Capitulo 5.1

"Explosión y Confusión: El corazón de Katsumi Bakugo"
_______________________________

Una imponente explosión sacudió el lugar de entrenamiento, iluminando el entorno con un destello cegador.

Katsumi Bakugo, con el rostro bañado en sudor y con una expresión de pura determinación, se enderezó lentamente, observando los destrozos que había causado. Pero, en su interior había un caos aún mayor.

— Otra vez. —se dijo en voz baja, apretando sus puños hasta casi hacerlos sangrar con sus uñas. Aún no era suficiente. Nunca era suficiente.

Sus padres le habían construido una sala de entrenamiento improvisada en una sección del jardín trasero de su casa, no estaba muy equipada pero tenía lo necesario. Dianas para practicar su puntería, algunos maniquíes y un costal de boxeo... bueno varios costales en caso de que se pusiera "inspirada" y terminara destruyéndolos con una explosión.

Sin perder tiempo, se lanzó nuevamente contra los maniquíes de entrenamiento, cada golpe cargado de frustración, cada explosión más poderosa que la anterior. No podía permitirse fallar, no cuando Izumi también iba a prepararse para el mismo examen. Aquella chica desde siempre había sido un dolor de muelas para ella, una piedra en el zapato que no podía deshacerse nunca al parecer. A pesar de haber sido anteriormente amigas de la infancia, Katsumi no podía evitar sentir una inmensa molestia al pensar en ella.

— Estúpida Deku— masculló entre dientes con rabia contenida mientras sus explosiones aumentaban de fuerza y agresividad contra el pobre maniquí.

Antes de convertir al muñeco de entrenamiento en cenizas se detuvo, respirando de manera pesada mientras todo su cuerpo estaba cubierto en sudor. Decidió estirar un poco y concentrarse en practicar golpes con el costal, vendo sus manos y empezó con golpes suaves pero continuos. Sin embargo mientras daba golpes no pudo evitar recordar a la peliverde nuevamente e incluso pensar en lo que ella había dicho en ciertos momentos.

"N-N-No esta bien molestar a alguien! T-Te detendré como una Heroína"

Sus golpes se empezaron a hacer más fuertes y agresivos.

"¡Kacchan espérame!"

Apretó la quijada con rabia al recordarla como una niña que nunca se despegaba de su lado, incluso cuando la empujaba o gritaba seguía a sus espaldas.

"Seré una heroína que salve a todos con una sonrisa, ¡como All Might! Y también seré fuerte como Mirko"

Siguió golpeando sin importar como sus nudillos parecían empezar a dolerle e incluso a sangrar a pesar de las vendas en sus manos.

"T-Tus ojos, parecía que estabas pidiendo ayuda"

Aquello finalmente la hizo desbordarse y con un potente grito generó una explosión con su palma izquierda que terminó pulverizando el costal, dejando un gran agujero en este. La arena de su interior salpicó en varias direcciones incluyendo a ella misma, gracias al sudor en su cuerpo la arena se quedó pegada en sus brazos y ropa.

Observó las vendas en sus manos que empezaban a oscurecerse, ya sea por el sudor o por la sangre de sus nudillos. De cualquier forma era una señal de que debía parar antes de causarse una lesión más grave.

—Estúpida Izumi... ¡¡maldita Deku!!— maldijo en voz alta aún frustrada a pesar de haber descargado gran parte de su ira durante su entrenamiento.

Ella no pidió su ayuda con aquel bastardo de lodo, tampoco cuando cayó en aquel pequeño río.

¡¿Entonces porque seguía intentando ayudarla?!

La única respuesta para Katsumi era que Izumi la subestimaba, que a pesar de su enorme diferencia ella buscaba demostrarle que era mejor en un sentido más de moralidad que de fuerza. Ella lo sabía, no era una chica amable ni tampoco había tratado a la peliverde con rosas y peluches, era una bully con ella. Nadie ayudaría a su bully, nadie salvo Izumi al parecer y eso le molestaba aún más.

Pero la chica no era lo único que se mantenía en su cabeza estos días, su mente tenía el pensamiento de cierto castaño de raíces americanas.

