Cuenta atrás 🍒
Título: Cuenta atrás
Para quien no la conozca Aurelia (Starlow en inglés) es la de la multimedia.
(...)
Volvieron los cuatro al castillo y nada más llegar empezaron con los preparativos. Habían decidido preparar la boda en tiempo récord y por ello Peasley y Luigi decidieron quedarse en el Mushroom Kingdom para ayudarlos.
Empezaron redactando las invitaciones, cosa que no fue exactamente tan rápida como debería debido a los amigos que ambos tenían por todo el universo e incluso en universos paralelos.
Al tercer día Luigi y Peasley se tomaron un descanso para ir a recibir a los invitados del Reino Judía. La reina fue junto a ellos mientras sus súbditos llevaban el equipaje.
- ¡Te dije que usaras protección!- El ex fontanero se llevó un empujón un poco fuerte debido a que ella no calculaba su fuerza.
- ¡Ay! Pensaba que querías tener nietos.- se quejó Luigi.
- ¡Claro que sí!- Lo abrazó con fuerza sonriendo hasta que sonó un crujido que venía de él.
- ¡Mamá vas a ahogarlo y a quebrarlo!- Se acercó Peasley a ellos alarmado consiguiendo liberar a su esposo.
- No importa, entiendo lo feliz que está. ¡Yo también lo estoy!- Luigi sonrió de repente y tomó a la reina entre sus brazos y la elevó en el aire ni siquiera él supo cómo.
Mario y Peach cumplieron lo prometido. Una semana después de aquel picnic medio improvisado todo estaba preparado:
Las habitaciones para hospedar a los invitados, la decoración, el banquete, el altar que prepararon en el salón del trono y todo lo que necesitaban.
Con la tarta de 20 pisos que calcularon para todos los invitados pese al poco tiempo que había no hubo problema alguno porque la propia Peach se metió en la cocina del castillo una mañana y en la misma noche que pasaron a buscarla la tarta ya estaba terminada y ella casi totalmente cubierta de nata, lo cual Mario aprovechó para tomarla en brazos empezando a besar su rostro limpiándola.
- Nunca pensé que podías ser más dulce.
- ¡Mario! No estamos solos.- La princesa se sonrojó y todos los demás se conmovieron, todos excepto Toadsworth que carraspeó interrumpiendo el momento.
- Por favor, hay más cosas que organizar.- Se dió la vuelta saliendo de allí pero varios Toads vieron su sonrisa emocionada.
Entre las prisas y la lista de invitados hubieron unas cuantas anécdotas que no podrían olvidar en el resto de sus vidas por mucho que quisieran.
Para empezar mientras varios Toads preparaban el banquete el día anterior a la boda Luigi ayudaba a preparar las mesas en el jardín del castillo y se dió cuenta de un pequeño y minúsculo detalle que fue a comentar con los novios.
- Princesa, perdón por interrumpir pero...- Entró en la biblioteca del castillo donde estaban practicando los votos junto a Toadsworth que era quien iba a oficiar la boda, deteniéndose al instante para escucharlo.- ¿Cuando preparaste la tarta en la cocina del castillo pensaste en cómo sacarla de allí? Porque no cabe por la puerta.
Solo consiguiendo sacar la tarta por la ventana pasaron otro día entero dado que tenían que avanzar milímetro a milímetro para que no se rompiera.
El resto de las cosas ocurrieron el mismo día de la boda que estuvo llena de emociones.
- ¡Hermano!- gritaba un Luigi nervioso que minutos antes de la ceremonia se había dado cuenta de algo dirigiéndose a la sala donde esperaba el mayor.
- Pensé que no llegabas.- Lo regañó ligeramente Mario mientras terminaba de atarse la capa más tranquilo de lo esperado.
- ¿Y los anillos?- Chilló el menor irritado por su tranquilidad cuando faltaba algo tan importante como los anillos, quedando confundido cuando su hermano lo abrazó y le sonrió.
- Tranquilo, lo tengo controlado. Ya verás es una sorpresa. Solo espero que no se haya arrepentido.
Exactamente hasta el momento de la entrega de los anillos no supo lo que su hermano había preparado.
- ¡Yo me opongo!- Un Bowser trajeado irrumpió llegando hasta el altar sin que nadie pudiese detenerlo.- ¡Creía que me amabas que darías el paso!
- ¡Yo nunca dije eso!- La princesa trató de esconderse detrás de su prometido que estaba en una pose defensiva.
- No hablaba de tí, hablaba de él.- Señaló a Mario y toda la sala se quedó en silencio durante unos instantes en los que parecía que el tiempo se había detenido.
