^ 08 ^

Sus labios encajaban entre sí perfectamente, como 2 piezas de un rompecabezas, y se movían a un suave compás, con un ritmo marcado.

Todo parecía perfecto, hasta que...

-No.- murmuró Astrid apenas se separó de golpe del príncipe, ella bajó sus manos al pecho de él para empujarlo- No está bien.- añadió con aflicción, antes de salir del agarre del castaño y correr hacia su recámara.

-¡Astrid!- exclamó su hermana mayor, quien se dispuso a ir tras ella, sin embargo, Hiccup la tomó de la muñeca para detenerla.

-Déjame ir a mí, por favor.- pidió con un gesto de súplica en el rostro.

Elsa apretó sus labios con resignación, antes de asentir con la cabeza.

El ojiverde murmuró un rápido 'gracias', luego también subió las escaleras con pasos apurados. Cuando llegó al segundo piso, vió diferentes puertas, no sabía cuál era la de Astrid, así que utilizó su audición para captar algún movimiento detrás de las puertas, hasta que escuchó leves sollozos detrás de una, supo que se trataba da la rubia.

Abrió la puerta despacio, mientras le agradecía a Dios que la ojiazul no le haya puesto llave.

-No vine hasta aquí para que me siguieras.- reprochó la Hofferson sin voltear a verlo, sólo mantenía su vista en la luna llena, la cual veía a través de su ventana.

El Haddock demoró un poco en contestar, pues estaba asombrado y maravillado por la belleza del cuarto, era un ambiente muy bonito.

-Lo siento.- se disculpó rápidamente, antes de aclarar su garganta- Es que quería asegurarme de no haber hecho algo que te haya incomodado o lastimado allá abajo.- aclaró dando unos pasos al frente.

Astrid dejó salir una risa con ironía.

-¿Cómo no te puedes dar cuenta?- preguntó frustrada- ¡No hiciste nada malo! ¡De eso se trata!- exclamó dándose al fin la vuelta para conectar sus ojos azules con los verdes de él.

Hiccup pudo percibir el camino de las lágrimas que ella había derramado por sus mejillas, esto gracias al maquillaje, pero lo que más calaba en su corazón era ver la angustia en su rostro junto a sus ojos cristalizados.

-¿Puedes explicarme mejor?- pidió con gentileza y acortando más la distancia entre ellos.

Astrid relamió sus labios para hablar.

-Me gustas.- confesó de golpe y muy sonrojada- Ay, por Dios, creo que eso es tan obvio. Desde que te ví por primera vez en mi televisor me enganché contigo, el que seas diferente a tu familia, que seas tú y no lo que otros quieren ver es algo que siempre he admirado. Pero uno de los riegos de una obsesión, es que sabes todo acerca de esa persona y... Siempre he tenido una espina clavada en mi corazón al saber tu romance clandestino con Mérida Dumbroch, eres amante de una mujer casada. ¿Cómo puedo aceptar eso yo? No es digno.- lamentó negando con la cabeza.

"Tú siempre tan correcta." Pensó el heredero.

-Era.- recalcó con una pequeña sonrisa de lado, confundiendo por completo a la rubia.

-¿Qué?- soltó ella en gruñido. ¿Acaba de abrirse con él y es todo lo que dice?

-Era el amante de una mujer casada.- aclaró- Y si lo fui, fue porque estaba enamorado, pero ese sentimiento se disipó hace tiempo, sin embargo, tenía miedo de soltar a Mérida. Tenía miedo de estar solo, porque yo no quería que mi familia escogiera a la mujer de mi vida, ¡quiero hacerlo yo! ¡Y te elijo a ti! Desde que te conocí, no te saco de mi mente, eres como una pegajosa melodía en mi cabeza que se reproduce todo el tiempo. No soy el mismo, he cambiado. Cambié por ti, en estos meses que hemos estado juntos me has dado más razones para vivir y ser feliz, que las que me dió mi familia en toda mi jodida vida. No quiero nada con Mérida o con otra ridícula chica que se cree de cristal, sólo por tener una buena posición económica; quiero una vida a tu lado, por tu sencillez, carisma, amor... ¡Dios! Simplemente, eres perfecta, eres todo lo que estaba esperando.- reveló con tanta devoción, que Astrid no pudo evitar romper en llanto nuevamente.

