capitulo 5: ~ tú primero~
Me quede mirando el interior de la caja muy, pero muy nervioso.
Aron: bonito ¿No?
Yo: ehh pues... Yo...
Alan: era de Lucy, ¡Es lo mas bonito de esta vida! Y si no te gusta pues que te den.
Yo: Alan, esto es hermoso, y si es de Lucy... No puedo aceptarlo... Me da pena tomar algo tan importante para ti.
Aron: oh oh, papá y yo ya discutimos eso, yo sabía que tu ibas a decir eso así queeeee ¿Lo puedo decir?
Alan: adelante.
Aron: mamá dijo que no quería morir con el anillo puesto, en su testamento dice que quiere que una joven pareja lo tomé, si no fuese por esto papá ni siquiera lo sacaría de su mesa de noche.
Alan: tss, es verdad.
Yo: p-pero ¿Y por qué no lo usas tú? Algún día encontraras a una chica... Si es que ya la tienes.
Aron: emm pues veras, es complicado.
Alan: es Gay.
Aron: ¡Papá!
Alan: ¿Qué? ¿Te avergüenza?
Aron: n-no, solo que no tenía porque saberlo.
Yo: jaja, no me importa amigo, pero si me disculpan, tengo que ir a dormir para pensar.
Alan: tienes razón Erizo, vete ya, estorbas.
Y eso hice, guarde la caja en mi bolsillo y fui a paso ligero hasta mi casa, tenia que pensar bien las cosas, cuando llegué Amy estaba esperándome leyendo en la orilla de la cama.
— al fin llegas! - exclamó levantándose rápidamente hasta llegar a la cocina - te he preparado Chilly Dogs.
— ¿En serio?
— claro - dijo sonriendo y poniendo un plato en frente mio - espero que tengas hambre.
— claro, pero primero tengo que preguntarte algo.
— ¿Qué pasa? Tu siempre comes primero.
— y tu solo haces Chilly Dogs en una ocasión importante ¿Que pasa?
— ja ja, muy gracioso, yo te pregunté primero
— tú primero
— Sonic...
— bueno, Amy yo solo estaba pensando en que podíamos cas...
— ¡estoy embarazada!
— ... ¿Qué?
— oh lo siento, lo he dicho de golpe.
Pues menos mal lo dijo antes de que me arrodillara.
— p-pues si... Espera ¿Qué? Sigo sin asimilarlo
— si claro, lo siento, ven, siéntate
Amy:
Nos quedamos unos segundos sentados en la orilla de la cama.
— ¿No es algo pronto?
— oh... Lo siento, no sabía si querías tener un bebé...
— ¿Qué? Claro que quiero... Yo solo digo si no es muy pronto para saberlo.
— Yuliana me lo ha dicho, bueno, en este lugar no hay pruebas de embarazo así que hizo una casera y...
— vale, ya entendí... Wow, estoy...
— ¿Preocupado? ¿Feliz? ¿Triste?
— estoy feliz Ames, Estoy muy feliz - dijo sonriendo al mirarme - muy feliz
Eso me hizo sentir un descanso infinito... Tenia miedo de que saliera huyendo y me dejase sola.
Pff ¿Pero en que estaba pensando?
Sentí algo cálido en la palma de mi mano, él puso su mano en la mía entrelazando nuestros dedos, puso su otra mano en sus ojos y...
— ¿Estas llorando?
— no
— ¿Qué ibas a decirme?
— ¿Cuando?
— cuando llegaste, que ibas a decirme
— nada, que te quiero
— ¿Qué es eso?
— nada, voy... Voy a darme un baño y podremos ir a dormir.
Esa noche me quede mirando el techo con las manos en mi vientre, había puesto todos mis sentimientos en Sonic sin pensar en mi, yo también tenia miedo, aún no puedo caer en cuenta ¿En serio? ¿Llevo un bebé en mi?.
Esto me asusta, y me asusta mucho, no se que hacer, no se como voy a sentirme, pero al mismo tiempo me daba un sentimiento en el pecho... Porque al mismo tiempo que tenía miedo, estaba feliz.
Como era costumbre Sonic no estaba cuando desperté a la mañana siguiente.
Hice todo mi ritual mañanero y salí directo al mercado, en el camino me encontré con un lobo y una Lince discutiendo en frente de una vieja casa (muy grande) que parecía echa de piedra, parecía tan vieja que el musgo estaba creciendo por las paredes, deje de prestar atención y seguí con mi camino.
***
— no, ya no puedes.
— ¿Disculpa? - dije casi dejando caer mi tasa de té
— pues que ya se lo has dicho, además, estoy intentando no pensar en la abominación que acabas de decir
Mire triste al suelo: — No me creo capaz, Yuli, tengo miedo.
— ¡Todas tenemos miedo! - dijo levantando los brazo escandalosamente - Amy, ya quisiera yo que Mery hubiera venido con instrucciones, pero no es así, ser madre es algo que no se aprende, solo se hace, y no quiero que vuelvas a pensar en eso ¿Me oyes? Un aborto es una decisión cobarde, y tú, Amy, eres fuerte.
Mire a una esquina, allí estaba la pequeña Mery, una lobita color rosa pálido, como yo, Mery era de la especie de su padre (el cual, lastimosamente aún se encontraba en la guerra) y había sacado el color rosa de su madre, claro, menos brillante, el caso es que cuando veo a Mery me dan ganas de llorar, es tan linda y frágil... Es como yo lo fui.
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