_Celos_


-Para gustarle a una persona, debes ser elegante -comentó Lilith, mientras le explicaba a Luz las bases de los modales.
-¡Al diablo los modales! Debes ser sexi y atrevida -mordió su labio sensualmente, la sensualidad era la base de todo según Eda.
Hm! -bufó molesta la pelinegra. -debe ser una dama, no una... Una... ¡Tú sabes lo que quiero decir!
-La niña es joven Lilith, debe vestirse como tal, no como la ñoña que describes.
La morena miraba a sus mentoras. Hoy había iniciado sus "clases de sensualidad", pero las hermanas Clawthrone debatían a muerte sobre la manera correcta de actuar en su cita.
Op! Miren la hora -miró el reloj, este apuntaba a las 3:30. -es muuuuy tarde para llegar temprano.

...

¡Me voy!
Luz corrió escaleras arriba, lo que sea por evadir la interminable pelea de aquellas brujas.
Llegó a su habitación exhausta, todavía debía buscar algo para usar en su cita, pero nada era atractivo en su vista. Igual, no había mucho de dónde escoger.
Su vieja ropa: solo era un recuerdo, le quedaba apretada. El vestido de Eda: lo había estado usando todo el tiempo. Muy cliché. El vestido de Lilith... No, muy elegante.
¿Qué podía hacer? Quería lucir linda para la pelimenta. Entonces una idea golpeó su mente, no sabía si la castigarían por hacerlo. Pero más valía pedir perdón que permiso.
Agarró distintas prendas, seguido de unas tijeras, hilo y aguja.

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-¿Están seguros que luzco bien? -preguntó una Amity avergonzada. Se sentía extraña.
-¿Bromas? Luces di-vi-na.
A Luz se le saldrán los ojos al verte -comentó admirado Edric.
Amity vestía una falda larga plisada color carmín, con una camisa holgada color negro y unas ligeros tacones color piel, y su largo cabello estaba sujeto en una cola de caballo sin olvidar su característico flequillo peinado hacia atrás. Además de un delineado delgado sobre sus ojos y labial rojo chillante. Parecía una modelo.
-Seguro te pedirá que le hagas hijos -se burló Emira y Amity se sonrojó furiosamente.
-Y conociéndote talvez lo hagas -continuó la burla Edric. -No por nada te escuchamos en la noche "Oh Luz, eres tan hermosa~"
-Cierto, o "Tus labios son tan suaves~"
-"Al diablo el aquelarre, huyamos juntas y vivamos en una cabaña en el bosque".
Ambos gemelos se rieron. Amity estaba que ardía en furia y vergüenza. Definitivamente dormiría con una cinta en la boca a partir de ese día.
Vállanse al diablo, me largo! -tomó su báculo y salió a toda velocidad esperando no molestar a la latina por llegar antes de la hora acordada.

