prologo
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Narrador
Un doctor viejo, gordo y pequeño, mostraba una radiografía a una mujer y su hijo, señalando su dedo a este dijo.
_ves, por lo general, aquí donde. El complejo de individualidad se manifiesta, has la edad de cuatro años_
La mujer peliverde no entendió lo que se refería el doctor, en cuanto a su hijo estaba tan emocionado por saber su particularidad que no estaba atento a las palabras complicada del doctor. El bigotudo explico más a detalle.
_estos resultados se hubieran esparcido como fuego futuro, indicaron que todas las cosas dependían sí o no de la presencia de articulaciones en los dedos del pie, ¿lo sabias?_ el doctor pregunto, para después de no conseguir respuesta de la madre peliverde, prosiguió_ veras, una pequeña comparación: los hombres casi no nunca necesitan lo que no usan. ¡Y como recompensa para quienes cuyo tipo de articulaciones están ausentes, podemos decir que eso representa un nuevo estado de evolución!_ explico el doctor, dejando de ver la radiografía, mostro frente a la par.
_Izuku mientras tanto tiene dos articulaciones, aunque esto esté incrementando en nuestro mundo común mente significa que... él no tiene "individualidad" de ningún tipo_ cerro el viejo, dejando sorprendida y preocupada a Inko Midoriya, por tal revelación, miro a su hijo con preocupación y pena o eso parecía.
Mientras tanto el niño se quedó como piedra, y el viejo sintió un poco de pena por el chico, mientras la madre tenía un desagrado enorme.
En el camino de regreso a casa ni la madre hablo, parecía decepcionada y algo enojada, el niño mientras tanto solo quedo en automático tras la guía de su madre.
Entrando primero el niño peliverde, solo espero el consuelo de su madre, el, la necesita más que nunca. Pero no recibió respuesta.
_okasan, tú crees que aun pued_ el joven ni siquiera termino de hablar para ser interrumpido por un bofetada de su madre.
El niño se quedó herido y confundido cuando cayó al piso, echado en el suelo miro a su madre en busca de una respuesta por aquel golpe.
_oka_otra vez fue interrumpido, pero esta vez fue una pata directo a su rostro, rompiéndole la nariz.
Izuku Midoriya no podía creer lo que estaba pasando ahora mismo, su madre por primera vez lo golpeaba, estaba tan herido fisca y metal, por lo sucedido, la sangre que salía de su nariz no paraba, a Izuku no le importo solo, observo a su madre nuevamente, lo que vio lo asusto y lo entristeció.
Su madre toda bondadosa, ahora tenía una mirada de asco total hacia su persona, sus ojos estaban lleno de avaricia y rencor, mas decepción.
_ ¡no me vuelvas a decir mama, mocoso! _ escupiendo las palabras, Inko Midoriya, se retiró del lugar dejando a un confundido chico.
_mam_ el niño corrió tras su madre, solo para recibir un puñetazo en rostro.
_ ¡que no me vuelvas a decir así!_ ella grito con frustración combinado con enojo y asco total.
El niño solo cayó al piso nuevamente, pero con más sangre escurrido de su nariz. Las lágrimas y el llanto del pequeño fueron callados por sus dientes, como si se fuera a disculpar, se arrodillo y agacho la cabeza.
_¡disculpa, sinf no lo volveré a mencionar!_ el chico grito, mientras solo se quedaba ahí por unas horas, para después solo encerrarse a su habitación.
Los días pasaron y la actitud fría de su madre, hicieron que Izuku perdiera la única unidad paterna y materna que tenía, no se olvidaban de sus alimentos, pero de mala gana su "madre" lo preparaba, su ausencia en la casa se izó notoria dejando al niño solo.
El chico se sentía como basura, peor que eso, ni su madre lo amaba, sus compañeros de clases lo molestaban por no tener particularidad y su única mejor amigar, le otorgo una explosión en todo el rostro. Todo iba de mal en peor.
Con el tiempo el muchacho entendió que él estaba solo. No tenía a nadie, pero eso no detenido al chico que miro como único refugio y esperanza, un poster de su símbolo, su ídolo y su todo, All Might. Con levantarse y mirar solo ese poster su ánimo subía como nunca, empezó a estudiar más arduamente, más que nunca, se la pasaba horas aprendiendo de los libros de la biblioteca, su restricciones de salidas ahora eran más largas, gracias a la despreocupación de Inko, el chico podía quedarse hasta horas muy tardes en la biblioteca, los fines de semanas eran agotadores para el muchacho por el riguroso entrenamiento que tenía, sus descanso era solo cinco minutos, para volver a levantarse y continuar con su rutina que duraba todo el día, tarde y noche.
