Lo único que tenía en mente era dolor.

-¿Scarlett? - Alguien entro a la celda, mi vista está nublada así que no podía distinguir a quien era, se acercó hacia mi como si de un Ángel se tratara.

-Quédate - me susurra cargándome. -Por favor

X X X X X X X

Me desperté en una camilla, pero esta vez no estaba atada.

-Scarlett - me volteo, ya que de ahí provenía una suave voz.

-Steve- susurro viéndolo sentado en una silla de madera

-¿Como te sientes?

-Bien- levantó mis hombros -¿Donde están los gemelos? - En ese momento no me importaba mi vida, solo la de ellos, Wanda y Pietro son las únicas personas en las que puedo confiar, solo ellos no me han mentido.

-Están fuera, esperándote - dice con una voz rota -Pietro esta demasiado preocupado - dicho eso salgo corriendo fuera de el pequeño cuarto blanco, efectivamente, Pietro y Wanda estaban fuera, sentados, al verme Pietro corrió y me abrazó

-¿Como estas? - Me pregunta tomando mis mejillas.

-Bien, supongo.

En un segundo, cualquier centímetro que nos separaba, fue aniquilado, Si, esto era un beso, bastante perfecto para ser real, Mi respiración se dificulto, mis piernas empezaron a falsear, una explosión en mis órganos, como ¿Mariposas?.

Sus labios era suaves, con un sabor peculiar tal vez cereza, no, ¿Manzana? ¡Si! Manzana.

Nos separamos antes de lo que yo quisiera.

-Lo siento- dijo Pietro separándose - No quise - Se sonrojo -Mentira - Susurro en mi oído - Podría besarte por el resto de nuestras vidas