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Luz terminó el último detalle de su look, pintando sus labios con un rojo suave que se adentraba al tono tinto al llegar a la comisura de sus labios. Un truco coreano para hacer ver a los labios lindos y regordetes.
Sus ojos estaban dibujados con un delineado mediano que le daba a sus ojos un aspecto tierno y sexi, y sus mejillas se encontraban ligeramente cubiertas de blush.
Bajó las escaleras, y ambas brujas seguían peleando pero al parecer cansadas. Las hermanas Clawthrone miraron a Luz y se quedaron petrificadas al verla. ¿Eso era bueno o malo?
Luz había hecho su nuevo outfit a partir de varias prendas, realmente le había servido ese taller de corte y confección en la secundaria.
Llevaba una falda plisada negra estilo japonés que le llegaba a medio muslo mientras que usaba una blusa manga larga ajustada color tinto, aún con la gema de Eda, la parte de los hombros quedaba descubierta y poseía los botines con bajo tacón pertenecientes a Eda. A veces se arrepentía de amar tanto la moda asiática, quizá lucía mal. Entonces todos sus esfuerzos habían sido en vano.
-Luz... -la primera en hablar fue Esa con un tono serio, Luz tragó saliva. Pero su miedo se fue cuando la bruja la tomó por los hombros para abrazarla. -¡Luces jodidamente genial!
King quién aparecía en la sala después de su siesta de las tres  observó la nueva imagen de Luz.
-¡¿Luz, eres tú?! Estás que ardes, mujer -Luz se sonrojó, no se había equivocado después de todo.
Lilith, que hasta ahora no había dicho una sola palabra también se sorprendió por el cambio de la chica. Aunque le diese celos esa falda considerablemente corto, debía admitir que se veía radiante, ya ni se veía como la niña indefensa e inocente que conocía.
-Luces bien -admitió corta pero honestamente. Y la latina la miró sorprendida.
El ambiente era feliz y cómodo, pero los gritos de Hooty y algunos golpes se oyeron fuera de la casa.
-¿Será Amity? Pero todavía falta una hora -Luz asomó su cabeza ligeramente y vió al amor de su vida, parecía un ángel. La pelimenta ya era muy bonita, pero ahora lucía despampanante, y Luz solo atinó a sonrojarse furiosamente. Entró a la casa rápidamente para que la bruja no la viera en ese estado.
-¡E-en un momento salgo Amity! 
-Wow, niña. Relájate, solo es una cita.
-Oh, ella luce tan hermosa -admitió, y ambas adultas la miraron coquetas. -¡M-me tengo que ir! ¡Las quiero mucho!
Y salió corriendo, esperaba las burlas sobre ella cuando llegara a casa. Salió y se recargó coquetamente apuntándola con una pistola imaginaria, truco que Eda le había enseñado. Ahora era Amity la que se  reía de los nervios de la morena. Vió su vestuario y los colores se le subieron al rostro eliminando por completo su faceta serena y tranquila.
Luz siempre vestía de acuerdo a su personalidad: tierna. Pero hoy era la diferencia, la latina se veía radiante. Por supuesto, seguía teniendo la cara de ángel, pero esa falda a medio muslo le permitía admirar la silueta de sus delgadas y trabajadas piernas, y esa blusa ajustaba resaltaba unos pechos de tamaño perfecto acompañados de su estrecha cintura.
-Que sexy -susurró.
-¿Qué? -la morena pareció no haberla escuchado.
-¡Que Cecy! Mi amiga, sí hahahaha -comenzó a reír incómodamente, para luego quedarse en silencio. -¿Nos vamos?
-Seguro.
Sonrió y se subió al báculo abrazando la espalda de Amity, dió un pequeño salto al sentir los brazos de ella morena rodeándola. Ambas volaron por los cielos, el aire era fresco y relajante. Podía sentirse la libertad.
Ambas jóvenes empezaron a descender hasta llegar al bosque cerca de la plaza central.
Amity por más enamorada que estuviera, había pensado en un plan. Cualquiera reconocería a la humana por sus orejas, así que con un hechizo de ilusión transformó sus orejas, no se veía mal, pero prefería sus lindas orejas redondas. 
Se tomaron de la mano, y entraron a la plaza. Todo parecía tan moderno y cool a los ojos de la latina, era similar a su mundo pero cien veces mejor.
Había muchas tiendas de ropa y cosméticos, cine, restaurantes, el lugar parecía interminable.
La pelimenta decidió llevar a Luz a su lugar de tapioca favorito, ese día se extrenaba una nueva bebida. Sabor mora azul, chicle rosa y uva acompañados de dulces de gomita y chile artificial sabor mango, definitivamente le gustaría a la morena. Por desgracia, al llegar el lugar estaba sobrepoblado, pero realmente quería esa tapioca. Le dió miedo dejar sola a la chica, pero solo serían unos minutos.
-Luz, ¿Puedes esperarme aquí mientras voy por las bebidas? -preguntó insegura, pero la morena le dió una sonrisa y asintió. La pelimenta se retiró, mientras un extraño llevaba ya tiempo siguiéndolas.