Un año había transcurrido y su intelecto fue notado por una persona especia, una señora de avanzada edad, llamada Verónica.
En un pequeña incursión que hicieron sus compañeros de clases y el, a una universidad, el peliverde se perdió del grupo o mejor decirlo, que el chico no aguanto más a sus irritantes compañero y se largó. El chico sabía que esta universidad era una de las mejores de todo Japón, así que quiso intentar suerte, siguiendo pequeños señales y algunas conversiones de profesores llego a la oficina del director/a.
El chico toco la puerta y escucho el pase, al entrar se encontró con una señora de aproximadamente de 50 o 60 años de edad, tenía una altura algo chapa dita, pero con una aura que afirmaba respeto.
_disculpe mi interrupción, me llamo Izuku y quería saber si podía dar el examen de ingreso de esta universidad_ el peliverde dijo, con respeto.
_buenas tardes joven Izuku, pero ahora, no estoy para bromas_ la señora, enojada dijo.
El chico simplemente suspiro, por lo obvio que era su respuesta, el chico continuo.
_no es una broma, enserio quiero dar su examen_ el chico dijo, la seriedad había confundió a la señora. La mirada penetrante que daba el muchacho lo sintió la directora, que no se sintió intimidada, solo abrió los ojos de sorpresa por tal mirad que ningún niño debería tener.
_ ¿dime niño, que paso con tus padres?_ la directora pregunto, teniendo una pequeña nota de lo que hubiera pasado al niño para que sea así.
_no tengo padres_ el niño dijo sin dejar su aura intimidante.
La señora también esperaba una respuesta similar a esa, era huérfano, por eso el nivel de seriedad. Con todo eso, la señora solo se disculpó y se paró de su sitio para alzarse a unos estantes de atrás de su escritorio y saco unas copias del examen de este año.
_bueno chico tienes una hora para resolverlo, suerte_ de forma graciosa y burlona, entrego los papeles al chico, que se sentó cerca de su escritorio.
La señora le dio curiosidad lo que el muchacho estaba haciendo, primero miro al muchacho y se sorprendió al verlo tan concentrado y confiado, segundo cambio de plano, miro su examen y quedo maravillada.
Cada respuesta que marcaba estaba correcta, solo espero a que el niño terminase el examen.
La hora acabo y el muchacho entrego el examen a la directora, que ya menos burlona y con seriedad reviso el examen, unos minutos pasaron, el peliverde estaba mirando fríamente a la directora, esperando una respuesta.
La directora en sus años con el título, se sorprendió por el resultado 100/100, un margen de perfección en su examen de ingreso.
No había falla en ninguna pregunta, ya que lo reviso dos vece. Pero sus ojos posaron en él, por una pequeña nota que olvidada.
_ ¿tu particularidad es de inteligencia aumentada o algo similar?_ pregunto la directora mas aterradoramente, para que el chico ni mienta.
_no tengo particularidad alguna, hace un año fui al doctor para un cheque médico, por la razón que mi Quirkl no despertaba y la respuesta que me dieron era que no tenía tal artilugio_ más notaria se izó su aura, casi igualando a la directora.
La directora creyó en las palabras del chico, no porque él las hubiera dado, si no por su habilidad, particularidad, que detectaba cual persona mentía, ella sintió algo de empatía por el chico, ya que, coincidentemente ella también fue huérfana.
_aprobaste y me sorprendes que seas así de listo, para tu edad, con la usencia de tu particularidad es más increíble todavía, eres un chico muy especial, ¡pero que no se te suba a la cabeza mocoso! _ ella grito, regañando y preocupada que el niño sea alguien muy arrogante de futuro.
_ ¿entonces puedo dar pisar su universidad?_ el chico pregunto.
_desgraciadamente, no_ la señora dijo con frustración.
_pero, puedo hacer algo por ti y pedir algunos favores a los ministros de educación, para certificarte y que termines tu secundaria y primaria solo en unos días_ la señora dijo.
_ ¿y qué es lo que quiere para eso?_ el chico dijo amargadamente.
_que me digas desde ahora y adelante, okaasan_ dijo la directora con un aura maternal.