-Hiccup...- sollozó lanzándose a sus brazos para ser envuelta por ellos.

-Ya, Mi Lady.- dijo con dulzura en su oído- No te voy a mentir, una relación conmigo será complicada. Especialmente, por la prensa; la cual se va a encargar de criticarnos mucho y podrían usar nuestra diferencia de edades en primer lugar, por los compromisos, las nuevas reglas que tendrás que seguir; pero yo voy a estar a tu lado para apoyarte en lo de sea.- le aseguró, mientras la estrechaba más hacia él.

-No me importa.- espetó ella contra su pecho- Sólo quiero estar contigo.- dijo con una sonrisa.

-En ese caso...- habló el ojiverde separándose un poco de ella para verla a los ojos- Mi Lady, ¿quisiera ser mi novia?- preguntó con un brillo inusual en sus ojos.

-Claro que sí quiero.- respondió ella risueña, antes de chocar nuevamente sus labios contra los suyos.

Después de aquel gran paso, ahora Hiccup tenía que presentarla a su familia y, por último, al mundo entero como su nueva pareja.

Eso iba a estar interesante.

^ ^ ^

Al día siguiente, Astrid era un manojo de nervios y se negaba a bajar del auto de Hiccup, el cual estaba estacionado justo en la puerta del Castillo de Berk, considerado como el Castillo de Gales.

-Vamos, Astrid, tu hermana y Jack ya pasaron, ahora de seguro están en la mesa con mi familia.- le dijo tratando de sacarla del vehículo.

-¿Y si no les soy suficiente?- preguntó ella soltándose del agarre que él tenía en su muñeca- ¡Soy hermana de la que es la novia de uno de los príncipes desde hace 4 años y los reyes no saben de mi existencia! ¡¿Sabe lo loco que se oye eso?!- renegó alterada.

Hiccup rodó los ojos.

-Mi Lady, vamos a explicarles todo ahora y les agradarás.- dió por hecho con una sonrisa sobrada- Además, si Elsa les cae excelente. ¿Por qué tú no?- cuestionó.

-Elsa y yo no somos iguales, Hiccup.- refutó frunciendo el entrecejo para luego alzar una ceja.

-Dios, ayúdame con esta señorita.- pidió él mirando al cielo, al menos, había hecho reír a su novia.

-Está bien, saldré.- aceptó ella cansada del drama innecesario y después salió del auto- Ese auto no parece ser de tu familia.- comentó al ver un auto negro estacionado a unos metros más adelante.

El príncipe se extrañó, lo que decía era verdad.

-Tienes razón.- coincidió- Lo averiguaremos adentro.- añadió pasando su brazo por la cintura de ella y juntos caminaron hacia dentro del palacio, hasta llegar al comedor, ahí unos guardias abrieron las puertas.

Allí vieron a la familia real; más Bocón, Elsa y una chica que no era reconocible para ellos.

Valka, al ver a su hijo en compañía de una chica, frunció el ceño y empuñó sus manos. ¿Su hijo organizó un gran almuerzo familiar para burlarse de ellos?

-Hijo...- habló Estoico levantándose de su asiento, mientras lo veía con seriedad, aún más cuando veía la mano de su heredero en la cintura de la extraña jovencita- Queremos presentarte a la princesa Camicazi de Escocia.- dijo señalando en dirección a la otra chica rubia, quien también se paró de su asiento para hacerle una reverencia.

-Tu prometida.- reveló la reina mirándolo con neutralidad.

Hiccup sintió a Astrid tensarse ante tales palabras.

¿Cómo que algo así había pasado?


















































Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. ❣️

Uuuhhh... Camicazi apareció como prometida de nuestro Hiccup. ¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo creen que los más jóvenes se lo tomarán? ¿Hiccup arreglará las cosas?

Todo eso y más en el siguiente capítulo. (。•̀ᴗ-)✧

¡Nos leemos pronto! 💕


















































































A_Hiccstrid

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top