hurten así mi privacidad ¿Quieren? -más que molesta, se encontraba avergonzada. De verdad que sus mentoras eran unas acosadoras.
-Niña, no es por presionarte. Pero los besos van en la boca, ¿Recuerdas? -la humana se sonrojó ante sus palabras. -¿Porque ella es tu novia, no?
A pesar de sentirse avergonzada, también se sintió triste. Era cierto, ella y Amity no eran nada -todavía-, sin embargo ella sentía tanto amor por la bruja, que temía ser rechazada. Por eso iba despacio en sus acciones, no quería asustar o incomodar a Amity.
-Pero, no hay problema niña. Con unos pequeños consejos mañana esa chica estará babeando por tí. Ya lo verás -le guiñó el ojo.
-Edalyn, se supone que debes proteger a la humana, no ayudar a que alguien pueda tentarse a secuestrarla o algo -Lilith no se negaría a decir que talvez estaba siendo muy sobreprotectora con la chica, pero no podía ocultarlo. Luz era adorable, por supuesto, ahora era una joven de 19 años y lucía físicamente como tal. Pero psicológicamente aún era muy joven, lo que la hacía una presa fácil. Aún cuando se emocionaba sus ojos se agrandaban mientras desbordaban asombro y admiración, también hacía adorables pucheros cuando algo no le gustaba, y ponía sonrisas nerviosas cuando cometía alguna travesura. Adorable.
Pero no era Luz la que le preocupaba, era el mundo que la rodeaba. Con la dulzura e inocencia de Luz, cualquiera podría aprovecharse y dañarla si quisiese. Pero tampoco podía impedirle conocer el mundo, enamorarse y vivir aventuras como cualquier adolescente.
Otro punto en desventaja: ella no era cualquier adolescente.
Era una humana, actualmente fugitiva y una delincuente pública. No podía arriesgarse a salir a citas y lugares públicos dónde cualquiera pudiera verla. Era peligroso.
Pero verlas discutir tiernamente disminuyó su tensión. Quería ver la situación desde un punto de vista más positivo, quería verlas felices.
-Yo también ayudaré -dijo sin ni siquiera pensarlo, bueno, igual tampoco quería retractarse. Ambas la miraron asombradas, sobretodo Eda. Era algo nuevo de hermana. -y si no quieres lucir unas horribles ojeras en tu cita, deberías dormir.
-¡Mañana clases de seducción con esta chicas malas! -abrazó a su aprendíz y hermana de los hombros.
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Cierta pelimenta llegaba a su hogar con una enorme sonrisa embobada. Todavía estaba asombrada por el suceso media hora atrás, los suaves labios de Luz habían hecho contacto con su piel. Se sintió tan bien que deseaba poder tener más de estos. Luz no era una bruja de nacimiento, pero Amity aseguraba que realmente había hecho magia con ese beso.
"¿Y si hubiera sido en la boca?"
Amity se sonrojó con ese pensamiento, sobretodo porque no era la primera vez que lo pensaba. Aunque le diese pena admitirlo, ella ya había imaginado esa situación en sus sueños y algunos ratos libres.
Sus ganas de tomar a la morena en sus brazos y unir sus labios una y otra vez le parecía tan romántico e ideal. Y ahora que conocía la textura de los labios de la joven humana sus sentimientos estaban desbordando. Quería los besos de la latina solo para ella, sus perfectas sonrisas, sus inexpertos chistes, sus adorables pucheros, lo quería todo de ella. Sonaba egoísta, pero no podía negar lo contrario.
Entró a su habitación hecha un caos de emociones y se puso ropa cómoda. Bajó a la cocina encontrando a sus hermanos, por suerte estaba de humor para aguantarlos.
-Hey Mittens, ¿Qué tal tu día? ¿Saludaste a Luz de nuestra parte? -la bruja no contestó, seguía perdida con su boba sonrisa. Emira posó su brazo en el hombro de Amity, sabía que la pelimenta no era una persona de mucho afecto como para darle un abrazo. Y entonces lo vió. -Edric, tienes que ver esto.
La peliverde hizo señas a su hermano, quien se acercó curioso.
-¿Eso es labial?
Amity volvió bruscamente a la realidad.
"¿Labial?"
Y rápidamente lo recordó, Luz usaba labial. Por lo tanto...
Su rostro enrojeció de la vergüenza tapando con su mano la evidencia. Pero era tarde.
-Wow, Amity. Eres toda una galana~
Felicidades! -felicitó Edric fingiendo aplaudir.
-¿Y para cuando la boda? Quiero que se casen ante de perder mi juventud, por favor. Son muy lentas -suspiró derrotada Emira, aunque en realidad estaba bromeando.
-¡YA CÁLLENSE USTEDES DOS! ¡SOLO FUE UN BESO! -gritó furiosa. -Como sea, me voy dormir.
Amity se retiró de la cocina con las risas de sus hermanos a sus espaldas. Llegó a su habitación y se desmaquilló, incluyendo la fina capa de labial en su mejilla. Pero no le importó, seguiría recordando la sensación del beso más de una vez.
"Definitivamente te amo, Luz"
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¡Hola!
Disculpen el retraso, soy una persona muy floja UvU
Espero lo hayan disfrutado y no olviden votar con la historia ❤️❤️
Hasta la próxima!
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