_ Okaasan, eso es todo ¿Por qué?_ el chico se extrañó por la petición de la mujer.
_bueno_ la mujer suspiro, para continuar_ gracias a que tuve un pequeño accidente, Salí gravemente herida, una bala en mi útero, dañándolo seriamente, por lo cual nunca pude tener un hijo_ la señora dijo algo melancólicamente.
Una palmada en su espalda hizo que la directora, volviera a la realidad, observo a su costado al niño malcriado que entro por esa puerta, entregándole consuelo. Ella sonrió por ese gesto.
_no tienes, porque pedírmelo, tu eres lo más parecido a una madre, regañona, vieja y pequeña, que tuve _ el niño, se burló de la anciana.
_ ¡maldito niño desgraciado!... bueno y tú eres lo más parecido a un niño muy malcriado y flacucho que nunca tuve_ ella miro retadoramente a su ahora proclamado hijo.
Él también la miro, los dos conectaron su miradas y.
_jajajajajaja_ los dos empezaron a reírse de la usual discusión que tuvieron.
La semana paso y lo que prometió la nueva figura materna del peliverde se cumplió, ella hizo unos arreglos con algunos amigos y entregaron el certificaron de primaria y secundaria a Izuku. En las espaldas de su original madre, quien no se daba el interés de saber de la vida de su hijo, solo administraba sus gastos. Cual no eran muchos, gracias a sacar un perfecto puntaje, adquirió una beca, la cual pagaba todos sus gastos de la universidad.
Las discusiones de Izuku y su nueva madre Verónica, eran frecuentes pero divertidas para ambos. Ella era la única que hacía que el peliverde dejara esa mirada fría y calculadora, para ver una de felicidad.
Los años pasaron y Izuku ya tenía nueve; hoy era el día de graduación en la universidad, cinco años estudiando medicina humana habían sido agotadores para el pequeño, ya que él tenía que esforzarse más que otros, el niño ya había aprendido a valerse por sí mismo, cuando su madre hace dos años, ya no le preparaba sus meriendas del día. La directora quiso adoptarlo oficialmente, pero Izuku quería mantener en secreto, que su verdadera madre aún estaba viva, el ya no lo veía como una, todo ese afecto que necesito fue directo a la Directora, así que rechazo la oferta, mintiéndole que aún no se sentía preparado para ese paso, pero que lo apreciaba muchísimo.
En esos años también fortaleció su cuerpo, era casi inhumano el régimen del muchacho, gracias a esos entrenamientos y la meditación fue como maduro, su cuerpo se vería como un niño, pero su alma era la de un veterano de guerras, el entendió que los héroes de hoy tenían dos problemas.
La primera eran los falsos héroes, que por dinero y fama se volvieron a esos estatus.
La segunda fue una falla de todo, los héroes les daban una oportunidad más de hacer sus viles actos, solo encerrándolos hasta que cumplan su condena.
Ya con nueve años Izuku, aun viviendo con su madre de sangre, se encontraba mirando a la única persona que la apoyo en todo, su verdadera madre, la directora Verónica, entregándole sus certificado de estudios.
Solo dejo un par de gotas caer de sus ojos para después propinarle un gran abrazo a su madre, el apreciaba la nuevas puertas que le brindaba.
La ceremonia fue algo corta, pero hermosa, solo hoy Izuku había sonreído más que nunca.
_ ¿entonces vas a tomar el empleo que José te está ofreciendo en su hospital?_ Verónica pregunto a su hijo.
_si_ Izuku contesto, mientras devoraba una hamburguesa.
_si la voy aceptar, aunque... desde pequeño tenía pensado a ingresar a la UA, para ser un héroe_ completando su vocabulario.
_héroe... no le se hijo, lo veo muy peligroso_ ella contesto algo preocupada por el futuro de su hijo.
_tengo la certeza que puedo ingresar_ el peliverde dijo seguro de sus habilidades.
_ (suspirando)... eres un mocoso impertinente y habilidoso para tu edad, pero creo que si vas a ese lugar, solo te decepcionara el contenido_ la madre ya resignada dijo a su hijo.
_ ¿lo dices por los estudiantes o por los profesores?_ el peliverde con sonrisa zorruna pregunto.
_ Ambos, digo tu como yo hijo, sabemos el mal que hacen los héroes de hoy en día y si tú vas, ellos te verán como el mal_ ella dijo con seriedad.
