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Mansión Hofferson...
La tensión reinó en la residencia de los Hofferson en cuanto Elsa regresó de discutir con su novio, para desgracia de ella, él no había cedido en su posición.
La chica se encerró en su habitación lanzando maldiciones a todo el mundo, pero en especial a 2 personas: Hiccup Haddock y su pequeña hermana.
Astrid había tratado de hablar con ella un buen rato, hizo una pequeña vuelga sentándose al pie de su puerta por casi 3 horas, pero no fue suficiente para que su hermana mayor intente hablar con ella. La rubia no tuvo más opción que ir a su cuarto y lamentar los inesperados hechos.
Sin embargo, hoy era un nuevo día y, si su hermana es tan terca y resentida como para no seguir hablándole, Astrid no tenía porqué seguir lamentándose en su habitación. Así que tomó su par de patines favoritos de 2 líneas y corrió descalza, hasta el salón más grande y vacío de su mansión.
Usualmente, este espacio era para que su familia sea anfitriona de bailes o fiestas importantes, pero cuando no se usa, ella aprovecha para patinar. Tuvo que aprender por sí sola, al igual que montar bicicleta, pero eran actividades que le encantaba, a pesar de que tuviera que hacerlas bajo techo y sola.
Se colocó los patino y puso música por una radio para empezar a patinar a su antojo. Combinaba pasos de baile con maniobras de patinaje, era muy buena.
Era una buena manera de empezar un día.
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Las horas pasaron y el final de la tarde estaba llegando. Astrid se la había pasado patinando, incluso después de su almuerzo.
Todo iba bien. Hasta que...
-¡Astrid, ven rápido!- escuchó la vos de Rosa desde la sala familiar.
Nuestra rubia no dudó en correr hacia aquel lugar y vió que ella estaba acompañada con Elsa, ambas estaban viendo en su televisor las noticias.
Su hermana tenía una mano tapando su boca, mientras que silenciosas lágrimas descendían por sus mejillas y trataba de callar sus sollozos.
Rosa sólo miraba con aflicción el televisor y con las manos juntas sobre su pecho.
-No...- susurró la menor con dolor al ver la trágica noticia.
De repente, soltó sus patines que tenía en su mano, asustando así a las 2 mujeres presentes, luego se hechó a correr hacia la puerta trasera de la mansión. Se fue sin importarle que no llevaba zapatos.
-¡Astrid, espera!- le gritó Elsa, pero fue en vano, su hermana ya se había ido.
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Castillo real de Inglaterra...
-Jack, hijo, necesitas ver esto.- la voz angustiada de Valka llamó la atención de su hijo menor, quien jugaba cartas con su hermano en la sala familiar del gran castillo.
El rey y la reina veían las noticias en su televisor y, lamentablemente, no eran noticias buenas.
-Se ha reportado un trágico accidente en nuestro océano. Aquí tenemos imágenes del naufragio de un barco perteneciente a la marina real, el cual regresaba de una misión diplomática en Dinamarca. Tenemos entendido que este hecho fue causado por una bomba que explotó en la parte superior del barco, por lo cual la nave se hunde de una forma alarmante. Aún no llega un equipo de rescate, dudo que sea imposible rescatar a alguien, el barco ya está un 90% hundido. Me informan que ya están confirmadas las muertes de los diplomáticos Ragnar y Lagertha Hofferson, quienes no pudieron salir a cubierta, antes de que su habitación sea alcanzada por el agua...- esas eran las palabras de la reportera que cubría la nota.
-Oh, no. Es, realmente, una pena.- musitó Estoico al enterarse de la muerte de sus amigos.
-¿Quién haría algo cómo eso? No pudo haber sido un accidente.- dijo su esposa.
-Elsa / Astrid.- murmuraron ambos príncipes, antes de salir corriendo a sus respectivos autos y dirigirse a la Mansión Hofferson.
-¿Quién es Astrid?- preguntó Valka a su esposo, quien sólo alzó sus hombros al no saber la respuesta.
