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Hiccup y Astrid vieron por última vez a la prensa que se quedó en la puerta del palacio de Berk, luego dirigieron sus miradas hacia delante.
Ambos estaban en el auto negro correspondiente al príncipe, el cual aún estaba impresionado de cuánto captaban la atención de los noticieros. Habían pasado un par de días desde lo que pasó en el hipódromo, desde entonces no tenían tiempo a solas, sólo cuando estaban dentro del palacio, porque no dejaban entrar a los periodistas.
-Ni un helado pudimos comer.- comentó la joven en broma, mientras bajaban del vehículo.
-Sí, bueno, no duramos en la heladería, antes de que los periodistas se nos lanzaran encima.- se quejó el castaño con fastidio.
No por la intromisión de la prensa, eso ya era algo a lo que estaba acostumbrado, sino le molestaba que ahora su novia era completamente el centro de atención.
-Desde la carrera de tu hermano no nos han dejado en paz, pero ya se calmarán.- dijo la rubia tomándolo de la mano, mientras entraban al castillo.
Sin embargo, en medio de su camino a la habitación de Hiccup, Richard, el guardia, los interceptó.
-Príncipe Hiccup. Lady Astrid.- saludó a cada uno con una leve reverencia.
-Buenos días, Richard.- devolvió el saludo la Hofferson con una amable sonrisa.
-Les llegó una invitación para ustedes, es de la federación de fútbol de Inglaterra.- les anunció al mismo tiempo que le entregaba un sobre blanco al heredero.
-Muchas gracias, la leeremos en habitación, Richard.- le agradeció Hiccup y con la cabeza de despidieron del guardia y siguieron su camino.
En cuanto llegaron, cerraron la puerta; Astrid le sonrió con picardía antes de lanzarse a sus brazos para empezar una pequeña sesión de besos. El príncipe la recibió de buena manera, mientras rodeaba su cintura con sus brazos y la guiaba a la cama, la empujó levemente para dejarla caer y luego subir sobre ella y seguir besándola.
-Hiccup...- jadeó la ojiazul cuando éste bajó sus besos a su cuello, ella puso sus palmas sobre su pecho y lo empujó con cuidado.
-Está bien. Me detengo.- aceptó él al saber lo que ella le pedía con la mirada. Así que se hechó a su lado y dejó que ella recostara su cabeza sobre su pecho.
-¿Y vas a leer la invitación?- preguntó ella tras unos segundos de silencio.
Haddock asintió y buscó la invitación en su bolsillo, cuando la sacó, la abrió y leyó en voz alta.
-Estimados príncipe Hiccup Haddock III y Lady Astrid Hofferson de Gales, la Federación de fútbol de Inglaterra les hace llegar una invitación especial para asistir a la inauguración de la Liga Nacional, el día sábado en el Estadio Nacional a las 6 de la tarde. Esperamos su asistencia.- leyó.
-Genial, deberíamos ir, Babe.- opinó usando el apodo que había escojido para él- Oh, pero le prometí a Elsa que el sábado iría con ella a la empresa familiar.- recordó con pesar.
-¿En serio? Pero sería muy descortés rechazar la invitación, además, puedes ir otro día con tu hermana a la empresa.- comentó el ojiverde.
-Está bien, iremos.- aceptó ella con una sonrisa y luego giró y levantó su cabeza para verlo a los ojos- E Hiccup, muchas gracias por el otro día apoyarme en el hipódromo, ví cómo tus padres me miraban y no me sentí cómoda con ellos, pero cuando tú me apoyaste, todo fue mucho más fácil.- le agradeció y su novio le dedicó una sonrisa genuina.
-Sé que mis padres tienen sus pensamientos respecto a cómo actuar ante los medios y nuestra gente, pero también sé que tus tienes las tuyas y no voy a prohibirlas, porque no son malas.- le dijo, antes de darle un casto beso en los labios.
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3 Años después (1980)...
-¡¿Ya vieron las noticias?!- habló Bocón alterado, mientras entraba a la sala del palacio, donde toda la familia real pasaba tiempo, junto a las novias de los príncipes.
