Capítulo 1

Una mañana estaba todo Gryffindor en la clase de pociones, todo estaba tranquilo y normal hasta qué...

¡BOOM!

—PERO QUE!? —

El grito fue lo último en escucharse luego de que la poción cayera en un pelirrojo y en un azabache con gafas.

Una especie de humo negro les rodeará por todo el cuerpo, cubriéndolos por completo.

Cuando el humo negro se fue todo, Gryffindor gritó, incluso el profesor Snape gritó un poco.

—¿Qué os pasa? —preguntó el azabache.

—Sí, que os pasa y porque nos estáis mirando así? —preguntó también el pelirrojo.

—V-vuestra c-cabeza…—contestó un muy torpe castaño.

El pelirrojo y el azabache con gafas se tocaron la cabeza y se asustaron al notar algo no tan puntiagudo y suave en sus cabezas.

Se miraron el uno al otro y gritaron al ver que su mejor amigo tenía orejas de gato en su cabeza y una cola en su trasero.

—AHHH! —gritaron los dos a la vez.

Conjuraron con un hechizo un espejo pequeño para poder mirarse.

—AHHHH! —volvieron a gritar los dos.

—¡YA BASTA!, DEJEN DE GRITAR COMO SI LOS ESTUVIERAN MATANDO!— les regaño el profesor pelinegro a los dos.

Los dos se callaron instantáneamente, sus orejas se bajaron y sus colas se enredaron en la otra.

—100 puntos menos Gryffindor por semejante error, acompáñenme, me voy a ir con el señor Weasley y el señor Potter un momento, espero que no seáis tan tontos como para cometer el mismo error— dijo el profesor saliendo de su clase junto con un pelirrojo y un pelinegro algo asustados.

Fueron hasta la enfermería y se sentaron en diferentes camillas mientras los revisaban.

—La poción para quitaros esas orejas y esas colas se va a tardar mínimo 5 meses —dijo madame Pomfrey.

—TANTO TIEMPO?! —se quejaron Harry y Ron.

—Pues sí, tanto tiempo porque para la poción que os tenéis que tomar tiene ingredientes bastante complicados de encontrar —dijo madame pomfrey.

—¡Pero Malfoy y muchos se van a burlar de nosotros! —dijo el azabache quejándose.

—¡Eso os servirá como castigo para que aprendáis a fijaros bien en que ingredientes usáis y ni os penséis que por tener orejas de gato y cola os vais a quedar en vuestro dormitorio! —dijo el profesor Snape.

—Bueno, ya os podéis ir al gran comedor para comer —les dijo la medimaga.

Los dos se fueron al gran comedor con bastante enfado y cuando entraron TODOS del gran comedor se les quedaron mirando y ellos se sentaron enfrente de su amiga Hermione, la cual había terminado de comer y se puso a leer.

~Con los Slytherin's~

—¡Por merlín!, Mirar a Potter y a Weasley! —les dijo Pansy.

—¿Qué pasa? — preguntó un chico rubio de ojos grises.

—¡Amigo, mira a Potter y a la comadreja! —dijo un chico de piel morena.

Draco levantó la mirada y vio a Harry y a Ron con orejas y cola de gato.

—Jajaja, ¡qué ridículos! ¡Ya tengo otra forma de molestarles! —dijo el rubio riéndose.

~Con los Gryffindor's~

—Hola mione…—dijeron los dos bufando.

La chica de pelo castaño levantó su mirada del libro muy enfadada.

—¡Cómo se os ocurre cometer un error tan grande! —les regaño la chica mientras les golpeaba con su libro bastante grueso.

—Auch!, ya basta Hermione, por favor! —dijeron quejándose por los golpes que les dio su amiga.

Luego de eso la mañana pasó bastante normal hasta que terminaron todas las clases.

—¿Chicos, y si vamos a la biblioteca? —preguntó la chica de pelo castaño.

—Nah yo paso…—respondieron el pelirrojo y el pelinegro.

—Cierto, me olvidaba que estoy hablando con ustedes…—les dijo la amiga.

Iban a seguir hablando, pero una voz les habló.

—Oh miren!, Potter y la comadreja son unos gatitos, qué tiernos son no creen? —dijo un rubio de ojos grises burlándose de ellos dos.

—¡Déjales en paz Malfoy! —le contestó Hermione.

—¡Tú cállate, maldita sangre sucia inmunda! —le contestó Draco algo enfadado.

Harry y Ron en ese momento echaron las orejas para atrás, se les erizó la cola y le empezaron a gruñir.

—Ey calma gatitos! —se burló el rubio.

Harry y Ron en ese momento se abalanzaron y las uñas se hicieron más largas y puntiagudas, arañándole la cara a Draco.