— Hey Katsumi.—habló su madre, Mitsuki quien entraba a la sala de entrenamiento y la sacó de sus pensamientos— Ya es hora de cenar, tu padre y yo solo te estamos esperando desde hace mucho.

— ¡Calma tus malditas tetas caídas vieja bruja, ya voy!— respondió con clara molestia y agresividad como siempre.

—¡Cierra tu jodida boca mocosa engreída! Y mueve tu sudoroso culo a la mesa ¡Ya!—respondió Mitsuki con una molestia y agresividad iguales a los de su hija.

Katsumi soltó un resoplido, cruzándose de brazos mientras su madre la fulminaba con la mirada desde la puerta. El intercambio de insultos entre ellas ya era rutina, una especie de extraño vínculo familiar que las mantenía en su dinámica habitual. A pesar de las palabras cargadas de agresividad, ambas se entendían.

— Ya voy, ya voy...—murmuró mientras empezaba a caminar en dirección a la casa siendo seguida de cerca por su madre.

Después de una cena en la que su mente parecía estar en otro lado y un baño caliente que había fallado en relajarla, Katsumi ahora se encontraba secando su pelo con una toalla, vistiendo su pijama que consistía en una musculosa negra y unos shorts para dormir del mismo color con líneas blancas en los costados.

Sentada en su cama observaba su reflejo en el espejo, analizando su cara y sus rasgos faciales, ella era una copia idéntica de su madre incluso en personalidad. Aquello le había ganado miradas de muchos chicos por su aspecto... chicos que no dudaban en huir al momento que mostraba su personalidad agresiva y cero tolerante, especialmente con aquellos que consideraba "idiotas" u "extras".

Para cualquiera que le preguntara sobre romance o noviazgos ella siempre respondería que eran estupideces, que tenía mejores cosas que hacer en lugar de actuar como "una perra babeando y tonteando por un chico". Sin embargo en su interior la cosa era... más complicada.

Añoraba un romance, uno como aquellos que había leído en muchas novelas y mangas de amor que había empezado a consumir en secreto desde la primaria. Jamás admitiría en voz alta que una parte de ella estaba celosa de su madre por tener una relación tan bonita con su padre y por haber encontrado a alguien que soportara su personalidad.

—¿Sigues pensando en Peter?—preguntó su madre desde la puerta cruzada de brazos y con una sonrisa burlona.

Katsumi se sonrojó levemente y trató de mantener inútilmente una actitud desinteresada.

— ¿Peter? Pff, ¿porque estaría pensando en ese nerd?— respondió intentando sonar como de costumbre— ¿Y qué haces aquí bruja?

— Solo pasando a ver cómo está mi linda pero estúpida hija.—respondió Mitsuki mientras se sentaba en la cama al lado de Katsumi.

— Y dime, ¿ya le confesaste que te gusta?

El sonrojo de Katsumi se hizo mucho más notorio así como su nerviosismo.

— ¡N-No es tu asunto anciana! A-Además, ¿¡quien dice que me gusta?!—los nervios le impidieron hablar como le hubiera gustado.

— ¿Enserio no se lo has dicho o has tratado de enamorarlo? Debes dejar ya este acto de la perra Tsundere y empezar a tomar acción.—respondió Mitsuki con algo de decepción en su tono—Y vamos es obvio que babeas por el desde hace mucho tiempo.

Mitsuki tuvo que contener una carcajada al ver el sonrojo de su hija, ambas eran muy similares en muchos aspectos y entre ellos estaba el carácter.

Una actitud ruda y hostil pero con un lado suave, ella sabía que una actitud así te hacía difícil el conseguir un novio o tan siquiera una cita. Por eso era importante estar atenta a cuando apareciera el indicado, un chico que amara ambas partes.

Ella lo había encontrado en Masaru y estaba segura de que su hija lo había hecho en Peter Parker, aquel chico de raíces americanas que su hija y la pequeña Izumi conocían desde los diez, el cual se ganó su aprobación al conocerlo en ciertas ocasiones (a pesar de no ser tanta).