"La tengo"

Luz observaba con fascinación todo a su alrededor, se veía tan pacífico. Quería ver más, pero le había prometido a la bruja permanecer ahí, así que solo se resistió.
Todo siguió pacífico, pero los gritos se hicieron presentes. Luz se asustó, y quiso saber que pasaba. Una sombra descomunal surgió amenazante del suelo frente a frente con la morena, ella quería reaccionar pero se quedó paralizada. La sombra fue directo hacia ella, solo cerró los ojos esperando el ataque. Pero este nunca llegó.
En cambio, una chica apareció al lado de la latina, tomándola de la cintura y saltando a una altura inhumana, mientras la sombra inpactaba el suelo. Luz abrió los ojos, estos estaban llorosos, realmente había sentido miedo. Su vista se encontró con unos peculiares orbes verdes. La desconocida aterrizó cuidadosamente aún con la latina en brazos y la bajó con delicadeza. Luz pudo admirarla, su salvadora era realmente preciosa. Una joven de gran altura y fuertes brazos, una piel blanca perlada, y su largo y rizado cabello castaño con puntas color safiro. Poseía una camisa de tirantes blanca, acompañada de unos pantalones acampanados y tenis deportivos.
-Cuidado lindura, espérame aquí -tocó con su dedo índice su naríz, solo para guiñarle y saltar en dirección al mounstro que anteriormente la había atacado. Luz se sonrojó por el gesto de la ojiverde.
El monstruo fue directo hacia la chica saltarina, y esta no sintió miedo, en cambio sonrió. Sacó una pequeña daga curveada con un sello colocado en el mango, se deslizó por debajo del monstruo y lo hirió, la sombra intentó atacarla de nuevo, pero nuevamente la esquivó dando otro golpe certero. Uno tras otro, la sombra empezó a perder forma hasta que un último golpe hizo que se desvaneciera en el aire. Luz observó esto incrédula, jamás había visto una pelea tan genial después de la pelea de Eda y Lilith. Su salvadora, además de ser muy mona era una luchadora excepcional, hasta podría compararla con la gran bruja Azura, hermosa y valiente.
La heroína respiraba trabadamente sin dejar su sonrisa victoriosa. Observó a Luz a la lejanía y se acercó a ella. Luz se sintió nerviosa.
-¿Estás bien? -preguntó, y la morena solo asentió muchas veces notablemente nerviosa. Se veía tierna. -haha, que lindura~
Ambas se miraron, una muy nerviosa y la otra no tanto. Siguieron mirándose en silencio, era una sensación extraña.
-¿Sabes? Me agradas. Se nota que eres nueva aquí, con gusto te puedo mostrar el lugar -dijo guiñándole el ojo, a Luz le agradaba la idea de tener una nueva amiga. No quería depender tanto de la pobre de Amity, así que asintió contenta. -nos vemos pasado mañana a las 4:00.
Genial, ahora tenía una nueva amiga. La idea contentó a la latina, un grito la hizo reaccionar.
-¡LUZ!
Era Amity, quien corría a toda velocidad en dirección a la morena. Dos personas oyeron el nombre de la mencionada, y trataron de ser discretos. La pelimenta corría tan rápido casi tropezando hasta finalmente llegar a Luz y abrazarla fuertemente. Tomó el rostro moreno y se aseguró de que no tuviera ninguna herida o hematoma, no se lo perdonaría.
-¡¿Estás bien?! Ví cuando la sombra te atacó y empezaron a evacuar a todos. Por Belos ¿No te hizo nada malo? -preguntaba frenéticamente, hasta que su mirada se posó en la castaña de gran altura. -¿Quien es ella?
Preguntó con tono celoso, no tenía intención de sonar grosera pero simplemente no podía actuar amablemente, no está vez.
-¡Oh! Amity, ella es... -todavía no se habían presentado, así que se quedó con las palabras en la boca.
-Júpiter, mi nombre es Júpiter.
-Ella me rescató antes de que esa sombra me atacara. ¿No es genial? -preguntó emocionada, a sus ojos la alta parecía un personaje de cómic.
-Muchas gracias -agradeció tratando de ser considerada, pero su mirada era de pelea, la chica planeta sonrió y le devolvió la mirada retadora.
-Un gusto, su acompañante es una dulzura -admitió y la pelimenta estaba que soltaba humo por los oídos. La latina observó esto, y jaló a Amity por el brazo.
-Oye Amity, todavía queda un rato antes de que cierren. ¿Quieres ir a otro lado? -preguntó tímida la más baja y Amity volvió a la realidad.
-Tienes razón, Luz. Vamos -abrazó a la chica por los hombros y dirigió una última mirada a Júpiter resistiendo el deseo de sacarle el dedo.
-Adiós Júpiter -se despidió chocando los dientes mostrando unos pequeños pero notables colmillos.
La pareja se retiró, y la tal Júpiter se dió la vuelta desapareciendo por un estrecho camino. Sacó su comunicador.

