O8
Jungkook esperó a Jimin.
En verdad lo hizo.
Desde que era un niño pequeño, creció con la idea de que su pareja destinada estaría a su lado y ambos se protegerían como era debido. Se esforzó en ser un buen alfa en las oportunidades limitadas en las que creció.
Sus padres eran granjeros y sólo tuvo la oportunidad de recibir una educación básica y estaba consciente que no podía ir a la ciudad, como muchos de sus compañeros de escuela. Estaba agradecido por la oportunidad que sus padres le dieron.
Durante la primaria, los adultos le prometían que la llegada de su Omega sería especial y que en el momento en que viera a su omega se daría cuenta de inmediato y querría estar a su lado por toda la eternidad. Jamás conoció a su Omega, pero aceptó que era muy joven y debía esperar a ser un buen alfa porque su Omega lo merecía. Estaba dispuesto a aprender sobre el cortejo y los temas que venía encima.
Así aprendió del cortejo, que casualmente no aplicó.
La secundaria fue una tortura, porque todas las personas a su alrededor comenzaban a emparejarse y salir con personas. Se enredaban entre ellos y estaban conformando sus familias.
Y luego estaba él.
La gente comenzaba a humillarlo. A sus compañeros les resultaba gracioso como había decidido esperar a su pareja destinada sobre todas las cosas y alejarse de cualquier posibilidad de tener una relación romántica.
Jeong Ari era su única amiga de la escuela, pues habían sido amigos desde la primaria.
Ella respetaba su idea de esperar a su pareja destinada.
Hasta que ocurrió lo que temía y Ari tomó impulso de esto.
Se graduaron.
Su pareja destinada nunca llegó, su lobo aulló por esa persona desconocida y estuvo mucho tiempo deprimido.
Su lobo no ayudaba, le repetía que vendría pronto.
Jungkook llegó a pensar que se había roto, si era posible.
Una noche oscura, en la que Jungkook y su amiga estaban recostados en su cama más de lo normal y el contacto era presente. La chica besó a Jungkook por impulso.
Se alejó sorprendido y la chica se separó con las mejillas rosadas y el corazón acelerado. "Nunca lo había intentado, sabes. Y tú, como, realmente me gustas."
Jungkook se separó de ella, su lobo le pidió escapar de allí y buscar a su omega.
No lo hizo.
No había ningún Omega.
No lo conocía.
Sus labios buscaron los de la chica en busca de respuestas.
No sentía algún gusto, no había nada de atracción, sólo la besó por querer saber lo que se sentía besar a alguien, su parte humana dominaba, su lobo enfureció.
Después de eso, se alejaron por un año, hasta que la muerte de sus padres aturdió al pueblo.
Su padre falleció primero y debido a la marca de enlace, su madre lo hizo días después. Eran pareja destinada, más allá de la marca, que era posible deshacerse de ella con poca dificultad, su lobo no pudo con perder a su pareja destinada.
Tenía veintidós años y se había quedado sin familia o amigos. Había heredado la granja de sus padres y debía encargarse de ella.
Ari volvió y lo reconfortó.
Jungkook necesitaba a su pareja destinada, su lobo sufría por ella y no estaba. No tenía la economía para buscar a esa persona y ahora que tenía el peso de cuidar la granja, se sentía desamparado.
Estaba solo y Ari fue la única que estuvo allí.
Cuando cumplieron veinticinco, en una de sus conversaciones, Jungkook comentó lo mucho que anhelaba a su pareja destinada. Ari no pudo soportar el enojo que le causaba que Jungkook siguiera con la absurda idea de encontrar a su pareja destinada.
Después de todo, ella siempre estuvo ahí.
Así que le había dicho. "¿No te has dado cuenta que no existe?, no tienes una pareja destinada. Aceptalo. Estoy aquí, siempre lo he estado y aún así buscas a alguien que no existe. Es doloroso."