Era educado, amable y en general tenía muchas virtudes que lo hacían un buen partido, por ellos su preocupación de que Katsumi no se atreviera a tomar acción. No quería que otra chica le ganara al castaño a su hija, más aún cuando el chico también era mejor amigo de Izumi la hija de su amiga y por su intuición de mujer sabía que ella también tenía sentimientos por él chico.

— ¿Qué te detiene de acercarte?— preguntó sin más, viendo como su hija ponía una cara molesta y al mismo tiempo nerviosa, con algo de sudor escurriendo por su mejilla.

—... Es complicado bruja... sabes que me cuesta expresarme y además no somos muy cercanos... ya no.

Mitsuki levantó una ceja, viendo como Katsumi jugaba nerviosamente con las sábanas. La dureza habitual de su hija parecía desmoronarse por momentos, mostrando una vulnerabilidad que raramente permitía que alguien viera.
Para una madre, era evidente que algo más profundo estaba ocurriendo.

— No son cercanos, ¿eso crees tú?— respondió Mitsuki con un tono sarcástico— Lo he visto Katsu. El se preocupa por ti más de lo que crees.

Katsumi bufó, pero sus ojos delataron la duda que había en su interior.

— Tal vez... pero no es lo mismo que antes —admitió finalmente, su voz apenas un susurro—. Ya no estamos juntos como cuando éramos niños. Él siempre está con Izumi, y yo... —se detuvo, mordiéndose el labio, claramente frustrada—. ¡No es justo! ¡No sé cómo manejar estas cosas!

Mitsuki se quedó en silencio un momento, asintiendo lentamente. Katsumi, a pesar de toda su fortaleza exterior, seguía siendo una adolescente que luchaba por entenderse a sí misma y sus emociones. Pero Mitsuki sabía que el tiempo no esperaba a nadie.

— Mira, Katsumi —dijo su madre, poniéndose seria—, si de verdad quieres estar con él, o al menos intentarlo, no puedes esperar que todo se solucione solo. Peter es un buen chico, pero no es adivino. Si no te acercas, no sabrá lo que sientes. Y si no le dices, otra chica podría ganarte el terreno.

El solo mencionar aquella posibilidad encendió una chispa en Katsumi. Sus puños se cerraron instintivamente.

— ¡Eso jamás...! —murmuró, y por un momento, sus ojos reflejaron la misma furia que solía mostrar cuando entrenaba—. No dejaré que me lo quiten, bruja.

Mitsuki sonrió de lado. Conocía bien esa mirada. Era la misma que ella había tenido cuando decidió que Masaru sería suyo.

— Entonces, deja de actuar como una mocosa y ve por lo que quieres. No pierdas la oportunidad, Katsumi —aconsejó con firmeza—. A veces, ser fuerte no se trata solo de ser la mejor en lo que haces, sino de enfrentarte a lo que más te asusta. Y en tu caso... parece que es decirle a ese chico lo que sientes.

Katsumi permaneció en silencio unos segundos, asimilando las palabras de su madre. Aunque no lo admitiría en voz alta, sabía que tenía razón. Su orgullo y su naturaleza tsundere siempre la habían mantenido a la defensiva, pero si quería algo real con Peter, tendría que ser valiente de una manera completamente distinta a lo que estaba acostumbrada.

— Tal vez... —murmuró—. Tal vez lo intente.

Mitsuki sonrió con satisfacción y se levantó de la cama.

— Así se habla. Ahora, deja de hacerte la dura y ve a dormir. Descansa.

—Descansa y.. gracias, te amo anciana.— dijo con dificultad.

Mitsuki sonrió antes de cerrar la puerta.

—De nada, yo también te amo mocosa.

Katsumi la miró mientras se alejaba, su mente aún enredada en los pensamientos de Peter y el consejo de su madre. Mientras apagaba la luz de su habitación y se acomodaba en la cama, una determinación distinta se asentaba en su pecho.

"No dejaré que nadie me gane a Peter."
_______________________________

Continuará.

Lamento la demora pero he estos ocupado, espero les haya gustado este pequeño episodio centrado en nuestra chica explosiva.

El siguiente capítulo aún no está listo pero ya está siendo trabajado.

Muchas gracias por leer y nos vemos en otra actualización.

Pd: Cambie los guiones para los diálogos, ¿díganme que les parecen?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top