-¿Qué sucede, Bocón?- preguntó Estoico, mientras su hijo menor prendía la televisión y ponía las noticias.
-Estamos en el pueblo de Snorck, al norte de Inglaterra, hace 1 hora se registró el derrumbe de un gran cerro, pero la peor parte de todo, es que en el inicio del mismo, se ubica a una escuela primaria, la única de este pequeño pueblo. Lamentamos informar que ésta escuela ha quedado sepultada bajo la tierra y las rocas, ningún maestro o niño ha logrado escapar del derrumbe. Ahora mismo, el equipo de rescate está haciendo todo lo posible para salvar todas las vidas posible. Sin duda, un hecho lamentable.- esa era la voz de una reportera.
-Pobres padres.- murmuró Elsa al ver en la pantalla a todos los padres de familia que lloraban desconsoladamente, pronunciando los nombres de sus hijos o hijas bajo los escombros.
-Debemos ir a Snorck, pero ya.- indicó la reina con seriedad y Bocón corrió hacia el teléfono para avisar que preparen el avión real.
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Snorck, norte de Inglaterra...
3 Vehículos negros llevaban a los miembros de la familia real y sus novias hacia el lugar de la tragedia.
-Pero qué escenario tan horrible.- comentó Jack bajando del auto en el que iba con Elsa, ya empezaba a anochecer y el trabajo de rescate se hacía más difícil.
-Oh, majestades, nos conmueve su presencia aquí.- los recibió el jefe del equipo de rescate.
-Es lo mínimo que podíamos hacer.- dijo Valka con el corazón estrujado, pues veía a los padres sufriendo y buscando a sus pequeños hijos con desesperación- ¿Cuál es el reporte?- preguntó.
-Aquí estudiaban 375 niños, de los cuales hemos sacado a 23 sin vida y 5 están heridos de gravedad, ya los hemos enviado al hospital. Y solo hemos recuperado 2 maestros de los 20 que ejercían aquí, los 2 sin vida.- respondió.
Aquellas cifras no eran nada alentadoras.
Luego una alarma sonó y todos guardaron silencio por 1 minuto, pero al no recibir alguna señal de algún herido con vida, siguieron con su búsqueda.
-Hacemos eso cada 5 minutos para saber si alguien está pidiendo auxilio desde dónde está.- informó el rescatista.
-Los papás también están en la búsqueda.- habló Astrid secando una lágrima traicionera que se había escapado de sus ojos.
-Claro que sí. No somos muchos en el equipo de rescate y ellos no dudaron en ayudarnos, son sus hijos después de todo.- mencionó el jefe.
-Nos quedaremos un par de minutos más y luego nos iremos al hotel, no nos iremos hasta que sea necesario.- le informó el rey para disgusto de Astrid.
-¿No haremos nada? ¿Sólo miraremos cómo sufren y ya?- cuestionó con el ceño fruncido.
-No seas insolente.- le regañó él pelirrojo.
Astrid solo bufó y caminó con determinación hacia el área del derrumbe y comenzó a ayudar a los rescatistas y a los padres, moviendo y sacando toda roca, toda tierra y todo escombro que encuentre.
Pero a la rubia se le aceleró el corazón, cuando sintió una mano, que reconocía a la perfección, sobre la suya.
-Hiccup...- lo nombró sorprendida- Me estás ayudando.- murmuró viendo cómo él empezaba a buscar.
-Pues, claro.- le dijo, mientras le guiñaba un ojo, luego vió a su hermano y a su mejor amiga unirse a ellos- No estás sola, Mi Lady Astrid.- aseguró con una sonrisa, mientras dejaban atrás a sus padres con enojo y a un muy confundido Bocón.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💕
Y por si se lo preguntan, los hechos de la tragedia presentada en este capítulo, sucedió en la vida real y también en Inglaterra; los que hayan visto la serie "The Crown", sabrán a qué tragedia me refiero.
Tal vez no sea exactamente igual, pero sucedió de una forma muy similar, porque me parece que el derrumbe del cerro fue negligencia de una empresa inglesa o algo así, la verdad que no me acuerdo muy bien.
Pero en fin, eso fue todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 💘
A_Hiccstrid
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