- ¡Prometiste que si te invitaba no harías nada raro!- Chilló Mario de repente más rojo que la capa que llevaba.
Las carcajadas no se hicieron de esperar, absolutamente todas y cada una de las personas que habían asistido a la boda comenzaron a reír por aquella actuación del rey koopa que se veía a leguas que era fingida pero que había provocado auténtica molestia en el esposo.
- Yo solo prometí que no la secuestraría.- Le susurró riendo levemente.- Y además quería fastidiarte un poco para que no creyeras que me había ablandado. Pero sí, he cumplido nuestra promesa.
Bowser se apartó unos metros de los novios e hizo un gesto por el que Kamek que llevaba un vestido morado se acercó a él entregándole un pequeño cojín en el cuál se encontraban los anillos.
Peach se sintió conmovida por su gesto y con unas lágrimas amenazando con comenzar a salir de sus ojos abrazó a Bowser provocando una ovación en el público.
- Gracias.- Susurró en su oído y antes de que se separaran le dió un suave beso en la mejilla.
El rey koopa hizo una reverencia ante ellos y se alejó hacia la tercera fila que había estado hasta ese momento completamente vacía pero en la que de repente estaban los koopalings y Bowser Junior junto a Kamek y la boda finalizó.
En cuanto el beso llegó se iniciaron los festejos y las felicitaciones, que absorbieron durante horas a los recién casados. Luigi y Peasley viendo que era casi misión imposible hablar con ellos decidieron pasar la velada de forma relajada hasta que tuvieran un poco más de libertad. El primero en empatía a su pareja había optado por beber solamente agua y se pasaba el rato riendo de algunos que ya llevaban varias copas de más y que se habían lanzado a la pista de baile y el segundo agradecía que las náuseas le hubiesen dado una tregua justo aquel día. Pasaron horas hasta que los novios finalmente consiguieron llegar a su mesa.
- Tenías razón hermano, lo de los anillos si fue una auténtica sorpresa.- Lo abrazó notando que su hermano se tensaba al mencionarlo.- Mira, hablando del rey de Roma.
Bowser se acercaba hacia ellos con la chaqueta bajo el brazo y se sentó en la mesa saludándolos.
- Ha sido una sorpresa hasta para mí.- Comentó Mario con un pequeño gruñido causando una sonrisa en el koopa.- Porque me prometió que los traería sin hacer nada raro.
- Después de todos estos años la verdad si que ha sido una sorpresa.- Dijo Peach aún tratando de no ponerse demasiado emocional.
- Supongo que eso ya quedó en el pasado.- Suspiró Bowser con nostalgia.
- Un momento, conozco esa cara.- Le interrumpió la princesa.- Es tu cara de enamorado. A mí no me puedes engañar.
- ¿Q-qué? ¿Mi cara de qué?
- Si, definitivamente esa es tu cara de enamorado.- Sonrió Peach de forma pícara mientras Bowser seguía haciéndose el despistado.
- ¿Entonces al fin aceptaron que se amaban?- intervino Luigi dejando confundidos al resto y alarmando al rey.- Porque después de tanto tiempo ya era hora.
- ¡N-no sé de qué hablas!- Chilló nervioso en respuesta.
- ¿Sabes de quién está enamorado?
- ¡Sé con quién está saliendo! Daba la casualidad de que cuando estaban en una cita siempre me los encontraba y ellos salían corriendo esperando que no les hubiera visto.- Luigi rió ante el recuerdo.- Y pese a que ambos estuvieran en una forma humana tratando de pasar desapercibidos se notaba que eran ellos. Aunque fue bastante obvio que se gustaban cuando fue a llevarte una tarta de agradecimiento cuando nos ayudaste y se metió dentro de la tarta.
Los demás se quedaron sorprendidos pensando en quién podría ser la chica que cumpliera esas características mientras el Koopa seguía haciendo un berrinche.
- ¿Un momento, forma humana?- se quejó Toadsworth que pasaba por allí.- ¿Entonces no hacía falta que hiciéramos un asiento el doble de grande para ti? ¡Tuvimos que encargarlo!
- Aunque la verdad están los dos hechos el uno para el otro, no he encontrado a dos personas que les guste más humillarme que a ellos dos.- Suspiró Luigi y acto seguido se dirigió a Bowser al cual el Toad mayor seguía regañando.- Al menos dale recuerdos de mi parte a...
- ¡No sigas!- Éste lo atrapó y tapó su boca con la mano tratando de que el menor no revelara nada, pero lo soltó de golpe contra el suelo cuando le lamió la mano.