-Fase uno del plan completado. Pronto le entregaré a la humana, emperador.

Ambas chicas por fin pudieron probar  la bebida que tanto habían deseado, sabía a gloria. Pasearon por centros comerciales, y Amity le compró un poco de ropa a Luz aunque está se negó muchas veces.
Entre algunos contactos Amity había descubierto un lugar especial al que asistían pocas personas y quería mostrárselo a Luz.
Las personas que anteriormente habían escuchado a Amity gritar el nombre de Luz aparecieron detrás de ellas. Amity sintió su presencia, y estaba dispuesta a atacar.
 
-Luz, ¿Eres tú?

Esa voz se le hacía conocida y cuando la reconoció corrió en dirección hacia la persona desconocida dejando atrás una confundida Amity. La figura no se quedó atrás, también corrió hacia la morena y ambas se unieron en un abrazo. La morena empezó a llorar mientras la abrazaba.
-¿W-Willow? -cuestionó apesar de haberla visto a la cara. La de lentes asintió y Luz la abrazó más fuerte. -T-te extrañé tanto.
-Oigan, yo también existo -interrumpió Gus, quería compartir la felicidad de verse de nuevo.
-¡Gus! -Luz lo jaló del brazo y los tres lloraban alegremente.
-Luz, ¿A dónde fuiste? ¿Porqué desapareciste 5 años?
-Es una larga historia chicos que me gustaría contar día. Por ahora estoy muy feliz de volver a verlos -sonrió con dulzura. Y los tres amigos quedaron de ponerse de acuerdo para planear una salida. Tenían mucho para ponerse al corriente.

-Fue realmente bueno verlos, realmente los extrañaba.
-Lo sé, eres muy sentimental -sonrió Amity mientras ambas se dirigían al lugar que había prometido Amity. Luz le dió un golpe suave en el hombro por sus palabras. Caminaron un poco más mientras los árboles se iban escaseando, era la señal de que estaban cerca.
Al fin llegaron, un hermoso lago color violáceo que a la luz de la luna parecía brillar. Un puente logró divisarse a lo lejos con destino a un hermoso kiosko con enredaderas de flores. Afortunadamente lucía completamente solo, pero el lugar era demasiado romántico. Amity se sonrojó, no quería darle un mensaje demasiado directo a la latina. No todavía.
Ambas caminaron sobre el puente hasta llegar al kiosko. Era silencioso, pero era un silencio cómodo. La latina recargó su cabeza en el hombro de Amity, pero lejos de sobresaltarse como era común en ella, también recargó su cabeza sobre la de Luz.
Duraron unos cuantos minutos más en esa posición, era adorable.

-Amity.

-¿Si?

-¿Puedo darte otro beso en el cachete? -preguntó y la pelimenta tragó saliva nerviosa, pero asintió.

-Me encantaría.

Entonces la morena se acercó lentamente tomando su rostro con delicadeza, se puso de puntillas y plantó un beso en la comisura de los labios de la contraria.
No había sido un beso en la boca, pero  era tan cercano a esta. Eso le bastó a Amity para volver a desbordar esas inestables emociones que solo Luz sabía liberar.
Tomaron sus manos y volvieron a recargarse la una con la otra.


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Uff, creo que me pasé en este capítulo, realmente quedó algo largo (ㆁωㆁ)🔫🔫
Igual, espero que lo hayan disfrutado, y no olviden votar ❤️❤️

Algo así serían los outfits de hoy ❤️

Siguiente cap posible diseño de Júpiter~

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