—AHHH!, QUITÁRMELOS DE ENCIMA!! —gritó el rubio mientras intentaba cubrirse y defenderse de los arañazos.

Hermione y Neville los intentaban separar, pero Ron y Harry estaban aferrados a Draco.

—HERMIONE Y NEVILLE, DEJARLOS QUE —gritó uno de los gemelos.

—¡QUEREMOS VER QUIEN GANA! —continuó el otro gemelo.

Hermione les regañó a los gemelos y aunque ellos no querían, les ayudaron a separarlos.

Cuando los separaron, Draco se fue corriendo a la enfermería.

—PERO COMO SE OS OCURRE ABALANZAROS Y ARAÑARLE LA CARA A MALFOY!? —les regañó fuertemente su amiga.

—¡PERO EL SE LO MERECE!, EL FUE EL QUE EMPEZÓ! —se defendió el pelinegro.

—¡SÍ, MALFOY FUE EL QUE EMPEZÓ! —se defendió también el pelirrojo.

Hermione suspiró mirándolos muy enfadada.

—Bueno, eso da igual ya, vamos a la enfermería para que podáis curaros —les dijo su amiga de pelo castaño.

—Pero malfoy está en la enfermería…—dijo el pelirrojo.

—¡Me da igual que malfoy esté en la enfermería!, vamos a ir y si tenéis que estar en la misma camilla, pues vais a estar en la misma camilla! —les dijo la amiga.

Fueron a la enfermería y madame pomfrey le estaba curando a un rubio con muchos arañazos y heridas en la cara.

—Señor Potter, al final voy a tener que poner una camilla a su nombre!, como puede ser posible que venga tantas veces a enfermería? —le dijo la medimaga mientras terminaba de curar las heridas del rubio.

Harry y Ron se sentaron en una camilla una cerca de la otra.

—Que ocurrió esta vez… porque es muy raro que estéis ustedes cuatro y que no tenga que ver con uno de ustedes—les preguntó la mujer.

—¡Fue culpa de Malfoy!—dijo el chico pelirrojo.

—¡Y ustedes dos me arañasteis mi hermosa cara, comadreja! —gritó el chico rubio.

—¡De hermosa no tiene nada, Malfoy! —gritó el pelinegro.

—Ya basta!, pero que pasó? —les volvió a preguntar la mujer.

—lo que pasó es que Malfoy les estaba molestando por el hecho de que son mitad gatos, yo en un momento le dije que les dejara en paz y él me dijo tú cállate maldita sangre sucia y ahí fue cuando se abalanzaron hacia malfoy…—explicó Hermione.

—mmm… entiendo, pero ustedes también tenéis un poco de culpa, para qué le hacéis caso simplemente le hubierais ignorado y ya…—les dijo la medimaga mientras les curaba unas pequeñas heridas.

—¡Ya, pero es que Malfoy parece que se esfuerza mucho en querer jodernos siempre! —dijo muy enfadado el chico pelinegro y queriendo matar al rubio con su mirada.

—¡Porque lo hago! —contestó el Slytherin.

—Señor Potter, intenté no hablar así, y usted señor Malfoy creo que tienen un poco de razón en haberlo arañado…—les dijo a los dos la medimaga.

—Pero como se atreve?! De esto se enterará mi pa-… —le interrumpió Harry.

—¡Di isti si intiriri mi pidri!, Ya madura Malfoy! —le dijo Harry al rubio.

—¡Cállate Potter!, yo madurare cuando a mí se me dé la gana! —le contesto el rubio enfadado.

—¡No me pienso callar porque todos sabemos que eres un inmaduro! —le contesto el azabache.

—¡Ya vasta, parecen perro y gato!, los dos sois unos inmaduros!!—les regaño la chica de pelo castaño—

Harry le dio a su amiga una mirada algo molesta.

—¿Es en serio? —dijo el elegido.

La amiga se río internamente por su propio comentario.

—¡Está bien, lo siento, pero tengo razón, parecéis perro y gato! —dijo su amiga regañándoles.

—Mione, mejor quédate callada —contestó el chico pelirrojo.

—Esta bien, perdónenme por haberos regañado...—dijo la pelicastaña mientras  acariciaba las orejas de Harry.

—Prrrr...—ronroneo el azabache.

—Oh, miren si hasta ronronea el gatito! —dijo el rubio.

Harry miró a Malfoy y le gruño mostrando sus dientes parecidos a los de un gato que nadie vió antes.

—Bueno...ya les puedo curar? —habló la señora Pomfrey.

Harry y Malfoy, se sonrojaron y asintieron.

-Luego de un rato-

—Listo, ya os podéis ir —dijo la medimaga.

—Y yo cuando me voy? —preguntó Malfoy molesto de estar allí.

—En un rato porque tengo que terminar de curar tus heridas —respondió Madame Pomfrey.