- Vale, vale. Os prometí que no diría nada.- Dijo levantándose y el pelirrojo se calmó, pero la expresión de Luigi cambió cuando vió algo detrás de ellos y sonrió cínicamente.- Aunque creo que no es necesario que la saludes de mi parte, ella ya me ha oído.
El resto se volteó hacia donde miraba el menor, eran las cortinas de una ventana que estaba a apenas un par de metros. Mario y Peach parecieron darse cuenta de quién era la chica o más bien la espíritu que escondida detrás de la cortina trataba de que la ignoraran.
- ¿Vas a salir o no Aurelia? Al menos déjanos saludarte.- dijo Mario sonriendo.
- ¿Bowser, en serio?- Sonrió el de rojo burlón.- ¿Qué viste en él?
- ¡Pues me gusta porque..! Porque...- Titubeó unos instantes mientras se sonrojaba intensamente.- ¡Porque me encanta y lo amo y punto!- Aurelia se acercó corriendo hacia Bowser y se ocultó bajo la chaqueta que el Koopa tenía bajo el brazo.
- Bueno, en verdad sonaba bastante raro que vinieras tantas veces en nombre de los espíritus de la estrella Cobalto a recibir informes de la situación del reino.- Volvió a intervenir Toadsworth mientras ella continuaba escondida.- ¿Pero desde cuándo tú olvidaste tu interés por la princesa?- Dijo dirigiéndose al rey koopa.
- Bueno, en realidad no lo sé. Pero ella es amable conmigo y es tan linda y pequeña que solo quiero abrazarla y protegerla.- Dijo destapándola para tomarla en sus grandes brazos mientras la miraba a los ojos.- Mi querida Chippi.
- ¡Qué lindos son!- Sonrió Peach conmovida y tuvo una idea. Se apartó unos metros de ellos, y aunque ya había lanzado el ramo, agarró uno de un centro de mesa y lo lanzó con no demasiada fuerza acabando en la mano libre de Bowser. La pareja se miró un momento confundida y acto seguido sus caras se pusieron totalmente rojas y se quejaron:
- ¡Peach!
- Mi trabajo aquí ha terminado.- Sonrió ella y recogiendo las faldas de su vestido echó a correr entre los invitados antes de que la pareja intentara perseguirla. El esposo suspiró y tras despedirse de ellos se dispuso a seguirla para poder seguir atendiendo a la larga lista de invitados.
Dejaron que Mario y Peach tuvieran su protagonismo durante un par de semanas más antes de hacer público el embarazo.
En el Reino Judía fue una noticia que se acogió con mucha alegría pero que no fue ninguna sorpresa porque era algo que pasaba con normalidad, y para las familias reales que tenían una relación estrecha con el reino tampoco. Sin embargo para el resto del mundo fue una noticia impactante que pasó un tiempo siendo el principal tema de conversación, pero sin contar eso los meses pasaron de forma tranquila.
Y durante aquellos meses se estaba enamorando aún más de Luigi si es que eso era posible.
Estaba a todas horas pendiente de él, le ayudaba en todo lo que necesitaba, cocinaba para él, le acompañaba a dar paseos, aunque lo último era sobre todo para evitar que se metiera en líos.
Aunque el judía se preocupaba de todo el esfuerzo que hacía por él. Cuando una tarde que estaban jugando a las cartas en los jardines del castillo y lo pilló disimulando un bostezo decidió hablar con él.
- Luigi, deberías dormir un poco. Haces mucho por mí y te lo agradezco pero me preocupas.
- Tranquilo, estoy bien. Descanso lo suficiente.
- Eso es mentira. Sé que te quedas despierto mirándome mientras duermo. La otra noche me desvelé y te vi.
- N-no sé de qué hablas. Debiste soñarlo.- Trató de excusarse siendo obvia la mentira por su nerviosismo por lo que trató de escapar del lugar.- Voy a por algo de comer.
Peasley se tapó la boca cuando este llegó a la puerta de cristal y se dió de lleno con ella.
- ¡Estoy bien!- Lo escuchó gritar desde allí mientras se tapaba la nariz.
Pasaron varios minutos y como Luigi no volvía decidió entrar en el castillo para buscarlo encontrándolo dormido de pié con la cabeza apoyada sobre la encimera de la cocina del castillo.
"Con que descanso de sobra, ya..." Pensó rodando los ojos y pidió ayuda a un par de sirvientes para llevarle al cuarto de ambos.
Aprovechó el momento para sentarse a un lado de la cama y curar la herida de su nariz que se había hecho mientras dormía, y cuando terminó se abrió la puerta dejando ver a la reina entrando.