Después de eso, dejó su casa y lo dejó una semana.
Jungkook estaba seguro que su pareja destinada existía y la encontraría. Pero temía que Ari tuviera razón. Tal vez estaba esperando a alguien que no existía.
¿Estaba perdiendo su vida en buscar a alguien que nunca había estado allí?
La veía como una amiga, pero era imposible no darse cuenta que ella era la única que había estado con él.
Le aclaró las cosas y le dijo que quería esperar más tiempo.
Esperó dos años.
Su pareja destinada jamás apareció.
Comenzó a salir con Ari y se casaron al año siguiente.
Su lobo desapareció del rastro cuando la marcó. Una parte de su alma lo hizo también.
Intentó continuar con su vida a pesar del vacío que llevaba años acompañándolo.
Nació su hija cuando cumplió treinta años y cuando la tuvo entre sus brazos, su lobo volvió a aparecer. Jungkook pensó que se debía en parte a que había comenzado a aceptar a Ari.
Qué equivocado estaba.
Su hija, el sol de su vida, por la que daría todo estaba entre sus brazos y Jungkook decidió dar fin a la idea de su pareja destinada.
Tal vez debía aceptar la idea de tener su familia formada.
Ambos habían intentado encajar en el otro.
No lo hicieron.
En el momento en que entró a la oficina del Omega y su aroma chocó con su nariz de golpe, lo supo. Es hogar, casa, su aroma es todo lo que le recuerda a su vida, a lo que es, huele a frambuesas, pero a la vez aun campo de flores y pasto mojado.
Como le habían dicho hace años, supo que el médico era su pareja destinada.
Quiso llorar por lo cruel que era el destino y lo maldijo.
Jimin era el ser más precioso del mundo. Jungkook estaría dispuesto a crear una religión en su honor y besar sus pies durante horas. Habían sido los primeros pensamientos al verlo.
No se había fijado en él y estaba bien, porque debía procesar las cosas a su ritmo, estaba seguro que si Jimin levantaba el rostro en ese instante, se desmayaría.
El omega misterioso que por el momento llama hogar, que prefiere llamar hogar se encoje en el asiento y luce tan delicado que Jungkook está por golpearse a sí mismo por ser tan irrespetuoso. Recuerda su conversación y la puede citar palabra por palabra, está seguro que puede escribir un poema de la conversación o una historia más larga que la biblia, describiendo cada detalle.
Lo mira y siente sus parpados pesados, siente el aroma a lubricante, quiere hacer tantas cosas, quiere...
Y cuando lo llamó alfa, ¿a caso Jimin quería ser comido por el lobo feroz?
Le pertenece, su cuerpo y alma le pertenece a Jimin. Está por levantarse...lo jura. Está por besar sus labios y tocar su piel.
Recuerda haberse detenido a escuchar a su hija y todo vuelve a tomar sentido.
Lo último que recuerda es llegar a su casa y tener un fuerte celo. Luego llorar y todo comienza a oscurecerse.
Había planeado su vida entera para tener el mejor encuentro y resultó de la peor manera. Justo cuando sentía que las cosas mejoraban, aparecía él a enamorarlo.
Estaba perdido.
Ari lo sabe, no hace falta decirle algo.
Su hija no sabe nada y está bien con eso por el momento.
Las siguientes conversaciones que tiene con Jimin resultan un desastre, no entiende como el omega sigue permitiendolo entrar a su casa. Recuerda todas, incluso la vergonzosa conversación del hospital.
Se detesta por hacer llorar a un ángel como lo es su pareja destinada.
Está dispuesto a tomar la mejor decisión.
O la que cree que lo es.
repaso de jk porque hacía falta, ¿opiniones?, espero les esté gustando la historia, gracias por todo el apoyo que está recibiendo, es la primera historia medio larga(medio formulada) con la que no estoy inconforme e incluso me gusta :(, así que no sé qué tal vaya por el momento
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