—Bueno, adiós señora Pomfrey —se despidieron los 3 amigos.

—adiós... y espero que no vuelvan a venir hoy señor Potter y señor Weasley... —dijo la mujer.

Hermione, Ron y Harry salieron de la enfermería y se fueron a la biblioteca.

—Yo no entiendo que hacemos aquí...—dijo Ron con la cabeza apoyada en su mano.

—Ni yo...—dijo Harry igual.

—Con ustedes es imposible leer! —gritó la pelicastaña enfadada.

—Entonces podemos irnos? —preguntaron el pelirrojo y el pelinegro.

—¡Iros sí queréis pero dejarme leer! —volvió a gritar la amiga.

Harry y Ron, se fueron rápidamente de la biblioteca.

—Ya no aguantaba ni un solo segundo más allí dentro, amigo...—dijo el pelirrojo intentando respirar por todo lo que habían corrido.

—Ni yo... no entiendo como le puede gustar tanto leer...—dijo el pelinegro, igual.

—¡Ron, Harry! —gritó alguien y los nombrados se giraron.

—Oh, hola Ginny —saludo Harry a la pelirroja.

—Os he estado buscando! —dijo Ginny.

—Porque? —preguntó Ron.

—Porque quería saber como estabais, me había enterado hace un rato de que ahora sois mitad gatos —respondió la pelirroja.

—Nosotros estamos bien —contestaron los dos.

—Que bueno, ya me tengo ir —dijo para luego irse.

—Que podemos hacer ahora? —le pregunto Harry a Ron.

—Y si nos vamos a dormir? O la sala común es que tengo frío...—dijo el pelirrojo mientras temblaba por el frío.

—Pues ahora que lo dices yo también tengo frío... esta bien, vámonos a la sala común —dijo el pelinegro que también estaba temblando.

Harry y Ron se fueron a la sala común de Gryffindor y se sentaron con unas mantas delante de la chimenea.

—No se si ahora tenemos más frío por ser mitad gatos —dijo Harry.

—Debe de ser por eso porque cuando estábamos hablando con Ginny ella parecía no tener frío...—dijo Ron.

Derrepente alguien entró a la sala común, Harry y Ron se giraron.

—Oh, hola Neville —saludaron el pelinegro y el pelirrojo.

—Hola chicos, porque estáis tapados y delante de la chimenea? —preguntó el torpe chico.

—Porque ahora al ser mitad gatos tenemos más frío...—respondió Harry.

—Oh, bueno me tengo que ir, adiós —se despidió Neville.

—adiós, Neville! —dijeron los dos.

Alguien volvió a entrar a la sala común.

—Chicos no sabéis que es lo que acaba de pasar...—dijo Hermione.

—No, que es lo que ocurre? —preguntaron los dos.

—La profesora MacGonagall y el profesor Snape me llamaron para que os dijera que como siempre nos llevamos mal con Malfoy y sus amigos, tenemos que hacer cualquier trabajo y asignatura juntos para intentar convivir, ya todos lo saben...—dijo la pelicastaña.

—¿¡Que?! —gritaron Ron y Harry.

—Como escucháis...—dijo la chica.

—¡Pero esto no tiene ningún sentido, siempre que intentamos convivir acabamos peleandonos con ellos! —dijo Harry quejándose.

—Oh, se me olvidaba, dijeron que nos iban a poner separados y...a Harry con Malfoy, Ron a ti con Blaise y a mi con Pansy...—dijo Hermione.

—Es una broma, cierto? —dijo el pelirrojo sin poder creerlo.

—Y cuanto durará eso? —preguntó el azabache.

—Será hasta que nos podamos aunque sea mirar...—respondió Hermione.

—No me lo creo... osea que no volveremos a estar juntos en los trabajos...—dijo Harry triste.

—Probablemente...—dijo Ron igual.

—Bueno, tal vez llegamos a llevarnos bien con ellos...—dijo la pelicastaña.

—Lo dudo mucho, Mione...—contestó el pelinegro.

—Chicos no hay que perder la esperanza...—dijo la chica intentando animarlos.

—Sí... como voy a aguantar los comentarios de cualquiera de ellos sin vosotros en clase? —preguntó Harry.

—Supongo que tendremos que concentraros en intentar llevaros bien, y no debemos dejarnos llevar con sus comentarios si queremos volver a estar juntos en las clases y en los trabajos...—dijo Hermione.

—Y cuando empezaremos a estar con los tontos de Slytherin? —preguntó esta vez el pelirrojo.

—Mañana...—respondió la amiga.

—¿Que hora es? —preguntó Harry.

—Las 9 pm, ¿por que? —pregunto la pelicastaña.

—Por nada, vamos a cenar qué tenemos que estar muy bien descansados para mañana...—dijo el pelinegro.

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