–¿Qué se siente saber que toda tu perra vida vas a tener un tatuaje sobre mi?– Preguntó Yoongi en la mesa mientras acariciaba la mano de Jungkook tras acabar de comer.

Jungkook rió viendo sus nudillos donde se leía claramente el nombre de sus fans y luego le devolvió la mirada al mayor.

–Sonará cursi pero me gustaría tatuarme algo sobre ti– Susurró haciendo que los ojos de Min se abran de par en par. –Te tocó ser parte de un monto de mi vida horrible y lo has manejado de la mejor forma que podrías haberlo hecho– Susurró entrelazando sus manos. –Fuiste el rayo de sol que iluminaba el fondo de mi abismo y me gustaría recordarlo incluso si ya no estás en mi vida–

Yoongi no notó cuanto tiempo permaneció en silencio con los labios separados y los ojos abiertos hasta que Jungkook rió incómodo y desvió la mirada soltando su mano.

–Es difícil no ser cursi cuando vivo de eso– Rió rascando su nuca. –Lamento que te haya tocado parte del JK idol–

–Te amo– Susurró Yoongi sin cambiar su expresión. –Te amo desde hace tantos años– Dijo parpadeando para evitar llorar. –Jamás había pensado que JK me diría algo así–

Jungkook rió y bajó la mirada a la mesa sintiéndose intimidado por la mirada de Yoongi pero acabó asintiendo y alzando los hombros.

–Supongo que es difícil imaginarlo cuando crees que solo somos idols– Murmuró Jeon.

–Me alegra haber conocido a Jungkook – Soltó con una suave sonrisa.–La persona–

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Yoongi soltó un gemido cuando su espalda tocó la pared y las manos de Jungkook lo alzaron del suelo para que rodee su cintura.

–Me enloqueces– Susurró Jeon besando su cuello mientras fingía embestidas sobre la ropa. –No sabes lo mucho que me gustas–

Min puso los ojos en blanco mientras miraba al techo y arqueaba la espalda.
Los labios de Jungkook, sus grandes brazos en su cuerpo y sus fuertes manos sosteniendo su trasero mientras su cuerpo se frotaba al suyo, no podían excitarlo más.

–Soy adicto a ti– Susurró Min jalando de su cabello para poder rozar sus labios y verlo a los ojos. –No tienes ni idea de lo que haces en mi–

Jeon sonrió antes de besarlo con hambre y separarlo de la pared para poder arrojarlo sobre la cama de una vez.

Yoongi soltó un grito cuando Jungkook lo volteó y lo dejó sobre él. Sintió el miembro ajeno llegar más hondo en su interior y como las manos de Jeon se aferraban a su cadera para embestirlo con fuerza.

Llevó sus manos a las ajenas por puro instinto antes de bajarlas a su trasero, separando sus nalgas y sintiendo como chocaba con la piel sudada de Jungkook.

Lo vio a los ojos por unos segundos. Nunca se había sentido tan atractivo y deseado como cuando Jungkook lo miraba cuando tenían sexo.

En sus casi treinta años había tenido muchos complejos e inseguridades con su apariencia. Desde la grasa en su panza, sus muslos finos o sus huesos marcados en su pecho. Incluso el color de su piel lo acomplejaba en sus estías, sus venas, sus golpes o granos.

Pero Jungkook lo hacía sentir tan hermoso que cuando alzó la vista y se vio a él mismo en el espejo, desnudo, con las luces encendidas, con todas sus imperfecciones y defectos, saltando sobre la polla de alguien como Jungkook que se consideraba la definición de perfeccion por casi todo el país, se sintió jodidamente perfecto.

Devolvió la mirada al azabache. Jungkook siempre miraba cada centímetro de él cuando tenían sexo. Realmente se excitaba con él y eso había comenzado a subirle el autoestima a un nivel que no sabía que podría subir en su vida.

–Kook– Llamó entre gemidos  mientras posaba una mano sobre el pecho tenso del menor.

–¿Si?– Respondió por el tono de súplica del mayor.

–Dime cuanto te gusto– Soltó sin poder controlar el tono de su voz quebradiza en olas de placer.

–Joder– Gruñó sintiendo como se ponía aún más duro dentro de él. –Eres malditamente perfecto– Soltó aumentando la velocidad de sus caderas, haciendo que Yoongi pierda su mirada en el techo. –Quiero chupar cada puto centímetro de tu cuerpo y verte lleno de mi saliva todo el tiempo–

–Dios– Gimió llevando la mano de su pecho a su miembro duro. –¿Tanto te gusto?–

–Jamás en mi puta vida me gustó tanto alguien como me gustas tu– Soltó antes de volverlo a empujar debajo de él para embestirlo con más dureza hasta que ambos alcanzaron el orgasmo.

–Lo que yo tengo es depresión endogena– Explicó Yoongi mientras jugaba con la mano de Jungkook. –Mi cerebro es así desde que nací y lo va a ser toda la vida–

Estaban desnudos en el cuarto de hotel. La sábanas los cubría hasta la cintura y las luces iluminaban en todos variados sus cuerpos.

–¿Entonces no estás curado?– Preguntó Jeon con algo de pena y Min negó.

–Nunca lo estaré– Sonrió suavemente sin alzar la mirada. –Es parte de mi–

–Pero trabajas, tienes intereses, estudias, una vida estabale– Susurró con el ceño fruncido. –Al menos hasta que llegué a ella–

Yoongi no pudo evitar reír entre dientes.

–La depresión no es como te lo pintan las películas– Susurró abrazándolo por la cintura. –Al menos no la endogena–

–¿Y tu crees que tengo eso?– Susurró acariciando su espalda pero Min negó.

–Creo que estás pasando por un periodo de depresión – Dijo sin verlo. –Espero que puedas tratarlo a tiempo–

–No creo poder ir a un psicólogo– Soltó intentando verlo a los ojos. –Hay mucho que no puedo contarle a nadie más que a ti o, como mucho, a Jimin o Jin–

Yoongi no dijo nada. Seguiría insistiendo en ello pero no quería abrumarlo una vez que logró bajar la guardia sobre el tema.

–¿Te ayuda que te diga lo que siento por ti?– Preguntó Jeon accediendo a no verlo a los ojos.

–La verdad, si– Asintió respirando su aroma. –Me hace sentir increíble que le guste tanto a alguien como tu–

Jungkook soltó una suave carcajada ante sus últimas palabras y se sentó en la cama para que el mayor lo imite.

–¿Sabes que quiero de ti?– Preguntó el menor con una mirada pícara.

Yoongi simplemente sintió como todos los colores se subían a su rostro cuando Jeon le lanzó una mirada al caño en la habitación.

–Ni de coña– Soltó haciéndolo reír.

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