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Trama: Luigi disfrazado como la princesa Peach para engañar a unos villanos está atrapado y durante su encierro recibe a un invitado poco esperado.

Título: Princesa por sorpresa

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Narrador POV

En una pequeña celda con una puerta de madera, una ventana de gruesos barrotes de metal y una cama con una gran capa de polvo en la que ni siquiera se había sentado por ello; el menor de los hermanos daba vueltas suspirando mientras jugaba con los mechones de la peluca rubia que llevaba puesta.

"¿Por qué a Mario nunca le toca hacer estas cosas?" Se preguntaba aburrido por el tiempo que llevaba ya encerrado sin saber cómo ni cuando podría salir de allí.

Por lo menos estando solo no tenía que estar continuamente ocultando su bigote lo cual agradecía. Todo estaba en un continuo silencio, hasta que comenzó a oír unos pasos que se acercaban a la celda.
- ¡Soltadme! ¡No sabéis con quién os estáis metiendo!

- Qué ruidoso es. Enciérrale de una vez con la princesa y salgamos de aquí.

Luigi al escuchar esas voces volvió a tapar su rostro y a permanecer en silencio mientras veía como se abría la puerta y el príncipe Peasley era empujado en su interior.

- ¡Malditos cobardes! En cuanto salga de aquí os las veréis conmigo y con mi espada pedazo de...- No terminó la frase al ver que no estaba solo.- ¡Princesa! No la había visto. ¿Ésta bien?

Luigi dudó un segundo, pero como no sabía si les estarían vigilando desde fuera decidió mantener su verdadera identidad oculta por el momento, por lo que solo asintió sin apartar las manos.

- Bueno, es una alegría encontrarte, aunque no sea el mejor momento ni lugar.- El del vestido asintió de nuevo, pasando a comenzar una conversación en la que el príncipe hablaba y el otro solo respondía con gestos para no ser descubierto.

- Me da rabia, me tendieron una emboscada y me han quitado todas las armas, tendremos que esperar a los refuerzos. Ah por cierto querrás saber lo que pasó sobre lo que hablamos el otro día. ¿No? Pues ayer estuve con los hermanos y conseguí estar un rato a solas con Luigi pero no me atreví antes de que su hermano regresara.

"¿No atreverse a qué? ¿De qué está hablando?" Pensó el fontanero pero Peasley interpretó de otra forma su gesto.

- Si, ya sé lo que dije el otro día que me iba a lanzar y le iba a confesar que me gusta pero no es tan fácil. Quiero hacerlo antes de que os vayáis de nuevo a vuestro reino pero no sé por qué me está resultando muy difícil.

El de verde abrió mucho los ojos al oír aquello, su corazón comenzó a latir algo más rápido y sintió un gran calor en su rostro.
No podía creer aquello, una sonrisa apareció automáticamente en sus labios y se negó a desaparecer por mucho que intentara disimular.
- ¿Peach? ¿Te ocurre algo?- Preguntó el judía al ver que llevaba un rato sin ser escuchado.

- Peasley...- El otro al oír su voz se sobresaltó y se puso totalmente rojo al ver como al alejar las manos un bigote que conocía perfectamente sobresalía de su rostro.

- ¿Lu-Luigi?

Hubo un pequeño silencio incómodo, ninguno de los dos reaccionaba debido a la vergüenza que sentían por aquella confesión que acababa de hacer el príncipe. Un rato después, Luigi intentó hablar pero fue interrumpido por una puerta que se abrió de par en par.

- A ver monarcas, os venís con nosotros, órdenes del jefe...

Oh no. Otra vez no.

- ¡No es la princesa! ¡Nos han engañado!- Con aquella voz de alarma todo esbirro que se encontraba en el castillo dejaron lo que estaban haciendo y se dirigió hacia donde estaban ellos.

Luigi cerró sus ojos preparándose para lo peor, para darse cuenta de que se estaba moviendo abriendo sus ojos de nuevo.

Peasley le cargaba al estilo princesa (nunca mejor dicho) mientras corría esquivando enemigos a través de la fortaleza.

Eso le pilló tan desprevenido que lo único que podía hacer era agarrarse con fuerza la peluca mientras soltaba algún golpe a aquellos monstruos que el príncipe no podía alcanzar.

Lograron llegar a una sala donde habían guardado la judía voladora del príncipe que de un salto subió encima y consiguió salir volando por una ventana.

Finalmente tras un largo rato de persecución, aterrizaron en un bosque para ocultarse entre los árboles, y aquellos enemigos que les habían seguido hasta allí les perdieron la pista y volvieron a la fortaleza.

- Creo que se han ido.- comentó el príncipe observando el cielo.

- Peasley, ya puedes bajarme...- El nombrado se dió cuenta de que aún tenía al fontanero entre sus brazos por lo que aterrizó y lo bajó en el suelo.

Volvió a haber un silencio incómodo hasta que el menor se acercó dándole un corto beso en los labios separándose rápidamente provocando sorpresa en el judía que no se esperaba aquello.
- ¿Y-y eso?

- Bueno, ya es una costumbre lo del beso de agradecimiento, yo no la voy a romper.- respondió mientras se sonrojaba y miraba hacia otro lado.- Mejor voy a cambiarme antes de que nadie me vea así.- dijo para esconderse tras unos arbustos dejando a Peasley con una sonrisa tonta en la cara.

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A VER Y NO AL CINE

La suerte me sonríe, estoy en una nube :^)
Ésta mañana según he llegado a clase mi Crush va y me dice que ha cortado con su novio y ha estado muy pegada a mi todo el día. Hasta me ha dado un abrazo muy fuerte cuando nos han dado la nota de un examen.

La semana que viene es su cumpleaños voy a aprovechar a regalarle algo bonito aprovechando que nos gustan las mismas cosas, a ver si saco valor en estos días para confesarme cuando se lo dé. Sé que acabará saliendo mal pero no me importa, pase lo que pase el subidón de hoy me va a durar un mes.