Capítulo 2:
Me dirigí con James a la salida de la terminal del aeropuerto y cuando cruzamos las puertas de cristal buscamos entre la multitud un cartel con nuestros nombres. No tardamos en verlo. James Evans y Katrina Blue. Nos acercamos al señor vestido con traje, gafas de sol y ponganillo en el oído. A su lado estaba una mujer de aspecto más amable.
- Buenos dís. Soy Mary, el señor Golzine me envía para estar con vosotros el primer día. Os enseñaré la ciudad y donde os alojaréis y esta noche os llevaré con Ash que se encargará de vosotros el resto del tiempo. Este es Jack. Es el jefe de seguridad que se o ha asignado.
James me había puesto al tanto del trabajo. Al precer llevaba tiempo queriendo hacer este artículo y había entrevistado a un miembro cercano a Golzine que se ofreció a presentarles. No pareció importarle que quisiera hacer un artículo sobre Ash, de hecho, pareció gustarle la idea. Él se había encargado generosamente de pagar y preparar todo.
Seguimos a Mary hasta una limusina. Jack guardó nuestro equipaje y se subió a un coche cercano. Mary se sentó con nostros en la limusina y nos fue haciendo el tour por la ciudad. Nos llevó a comer a una famosa hamburguesería y nos dio una vuelta por Central Park. Al caer la tarde fuimos a Manhattan donde se encontraba nuestro apartamento. Era espacioso y tenía un montón de ventanas con vistas increíbles. Tuvimos un rato para asearnos y cambiarnos en los que aproveché para prepararme y descansar. Me puse unos vaqueros largos, un crop top blanco de manga larga pero con los hombros al descubierto, unas zapatillas negras y me aborché una chaqueta negra a la cintura. Cogí mi cámara y desenchufé el móvil. La batería había cargado bastante teniendo en cuenta que la había gastado en hacer millones de vídeos para instagram. Lo guardé en el bolsillo trasero y salí de la habitación. Mary nos esperaba con su sonrisa amable a que estuvieramos listos.
- Tal vez sea mejor que por hoy dejen todas las cámaras. Tendran tiempo de sobra estas semanas y Ash las odia, sería mejor causar buena impresión.
James me hizo un gesto para que dejara la cámara aquí y le hice caso. El también dejo su equipo.
- Antes de llevaros me gustaría poneros un poco al tanto. Ash puede ser... algo intenso. Sé que queréis hacer un artículo pero no sé cuanta información podréis obtener. Si responde será directo y sincero pero claro, eso es si responde. Puede que tardéis un poco en acostumbraros a su forma de ser. Y una última cosa. Los guardaespaldas que tenéis son miembros de la policía que os ha asignado el señor Golzine. Al ser polis no les dejarán entrar en algunas zonas que pertenecen a la banda. Ahora Ash estará en el bar donde se reunen. Aunque no entren estarán fuera vigilando y como invitados de Ash no deberíais tener problemas.
A pesar de su sonrisa y el intento de tranquilizarnos, se me hizo un nudo en el estómago. Fuimos al bar que Mary había mencionado pero esta vez en un coche más discreto. Allí nos esperaba un niño con la piel oscura y el pelo rizado revuelto.
- Este es Skip. Él os acompañará dentro. Ha sido un placer - nos dijo Mary antes de volver al coche.
- Hola - nos saludó el niño.
James y yo nos miramos algo sorprendidos.
- James y Katrina, ¿no? Seguidme. Ash ya está dentro.
Nos llevó hasta la puerta y en cuanto entramos el ambiente cambió radicalmente. El ruido era una mezcla entre música de rock muy alta, bolas de billar golpeando entre sí, los tintineos de las botellas y copas, conversaciones a todo volumen y unas cuantas carcajadas. Me sentí algo abrumada y debo admitir que asustada. La pinta de todos allí era lo que se esperaba de cualquier banda. Si me cruzase con cualquiera de ellos por la calle seguramente cambiaría de acera. Había personas de todas las etnias, edades y aspectos.
- Tranquilos. Venid por aquí. Ash está allí - nos señaló Skip.
No tardé en localizarle. Era más alto de lo que me imaginaba con el pelo rubio largo y varios pendientes en una oreja. Sonreía con malicia mientras jugaba al billar con varias personas más.
- Jefe, tus invitados de Londres.
Levantó la vista unos segundos y volvió a concentrarse en el billar. Esos segundos bastaron para que me quedara petrificada. Desprendía un aura que dejaba claro lo peligroso que era, sin embargo, a diferencia de con otras personas allí presentes, a él no le tenía miedo. Cuando terminó la jugada se incorporó y nos miró. Llevaba unos vaqueros rotos, una camisa negra de manga larga, unas zapatillas rojas y una camisa de cuadros verdes y negros atada a la cintura. Nos analizó con la mirada y nos ofreció una sonrisa ladeada.
