Trato
El trato que Jin le ofrecía a Namjoon era sencillamente exquisito, algo que nadie en su sano juicio rechazaría, pues no solo estaba en juego la estancia de la morgue, si no, el hecho de heredar toda la fortuna que Jin había hecho en lo largo de su vida, lo cual eran miles de wones, suficientes incluso para poner hasta diez morgues sin problemas, sin embargo; Namjoon no estaba del todo decidido, pues aún seguía creyendo que Jin era parte de su imaginación y que la idea que se estaba haciendo de sobrevivir con la fortuna del pele rojo, era completamente errónea.
El trato era muy simple, pues Namjoon solo debía encontrar la causa de la muerte de Jin, ya que claramente él no se había quitado la vida y ha cambio, Jin le dejaría toda su fortuna. Jin había escrito un testamento, el cual decia claramente que solo el que dijera la clave secreta, podía quedarse con toda su fortuna, así que Jin se la diría si podía resolver aquel misterio. Namjoon seguía dudando, pero al ver el estado en la que se encontraba su casa y área de trabajo, decidió aceptar a regaña dientes, apretando la mano helada de Jin en un acto de compromiso.
—Debo estar loco. —murmuró Namjoon despeinando su cabello.
—¿Acaso hay alguien en ésta vida que no lo esté? —cuestionó Jin con una sonrisa que atemorizaba a Namjoon.
—Bien, empezaré revisando tu cuerpo. —dijo Namjoon caminando por el frio pasillo para llegar a la habitación— ¿No vienes? —preguntó al ver el cuerpo de Jin sin movimiento.
—¿Acaso crees que quiero ver cómo cortas mi cuerpo? Eres un depravado. —susurró con una mueca de asco.
—¿De verdad no recuerdas cómo moriste? —cuestionó con duda.
—No, no recuerdo muchas cosas de cuando estaba vivo.
Namjoon suspiró y empezó a caminar nuevamente hacia la habitación, dejando a un lado el interrogatorio que claramente ponía incómodo a Jin. Después de unos minutos, Namjoon ya se encontraba con el cuerpo de Jin, acomodando la cámara y los objetos que utilizaría para realizar la autopsia, mientras observaba el fantasma de Jin parado en el umbral de la puerta, con su mirada baja, negándose completamente a mirar su propio cuerpo, el cual yacía muerto en aquella cama fría.
Namjoon miró la camara, luego saludó y dijo todos los datos de Jin, desde su nombre completo, edad, fecha de su muerte y muchas cosas más, luego se dispuso a revisar el cuerpo, tratando de buscar la verdadera causa de la muerte de Jin. Su cuerpo estaba limpio, a excepción de unas marcas en sus muñecas y rastros de tierra en sus uñas, lo cual demostraba que al parecer, habían tratado de enterrarlo y las marcas en sus manos, significaba que Jin había luchado, por lo que todo indicaba que estaba vivo cuando trataron de hacerlo.
—Tenias razón... —dijo Namjoon en un hilo de voz.
—¿Respecto a qué? —preguntó Jin desconcertado.
—Es mejor que no mires.
Jin frunció su ceño, sin entender lo que había encontrado Namjoon en su cuerpo para ponerse así, pero de algo estaba seguro, ahora más que nunca, no debía mirar. Namjoon siguió realizando la autopsia, encontrándose con las muñecas de Jin rotas, al igual que una de sus costillas, lo que lo muy probablemente causó una hemorragia interna, pero lo más extraño de todo, es que su cuello no tenía marcas, por lo que fácilmente podrían descartar un suicidio.
Después de realizar una revisión externa, Namjoon se apresuró a realizar la interna, por lo que primero realizó un corte en su pecho, luego tomó unas pinzas y corto su tórax, dejando a la vista sus órganos internos, los cuales estaban lastimados por el hueso roto de la costilla y además, tenían rastros de haber sido golpeados desde el exterior, dejando ver que la muerte de Jin, había sido una masacre.
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