_Camila_
"Se trata sobre Camila"
Recordar el simple nombre de su progenitora le hizo sentir un vuelco en el pecho.
Las ganas de llorar no se hicieron esperar, pero las retuvo.
No era tiempo para ser una llorona.
-Es mejor hablar de eso adentro -mencionó la bruja de cabellos canosos mientras entraba a la casa seguida por la humana.
-¿Dónde están Lilith y King? -preguntó al notar el silencio sepulcral en el hogar.
-Lilith salió y se llevó a King con ella -habló con simpleza. -Yo se lo pedí. Lo que tengo que hablar contigo es entre las dos... por ahora.
Ambas llegaron a la habitación de la mayor. La bruja invitó a su discípula a sentarse en su "cama", mejor dicho nido.
Eda no había echo ni una sola broma, ni siquiera un indicio de una pequeña sonrisa, fue algo que preocupó a la chica.
¿Algo le estaría pasando a su mentora? O en el peor de los casos
¿Algo le estaría pasando a su madre?
Pero eso era imposible, ella había quemado la única entrada al mundo humano en su lucha con Belos.
De ninguna forma existía la posibilidad de que su actual maestra y segunda maestra tuviera algún tipo de conexión con su madre biológica, ¿Cierto?
Decidió dejar de lado sus estúpidas conspiraciones mientras veía con curiosidad cómo su mentora buscaba algo entre los cajones. La vió con decenas de papeles posados en sus brazos, se acercó y le dió uno.
Luz la miró confundida, parecía una carta algo vieja.
Observó la fecha transcrita al reverso de la misma.
Febrero 24, año 20xx
Inevitablemente se sorprendió. La carta había sido escrita cinco años antes, pero lo más raro era que fue
Qué estaba escrita antes del incidente.
-Leela -ordenó con tono dolido sin desviar su mirada avergonzada de sus propias piernas.
Luz tragó saliva y desdobló nerviosamente la carta.
"¡Hola mamá!
Hice mi primer pijamada con amigos ¡Amigos de verdad!
Se llaman Gus y Willow, son geniales.
¿Olvidé mencionar que poseimos una casa andante? Jaja es broma.
Te extraño mucho, te quiero"
-Luz
Inmediatamente identificó que ella no había escrito esa carta. Miró a su mentora tratando de buscar una explicación, pero Eda no dijo ni una sola palabra. Le dió otra carta.
"¡Hey, mami!
Hoy fuí inscrita a Hexside, a todos le gusta la magia ¡Cómo a mí!
No puedo esperar a verte, te amo ma'"
La persona que había escrito las cartas incluso había copiado algunas de sus expresiones hispanohablantes. Algo muy detallado, debía admitir.
Esta vez fue ella quien tomó una carta cercana a ella.
"Mamá
Hoy me hice amiga de Amity, la chica que me odiaba ¡Cómo Azura y Hécate!
Sólo faltan las demás chicas de su grupo, ¡Estoy segura de que podré hacerlo bien!
Te quiero mucho, besos"
Siguió tomando distintas cartas, todas era iguales.
Todas relataban sus aventuras en las Islas Hirvientes, claro mencionado la magia como parte de una broma, pero estaban firmadas por "ella".
Tomó una de las cartas que consideraba se veían más recientes, y vaya que no se equivocó.
"¿Camila? Me presento, soy Edalyn Clawthrone. Soy la mentora de tu hija y te debo la verdad.
Ya no puedo ocultarlo, Luz está en problemas y debes saberlo. La autora de las cartas he sido yo todo este tiempo, es algo largo y confuso de contar.
Espero no me odies o tomes como una loca.
Espero tu respuesta, hay muchas cosas que debemos hablar.
-E.D"
-Lo siento -murmuró triste Eda.
Luz tenía la cabeza a explotar, todas las cartas llenaban su cabeza inundándola de una terrible jaqueca.
Eso debía ser una broma.
-Es una broma, Eda -rió nerviosa, pero rápidamente comenzó a sollozar. -¡Dios! Realmente me lo creí.
-Niña... -llamó avergonzada. -esto no es una broma.
Esas no eran las mejores palabras para ella.