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-Cuando tu hermana me dijo que habías salido de casa, supuse que estarías aquí.- habló Hiccup al encontrar a la rubia sentada en el mismo lugar en el que ambos se habían sentado ayer en aquel mismo parque.
La ojiazul sólo miraba el atardecer con lágrimas saliendo de sus ojos, abrazaba sus piernas y apoyaba su mentón en sus rodillas.
-No pude despedirme.- logró decir en un sollozo.
El castaño no esperó más sentarse a su lado izquierdo y pasar su brazo por su espalda para atraerla hacia él. Ella decidió apoyar su cabeza en su hombro, después siguió hablando.
-Nuestra última conversación fue una pelea.- reveló con dolor- Estaba molesta por no dejarme vivir mi vida, quedé resentida apenas se fueron, pero...- se detuvo para llorar y sollozar, enterrando su rostro en el pecho del príncipe.
-Tranquila.- le susurró él frotando su espalda con su mano y rodeándola con su otro brazo también- Déjalo salir, has que todo salga.- le habló con dulzura apoyando su mejilla derecha sobre la cabeza de ella.
-A pesar de todo eran mis padres. Ellos creían que me hacían un bien, me amaban, así como yo los amaba a ellos. Sólo lamento que todo haya terminado de ese modo.- lamentó entre más sollozos y aferrándose más a él.
Así pasaron todo el ocaso.
Hiccup estaba ahí para apoyarla y consolarla con mimos y un protector abrazo, la escuchaba y comprendía, simplemente dejaba que se desahogara. Mientras que Astrid hacía todo eso, también estaba muy consciente de cómo él estaba a su lado en todo momento y hacía lo mejor que podía para hacerla sentir mejor. Estaba muy agradecida.
-Vamos, ya es hora de ir a casa.- le dijo el ojiverde cuando ya vió el cielo escuela y estrellado, después se puso de pie y la ayudó a hacer lo mismo.
Fue en ese entonces, donde se dió cuenta que ella no traía zapatos. Él sonrió con ternura.
-Permíteme.- le habló nuevamente, antes de cargarla de manera nupcial de la forma más respetuosa y delicada posible.
Astrid se sonrojó con su acción y se aferró bien a su cuello con ambas manos. En el camino al auto sonrió al estar en sus brazos, pero también evitó todo contacto visual con él.
Estaba muy nerviosa como para hacerlo y no quería arruinar el momento.
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Cuando Hiccup y Astrid entraron a la residencia de la segundo, fueron a la sala familiar, allí encontraron a cierta pareja abrazada sobre uno de los sillones.
Elsa ya se había calmado, su llanto había cesado y ahora sólo necesitaba sentir el calor de Jack para estar más tranquila.
-Amor...- la llamó el ojiazul al ver a sus hermanos en la puerta. La chica alzó su mirada y corrió hacia su hermana para darle un fuerte abrazo, el cual fue rápidamente correspondido.
-Te amo, hermana. Y perdóname por todo.- le dijo ella- A partir de ahora, no más barreras, no más límites. Vivirás como una persona debe hacerlo.- anunció separándose para tomarla de las mejillas y secar el par de lágrimas al que se habían escapado de sus ojos.
-Gracias, Elsa.- agradeció con una leve sonrisa- También te amo. Y papá y mamá nos aman desde arriba, siempre estarán con nosotras.- le aseguró.
La peliblanca sollozó, antes de volver a abrazarla. Luego el menor de los Haddock se acercó a ambas y se unió al abrazo, Elsa le extendió su mano al castaño, quien la tomó para ser jalado al abrazo, siendo muy bien recibido.
Ahora las Hofferson tienen por seguro que ninguna estará sola nunca más.
Hola hola, genteeeeeeee!
¿Emotivo el capítulo? ¿Algunas lagrimitas por ahí? 👀... ¡Nah! Mentira, es broma, tampoco quiero hacerlos llorar.
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💕
Díganme... ¿Fue accidente o no fue accidente el naufragio del barco?
Y eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 💖
A_Hiccstrid
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