- Bienvenidos. Soy Ash - se presentó tendiéndonos la mano.
Primero se la estrechó a James y luego a mí que nos presentamos respectivamente.
- No sé yo si esto es lugar para una dama - me dijo mordaz.
No quería tentar a la suerte tocándole las narices a una persona como él pero tampoco creía que callarme y asentir le fuera a agradar por lo que opté por ser yo misma (con un poco de filtros si la situación lo requería).
- Menos mal entonces que no ha venido ninguna dama - contesté alzando una ceja y cruzándome de brazos.
Sonrió, lo cual parecía una buena señal. Noté como a mi lado James tragaba saliva nervioso. Seguramente me regañaría por eso más tarde.
- Bien. Queréis escribir un artículo sobre las bandas y principalmente sobre mí. Así que, ¿qué queréis saber?
- Tengo varias preguntas. Muchas de ellas puede que hubiera que comentarlas con más calma - respondió James.
- Está bien. ¿No hay nada que queráis preguntar ahora?
James pareció dudar. Mientras analicé a Ash con cuidado. Me fijé en que de la camisa asomaba la culata de una pistola en su espalda.
- ¿Puedo ver tu arma? - le pregunté.
El silencio se hizo en todo el bar y entonces supe que tal vez me había pasado. Ash me miro muy fijamente y tras unos segundo que me parecieron eternos, habló con un tono algo más grave de lo habitual.
- Si no vas a disparar un arma no deberías cogerla.
- ¿Y contra que objetivo querrías que disparara?
James me cogió del brazo y me obligó a retroceder un paso. Fue entonces cuando me fije en que me había acercado peligrosamente a Ash. La gente seguía en silencio y la tensión había aumentado drásticamente. Ash sacó el revolver y me lo tendió. Pesaba algo más de lo que esperaba. Comprobé el cargador, 6 balas.
- Ya que pareces tener tantas ganas de usarla, deja que te ponga a prueba.
Sonreí internamente. Al ser mi padre policía, había pasado montones de horas en la galería de tiros. Me encantaba la sensación y había podido afinar mi puntería.
- Adelante.
- Sin embargo, esto es más divertido si hay algo que perder o ganar.
Se acercó a la barra y colocó 6 vasos de chupitos.
- 6 balas, 6 chupitos. Cada acierto tuyo es uno que bebo yo. Cada fallo, bebes tú.
- Me parece justo.
Ash sonrió demasiado seguro. O pensaba que era estúpida y me creía que sabría usar un arma a la primera o se imaginaba que sabía usarla pero me estaba engañando de alguna forma. Ninguna de las opciones me hacía mucha gracia.
- 5 metros serán suficientes - me dijo colocándome frente a la barra.
Al notar sus manos en mis hombros, el corazón se me aceleró. Era un tacto suave y cálido pero me produjo un escalofrío.
- Cuando quieras - me susurró al oído.
Necesité respirar hondo para calmarme después de tenerle tan cerca. Aún notaba su aliento en mi oído. Apunté al primer vaso, quité el seguro y disparé. La bala se desvió unos centímetros y noté como Ash sonreía. Estaba acostumbrada a otro tipo de armas por lo que seguramente necesitaría otro tiro para cogerle el punto. Pero solo uno más. De nuevo respiré hondo y disparé. Esta vez la bala paso rozando el vaso pero no le dio. Quedaban 4. Respiré una tercera y última vez y disparé las 4 balas restantes de golpe. Todas ellas acertaron en los vasos que estallaron llenando la barra y el suelo de cristales. Mire a Ash que borró rápidamente la sorpresa de su rostro. La mayoría allí no fueron tan rápidos y más de uno me observaba boquiabierto. Especialmente James que parecía a punto de susfrir un infarto.
- Dejo que el perdedor elija el licor - dije tendiéndole el arma.
La cogió con una lentitud casi terrorífica y tras cargarla de nuevo y guardarla, se dirigió a la barra. Repuso los vasos que habían estallado y los lleno de tequila.
- Pensaba que me tocaría hacer de niñera de un par de ingleses pijos pero veo que esto puede ser más interesante de lo que esperaba - me dijo antes de beberse sus 4 chupitos.
Sonreí y bebí los 2 que me correspondían. Puede que tuviera resistencia al alcohol pero 2 chupitos de tequila era empezar la noche con fuerza.
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