-¿Desde cuándo? -preguntó tratando de ocultar su desesperación. -¿Desde cuando escribes las cartas?
Eda respiró profundamente, igualmente ella se sentía fatal. Fue su error guardárselo todo ese tiempo, ahora la cosa había explotado.
-Lo de las cartas fue antes que Belos -habló. -Yo misma las escribí desde tu llegada a las Islas Hirvientes.
Después del incidente seguí fingiendo ser tú para no preocupar a tu madre.
Aquello era cierto, pero había ocultado el punto principal de su actuar: estaba enamorada de Camila. Aunque era obvio que no se lo diría, no ahora.
Luz la miró determinada incitándola a continuar.
-Aunque cada vez fue más difícil. ¿Cómo le iba a decir a Camila que no ibas a volver pronto? Habían pasado más de dos años y aún seguía escribiendo esa tontas cartas.
-Pero ¿Por qué nunca me lo contaste? -preguntó notablemente dolida. No pensó que su mentora le ocultara algo de tal magnitud. ¡Por Belos! ¡Se trataba de su propia madre!
Eda no supo responder esa pregunta, ni siquiera ella lo sabía.
-No lo sé...
Contestó apagada. Luz se mostró notablemente molesta.
-¡¿Qué quieres decir con que no sabes?! -gritó enojada. Eda la miró sorprendida, Luz no era alguien que alzara la voz. -¿Por qué no me dijiste?
El tono en el que lo dijo, aumentó aún más su sentimiento de culpa.
-¡Dilo!
Finalmente se decidiría a hablar.
-No lo sé. Es algo complicado de explicar.
-¡SON CINCO MALDITOS AÑOS, EDA! -vociferó eufórica.
La bruja volvió a quedarse callada. Luz tenía otro punto a su favor.
Luz soltó la carta sobre su mano, estaba arrugándola accidentalmente.
-Necesito pensar, dile a Lilith y King que vuelvo mañana -habló hecha un desastre de lágrimas.
Salió de la habitación sintiéndose furiosa y dolida por la traición de su mentora.
Eda ni siquiera se esforzó en detenerla, la chica merecía desahogarse de la impactante noticia. Sólo miró como su discípula salía furiosa de la casa, y cuando la puerta del primer piso resonó, se tiró encima de su nido arrugando algunas cartas pendientes tiradas sobre el mismo.
Dejó de ser la bruja fuerte y capaz en ese momento y pequeñas lágrimas recorrieron su rostro escalando a mayores cantidades, mientras su voz luchaba por retener el llanto audible que amenazaba con salir.
Finalmente se rindió, y se soltó llorando con un volumen claramente alto.
El miedo de que la morena le odiara se hacía cada vez más sólido. Maldición, realmente había cometido una estupidez.
Una estupidez de cinco años.
Se acurrucó en su nido bajo los crujidos de las cartas aún en él, mientras rogaba por el perdón de su aprendíz.
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Luz se dirigió con unos notables ojos hinchados de tanto llorar.
Se paró frente al hogar de su mejor amiga y tocó la puerta del hogar con fuerza.
Al poco tiempo, Willow le abrió la puerta y se asustó al ver la condición de la morena.
-¡¿Luz?! -exclamó preocupada.
La chica ni siquiera soltó una palabra e inmediatamente se lanzó a los regordetes y reconfortantes brazos de su amiga.
-¿Luz? -una tercera voz apareció frente a ambas. Era Amity.
La pelimenta miró asustada a la latina mientras se acercaba a preguntar lo sucedido.
-¡¿Pero que diablos ha pasado?! -preguntó alarmada.
Luz limpió su rostro con la manga de su suéter y respiró profundamente antes de hablar.
-N-no quiero ir a casa hoy -habló con tristeza. -¿Puedo quedarme con alguna de ustedes?
-Yo tengo que salir con mis padres en unas horas -comentó apenada mientras dirigía su mirada hacia Amity.
-Te puedes quedar en mi casa -se ofreció sonriendo dulcemente para tratar de calmar a la morena.