El peliverde se quedó pensando en las palabras de su madre y tenía razón, que ellos no verían con buenos ojos su visión. El dejo de pensar de eso y solo consiguió ver a su madre.
_ sabes tienes razón, no sé porque tengo que meterme a una escuela de puros mocosos que juegan a hacer héroes_ sin preocupación siguió con su comida.
Ambos siguieron comiendo conversando de algunas anécdotas de sus vidas, pero sí que sea darán cuenta una mujer peliverde observo a su "hijo" conversando con la señorita.
Esapersona solo salió del lugar para esperar a su "hijo" en casa.
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_regrese_ el peliverde dijo, aun si su madre sentía asco de él, nunca dejo sus modales.
A paso lento Izuku camino hacia su habitación, pero antes que siquiera visualicé esta, su ojo se posó en su madre ahora mirándolo detenidamente con curiosidad, ya que su madre sanguínea se encontraba mirándola de una forma molesta pero con intriga.
_ ¿qué quieres?_ Izuku dijo ya con mucha curiosidad por el comportamiento tan inusual.
_ ¿quién era la mujer con la estabas conversando?_ ella pregunto, mirando a su "hijo" con molestia y celos.
A Izuku no hizo ningún movimiento, solo miro a su madre algo sorprendido, era casi como si se preocupara de sus amistades.
_una simple conocida_ el respondió con frialdad.
_no me mientas hijo, se cuándo lo haces_ ella dijo, regañando al peliverde.
Izuku Midoriya ahora si estaba asombrado, nunca espero que su "madre" le volviera a decir hijo, tenía siento enfado por lo hipócrita que lo decía, era como si le importaba, después de tantos años. El muchacho apretó los puños para no dejarse influenciar por el enojo, suspiro y se relajó, no tenía caso enojarse con alguien que ni lo vale.
"no eres nadie en mi vida" se dijo mentalmente.
_se llama verónica, es la directora de la universidad Nagoya, no sé porque debería importarte, Inko_ el chico dijo hora muy fastidiado.
_oye no hables así Izuku Midoriya, solo quería hacer las paces contigo, lo siento, puedes decirme otra vez mama_ ella dijo algo arrepentida.
Arrepentida o no, al chico le importaba madres si se disculpaba o no, pero algo que lo enojo es que fuera tan basura para que le rogara que le vuelva a decir okasan, eso provoco que el chico por dentro se quemara de furia, el amor que se le fue negado de parte de ella, el cariño y los abrazos, ahora eran para alguien que sí quiso tenerlo, sin particularidad o con ella.
El solo la miro ya no con enojo si no como si hablara con la misma nada.
_no lo veo conveniente, ya que en el día que me negaste tal cosa, me prometí a mí mismo que nunca te llamaría por ese nombre_
_solo porque, en esos momentos yo te quiera como una y te respetaba como tal, por eso nunca más te diré así_ fríamente el chico dijo para volver a caminar hacia su cuarto.
Pero otra vez fue bloqueado por su madre, no verbalmente de nuevo, si no física, un abraso en su espalda hizo que el muchacho se tensara un poco, pero solo pido amablemente que lo soltara.
El muchacho sintió la fría agua en sus espaldas, las lágrimas de Inko solo empapaban el atuendo de su hijo.
_ ¡discúlpame!_
_si fui un idiota ese día y también los demás...snif... discúlpame, solo quiero recuperar a mi hijo, dame una oportunidad_ ella rogo.
_no tienes por qué rogar, no vale la pena, tu no mereces que te diga así_
_ te perdono lo que me has hecho sufrir, pero aun con eso... no te considero mi okasan_ el chico dijo con una pequeña lagrima.
Aun recordaba los momentos que paso en sus primeros años de razonamiento. Aún estaba presente en alguna parte de su mente.
Él pudo soltarse de su madre, para volver a su cuarto. Empezó a demoler todo a golpes, destruyendo cada cosa que había, pero en un último golpe hacia una figura de endeavor, él lo atravesó.
Sorprendido, volvió a tocar la figura con su palma. Con cuidado vio con fascinación como su mano traspasaba el muñeco, como si fuera un fantasma.
No creía lo que veía era algo inaudito, "tengo un quirk" el chico pensó. Pero como lo obtuvo.
La explosión emocional que paso fue la llave que abrió el camino hacia este poder.
Él ahora estaba algo sorprendido que solo su pudo sentar en su cama, pensó en su nueva particularidad y como podría beneficiarle.
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