- Hola mi pequeño, estoy buscando a tu lindo esposo. ¿Está aquí?
- Si pero acaba de quedarse dormido.- Dijo susurrando para que ella disminuyera el tono.
- No importa ya hablaré más tarde con él.- Comentó tratando de quitarle importancia.- ¿Qué pasa por qué me miras así?
- Cada vez que planean algo a mis espaldas suele acabar conmigo avergonzado.- Peasley desvío la mirada hacia la ventana y ella se sentó a su lado en la cama.
- No es eso lo que te preocupa. Puedes hablar conmigo, por algo soy tu madre.
- ... Si, estoy preocupado.- Dijo con una leve pausa mientras ponía su mano sobre su vientre abultado.- No solo porque sea la primera vez que esto pasa...
- ¿Habrá más?- Fue interrumpido por una reina emocionada.
- ¡No!- El judía se puso un momento a la defensiva sonrojándose.- Es decir, aún no lo sé. Pero lo que me preocupa es que no hay antecedentes de ninguna pareja entre humanos y judías, y menos de que tuvieran descendencia y me asusta no saber qué puede pasar, si hay algo que tenga que hacer para que no le ocurra nada malo.
- En realidad no será la primera vez.- Respondió de forma tranquilizadora a su hijo que parecía a punto de quebrarse en llanto logrando una mirada confusa de él.
- ¿De qué hablas?
- ¿Nunca te he contado la historia? Mi bisabuelo, es decir tu tatarabuelo era humano también. Tu tatarabuela Juana se enamoró de él durante la guerra. Sus padres murieron en la batalla y ella se convirtió en reina muy joven y se vió obligada a dirigir a las tropas en la batalla donde se conocieron.
Fue como Romeo y Julieta pero con final feliz. Gracias a ellos cuando hicieron pública su relación los ciudadanos de cada país se levantaron en contra de la guerra que solo había comenzado por interés de varios reyes que fueron derrocados y comenzaron las negociaciones entre los nuevos gobernantes finalizando así la guerra.
Y después de eso ellos finalmente se casaron y tuvieron a tu bisabuelo.
- ¿Cómo es que nunca me contaste esto?- Habló de repente el príncipe que había escuchado en silencio toda la historia y estaba desconcertado.
- No lo preguntaste. ¿Pero de quién creías que habías heredado tu pelo?- Rió su madre y Peasley no respondió porque nunca se lo había planteado.- Pero te preocupas demasiado, nada va a ir mal. Tienes una pareja que haría lo que fuera por tí.- Peasley sonrió ya más tranquilo y la abrazó pero su conversación se vió interrumpida cuando el mencionado abrió los ojos algo desorientado.
- ¿Qué ha pasado?- Preguntó adormilado estirándose y ambos comenzaron a reír al verlo con la nariz hinchada y manchada de chocolate, cosa que no había notado cuando le curó la herida y ni siquiera sabía cómo se le había pasado.
- Te quedaste dormido. Gracias por preocuparte tanto por mi amor pero tú también tienes que cuidarte o sino acabarás agotado antes siquiera de que haya nacido y llegue el trabajo.- Dijo besando su nariz llevándose la mancha de chocolate y acariciando su pelo. Al principio le pilló un poco desprevenido pero entonces Luigi lo miró con ternura:
- Está bien.- Acarició durante un rato su mejilla e incorporándose lo besó en los labios.
"Ojalá tuviera una cámara."- Pensó la reina ya que esas muestras de afecto no solían darse frente a ella por razones obvias. Su hijo abrió de repente los ojos y ella entendió perfectamente su expresión por lo que antes de que dijese nada se levantó y se dirigió a la salida del cuarto.
- Vale, vale. ¡Os dejo a solas!- dijo levantando las manos provocando que Luigi riera levemente. De un momento a otro se recostó de nuevo acomodando al príncipe entre sus brazos al mismo tiempo.
- Yo descanso pero tú te quedas aquí conmigo.- Dijo y antes de que Peasley pudiera contestar ya había cerrado los ojos y se había quedado dormido.
Antes de quedarse dormido él tuvo una idea observando a su esposo. Se le acababa de ocurrir los nombres perfectos dependiendo de si su futuro hijo fuese niño o niña y sabía que Peasley estaría de acuerdo con cualquiera de ellos.
(-+_+-)
Esto aún no ha acabado~
Creo que me emocioné demasiado al escribir y perdí la noción del tiempo y por eso tiene casi 3000 palabras.
Aurelia x Bowser (Auser) fue mi primera OTP antes siquiera de que descubriese que las palabras shippear y OTP existían xD
Esperen un One-shot sobre ellos~
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