Aún no hablaba con Luz sobre el problema con su madre, pero eso no le importaba ahora. Su chica estaba destrozada emocionalmente y necesitaba tratar de animarla.
Luz asintió mirando el suelo y nuevamente limpió los restos de lágrimas.
Se quedaron en silencio unos segundos.
-Disculpa la insistencia, pero ¿Podemos irnos ahora? -cuestionó avergonzada.
-Cuando regrese del viaje tendremos una visita al café cosplay sí o sí -comentó Willow tomando las manos de su amiga. La misma sonrió levemente y asintió. -Amity, cualquier cosa, avísame.
-Gracias por todo, Willow -habló la líder de aquelarre. -dalo por hecho.
Las tres chicas se despidieron, y la humana y la bruja partieron dirección a la mansión.
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Lilith llegó a casa totalmente agotada, traía a un dormido King reposando sobre su cabeza.
Avanzó por la casa, había demasiado silencio. Y el silencio en la casa Clawthrone era una mala señal.
Subió hasta la habitación que compartía con su hermana para ver a la misma recostada mirando el techo aún despierta.
-¿Edalyn? -preguntó notablemente confundida. -¿Dónde está Luz?
-Ella volverá mañana -respondió desanimada sin mirarla.
-¿De qué hablaron ustedes dos? -cuestionó molesta? -Luz jamás se molesta así por así.
-Ella lo sabe.
Lilith la miró estupefacta. ¿Había escuchado mal?
-Entonces ahora lo sabe -comentó preocupada. -¿Cómo se lo tomó?
Eda arrugó la cara lista para llorar de nuevo.
-¿Cómo iba a tomárselo? -preguntó molesta. -Ella me odia, ¿No es obvio?
-Ella no te odia -respondió.
-Sí, si lo hace -habló molesta. -Y es mi culpa.
-Es cierto.
Eda la miró ofendida.
-No estoy para que me "apoyes", ¿Eh? -comentó molesta. -Déjame en paz.
Enfadada se dió la vuelta acurrucándose en la misma. Lilith se sintió culpable.
-Es Luz, estoy segura que lo olvidará pronto -comentó tratando de animar a su decaída hermana.
Eda la miró con algo de esperanza, se acomodó en posición cómoda.
-Talvez tengas razón -sonrió levemente.
¿Debería comentarle a su hermana sobre el portal secreto? ¿Se lo tomaría mal?
.
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-Lilith ¿Te puedo contar un secreto?
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Ambas jóvenes habían llegado a la casa de la mayor por su entrada secreta: la ventana.
La bruja de cabellos aquamarina no quiso arruinar el momento o empeorarlos, así que simplemente se quedó callada.
Luz caminó hacia la cama perfectamente ordenada y se tumbó sobre ella. Amity caminó hasta ella y se sentó en una esquina teniendo en cuenta su espacio personal.
-¿Quieres hablar de eso? -preguntó insegura.
Luz se removió y la miró aún con los ojos llorosos. Asintió levemente.
-Tómate tu tiempo, estoy para escucharte -se acercó acariciando el corto cabello de la chica a su lado. -¿Pasó algo en la casa búho?
Al parecer le atinó, pues Luz torció la boca mientras amenazaba con llorar de nuevo.
-Sí... -contestó seca. -Pero antes... ¿Puedes darme un abrazo?
Amity la miró con dulzura.
-P-porfavor
La pelimenta ni siquiera respondió y la rodeó con ternura, un abrazo algo fuerte, pero la morena no se quejó. Simplemente se pegó más a su "amiga".
Amity sintió su hombro derecho humedecerse, sabía la razón.
Tenía que encontrar la forma de que su chica volviera a ser la misma persona alegre que siempre había sido.
Una idea surgió en su mente. Esperaba no cagarla.
-¿Noche de chicas?
Preguntó animada. Luz subió levantó su vista conectando sus miradas, se limpió con su manga los restos de lágrimas y pequeños mocos restantes en su rostro y sonrió débilmente.
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Una noche de chicas suena bien
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¡Disculpen la demora!
Por fin pude publicar>:)))
Espero les haya gustado el capítulo, y no olviden votar 🖤🖤
¡Hasta la próxima!
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