–Tranquilo, estás bien– Dijo Jungkook a su lado.

–Parezco vagabundo – Susurró haciéndolo reír entre dientes.

–Mi manager dice que el abogado estará en media hora– Dijo guardando el móvil. –¿Quieres tomar algo o recorrer?

–¿Puedo ver la agencia?– Preguntó sumamente emocionado.

Jungkook parpadeó ante su reacción pero acabó asintiendo, haciendo chillar a Yoongi y que lo abrace para dejar un sonoro beso en su mejilla.

Yoongi pegó la frente al espejo cuando sintió el vientre de Jungkook golpeando su trasero.

No se habían quitado ni una prenda, simplemente tenían los pantalones y la ropa interior a la altura de las rodillas.

Jungkook había comenzado a besarlo y lo acorraló contra la pared de espejos cuando Yoongi suspiró su nombre entre caricias.

Podía dudar de que Min le cayera bien, pero no que lo enloquecía y lo calentaba a más no poder.

–¿Te gusta?– Preguntó Jeon mientras se empujaba dentro de él vez tras vez.

Yoongi asintió agitado. No sabía como formular palabras, solo podía concentrarse en las manos del cantante en su cintura y en el calor de su cuerpo contra el suyo.

Vio su rostro por el espejo y mordió su labio inferior al ver su mandíbula tensa y sus ojos brillantes.

–Kook– Jadeó retorciéndose.  –Besame–

Jeon no pudo resistirse y se empujó contra él para besarlo, pegando su cuerpo en el espejo.

Cuando el beso se cortó por falta de aire, no se separaron más que lo justo y necesario, haciendo que sus respiraciones peguen contra sus labios hinchados.

–Me encantas– Susurró Yoongi.

Jungkook no respondió, solo aceleró la velocidad de sus caderas, haciendo que las piernas de Yoongi tiemblen y todo su peso caiga en el cristal y las manos de Jeon.

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